Publicados en Londres en 1687, los principios matemáticos de la filosofía natural son uno de esos libros que todo el mundo cita pero muy pocos han leído; pues si el puesto que ocupa en la historia del pensamiento es tan principal como acreditado, su lectura presenta serias dificultades debidas a la complejidad propia de alguno de sus teoremas, junto a la sujeción deliberada del autor a las reglas del método geométrico en su demostración. Como es bien sabido, Newton resuelve aquí el teorema de los movimientos planetarios a la vez que los une a lo terrestres mediante una misma dinámica y una ley universal de gravitación; discute y explica fenómenos como el del movimiento de los cometas o las mareas; sienta las bases de la hidrostática, la hidrodinámica y la acústica; demuestra la imposibilidad de la hipótesis cartesiana de los vórtices; descubre, define por primera vez de modo no contradictorio y da reglas prácticas para la derivación e integración de funciones; y sistematiza un modo de estudio de la Naturaleza (a la que deben hacerse preguntas explícitas y cuantitativas mediante los experimentos) y de exposición de los conocimientos adquiridos mediante métodos matemáticos: lo que desde él se conoce propiamente como física. Isaac Newton (1642-1727), recogiendo las aportaciones de Kepler y Galileo, consigue por vez primera construir un modelo matemático general que permite explicar tanto el movimiento de los cuerpos celestes como el de los terrestres.
La concepción del universo propuesta por Copérnico, perfeccionada por Kepler y formulada de manera completa y suficiente por Isaac Newton (1642-1727) tuvo que vencer las resistencias que ofrecían el antiguo sistema ptolemaico (armazón de la astronomía medieval y renacentista apoyado por la lectura teológica de la Biblia), la creencia alimentada por los predicadores de que los cometas eran «mensajeros de la cólera divina» y la teoría cartesiana de los vórtices como explicación mecánica del movimiento de los astros. El sistema del mundo, publicado póstumamente en 1728, fue un instrumento decisivo para difundir e imponer las nuevas teorías. El tratado, primera versión del libro tercero de los Principia Mathematica, expone en un lenguaje popular y asequible la ley de la gravitación universal, los movimientos de la Luna y su relación con la Tierra y el Sol, y el fenómeno de los cometas. Esta edición incluye también el célebre Elogio de Sir Isaac Newton escrito por Fontenelle en 1727.
Philosophiæ naturalis principia mathematica, also known simply as Principia, is a work published in Latin by Isaac Newton on July 5, 1687 at the request of his friend Edmund Halley, where he collects his discoveries in mechanics and mathematical calculus.