CAPÍTULO XIII.Cómo entrar en el negocio correcto.
éxito, en cualquier negocio particular, depende por un lado de que se posea en un estado bien desarrollado las facultades requeridas en ese negocio.
Sin una buena facultad musical nadie puede tener éxito como profesor de música; sin unas facultades mecánicas bien desarrolladas nadie puede alcanzar un gran éxito en cualquiera de los oficios mecánicos; sin tacto y sin las facultades comerciales nadie puede tener éxito en las actividades mercantiles. Pero poseer en un estado bien desarrollado las facultades requeridas en su vocación particular no asegura hacerse rico. músicos que tienen un talento notable y, sin embargo, siguen siendo pobres; hay herreros, carpinteros, que tienen una excelente habilidad mecánica , pero que no se hacen ricos; y hay comerciantes con buenas facultades para tratar con los hombres que, sin embargo, fracasan.
Las diferentes facultades son herramientas; es esencial tener buenas herramientas, pero también es esencial que las herramientas se utilicen de la manera correcta. Un hombre puede tomar una sierra afilada, una escuadra, un buen cepillo, etc., y construir un hermoso artículo de mobiliario; otro hombre puede tomar las mismas herramientas y ponerse a trabajar para duplicar el artículo, pero su producción será una chapuza. No sabe cómo utilizar las buenas herramientas con éxito.
Las diversas facultades de tu mente son las herramientas con las que debes hacer el trabajo que te hará rico; te será más fácil tener éxito si te metes en un negocio para el que estés bien equipado con herramientas mentales.
En general, te irá mejor en aquel negocio que utilice tus facultades más fuertes; aquel para el que estés naturalmente "mejor dotado". Pero también hay limitaciones a esta afirmación. Ningún hombre debe considerar que su vocación está irremediablemente fijada por las tendencias con las que ha nacido.
Puedes hacerte rico en CUALQUIER negocio, porque si no tienes el talento adecuado para ello puedes desarrollar ese talento; simplemente significa que tendrás que hacer tus herramientas sobre la marcha, en lugar de limitarte al uso de aquellas con las que naciste. Te será más fácil tener éxito en una vocación para la que ya tienes los talentos en un estado bien desarrollado; pero puedes tener éxito en cualquier vocación, porque puedes desarrollar cualquier talento rudimentario, y no hay ningún talento del que no tengas al menos el rudimento.
Te enriquecerás más fácilmente en cuanto a esfuerzo, si haces aquello para lo que estás mejor dotado; pero te enriquecerás más satisfactoriamente si haces aquello que QUIERES hacer.
Hacer lo que quieres hacer es la vida; y no hay verdadera satisfacción en vivir si estamos obligados a estar siempre haciendo algo que no nos gusta hacer, y nunca podemos hacer lo que queremos hacer. Y es cierto que puedes hacer lo que quieres hacer; el deseo de hacerlo es la prueba de que tienes dentro de ti el poder que puede hacerlo.
El deseo es una manifestación del poder.
El deseo de tocar música es el poder que puede tocar música buscando expresión y desarrollo; el deseo de inventar dispositivos mecánicos es el talento mecánico buscando expresión y desarrollo.
Donde no hay poder, ya sea desarrollado o no desarrollado, para hacer una cosa, nunca hay ningún deseo de hacer esa cosa; y donde hay un fuerte deseo de hacer una cosa, es una prueba segura de que el poder para hacerlo es fuerte, y sólo requiere ser desarrollado y aplicado de la manera correcta.
igualdad de condiciones, es mejor elegir el negocio para el que se tiene el mejor talento desarrollado; pero si tiene un fuerte deseo de dedicarse a alguna línea de trabajo en particular, debe seleccionar ese trabajo como el fin último al que aspira.
Puedes hacer lo que quieras, y es tu derecho y privilegio seguir el negocio o la afición que te resulte más simpática y agradable.
No estás obligado a hacer lo que no te gusta, y no debes hacerlo más que como medio para llevarte a hacer lo que quieres.
Si hay errores del pasado cuyas consecuencias te han colocado en un negocio o entorno indeseable, puede que te veas obligado durante algún tiempo a hacer lo que no te gusta; pero puedes hacer que el hecho de hacerlo sea agradable sabiendo que te está posibilitando llegar a hacer lo que quieres hacer.
Si sientes que no estás en la vocación adecuada, no actúes con demasiada precipitación al intentar entrar en otra. La mejor manera, por lo general, de cambiar de negocio o de entorno es el crecimiento.
No tengas miedo de hacer un cambio repentino y radical si se presenta la oportunidad, y sientes después de una cuidadosa consideración que es la oportunidad correcta; pero nunca tomes una acción repentina o radical cuando tengas dudas sobre la conveniencia de hacerlo.
Nunca hay prisa en el plano creativo; y no hay falta de oportunidades.
Cuando salgas de la mente competitiva comprenderás que nunca hay que actuar con precipitación. Nadie va a ganarte en lo que quieres hacer; hay suficiente para todos. Si un lugar está ocupado, otro mejor se abrirá para ti un poco más adelante; hay tiempo de sobra. Cuando tengas dudas, espera. Apóyate en la contemplación de tu visión, y aumenta tu fe y tu propósito; y por todos los medios, en los momentos de duda e indecisión, cultiva la gratitud.
Uno o dos días dedicados a contemplar la visión de lo que quieres, y ena agradecer sinceramente que lo estás consiguiendo, hará que tu mente esté en una relación tan estrecha con el Supremo que no cometerás ningún error cuando actúes.
Hay una mente que sabe todo lo que hay que saber; y puedes entrar en estrecha unidad con esta mente por la fe y el propósito de avanzar en la vida, si tienes una profunda gratitud.
Los errores provienen de actuar precipitadamente, o de actuar con miedo o duda, o con el olvido del Motivo Correcto, que es más vida para todos, y menos para ninguno.
A medida que avanzas en el Camino Seguro, las oportunidades se te presentarán en número creciente; y necesitarás ser muy firme en tu fe y propósito, y mantenerte en estrecho contacto con la Mente Suprema mediante una reverente gratitud.
Haz todo lo que puedas hacer de manera perfecta cada día, pero hazlo sin prisa, sin preocupación y sin miedo. Ve tan rápido como puedas, pero nunca te apresures.
Recuerda que en el momento en que empiezas a apresurarte dejas de ser un creador y te conviertes en un competidor; vuelves a caer en el viejo plano.
Cada vez que te encuentres apurado, haz un alto; fija tu atención en la imagen mental de la cosa que deseas, y comienza a dar gracias por haberla obtenido. El ejercicio de la GRATITUD nunca dejará de fortalecer tu fe y renovar tu propósito.