La Doctrina Secreta Tomo II

Notas

Notas

[1] En lo que se refiere a la «Revelación Divina», estamos de acuerdo. Pero no así con respecto a la «historia humana». Pues existe «historia» en la mayor parte de las alegorías y «mitos» de la India; y bajo ellos se hallan ocultos sucesos verdaderamente reales. <<

[2] Cuando desaparezcan las «falsas teologías», entonces se encontrarán las verdaderas realidades prehistóricas, contenidas especialmente en la mitología de los arios y antiguos indos, y aun en la de los helenos prehoméricos. <<

[3] Véase Sección IX, La Luna; Deus Lunas, Phœbe. <<

[4] De un manuscrito. <<

[5] Guide au Musée de Boulaq, págs. 148-149. <<

[6] Según hemos dicho en Isis sin Velo (vol. II, págs. 438-439): «Hasta el presente, a pesar de todas las controversias y las investigaciones, la Historia y la Ciencia permanecen en la misma oscuridad de siempre, respecto del origen de los judíos». Pueden ser lo mismo los chandâlas desterrados de la antigua India, los «albañiles» mencionados por Veda-Vyâsa y Manu, que los fenicios de Herodoto, los Hyksos de Josefo, los descendientes de los pastores palis, o bien una mezcla de todos éstos. La Biblia menciona a los tirios como de la misma raza, y reivindica su predominio sobre los mismos… Sin embargo, sea cual fuese su origen, se convirtieron, no mucho tiempo después de Moisés, en un pueblo híbrido; pues la Biblia los muestra cruzándose libremente no solo con los Cananeos, sino también «con todas las naciones y razas con que se ponían en contacto». <<

[7] Knowledge, vol. I; véanse también las cartas de Petrie a The Academy, diciembre, 17, 1881. <<

[8] The Origin and Significance of the Great Pyramid, pág. 9. <<

[9] Ob. cit., I, 519. <<

[10] The Origin and Significance of the Great Pyramid, pág. 93. <<

[11] VII, 13 y siguientes. <<

[12] Pág. 224. <<

[13] Vol. I, part. I, 46. <<

[14] X, 10. <<

[15] Véase Isis sin Velo, II, 442-443. <<

[16] Éxodo, II, 21. <<

[17] George Smith, Chaldean Aecount of Genesis, págs. 299-300. <<

[18] II, 3. <<

[19] Para recordar cómo la religión esotérica de Moisés fue destruida varias veces y el culto de Jehovah, según lo restableció David, puesto en su lugar, por Ezequías, por ejemplo, léanse las páginas del volumen II de Isis sin Velo. Seguramente debieron de existir muy buenas razones para que los saduceos, que suministraron casi todos los grandes Sacerdotes de Judea; se atuviesen a las Leyes de Moisés y despreciasen los pretendidos «Libros de Moisés»: el Pentateuco de la Sinagoga y el Talmud (¿?). <<

[20] Recordad también el Wittoba indo, crucificado en el espacio; la significación del «signo sagrado», la Svastika; el Hombre de Platón puesto en cruz en el espacio, etcétera. <<

[21] Véase más adelante la descripción dada de la primera Iniciación aria: del Vishvakarman crucificando al Sol, Vikârttana, desprovisto de sus rayos, en un trono en forma de cruz. <<

[22] Primeval Man Unveiled; or the Anthropology of the Bible, por el autor (desconocido) de The Stars and the Angels, 1870, pág. 14. <<

[23] Ob. cit., pág. 195. <<

[24] Especialmente en vista del testimonio mismo que la autorizada Biblia proporciona en el cap. IV del Génesis (IV, 16 y 17), que muestra a Caín marchando a la tierra de Nod y tomando allí esposa. <<

[25] Ibíd., pág. 194. <<

[26] Ibíd., pág. 55. <<

[27] Ibíd., págs. 206-207. <<

[28] Hechos, XVII, 23-24. <<

[29] Taittiriyaka Upanishad. Segundo Valli, Primer Anuvâka. <<

[30] Efesios, VI, 12. <<

[31] Oráculos de Zoroastro, «Effatum», XVI. <<

[32] Georgica. Libro II, 325. <<

[33] Isis sin Velo. <<

[34] Ob. cit., I, 5, 13, traducción de Burnell. <<

[35] El vértice ideal del Triángulo Pitagórico. <<

[36] Véase la traducción de A. Coke Burneli, editada por Ed. W. Hopkins, Ph. D. <<

[37] Ahamkâra, como Conciencia Propia universal, tiene un triple aspecto, lo mismo que Manas. Pues este concepto del «Yo» o Ego es o sattva, «pura quietud, —o aparece como rajas—, activo», o bien permanece como tamas «estancado», en la oscuridad. Pertenece al Cielo y a la Tierra, y asume las propiedades del Éter. <<

[38] Véase Sânkhya Kârikâ, III, y Comentarios. <<

[39] La palabra «eternidad», con la que los teólogos cristianos interpretan el término «por siempre jamás, —no existe en la lengua hebrea—. Oulam» solo implica —dice Le Clerc— un tiempo en que ni el principio ni el fin son conocidos. No significa «duración infinita», y la palabra «para siempre», en el Antiguo Testamento, solo implica «largo tiempo». Ni tampoco se usa el término «eternidad», en el sentido cristiano, en los Purânas. Pues en el Vishnu Purâna se dice claramente que por eternidad e inmortalidad solo se quiere significar «la existencia hasta el fin del Kalka» (Libro II, cap. VIII). <<

[40] La Teogonía de Orfeo es puramente oriental o india en su espíritu. Las transformaciones sucesivas que ha sufrido, la separan ahora mucho del espíritu de la antigua Cosmogonía, como puede verse, comparándola hasta con la Teogonía de Hesiodo. Sin embargo, el verdadero espíritu indo, ario, brota por todas partes, tanto en el sistema de Hesiodo como en el de Orfeo. (Véase la obra notable de James Darmesteter, «Cosmogonies Âryennes» en sus Essais Orientaux). Así pues, el concepto original griego del Caos es el de la Religión de la Sabiduría Secreta. En Hesiodo, por tanto, el Caos es infinito, sin límites, sin fin y sin principio en la duración; una abstracción y una presencia visible al mismo tiempo; Espacio lleno de oscuridad, la cual es la materia primordial en su estado precósmíco. Pues en su sentido etimológico, Caos es Espacio, según Aristóteles, y el Espacio es la Deidad por siempre Invisible e Incognoscible, de nuestra filosofa. <<

[41] El Espíritu manifestado: el Espíritu Divino, Absoluto, es uno con la Substancia Divina absoluta; Parabrahman y Mûlaprakriti, son uno en esencia. Por tanto, la Ideación Cósmica y la Substancia Cósmica, en su carácter primordial, son también una. <<

[42] «Sepher Yetzirah» cap. I, Mishna, IX. <<

[43] Ibíd. Abraham se deriva de «Arba». <<

[44] «Zohar», I, 2a. <<

[45] «Sepher Yetzirah» Mishna, IX, 10. <<

[46] Euhemerism (y sus derivados) se ha convertido en el título reconocido del sistema de interpretación mitológica que niega la existencia de seres divinos, y reduce los dioses de la antigüedad al nivel de los hombres. Max Müller. Sci. Of Lang. N. del T. <<

[47] Contributions to the Theory of Natural Selection. <<

[48] Platón, Timœus. <<

[49] «Suidas» sub voc. «Tyrrhenia». Véase Ancient Fragments, de Cory, pág. 309, 2.º edición. <<

[50] El lector comprenderá que por «años» quiere significarse «edades» y no meros períodos de trece meses lunares. <<

[51] Véase la traducción griega por Filón de Biblos. <<

[52] Cory: Ob. cit., pág. 3. <<

[53] Isis sin Velo, I. <<

[54] Mithras era considerado entre los persas como el Theos ek Petras: el Dios de la roca. <<

[55] Bordj se llama a una montaña de fuego, un volcán; por tanto, contiene fuego, roca, tierra y agua; los elementos masculino, o activo, y el femenino, o pasivo. El mito es sugestivo. <<

[56] Ob. cit., I. <<

[57] New Aspects of Life, por Henry Pratt, M. D. <<

[58] Siphra Dzenioutha, I, 16. <<

[59] Damascio, en su Teogonía, lo llama Dis, «el que dispone todas las cosas». Cory: Ancient Fragments, pág. 314. <<

[60] Isis sin Velo, I. <<

[61] «Emigración de Abraham», 32. <<

[62] Entre los griegos, los Dioses-Ríos, todos ellos Hijos del Océano Primitivo —el Caos en su aspecto masculino, eran los respectivos antepasados de las razas helénicas. Para ellos, el Océano era el padre de los Dioses; anticipándose así con esta relación a las teorías de Tales, como lo ha observado bien Aristóteles (Metaph., I, 3-5). <<

[63] XXVI, 5. <<

[64] Isis sin Velo, I. <<

[65] El «Espíritu» o voz oculta de los Mantras; la manifestación activa de la fuerza latente o potencia oculta. <<

[66] Ortografía del Archaic Dictionary. <<

[67] No aludimos aquí a la Biblia corriente o aceptada, sino a la verdadera Escritura Judía, explicada ahora kabalísticamente. <<

[68] Véase Génesis, II, pág. 4. <<

[69] Es «impronunciable» por la sencilla razón de que es no-existente. Nunca fue un nombre ni palabra alguna, sino una idea que no podía ser expresada. En su lugar fue creado un substituto en el siglo que precedió a nuestra Era. <<

[70] El Tabernáculo Cósmico de Moisés, erigido por él en el Desierto, era cuadrado, representando los Cuatro Puntos Cardinales y los Cuatro Elementos, según Josefo lo refiere a sus lectores (Antiq., I. VIII, cap. XXII). La idea fue tomada de las pirámides de Egipto y también de Tiro, donde las pirámides se convertían en pilares. Los Genios o Ángeles tienen, respectivamente, sus mansiones en estos cuatro puntos. <<

[71] Qabbalah de Isaac Myer, publicada en 1888, pág. 415. <<

[72] Como, por ejemplo, en el Vishnu Purâna, Lib. I. <<

[73] Plutarco: De Iside et Osiri, LVI. <<

[74] Spirit History of Man, pág. 88. <<

[75] Movers: Phoinizer, pág. 268. <<

[76] Cory: Ancient Fragments, pág. 240. <<

[77] Vishnu Purâna, libro I, cap. IV, versión de Fitzedward Hall. <<

[78] Del mismo modo que Mûlaprakriti es solo conocido de Ishvara, el Logos, como es llamado por Mr. T. Subba Row. <<

[79] Franck, Die Kabbala, 126. <<

[80] Filón, Quœsi, et Solut. <<

[81] Franck, Ob. cit., 153. <<

[82] Los «Siete Ángeles de la Faz» de los cristianos. <<

[83] Philosophumena, VI, 42. <<

[84] The Kabbalah Unveiled, 47. <<

[85] Qabbalab, 233. <<

[86] Pág. 79. <<

[87] Arnobius, VI, XII. <<

[88] Usamos este término por estar aceptado y sancionado por el uso, siendo por lo tanto, más comprensible al lector. <<

[89] Véase Dunlap, Sod: the Mysteries of Adoni, 23. <<

[90] Entre los antiguos judíos, como lo demuestra Le Clerc, la palabra Oulom solo significaba un tiempo cuyo principio y fin no era conocido. El término «Eternidad», propiamente hablando, no existía en la lengua hebrea con el significado, por ejemplo, que los vedantinos aplican a Parabrahman. <<

[91] Zohar, parte I, folio 20 a. <<

[92] En el Panteón indo, el Logos de doble sexo es Brahmâ, el Creador cuyos siete Hijos, «nacidos de la Mente», son los Rishis primitivos, los «Constructores». <<

[93] Rabbi Simeón dice: «¡Oh, compañeros, compañeros!; el hombre, como emanación, era a la vez hombre y mujer, tanto por el lado del “Padre” como por el de la “Madre”. —Y éste es el sentido de las palabras—: Y Elohim dijo: hágase la Luz, y la luz se hizo…; y éste es el hombre doble» (Auszüge aus dem Sohar, págs. 13-15). La Luz representaba, pues, en el Génesis, el Rayo Andrógino, o el «Hombre Celeste». <<

[94] Zohar, III, 290. <<

[95] Ob. cit., II, 261. <<

[96] IX, 1. <<

[97] Chaldean Account of Genesis, 62-63. <<

[98] Los Siete Cisnes que se cree que descienden del Cielo al Lago Mânsarovara, son, en la fantasía popular, los Siete Rishis de la Osa Mayor, que toman esta forma para visitar los sitios donde fueron escritos los Vedas. <<

[99] Véase Petronio Satyricon, CXXXVI. <<

[100] Progress of Religions Ideas, I, 17 y siguientes. <<

[101] III, 165. <<

[102] Cap. LIV, 3. <<

[103] Cap. XXII, 1. <<

[104] Cap. XLII, 13. <<

[105] Cap. LIV, 1, 2; cap. LXXVII, 1. <<

[106] Vishnu Purâna, I, 39. <<

[107] Ob. cit., ibíd. <<

[108] Cap. XVII, 50 y 51. <<

[109] Cap. XLII, 13. <<

[110] Cap. LXXX, 9. <<

[111] En inglés, la palabra cipher significa cifra, o cero. [J. G. R.]. <<

[112] De Vita Pithag. <<

[113] Véase «Our Figures», de Max Müller. <<

[114] Esto es, 332 años antes de J. C. <<

[115] Metaphysics, VII, F. <<

[116] El año de su nacimiento se determina como el 608 antes de J. C. <<

[117] Un kabalista se inclinaría más bien a creer que así como el cifrón árabe fue tomado del suryan indo, nada, del mismo modo los Sephiroth kabalísticos judíos (Sephrim), fueron tomados de la palabra cipher, no en el sentido del vacío, sino en el de la creación por el número y grados de evolución. Y los Sephirot son 10 o . <<

[118] Véase Gnostics and their Remains, 370 (2.º ed.), de King. <<

[119] Euterpe, 7576. <<

[120] De Cultu Egypt. <<

[121] XXI, 5 y siguientes. <<

[122] II Reyes, XVIII, 4. <<

[123] Supra, págs. 334-335. <<

[124] III, 124. <<

[125] Movers: Phoínizer, 282. <<

[126] Véase Isis sin Velo, I. <<

[127] Weber, Akad-Vorles, 213 y siguientes. <<

[128] Los Chinos parecen así haberse anticipado a la teoría de Sir William Thomson, de que el primer germen de vida había caído en la tierra de algún cometa pasajero. Pregunta: ¿Por qué ha de llamarse a esto científico, y a la idea china una teoría supersticiosa y necia? <<

[129] Véase Phoinizer, pág. 268, de Movers. <<

[130] Sus Diosas triádicas son Sati y Anouki. <<

[131] Ptah era originalmente el dios de la Muerte, de la Destrucción, lo mismo que Shiva. Es un Dios Solar solo en virtud del fuego del Sol, que mata lo mismo que vivifica. Era el Dios nacional de Menfis, el Dios radiante y de «blanca faz». <<

[132] Book of Numbers. <<

[133] Wilson, Vishnu Purâna, I. Pref. LXXXIV-V. <<

[134] Hay un dato curioso en las tradiciones esotéricas buddhistas. La biografía alegórica exotérica de Gautama Buddha, presenta a este gran Sabio muriendo de una indigestión de «puerco y arroz»; ¡prosaico fin, en verdad, y muy poco solemne! Esto se explica como una referencia alegórica a su nacimiento ocurrido en el Kalpa del Verraco o Varâha, en que Vishnu tomó la forma de este animal, para sacar la Tierra de las «Aguas del Espacio». Ahora bien; como los brahmanes descienden directamente de Brahmâ, y están, por decirlo así, identificados con él; y como al mismo tiempo son los enemigos mortales de Buddha y del Buddhismo, de aquí esta curiosa alusión y combinación alegóricas. El Brahmanismo del Kalpa del Varâha o Verraco, ha matado la religión de Buddha en la India, la ha barrido de su superficie. Por lo tanto, Buddha, que está identificado con su filosofía, se dice que murió por efecto de haber comido la carne de un cerdo silvestre. La sola idea de que el que estableció el vegetarianismo más estricto y el mayor respeto a la vida animal (hasta el punto de no querer comer huevos por ser vehículos de vida latente), muriese de una indigestión de carne, se contradice de un modo absurdo, y ha puesto en confusión a más de un orientalista. Pero la presente explicación, sin embargo, quita el velo a la alegoría, y hace claro lo demás. Sin embargo, el Varâha no es simplemente el Verraco, sino que, según parece, significó al principio algún animal lacustre antediluviano que «se complacía en jugar en el agua» (Vâyu Purâna). <<

[135] Según el Coronel Wilford, la conclusión de la «Gran Guerra» tuvo lugar en 1370 antes de J. C. (Asiatic Researches, XI, 116); según Bentley, en 575 antes de J. C. (!!). Aún podemos esperar ver antes del fin de este siglo la epopeya Mahâbhârata proclamada idéntica a las guerras del gran Napoleón. <<

[136] Véase Royal Asiat. Soc., IX, 364. <<

[137] Libro VI, cap, III. <<

[138] En 13. Vedânta y Nyâya, Nimitta, de que proviene Naimittika, es presentada como la Causa Eficiente, cuando es opuesta a la Upâdâna, la Causa física o material. En el Sânkhya, Pradhâna es una causa inferior a Brahmâ, o más bien Brahmâ, siendo él mismo una causa, es superior a Pradhâna. De aquí que «Incidental» sea una traducción errónea, debiendo interpretarse, como lo demuestran algunos eruditos, por Causa «Ideal»; y todavía hubiera sido mejor Causa Real. <<

[139] XII, IV, 35. <<

[140] Vâyu Purâna. <<

[141] Wilson, Vishnu Purâna, VI, III. <<

[142] El jefe Kumâra, o el Dios-Virgen, un Dhyân Chohan que rehúsa crear. Un Prototipo de San Miguel, que también se niega a hacer lo mismo. <<

[143] Véanse las últimas líneas de la Sección «Chaos, Theos, Kosmos». <<

[144] Ibíd., IV. <<

[145] Esta perspectiva no sería del gusto de la teología Cristiana, que prefiere un Infierno eterno y perdurable para sus partidarios. <<

[146] El término «Elementos» debe entenderse aquí como significando no solo a los elementos visibles y físicos, sino también lo que San Pablo llama Elementos —las Potencias Espirituales Inteligentes—, Ángeles y Demonios en sus formas manvantáricas. <<

[147] Cuando esta descripción sea comprendida correctamente por los orientalistas en su significado esotérico, entonces se verá que esta correlación cósmica de los Elementos del Mundo puede explicar la correlación de las fuerzas físicas mejor que las que ahora se conocen. En todo caso, los teosofistas verán que Prakriti tiene siete formas o principios, «contados desde Mahat a la Tierra». Las «Aguas» significan aquí la «Madre» mística; la Matriz de la Naturaleza Abstracta, en donde es concebido el Universo Manifestado. Las siete «zonas» se refieren a las Siete Divisiones de este Universo, o al Nóumeno de las Fuerzas que le dan la existencia. Todo es alegórico. <<

[148] Vishnu Purâna, lib. VI, cap. IV. Las equivocaciones de Wilson están corregidas, y los términos originales puestos entre corchetes. <<

[149] Como lo que aquí se describe es el Mahâ o Gran Pralaya, llamado Final, todo es reabsorbido en su Elemento original Uno; «los mismos Dioses, Brahmâ y todo lo demás», se dice que mueren y desaparecen durante esta larga «Noche». <<

[150] Los «Constructores de las Estancias». <<

[151] Del Siphra Dzenioutha, cap. I, págs. 16 y siguientes; citado en la Qabbalah de Myer, 232-33. <<

[152] Compárese el Siphra Dzenioutha. <<

[153] Libro I, cap. III. <<

[154] Págs. 219-21. <<

[155] Véase Les Fits de Dieu y L’Inde des Brahmes, pág. 230, de Jacolliot. <<

[156] Si esto no es profético, ¿qué lo es? <<

[157] Wilson: Vishnu Purâna, lib. IV, cap. XXIV. <<

[158] El Maisya Purâna, dice Katápa. <<

[159] Vishnu Purâna, ibíd. <<

[160] Max Müller traduce el nombre por Morya, de la dinastía Mor-ya, a que pertenecía Chandragupta (véase Hystory of Ancient Sanskrit Literature). En el Matsya Purâna, cap. CCLXXII, se habla de la dinastía de diez Moryas o Maureyas. En el mismo capítulo se declara que los Moryas reinarán un día en la India, después de restaurar la raza Kshattriya dentro de muchos miles de años. Solo que aquel reino será puramente espiritual y «no de este mundo». Será el reino del próximo Avatára. El Coronel Tod cree que el nombre de Morya, o Maurya, es una corrupción de Mori, una tribu Rajput; y el comentario sobre el Mahâvanso cree que algunos príncipes han tomado su nombre Maurya de su ciudad llamada Mori, o como lo expone el profesor Max Müller, Morya-Nâgara, que es más correcto, según el Mahâvanso original. La enciclopedia sánscrita Vâchaspattya, según nos comunica nuestro Hermano Devan Bâdhâdur R. Ragoonath Rao, de Madrás, sitúa a Katâpa (Kalápa) al Norte de los Himalayas, y por tanto en el Tíbet. Lo mismo se declara en el Bâdgavata Purâna, Skanda XIL. <<

[161] Ibíd., Vol. III, pág. 325. El Vayu Purâna declara que Moru restablecerá los Kshattriyas en el próximo Yuga diecinueve. (Véase Five Years of Theosophy, 482, artículo «Los Moryas y Koothoomi»). <<

[162] Cap. LXXXI. <<

[163] I, II. <<

[164] En los Purânas indos, Vishnu, el Primer Logos, y Brahmâ, el Segundo, o el Creador Ideal y el Práctico, son los que están respectivamente representados, uno como manifestando el Loto, y el otro como saliendo del mismo. <<

[165] No los esfuerzos, sin embargo, de las facultades psíquicas educadas de un Iniciado en la Metafísica oriental y en los Misterios de la Naturaleza Creadora. El Profano de las edades pasadas es el que ha degradado el puro ideal de la Creación Cósmica en un emblema de reproducción, y funciones sexuales meramente humanas. Las Enseñanzas Esotéricas y los Iniciados del Futuro son los que tienen y tendrán la misión de redimir y ennoblecer una vez más el concepto primitivo, tan tristemente profanado por su cruda y grosera aplicación a los dogmas y personificaciones esotéricos, por teólogos y eclesiásticos. El culto silencioso de la Naturaleza abstracta o noumenal, la sola manifestación divina, es la única religión ennoblecedora de la Humanidad. <<

[166] Seguramente, las palabras del antiguo Iniciado en los Misterios primitivos del Cristianismo: «No sabéis que sois el Templo de Dios» (I, Corint., III, 16), no podían aplicarse a los hombres en este sentido, aun cuando, innegablemente, el significado era declarado así en las mentes de los compiladores hebreos del Antiguo Testamento. Y aquí está el abismo que existe entre el simbolismo del Nuevo Testamento y el Canon judío. Este abismo hubiera continuado y se hubiera agrandado si el Cristianismo, y más en particular y notoriamente la Iglesia latina, no hubieran echado un puente entre ambos. El Papismo moderno lo ha acortado por completo por medio de su dogma de las dos inmaculadas concepciones, y el carácter antropomórfico, e idólatra al mismo tiempo, que ha asignado a la Madre de su Dios. <<

[167] Fue llevada al extremo solo por la Biblia hebrea y por su servil copista, la teología cristiana. <<

[168] La misma idea se halla desarrollada esotéricamente en los incidentes del éxodo de Egipto. El Señor Dios tienta al Faraón de un modo penoso, y lo «atormenta con grandes plagas», para que el Rey no escape al castigo, y evitar así todo pretexto para otro triunfo más a su «pueblo escogido». <<

[169] Éxodo, II, 10. Y hasta a las siete hijas del sacerdote Madianita, que vinieron a sacar agua, y a quien Moisés ayudó a dar agua a su ganado, por cuyo servicio el Madianita da a Moisés su hija Zipporah, o Sippara, la Onda brillante, por esposa (Éxodo, II, 16-21). Todo esto tiene el mismo significado secreto. <<

[170] Entre los egipcios era la resurrección del renacimiento, después de 3000 años de purificación, sea en el Devachán o en los «Campos de la Dicha». <<

[171] Semejantes «Dioses ranas» pueden verse en Boulaq, en el Museo del Cairo. En cuanto a lo manifestado sobre las lámparas de las iglesias y las inscripciones, es responsable el sabio exdirector del Museo de Boulaq, M. Gastón Maspero. (Véase su Guide au Musée de Boulaq, página 146). <<

[172] La Diosa en el santuario de Alcámenes. <<

[173] La Mitología antigua incluye la Astronomía arcaica lo mismo que la Astrología. Los planetas eran las manecillas que señalaban, en la esfera de nuestro Sistema Solar, las épocas de ciertos sucesos históricos. De este modo, era Mercurio el mensajero destinado a marcar el tiempo durante los fenómenos diarios solares y lunares, estando además relacionado con el Dios y la Diosa de la Luz. <<

[174] Noción vedantina empequeñecida y caricaturesca de Parabrahman, que contiene en sí misma todo el Universo, como siendo el mismo Universo ilimitado, no existiendo nada fuera de él. <<

[175] Precisamente como lo son hasta hoy en la India; el toro de Shiva, y la vaca, representa varias Shaktis o Diosas. <<

[176] De aquí el culto de la Luna por los hebreos. <<

[177] «Varón y Hembra, los creó». <<

[178] Porque era demasiado sagrada. En los Vedas se menciona como: AQUELLO. Es la «Causa Eterna», y por tanto, no puede denominársela «Causa Primera»; término que implica, a la vez, la ausencia de Causa. <<

[179] Pneumalologie: Des Esprits, tomo III, pág. 117, «Archéologie de la Vierge Mère». <<

[180] Página 23. <<

[181] Qabbalah de Myer, 335-6. <<

[182] Moreh Nebhuchim, III, XXXMoreh Nebhuchim, III, XXX. <<

[183] Véase De Diis Syriis, Teraph, II, Synt, pág. 31. <<

[184] I.I.21. <<

[185] Pausanias, VIII, 35-8. <<

[186] Cornutus, De Natura Deorum, XXXIV, I. <<

[187] Los Católicos Romanos deben la idea de consagrar el mes de Mayo a la Virgen, al pagano Plutarco, que muestra que «Mayo está consagrado a Maia () o Vesta» (Aulus Gellius sub voc. Maia), nuestra madre tierra, nuestra nodriza que nos alimenta, personificada. <<

[188] Thot-Lunus es el Budha-Soma de la India, o Mercurio y la Luna. <<

[189] Ezequiel, VIII, 16. <<

[190] En la alegoría, la Tierra busca su salvación en la huida, perseguida por Prithu. Toma la forma de una vaca, y, temblando de terror, corre y se oculta hasta en las regiones de Brahmâ. Por lo tanto, no es nuestra Tierra. Además, en todos los Purânas, el ternero cambia de nombre. En uno es Manu Svâyambhuya, en otro Indra, en un tercero el mismo Himavat (Himâlaya), mientras que Meru era el que ordeñaba. Esta es una alegoría más profunda de lo que se pueda creer. <<

[191] Su clara comprensión, es que los egipcios profetizaron a Jehovah (!) y a su Redentor encarnado (la buena serpiente), etc., hasta identificar a Tifón con el perverso dragón del Edén. ¡Y esto pasa como ciencia seria y sobria! <<

[192] Hathor es la Isis infernal, principalmente la Diosa de Occidente o el Mundo Inferior. <<

[193] Esto procede de De Mirville, que confiesa con orgullo la semejanza y él debía saberla. Véase «Archéologie de la Vierge Mère» en su Des Esprits, págs. 111-113. <<

[194] Magie, pág. 153. <<

[195] De Mirville, Ibíd., págs. 116 y 119. <<

[196] Hymns to Minerva, pág. 19. <<

[197] Sermon sur la Sainte Vierge. <<

[198] Apoc., cap. XII. <<

[199] Wagner y McDowall, Asgard and the Gods, pág. 86. <<

[200] Véase De Vita Apollonii, I, XIV. <<

[201] Adv. Hœres, XXXVII. <<

[202] Gerald Massey, The Natural Genesis, I, 340. <<

[203] Cap. XV. <<

[204] Cap. XI. <<

[205] De Mundi Opif., Par., págs. 30 y 419. <<

[206] Por la misma razón se enumera de igual modo la división de los principios del hombre en siete, pues describen el mismo círculo en la naturaleza superior e inferior humana. <<

[207] Así pues, la división septenaria es la más antigua y precedió a la división cuádruple. Es la raíz de la clasificación arcaica. <<

[208] En el buddhismo y en el Esoterismo chino, los Genios están representados por cuatro dragones, los Mahârâjahs de las Estancias. <<

[209] Ob. cit., II, 312-13. <<

[210] Ibíd., I, pág. 321. <<

[211] Proclus, Timœus, I. <<

[212] Prep. Evang., I, III, 3. <<

[213] Ob. cit., págs. 366-68. <<

[214] Job, II. <<

[215] Génesis, VI. <<

[216] Santiago, I, 13. <<

[217] Santiago, I, 2, 12, y Mateo, VI, 13. Véase Cruden, sub. voc. <<

[218] Padma Purâna. <<

[219] Vishnu Purâna, I. I. <<

[220] Vol. III, cap. X. <<

[221] Véase Nabathean Agriculture, de Chwolsohn, II, 217. <<

[222] Un día de Brahmâ dura 4 320 000 000 de años —multiplíquese esto por ¡360! Los Asuras (No-dioses, o demonios) son aquí todavía Suras. Dioses superiores en jerarquía a esos Dioses secundarios que ni se nombran siquiera en los Vedas. La duración de la Guerra muestra su significación, así como también que los combatientes son solo Poderes Cósmicos personificados. Es evidente que la forma ilusoria de Mâyâmoha, tomada por Vishnu, fue atribuida en arreglos posteriores de antiguos textos, con fines sectarios y por odium theologicum, a Buddha y a los Daityas, como en el Vishnu Purâna, a menos que fuese una fantasía del mismo Wilson. También se figuró encontrar una alusión al buddhismo en el Bhagavad-Gîtâ, mientras que, según ha probado K. T. Telang, había confundido a los buddhistas con los antiguos materialistas Chârvâka. La versión no se encuentra en ningún otro Purâna, si es que la alusión existe, como lo pretende el profesor Wilson, en el Vishnu Purâna, cuya traducción, especialmente la del libro III, cap. XVIII, en donde el reverendo orientalista introduce arbitrariamente a Buddha y lo presenta enseñando el buddhismo a los Daityas, produjo otra «gran guerra» entre él y el Coronel Vans Kennedy. Este último le inculpé públicamente de interpretar de un modo falso y de intento los textos puránicos. «Afirmo» —escribía el Coronel en Bombay en 1840— «que los Purânas no contienen lo que el profesor Wilson ha afirmado que se encuentra en ellos…; hasta que no se demuestren semejantes pasajes, me será permitido repetir mis primeras conclusiones, de que la opinión del profesor Wilson respecto de que los Purânas, tal como ahora aparecen, son compilaciones hechas entre los siglos VIII y el XVII (¡después de Cristo!), se funda tan solo en suposiciones gratuitas y en asertos infundados, y que sus razonamientos son fútiles, sofísticos, contradictorios e improbables». (Véase Vishnu Purâna, traducción de Wilson, editado por Fitzedward Hall, vol. V, apéndice). <<

[223] Esta declaración pertenece a la tercera Guerra, puesto que los continentes terrestres, mares y ríos, se hallan mencionados en relación con ella. <<

[224] Vishnu Purâna, III, XVII (Wilson, vol. III, 204-5). <<

[225] Libro I, cap. XVII (Wilson, vol. II, 36), en la historia de Prahlâda —el Hijo del Hiranyakashipu, el Satán puránico, el gran enemigo de Vishnu, y el Rey de los Tres Mundos— en cuyo corazón penetró Vishnu. <<

[226] Ibíd., I, IV (Wilson, vol. I, 64). <<

[227] II, Crónicas, II, 5. <<

[228] «Hubo un día en que los Hijos de Dios se presentaron ante el Señor, y en que Satán, con sus hermanos, se presentó también al Señor» (Job, II, Abyss; texto Etiópico). <<

[229] Ibíd., vol. III, 205-7. <<

[230] Journal of the Royal Asiat. Society, XIX, 302. <<

[231] La opinión de Wilson de que el Vishnu Purâna es una producción de nuestra Era, y que, en su forma actual, no es más antiguo que del siglo VIII al XVII (!!), resulta absurda a no poder serlo más. <<

[232] Página 3. <<

[233] Ibíd., página 2. <<

[234] Ibíd., página 21. <<

[235] Véase The Monthly Magazine, de abril de 1797. <<

[236] «» (I.166); considerado en la antigüedad como significando «fue generado» y no simplemente «fue». (Véase la introducción de Taylor al Parménides de Platón, página 260). <<

[237] Véase el artículo de Tomás Taylor en su Monthly Magazine, citado en el Platonist de febrero de 1887, editado por T. M. Johnson, M. S. T. Osceola, Missouri. <<

[238] La confusión entre el «Límite» y el «Infinito» es lo que fue objeto de los sarcasmos de Kapila en sus discusiones con los Yoguis brahmanes que pretenden ver al «Ser Superior» en sus visiones místicas. <<

[239] Ibíd. <<

[240] Vit Pythag., pág. 47. <<

[241] Asgard and the Gods, 22. <<

[242] Vâch: la «vaca melodiosa, que produce la subsistencia y el Agua», y nos proporciona el «alimento y sustento», según la descripción del Rig Veda. <<

[243] The Theosophist, febrero de 1887, págs. 302-3. <<

[244] Ibíd., pág. 304. <<

[245] The Masonic Review de junio, 1886. <<

[246] Objetiva en el mundo de Mâyâ por supuesto; tan real, sin embargo, como lo somos nosotros. <<

[247] En el curso de la manifestación cósmica, esta Daiviprakriti, en lugar de ser la Madre del Logos, debiera, estrictamente hablando, ser llamada su Hija («Notes on the Bhagavad-Gîtâ», pág. 305, The Theosophist, febrero de 1887). <<

[248] Los sabios, que, como Stanley Jones entre los modernos, inventaron un método para hacer que lo incomprensible asuma una forma tangible, solo pudieron lograrlo recurriendo a números y figuras geométricas. <<

[249] El Pranava, Om, es un término místico que pronuncian los Yoguis durante la meditación; entre los términos llamados Vyâkritis, según los comentadores exotéricos, o sea Aum, Bhuh, Bhuvah, Svah (Om, Tierra, Firmamento, Cielo), Pranava es, quizás, el más sagrado. Le pronuncian suprimiendo el aliento. Véase Manu, II, 76-81, y Mitakshara comentando acerca del Yâjnavâlkya-Smriti, I, 23. Pero la explicación esotérica va mucho más allá. <<

[250] «Notes on the Bhagavad-Gîtâ». —Ibíd., pág. 307. <<

[251] Esta Trinidad es la alegorizada por los —Tres Pasos de Vishnu—; lo que significa, siendo considerado Vishnu como lo Infinito en el esoterismo, que del Parabrahman partieron Mûlaprakriti, Purusha (el Logos) y Prakriti; las cuatro formas —con él mismo, la síntesis— de Vâch. Y en la Kabalah Ain-Soph, Shekinah, Adam Kadmon y Sephira, las cuatro, o las tres, emanaciones siendo distintas, sin embargo son Una. <<

[252] Book of Numbers, caldeo. En la Kabalah corriente el nombre Jehovah reemplaza al de Adam Kadmon. <<

[253] Dice Justino Mártir que debido a su ignorancia de esas cuatro ciencias fue rechazado por los pitagóricos como candidato a la admisión en su escuela. <<

[254] Diógenes Laertius, en Vit Pythag. <<

[255] 31 415, o p la síntesis, o la Hueste Unificada en el Logos, y el Punto, llamado en el Catolicismo Romano el «Ángel de la Faz», y en hebreo Miguel «que es [igual a, o lo mismo que] como Dios», la representación manifestada. <<

[256] Aparecen al principio de los Ciclos, como también de cada Año Sideral de 25 868 años. Por esto, los Kabiera o Kabarim recibieron su nombre en Caldea, pues significa las Medidas del Cielo, de Kob, «medida de» y de Urim, «Cielos». <<

[257] The Natural Genesis, II, 316. <<

[258] Véase Œdipus Ægyptiacus, II, 423, de Kircher. <<

[259] Esta palabra egipcia, Naja, recuerda mucho al Nâga indo, el Dios Serpiente. Brahma, Shiva y Vishnu están coronados y relacionados con Nâgas, signo de carácter cíclico y cósmico. <<

[260] Comment on the Yashma, 174. <<

[261] Primer tratado, pág. 59. <<

[262] Dice el traductor de la Qabbalab de Avicebron acerca de esa «Suma Total»: «La letra de Kether es (Yod), de Binah (Heh), juntas YaH, el nombre femenino; la tercera letra, la de Hokhmah, es (Vav), formando juntas YHV de YHVH, el Tetragrammaton, y en realidad, los símbolos completos de su eficacia. La última (Heh) de este Nombre Inefable, se aplica siempre a los Seis Inferiores y al último, en junto los Siete Sephiroth restantes». (Qabbalah de Myer, pág. 263). Así pues, el Tetragrammaton solo es santo en su síntesis abstracta. Como Cuaternario conteniendo a los Siete Sephiroth inferiores, es fálico. <<

[263] Esta afirmación, por supuesto, será tachada de falsa y absurda, y se reirán sencillamente de ella. Mas si se cree en la sumersión final de la Atlántida ocurrida hace 850 000 años, según se enseña en el Buddhismo Esotérico —el primer hundimiento gradual, habiendo principiado durante el período Eoceno—, tiene que admitirse la afirmación respecto a la llamada Lemuria, el continente de la Tercera Raza Raíz, casi destruido primeramente por combustión, y sumergido después. Según enseña el Comentario: «Habiendo sido la Primera Tierra, purificada por los Cuarenta y Nueve Fuegos, sus habitantes, nacidos del Fuego y del Agua, no podían morir…; la Segunda Tierra [con su Raza] desapareció de igual modo que se desvanece el vapor en el aire… La Tercera Tierra vio consumirse todas las cosas sobre ella después de la Separación, y se hundió en el Abismo inferior [el Océano]. Esto tuvo lugar hace dos veces ochenta y dos Años Cíclicos». Ahora bien; un Año Cíclico es lo que llamamos un Año Sideral, y está basado en la Precesión de los Equinoccios. La duración del año sideral es de 25 868 años; y por lo tanto, el período mencionado en el Comentario es igual en total a 4 242 352 años. En el volumen III se encontrarán más detalles. Entretanto esta doctrina está encerrada en los «Reyes de Edom». <<

[264] La misma reserva encuéntrase en el Talmud, y en todo sistema nacional de religión, bien sea monoteísta o esotéricamente politeísta. Del admirable poema religioso, debido al kabalista Rabbi Salomón ben Yehudah Ibn Gebirol, en el «Kether Malchuth, —entresacamos unas cuantas definiciones dadas en las oraciones de Kippur—: Tú eres Uno, el principio de todos los números, y la base de todos los edificios; Tú eres Uno, y en el secreto de Tu unidad piérdense los más sabios de los hombres, porque no la conocen. Tú eres Uno, y Tu Unidad jamás disminuye, jamás se amplía, y no puede ser cambiada. Tú eres Uno, mas no como un elemento de numeración; porque Tu Unidad no admite multiplicación, cambio o forma. Tú eres existente; pero la comprensión y visión de los mortales no puede alcanzar tu existencia, ni determinar, respecto a ti, el Dónde, el Cómo y el Porqué. Tú eres Existente, pero solo en ti mismo, no habiendo ningún otro que existir pueda contigo. Tú eres Existente antes de todo tiempo y sin lugar. Tú eres Existente, y tan profunda y secreta es tu existencia, que nadie puede penetrar y descubrir tu secreto. Tú Vives, mas no dentro de tiempo alguno que pueda fijarse o conocerse. Vives, mas no por efecto de un espíritu o un alma, porque Tú eres Tú mismo, el Alma de Todas las Almas». Media gran distancia entre esta Deidad kabalística y el Jehovah bíblico, el Dios despiadado y vengativo de Abraham, Isaac y Jacob, que tentó al primero y luchó con el último. ¡Ningún vedantino dejaría de repudiar a un Parabrahman semejante! <<

[265] Edkin, Chinese Buddhism, cap. XX. Y obraron muy sabiamente. <<

[266] Si la rechazó, fue fundándose en lo que él llama los «cambios»; en otras palabras, los renacimientos del hombre y las constantes transformaciones. Negaba inmortalidad a la personalidad del hombre, como lo hacemos nosotros, no al Hombre. <<

[267] Pueden los protestantes reírse; pero los católicos romanos no tienen derecho de mofarse de él, sin hacerse culpables de blasfemia y sacrilegio. Porque hace más de 200 años que fue canonizado Confucio como Santo en China por los católicos romanos, que de este modo han logrado muchas conversiones entre los confucionistas ignorantes. <<

[268] No son pocos los animales considerados en la Biblia como sagrados: como por ejemplo el Chivo, el Azaz-el, o Dios de la Victoria. Como dice Aben Ezra: «Si eres capaz de comprender el misterio de Azazel, aprenderás el misterio de Su [de Dios] nombre, pues tiene asociados similares en las Escrituras. Te diré por alusión una parte del misterio; cuando tengas treinta y tres años de edad me comprenderás». Así sucede con el misterio de la Tortuga. Divirtiéndose con la poesía de las metáforas Bíblicas, que asocian el nombre de Jehovah con «piedras incandescentes», «animales sagrados», etcétera, y citando de la Biblia de Vence (XIX, pág. 318), escribe un piadoso escritor francés: «Seguramente todos ellos son Elohim, como su Dios»: pues esos Ángeles «asumen por medio de una santa usurpación el nombre divino mismo de Jehovah, cada vez que le representan» (De Mirville, Des Esprits). Nadie ha dudado jamás de que el Nombre debe haber sido asumido cuando, bajo la apariencia del Infinito, el Uno Incognoscible, los Malachim o Mensajeros descendían a comer y beber con los hombres. Pero si los Elohim, y hasta Seres inferiores, que asumen el nombre de Dios, eran y son aún adorados, ¿por qué ha de llamarse Demonios a los mismos Elohim, cuando aparecen bajo los nombres de otros Dioses? <<

[269] Mateo, XXIV, 28. <<

[270] Bryant tiene razón al decir: «el bardismo druídico dice, hablando de Noé, que cuando salió del arca (el nacimiento de un nuevo ciclo), después de haber permanecido en ella un año y un día, esto es, 364 + 1 = 365 días, fue felicitado por Neptuno por su nacimiento de entre las aguas del Diluvio, quien le deseó un Feliz Año Nuevo». El «Año» o ciclo, esotéricamente, era la nueva raza de hombres, nacidos de mujer, después de la Separación de los Sexos, que es el secundario significado de la alegoría; siendo el primario el principio de la Cuarta Ronda, o la nueva Creación. <<

[271] De un manuscrito inédito. <<

[272] O literalmente: «Un Espíritu Prâdânika Brahman: Lo que era». El «Espíritu Prâdânika Brahma» es Mûlaprakriti y Parabrahman. <<

[273] Wilson, Vishnu Purâna, I, 73-75. <<

[274] Orígenes, Contra Celsum, VI, cap. XXII. <<

[275] Timœus. <<

[276] «Y la cuarta creación es aquí la primaria, pues las cosas inmóviles son conocidas enfáticamente como primarias», según la traducción de un comentario por Fitzedward Hall en su edición de la versión de Wilson. <<

[277] ¿Cómo pueden las «divinidades» haber sido creadas después de los animales? El significado esotérico de la expresión «animales» es los gérmenes de toda vida animal, incluso el hombre. El hombre es llamado un animal sacrificatorio, esto es, el único en la creación animal que sacrifica a los Dioses. Además, por «animales sagrados» entiéndese a menudo en los textos sagrados los doce signos del Zodíaco, como ya se ha dicho. <<

[278] Vishnu Purâna, Ibíd. <<

[279] Ob. cit., I, IX. <<

[280] Qabbalah, de Myer, 415-16. <<

[281] Contra Hœer, I, XVII, I. <<

[282] Ibíd., I, XXX. <<

[283] Superiores tan solo a los Espíritus, o «Cielos», de la Tierra. <<

[284] Ibíd., I, V, 2. <<

[285] Véase Isis Sin Velo, tomo III. <<

[286] Véase también Gnostics and their Remains, de King, pag. 97. Otras sectas consideraban a Jehovah como Ialdabaoth mismo. King le identifica con Saturno. <<

[287] Leyes de Manu, I, 33. <<

[288] Irenœus, Ob. cit., I, XXX, 6. <<

[289] En otro lugar, sin embargo, revélase la identidad. Véase supra la cita de Ibri Gabirol y sus 7 cielos, 7 tierras, etcétera. <<

[290] Éstas no deben confundirse con las «TINIEBLAS» precósmicas, el TODO Divino. <<

[291] I, 2; y también al principio del II. <<

[292] Las citas que siguen, al tratarse de las siete Creaciones, están sacadas todas del Vishnu Purâna, libro I, cap. I-V, salvo cuando están resumidas de otro modo. <<

[293] I, 240. <<

[294] Brucker, ibíd. <<

[295] Compárese en el Génesis, XIX, 348, y IV, I. <<

[296] Vishnu es a la vez Bhûtesha, «Señor de los Elementos» y de todas las cosas, y Vishvarûpa, «Substancia Universal» o Alma. <<

[297] Compárese, para sus «tipos posteriores, —el Tratado escrito por Trithemio, maestro de Agrippa en el siglo XVI—, concerniente a las Siete Inteligencias Secundarias o Espirituales, que, después de Dios, animan al Universo»; el cual, además de ciclos secretos y diversas profecías, revela ciertos hechos y creencias sobre los Genios o los Elohim, que presiden y dirigen los períodos septenarios del Curso del Mundo. <<

[298] Desde el primer momento, los orientalistas han tropezado con grandes dificultades respecto a la posibilidad de un orden cualquiera en las «Creaciones» Puránicas. Wilson confunde muy frecuentemente a Brahman con Brahmâ, por lo que le critican sus sucesores. Los Textos originales sánscritos son preferidos por Mr. Fitzedward Hall para la traducción del Vishnu Purâna, al texto empleado por Wilson. «Si el profesor Wilson hubiese participado de las ventajas que hoy día están al alcance del estudiante de la filosofía inda, indudablemente se hubiese expresado de una manera distinta» —dice el editor de su obra. Esto hace recordar la respuesta dada por uno de los admiradores de Tomás Taylor a los eruditos que criticaban sus traducciones de Platón: «Taylor puede haber sabido menos griego que sus críticos, pero conocía mejor a Platón». Nuestros actuales orientalistas desfiguran el sentido místico de los textos sánscritos, más que lo ha hecho nunca Wilson, aunque este último es indudablemente culpable de muy grandes errores. <<

[299] Vâyu Purâna. <<

[300] Collected Works, III, 281. <<

[301] El profesor Wilson traduce como si los animales fuesen más elevados en la escala de la «creación» que las divinidades, o ángeles, aunque la verdad acerca de los Devas se revela muy claramente más adelante. Esta «Creación» —dice el texto— es a la vez Primaria (Prâkrita), y Secundaria (Vaikrita). Es la Secundaria, con respecto al origen de los Dioses nacidos de Brahmâ, el creador personal antropomórfico de nuestro universo material; es la Primaria como afectando a Rudra, que es el producto inmediato del Primer Principio. El término Rudra no es tan solo un título de Shiva, sino que abarca agentes de creación, ángeles y hombres, como se mostrará más adelante. <<

[302] Ni planta ni animal, sino una existencia entre los dos. <<

[303] Five Years of Theosophy, pág. 276, art. «Mónada Mineral». <<

[304] «Estas nociones» —observa el profesor Wilson— «el nacimiento de Rudra y de los santos, parecen haber sido tomadas de los Shaivas, y torpemente injertadas en el sistema Vaishnava». Antes de aventurar semejante hipótesis, debiera de haber consultado el significado esotérico. <<

[305] Véase Sânkkya Kârikâ, vol. 46, pág. 146. <<

[306] Parâshara, el Rishi Védico, a quien Pulastya entregó el Vishnu Purâna, y que lo enseñé a Maitreya, es colocado por los orientalistas en distintas épocas. Según se observa correctamente en The Hindu Classical Dictionary: «Las especulaciones respecto a la Era en que vivió difieren mucho, de 575 años de J. C., a 1391 años antes de J. C., y no pueden inspirar confianza». Perfectamente exacto; pero no son menos dignas de inspirar confianza que cualquiera de las otras fechas indicadas por los sanscritistas, tan célebres en su género de imaginación arbitraria. <<

[307] Pueden, sin duda, indicar una «creación» «especial» o extra, ya que ellos son quienes, encarnándose en las envolturas sin razón humanas de las dos primeras Razas-Raíces y en una gran parte de la Tercera Raza-Raíz, crean, por decirlo así, una nueva raza; la de los hombres pensadores, divinos, conscientes de sí mismos. <<

[308] Hindu Classical Dictionary. <<

[309] Linga Purâna, Sección Anterior, LXX, 174. <<

[310] Véase «Manu», I, 10. <<

[311] Véanse los Linga, Vâyu y Mârkandeya Purânas. <<

[312] Weber, Akad. Vorles, 213, 214, etcétera. <<

[313] Movers, Phoinizer, 282. <<

[314] IX, 850. <<

[315] Stromata, I. V. 6. <<

[316] El Gehentia de la Biblia era un valle cerca de Jerusalén, donde los judíos monoteístas inmolaban sus hijos a Moloch, si es que hemos de creer en las palabras del profeta Jeremías. La Mansión escandinava de Hel o Hela era una región fría —también Kâma Loka—, y el Amenti egipcio, era un lugar de purificación. (Véase Isis sin Velo, III). <<

[317] I, VI, I. <<

[318] Cod. Naz., I, 47; véase también los salmos, LXXXIX, 18. <<

[319] I, Cor., VIII, 5. <<

[320] Concerning Divine Names, traducción Darboy, 364. <<

[321] Véase De Mirville, Des Esprits, II, 322. <<

[322] The Correlation of Physical Forces, pág. 89. <<

[323] Ibíd., XIV. <<

[324] II, Sam., XXII, 9, 1. <<

[325] Deut., IV, 24. <<

[326] Ob. cit., 111, 415. <<

[327] Sam., XXII, 14, 15. <<

[328] Herodoto. Polymnia. 190-191. <<

[329] VIII, 24. <<

[330] Fa-bwa-King. <<

[331] Véase La Mission des Juifs. <<

[332] China Revealed, según cita en el Phallicism de Hargrave Jennings, pág. 273. <<

[333] Pág. 202. <<

[334] Ob. c., pág. 60. <<

[335] Ibíd. <<

[336] Round Towers of Ireland, de O’Brien, pág. 61, citado por Hargrave Jennings, en su Phallicism, pág. 246. <<

[337] Introduction to the Science of Religion, pág. 332. <<

[338] Pantheon, texto 3. <<

[339] Siendo, por supuesto, su intelecto de una naturaleza enteramente distinta de cualquiera que podamos concebir en la tierra. <<

[340] Véase su Tercera Carta a Bentley. <<

[341] El Paraíso Perdido, Libro VII. <<

[342] Ensayo sobre la Verdad, de Bacon. <<

[343] El Paraíso Perdido, Libro III. <<

[344] Concepts of Modern Physics, págs. XI, XII, Introd. a la 2.ª edición. <<

[345] «Recherches expérimentales sur la relation qui existe entre la résistence de l’air et sa température», pág. 68, traducido de la cita de Stallo. <<

[346] De la crítica de Concepts of Modern Physics in Nature. Véase la obra de Stallo, pág. XVI de la introducción. <<

[347] Mr. Robert Ward, discutiendo las cuestiones del Calor y la Luz en el Journal of Science, de noviembre 1881, demuestra cuán completamente ignorante es la Ciencia sobre uno de los hechos más comunes de la Naturaleza: el calor del Sol. Dice así: «La cuestión de la temperatura del sol ha sido objeto de investigación para muchos sabios: Newton, uno de los primeros investigadores de este problema, trató de determinarlo, y después de él todos los sabios que se han ocupado de calorimetría han seguido su ejemplo. Todos han creído acertar y han formulado sus resultados con gran confianza. He aquí, por orden cronológico de la publicación de los resultados, las temperaturas (en grados centígrados) encontradas por cada uno de ellos: Newton, 1 699 300º; Pouillet, 1461º; Tollner, 102 200º; Secchi, 5 344 840º; Ericsson, 2 726 700º; Fizeau, 7500º; Waterston, 9 000 000º; Spoëren, 27 000º; Deville, 9500º; Soret, 5 801 846º; Vicaire, 1500º; Rosetti, 20 000º. ¡¡La diferencia es de 1400º a 9 000 000º, o no menor de 8 998 600º!! No existe probablemente en la Ciencia una contradicción más pasmosa que la revelada por estas cifras». Y, sin embargo, si presentase un ocultista un cálculo, sin duda alguna todos esos señores protestarían enérgicamente en nombre de la Ciencia «exacta» por la no admisión de su resultado particular. <<

[348] Véase Correlation of the Physical Forces, Prefacio. <<

[349] Soirées, vol. II. <<

[350] La obra de Stallo anteriormente citada, Concepts of Modern Physics, volumen que ha originado las protestas y críticas más ardientes, se recomienda a todos los que duden de esta afirmación. «El antagonismo declarado de la ciencia hacia la especulación metafísica —escribe— ha conducido a la mayoría de los especialistas científicos a la suposición de que los métodos y resultados de la investigación empírica son por completo independientes del dominio de las leyes del pensamiento. O ignoran y guardan silencio, o bien repudian abiertamente los más simples cánones de la lógica que incluyen las leyes de la no contradicción, y… se resienten del modo más acerbo de toda aplicación de la ley de consecuencia a sus hipótesis y teorías… considerando su examen… a la luz de esas leyes, como una impertinente intrusión “de principios y métodos a priori” en el dominio de la ciencia empírica». Las personas de esta clase no encuentran dificultad en sostener que los átomos son absolutamente inertes, al mismo tiempo que afirman que son perfectamente elásticos; o en mantener que el universo físico, en su último análisis, se resuelve en materia «muerta» y en movimiento, negando sin embargo que toda energía física sea en realidad kinética; o en proclamar que todas las diferencias fenomenales en el mundo objetivo son últimamente debidas a los varios movimientos de unidades materiales absolutamente simples, y a pesar de esto, «repudian la proposición de que esas unidades sean iguales» (P. XIX). La ceguera de físicos eminentes respecto a algunas de las consecuencias más obvias de sus propias teorías es maravillosa. «Cuando el profesor Tait, en unión con el profesor Stewart, anuncia que la materia es simplemente pasiva (The Unseen Universe, sec. 104), y luego, de acuerdo con Sir William Thomson, declara que la materia tiene un poder innato para resistir a las influencias externas (Treat. On Nat. Phil, vol. I, sec. 216), no es impertinencia alguna preguntar cómo pueden conciliarse entre sí esas declaraciones. Cuando el profesor Du Bois Reymond… insiste en la necesidad de reducir todos los procesos de la naturaleza a los movimientos de un substancial e indiferente substrato destituido por completo de cualidad (Ueber die Grenzen des Naturerkennens, pág. 5), habiendo declarado poco antes, en la misma conferencia, que la resolución de todos los cambios, en el mundo material, en movimiento de átomos producidos por sus fuerzas centrales constantes sería el complemento de la ciencia natural», nos encontramos en una perplejidad de que «tenemos derecho de que se nos saque» (Pref. XLIII). <<

[351] Stallo, loc. cit., pág. X. <<

[352] Silliman’s Journal, vol. VIII, pág. 364 y siguientes. <<

[353] Véase Treatise on Electricity, de Clerk Maxwell, y compárese con Mémoire sur la Dispersion de la Lumiére, de Cauchy. <<

[354] Stallo, loc. cit., pág. X. <<

[355] Nature, vol. XXVII, pág. 304. <<

[356] Ob. cit., pág. XXIV. <<

[357] ¡Algún tanto diferentes!, exclama Stallo. «La verdadera significación de ese “algún tanto” es que el medio en cuestión no es, en modo inteligible alguno, material, puesto que no tiene ninguna de las propiedades de la materia». Todas las propiedades de la materia dependen de diferencias y cambios, y el «hipotético Éter» definido aquí, no solo está destituido de diferencias, sino que es incapaz de diferencia y cambio —en el sentido físico agreguemos—. Esto prueba que si el Éter es «materia», solo es tal como algo visible, tangible y existente únicamente para sentidos espirituales; que es en efecto un Ser —mas no de nuestro plano— Pater Æther, o Âkâsha. <<

[358] Veræ Causæ para la ciencia física, son causas mayávicas o ilusorias para el ocultista, y viceversa. <<

[359] Muy «diferenciado», por el contrario, desde el día en que salió de su condición laya. <<

[360] Ob. cit., págs. XXIV a XXVI. <<

[361] Sept Leçons de Physique Générale, pág. 38 y sig., ed. Moigno. <<

[362] Defin. 8, B. I. Prop. 69, «Scholium». <<

[363] Véase Modern Materialism, por el Rey. W. F. Wílkinson. <<

[364] El materialista Le Couturier escribe: «La atracción se ha convertido ahora para el público en lo que era para el mismo Newton: una simple palabra, una Idea» (Panorama des Mondes), puesto que su causa es desconocida. Herschel dice virtualmente lo mismo cuando observa que siempre que estudia el movimiento de los cuerpos celestes y los fenómenos de la atracción se siente penetrado a cada instante de la idea de «la existencia de causas que para nosotros obran tras de un velo que disfraza su acción directa» (Musee des Sciences, agosto 1856). <<

[365] Si se nos censura que creamos en Dioses y Espíritus activos mientras rechazamos a un Dios personal, contestaremos a los teístas y monoteístas: Admitid que vuestro Jehovah es uno de los Elohim, y estaremos dispuestos a reconocerle. Haced de él el Dios Eterno, Infinito y ÚNICO, como lo hacéis, y jamás le aceptaremos bajo ese carácter. Dioses de tribu ha habido muchos; la Deidad Única Universal es un principio, una Idea fundamental abstracta que nada tiene que ver con la obra impura de la Forma finita. No adoramos a los Dioses; solo los honramos como a seres superiores a nosotros. Con ello obedecemos a la orden mosaica, mientras que los críticos desobedecen a su Biblia, y más que nadie, los misioneros. «No ultrajarás a los Dioses», dice uno de ellos —Jehovah— en el Éxodo, XXII, 28; pero se ordena al mismo tiempo en el versículo 20: «Quien ofreciese sacrificios a cualquier Dios, excepto únicamente al Señor, será destruido». Ahora bien; en los textos originales no es Dios sino Elohim —y desafiamos se nos contradiga—, y Jehovah es uno de los Elohim, como lo prueban sus propias palabras en el Génesis, III, 22, cuando «el Señor Dios dijo: Ved al Hombre que se ha hecho como uno de nosotros». Por consiguiente, tanto aquellos que adoran y sacrifican a los Elohim, a los Ángeles, y a Jehovah, como los que ultrajan a los Dioses de sus semejantes, cometen una trasgresión mucho mayor que los ocultistas o que cualquier teósofo. Al mismo tiempo, muchos de los últimos prefieren creer en un «Señor» u otro, y son perfectamente dueños de hacer lo que gusten. <<

[366] Comparar las «especies inmateriales a hierro leñoso», y reírse de Spiller por que habla de ellas como de «materia incorpórea», no resuelve el misterio (Véase Concepts of Modern Physics, pág. 165, et infra). <<

[367] Véase Vossius, vol. II, pág. 528. <<

[368] De Cœlo, I, 9. <<

[369] De Motibus Planetarum Harmonicis, pág. 248. <<

[370] World Life, profesor Winchell, LL. D., págs. 49 y 50. <<

[371] Panorama des Mondes, págs. 47 y 53. <<

[372] Newton, Opties, III, Query, 28, 1704; citado en World-Life, pág. 50. <<

[373] Ibíd. <<

[374] Cuando se leen las obras de Sir Isaac Newton con espíritu imparcial y libre de prejuicios, son un testigo siempre dispuesto a demostrar cuánto debió titubear entre la gravitación y la atracción, el impulso y alguna otra causa desconocida, para explicar el curso regular del movimiento planetario. Pero véase su Treatise on Colour (vol. III, cuestión 31). Nos dice Herschel que Newton dejó a sus sucesores el deber de sacar de su descubrimiento todas las conclusiones científicas. Cuanto ha abusado la ciencia moderna del privilegio de fundar sus más recientes teorías sobre la ley de la gravitación, puede apreciarse teniendo presente cuán profundamente religioso era aquel gran hombre. <<

[375] La noción materialista de que, siendo imposible en física el movimiento real o sensible en el espacio o vacío puro, es por tanto una ficción el movimiento eterno y en el Cosmos —considerado como Espacio infinito— solo muestra una vez más que las expresiones de la metafísica oriental, tales como «Espacio puro», «Ser puro», lo «Absoluto», etc., jamás han sido comprendidas en Occidente. <<

[376] De World-Life de Winchell, pág. 379. <<

[377] Correl. Pyhs. Forces, pág. 173. <<

[378] Véase la Revue Germanique del 31 de diciembre de 1860, art. «Lettres et Conversations d’Alexandre Humboldt». <<

[379] Prof. Winchell. <<

[380] World-Life, pág. 553. <<

[381] Pero véase Astronomie du Moyen Age, por Delambre. <<

[382] Véase Isis sin Velo, I, 270-271. <<

[383] World-Life, pág. 554. <<

[384] Godefroy, Cosmogonie de la Revelation. <<

[385] Los términos de «superior» e «inferior», siendo solo relativos a la posición del observador en el Espacio, cualquier uso de estos términos que tienda a crear la impresión de que representan realidades abstractas es necesariamente erróneo. <<

[386] Jacob, Ennis, The Origin of the Stars. <<

[387] Pág. 99, nota. <<

[388] Si tal es el caso, ¿cómo explica la Ciencia el tamaño comparativamente pequeño de los planetas más próximos al Sol? La teoría de la agregación meteórica es tan solo un paso más lejos de la verdad que el concepto de las nebulosas, y no tiene siquiera la ventaja de este último, su elemento metafísico. <<

[389] Laplace, Systéme du Monde, pág. 414, ed. 1824. <<

[390] Faye, Comptes Rendus, t. XC, pág. 640-2. <<

[391] Wolf. <<

[392] Panorama des Mondes, Le Couturier. <<

[393] World-Life, Winchell, pág. 140. <<

[394] Conferencia de Sir William Thomson sobre «La teoría dinámica latente acerca del origen probable, la cantidad total de calor y duración del Sol», 1887. <<

[395] Thomson y Jait, Natural Philosophy. Y aun respecto a estas cifras disiente Bíschof de Thomson, y calcula que serían necesarios 350 000 000 de años a la Tierra para enfriarse de una temperatura de 20 000.º a 200.º centígrados. Ésta es, también, la opinión de Helmholtz. <<

[396] Ley de Coulomb. <<

[397] Musée des Sciences, 15 de agosto, 1857. <<

[398] Panorama des Mondes, pág. 55. <<

[399] Revue des Deux Mondes, julio 15, 1860. <<

[400] Cosmographie. <<

[401] Soirées. <<

[402] Discours, 165. <<

[403] Página 28. <<

[404] Des Esprits, II, 155, Deuxiéme Mémoire. <<

[405] Modern Science and Modern Thought, de Laing. <<

[406] Ibíd., pág. 17. <<

[407] Heaven and Earth. <<

[408] Winchell, World-Life, pág. 196. <<

[409] L’Univers expliqué por la Révélation, y Cosmogonie de la Révélation. Pero véase la Deuxiéme Mémoire de De Mirville. El autor, enemigo terrible del Ocultismo, escribió, sin embargo, grandes verdades. <<

[410] Véase Kabbala Denudata, II, 67. <<

[411] «Sur la Distinction des Forces», publicado en las Mémoires de l’Académie des Sciences de Montpellier, vol. II, fasc. I, 1854. <<

[412] Página 123. <<

[413] Der Weltœther als Kosmiche Kraft, pág. 4. <<

[414] Véase Popular Science Review, vol. V, págs. 329 a 334. <<

[415] Véase Correlation of Physical Forces, pág. 110. <<

[416] Véase Electric Science, de Buckwell. <<

[417] Schelling: ideen, etc., pág. 18. <<

[418] Ob. cit., pág. 161. <<

[419] Princ., Def. III. <<

[420] Philosophical Magazine, vol. II, pág. 252. <<

[421] Concepts of Modern Physics, XXXI, Introducción a la 2.ª edición. <<

[422] Loc. cit. <<

[423] J. P. Cooke, The New Chemistry, pág. 13. <<

[424] «Ella implica que volúmenes iguales de todas las substancias, cuando se hallan en el estado gaseoso, y bajo las mismas condiciones de presión y temperatura, contienen el mismo número de moléculas, de donde se desprende que el peso de las moléculas es proporcional a la gravedad específica de los gases; que por lo tanto, difiriendo ésta, también difiere el peso de la molécula; y como las moléculas de ciertas substancias elementales son monoatómicas (consisten cada una en un solo átomo), mientras que las moléculas de otras substancias contienen un número de átomos, resulta que los átomos últimos de tales substancias son de distinto peso» (Concepts of Modern Physics, pág. 34). Según se muestra más adelante en el mismo volumen, este principio cardinal de la química teórica moderna hállase en conflicto irreconciliable con la primera proposición de la teoría atómico-mecánica, a saber: la igualdad absoluta de las unidades primordiales de la masa. <<

[425] Wundt, Die Theorie der Materie, pág. 381. <<

[426] Nazesmann, Thermochemie, pág. 150. <<

[427] Kroenig, Clausius, Maxwell, etc., Philosophical Magazine, vol. XIX, pág. 18. <<

[428] Philosophical Magazine, vol. XIV, pág. 321. <<

[429] Refiriéndose al «Aura, —dice uno de los Maestros en el Occult-Worlds—: Como podríais haceros comprender, haceros obedecer efectivamente, de esas Fuerzas semiinteligentes, cuyos medios de comunicación con nosotros no son por palabras habladas, sino por medio de sonidos y colores en correlación entre las vibraciones de ambos». Esta «correlación» es la que desconoce la Ciencia Moderna, aunque ha sido explicada muchas veces por los alquimistas. <<

[430] La Substancia del ocultista es, sin embargo, a la más refinada Substancia del físico, lo que la Materia Radiante al cuero de los zapatos del químico. <<

[431] Los nombres de los Siete Rayos —que son Sushumnâ, Harikesha, Vishvakarman, Vishvatryarchâs, Sannaddha, Sarvâvasu y Svarâj— son todos místicos, y cada cual tiene su diferente aplicación en un estado distinto de conciencia para fines ocultos. El Sushumni, que como se dice en el Nirkuta (II, 6) es el único para iluminar la Luna, es, sin embargo, el Rayo querido de los yoguis iniciados. La totalidad de los Siete Rayos difundidos a través del Sistema Solar constituye, por decirlo así, el Upâdhi (Base) del Éter de la Ciencia; en cuyo Upâdhi, la luz, el calor, la electricidad, etc., las Fuerzas de la Ciencia ortodoxa, se correlacionan para producir sus efectos terrestres. Como efectos psíquicos y espirituales, ellas emanan del Upâdhi suprasolar y tienen su origen en el mismo, en el Æther del ocultista, o Âkâsha. <<

[432] Fluid Theory of Light and Heal, de Leslie. <<

[433] History of Civilization, de Buckle, vol. III, pág. 384. <<

[434] Puede ello ser así en el plano de la manifestación y de la materia ilusoria; no que no sea nada más, porque es muchísimo más. <<

[435] Neutro, o Laya. <<

[436] Profesor Butlerof, Scientifir Letters. <<

[437] Ibíd. <<

[438] Ibíd. <<

[439] Ibíd. <<

[440] Llamado el «bebedor de las aguas», el calor solar que hace evaporar el agua. <<

[441] I, II. (Wilson, I, 38). <<

[442] Râmânujâchârya, su fundador, nació el año 1017. <<

[443] Maestro en Artes. N. del T. <<

[444] Bachiller en Leyes. N. del T. <<

[445] El Gandharva del Veda es la deidad que conoce y revela a los mortales los secretos del cielo y las verdades divinas. Cósmicamente, los Gandharvas son los Poderes agregados del Fuego Solar, y constituyen sus Fuerzas; psíquicamente, son la Inteligencia que reside en el Sushumnâ, el Rayo Solar, el más elevado de los Siete Rayos; místicamente, son la Fuerza Oculta en el Soma, la Luna, o planta lunar, y el brebaje producido por ésta; físicamente, son las causas fenomenales, y espiritualmente las noumenales, del Sonido y la «Voz de la Naturaleza». Por esto son llamados los 6333 cantores celestes y músicos del Loka de Indra, que personifican, hasta en número, los varios y múltiples sonidos en la Naturaleza, tanto arriba como abajo. En las alegorías posteriores se dice que tienen un poder místico sobre las mujeres, y que las aman. El sentido esotérico está claro. Son una de las formas, si no los prototipos, de los Ángeles de Enoch, los Hijos de Dios que vieron que las hijas de los hombres eran hermosas (Gén., VI), se casaron con ellas y enseñaron a las hijas de la Tierra los secretos del Cielo. <<

[446] Páginas 329-334. <<

[447] No solo «a través del espacio», sino llenando cada punto de nuestro Sistema Solar, porque él es el residuo físico, por decirlo así, del Éter, su «velo» (envoltura) en nuestro plano; teniendo el Éter que llenar otros objetos cósmicos y terrestres además de ser el «agente» para la transmisión de la luz. Él es el Fluido Astral o Luz de los kabalistas, y de los Siete Rayos del Sol-Vishnu. <<

[448] ¿Qué necesidad hay, pues, de ondas etéreas para la transmisión de la luz, del calor, etc., si esta substancia puede atravesar el vacío? <<

[449] ¿Y cómo podría ello ser de otro modo? la materia grosera ponderable es el cuerpo, la concha, de la Materia o Substancia, el principio femenino pasivo; y esta Fuerza Fohática es el segundo principio, Prâna, el masculino y el activo. Esta Substancia es, sobre nuestro globo, el segundo principio del Elemento Septenario —la Tierra—; en la atmósfera, es el del Aire, que es el cuerpo cósmico grosero; en el Sol, se convierte en el Cuerpo Solar y en el de los Siete Rayos; en el Espacio Sideral corresponde con otro principio, y así sucesivamente. El todo es una Unidad homogénea sola; las partes son todas diferenciaciones. <<

[450] O la reverberación, y por repercusión del Sonido en nuestro plano, de lo que es un movimiento perpetuo de esa Substancia en planos superiores. Nuestro mundo y nuestros sentidos son incesantemente víctimas de Mâyâ. <<

[451] Ésta es una declaración honrada. <<

[452] Sin embargo, no es el Éter, sino solo uno de los principios del Éter, siendo este último por sí uno de los principios del Akâsha. <<

[453] Y así penetra Prâna (Jiva) todo el cuerpo vivo del hombre; pero solo, sin tener un átomo sobre el cual obrar, estaría en estado de quietud, muerto; esto es, estaría en Laya, o, según la expresión de míster Crookes, «encerrado en Protilo». La acción de Fohat sobre un cuerpo compuesto o hasta sobre un cuerpo simple es lo que produce la vida. Cuando muere un cuerpo, pasa a la misma polaridad que su energía masculina, y por lo tanto repele al agente activo, el cual, perdiendo su acción sobre el todo, se fija en las partes o moléculas, y esta acción es llamada química. Vishnu, el Conservador, se transforma en Rudra-Shiva, el Destructor; correlación que al parecer es desconocida por la Ciencia. <<

[454] Verdaderamente, a menos que se adopten los términos ocultos de los kabalistas. <<

[455] «Invariable» solo durante los períodos manvantáricos, después de los cuales se funde una vez más en Mûlaprakriti; «invisible» eternamente en su propia esencia, pero visto en sus reflejados resplandores, llamados la Luz Astral por los kabalistas modernos. Sin embargo, Seres grandes y conscientes, revestidos de esa misma Esencia, se mueven en ella. <<

[456] Hay que añadir ponderable, para distinguirla de aquel Éter que es Materia aún, si bien subyacente. <<

[457] Las ciencias ocultas invierten la afirmación, y dicen que es el Sol y todos los Soles que proceden de Aquél los que emanan del Sol Central en los albores manvantáricos. <<

[458] Aquí empezamos a diferir decididamente de este erudito señor. Tengamos presente que ese Éter —sea que por el término se entienda el Âkâsha, o su principio inferior, el Éter— es septenario. Âkâsha en la alegoría es Aditi, y la madre de Mârtanda, el Sol, la Devamâtri, Madre de los Dioses. En el Sistema Solar, el Sol es su Buddhi y Vâhana, el Vehículo, por lo tanto el sexto principio; en el Kosmos todos los Soles son el Kâma Rûpa del Akâsha y así lo es el nuestro. Solo cuando se le considera como una Entidad individual en su propio Reino es Sûrya, el Sol, el séptimo principio del gran cuerpo de la Materia. <<

[459] Para ser más correctos, llamémosle más bien Agnosticismo. El Materialismo brutal, pero franco, es más honrado que el Agnosticismo Jano, de doble cara, de nuestra época. El llamado Monismo occidental es el Pecksniff de la filosofía moderna, que representa a la Psicología y al Idealismo una cara farisaica, y su cara natural de Augurio romano, que hincha el carrillo con la lengua al Materialismo. Semejantes monistas son peores que los materialistas; porque si bien ambos consideran al Universo y al hombre psicoespiritual desde el mismo punto de vista negativo, los últimos presentan su caso de un modo mucho menos plausible que lo hacen los escépticos del género de Mr. Tyndall o del mismo Mr. Huxley. Más peligrosos son para las verdades universales Herbert Spencer, Bain y Lewes, que lo es Büchner. <<

[460] Geology, por el profesor A. Winchell. <<

[461] Respecto a la verdadera doctrina oculta, véase Five Years of Theosophy, páginas 245-262. Artículos: «¿Niegan los Adeptos la Teoría Nebular?» y «¿Es el Sol tan solo una masa que se enfría?». <<

[462] Philosophie Naturelle, art. 142. <<

[463] Astronomie, pág. 342. <<

[464] Comentario sobre la Estancia IV-5, vol. I. <<

[465] Popular Science Review, vol. IV, pág. 148. <<

[466] Y la masa central, igualmente, como se verá, o mejor dicho el centro de la reflexión. <<

[467] Esa «materia» es exactamente parecida al reflejo producido sobre un espejo por la llama de un mechero «fotogénico». <<

[468] Véase en Five Years of Theosophy, pág. 258, una respuesta a esta especulación de Herschel. <<

[469] Ibíd., pág. 156. <<

[470] Entre otros, Paracelso, que lo llamaba Liquor Vitæ, y, Archaeus. <<

[471] Más bien composición alquímica. <<

[472] «Esa fuerza vital… radia en derredor del hombre como una esfera luminosa» —dice Paracelso en el Paragranum. <<

[473] Popular Science Review, vol. X, págs. 380-383. <<

[474] De Generatione Hominis. <<

[475] De Viribus Membrorum. Véase la Life of Paracelsus, por Franz Hartmann, M. D., M. S. T. <<

[476] Página 384. <<

[477] Self, en el texto: Yo, no en el sentido de la individualidad, sino en el del ser. N. del T. <<

[478] Cap. XIII, traducción de Telang, pág. 292. <<

[479] Ibíd., cap. XXXVI, pág. 385. <<

[480] La división de los sentidos físicos en cinco ha llegado hasta nosotros desde una antigüedad muy remota. Pero al adoptar el número, ningún filósofo moderno se ha preguntado cómo podían existir esos sentidos, es decir, ser percibidos y empleados de una manera consciente propia, a no ser que exista el sexto sentido, la percepción mental, para registrarlos y recordarlos; y —esto para los metafísicos y ocultistas— el séptimo para conservar el fruto espiritual y el recuerdo del mismo, como en un Libro de Vida que pertenece a Karma. Los antiguos dividían los sentidos en cinco, sencillamente porque sus maestros, los Iniciados, se detenían en el del oído, por ser el sentido que se desarrolló en el plano físico, o mejor dicho, que se empequeñeció y limitó a este plano, solo al principio de la Quinta Raza. La Cuarta Raza ya había principiado a perder la condición espiritual, tan eminentemente desarrollada en la Tercera Raza. <<

[481] Ibíd., cap. X, págs. 277-278. <<

[482] Mundakopanishad, pág. 298. <<

[483] Bhagavad-Gîtâ, cap. VII. <<

[484] Ahamkâra, supongo, aquella «Egoidad» que conduce a todos los errores. <<

[485] Los Elementos son los cinco Tanmâtras de tierra, agua, fuego, aire y éter, los productores de los elementos más groseros. <<

[486] Anugitâ, cap. XX; ibíd., pág. 313. <<

[487] El conductor en el sentido de Upâdhi, una base material o física; pero, como segundo principio del Alma Universal y Fuerza Vital en la Naturaleza, está inteligentemente dirigido por el quinto principio de ella. <<

[488] Y la demasiada exuberancia de él en el sistema nervioso conduce con la misma frecuencia a la enfermedad y a la muerte. Ciertamente no sucedería esto si fuese el sistema animal el que lo generase. Así pues, la última circunstancia demuestra su independencia del sistema y su relación con la Fuerza Solar, como Metcalfe y Hunt lo explican. <<

[489] Página 387. <<

[490] Paragranum; Life of Paracelsus, por, el Dr. F. Hartmann. <<

[491] En una obra reciente acerca del Simbolismo en el Buddhismo y en el Cristianismo —o más bien en el Buddhismo y en el Catolicismo Romano, pues muchos de los últimos rituales y dogmas del Buddhismo del Norte, en su forma popular esotérica, son idénticos a los de la Iglesia latina— se encuentran algunos hechos curiosos. El autor de ese volumen, con más pretensiones que erudición, ha amontonado en su obra, sin discernimiento alguno, doctrinas Buddhistas antiguas y modernas, y ha confundido lastimosamente el Lamaísmo con el Buddhismo. En la página 404 de aquel volumen, titulado Buddhism in Christendom, or Jesus the Essene, se entretiene nuestro seudo orientalista en criticar los «Siete Principios» de los «buddhistas esotéricos», y trata de ridiculizarlos. En la página 405, que es la última página, habla con entusiasmo de los Vidyâdharas, «las siete grandes legiones de hombres muertos convertidos en sabios». Ahora bien, esos Vidyâdharas, a quienes algunos orientalistas llaman «semidioses, —son de hecho, exotéricamente, una clase de Siddhas—, llenos de devoción»; y esotéricamente son idénticos a las siete clases de Pitris, una de las cuales dota al hombre en la Tercera Raza con la conciencia de sí, encarnándose en las conchas o cáscaras humanas. El «Himno al Sol», al fin de ese curioso tomo de mosaico, que dota al Buddhismo de un Dios Personal (!!), es un golpe desgraciado contra las mismas pruebas tan laboriosamente reunidas por el poco afortunado autor. Los teósofos saben muy bien que Mr. Rhys Davids expresó de igual modo su opinión acerca de las creencias de ellos. Dijo él que las teorías expuestas por el autor del Esoteric Buddhism «no eran Buddhismo y no eran esotéricas». Esta observación es la resultante: a) del error desdichado de escribir «Buddhismo» en vez de «Budhaísmo» o «Budhismo», esto es, de relacionar el sistema de Gautama, en lugar de hacerlo con la Sabiduría Secreta enseñada por Krishna, Shankarâchârya y muchos otros, tanto como por Buddha; y b) de la imposibilidad de que Mr. Rhys Davids sepa cosa alguna acerca de las verdaderas Doctrinas Esotéricas. No obstante, como él es el erudito orientalista Pâli y buddhista más notable del día, tiene derecho a que se oiga con respeto cuanto diga. Pero cuando uno que no sabe más del Buddhismo exotérico desde el punto de vista científico y materialista que lo que sabe sobre Filosofía Esotérica, difama a aquéllos a quienes honra con su rencor, y asume para con los teósofos el papel de profundo erudito, solo puede uno sonreírse o reírse de él de buena gana. <<

[492] The Human Species, págs. 10 y 11. <<

[493] The Theosophist. <<

[494] No solo no niega el hecho, aunque lo atribuye a una causa errónea, contradiciéndose, como siempre, las teorías unas a otras (véase las teorías de Secchi, de Faye y de Young), haciendo depender las manchas de la acumulación superficial de vapores más fríos que la fotosfera (¿?), etcétera, etc., sino que tenemos hombres de ciencia que astrologizan con las manchas. El profesor Jevons atribuye todas las grandes crisis comerciales periódicas a la influencia de las manchas solares cada undécimo año cíclico. (Véase sus Investigations into Currenry and Finance). Seguramente esto es digno de elogio y merece estímulo. <<

[495] Le Soleil, II, 184. <<

[496] World-Life, pág. 48. <<

[497] Desgraciadamente, mientras se escriben estas páginas, la «archibiosis de la existencia terrestre» se ha convertido, bajo un análisis químico algo más riguroso, en un simple precipitado de sulfato de cal; por lo tanto, desde el punto de vista científico, ¡ni siquiera es una substancia orgánica! ¡Sic transit gloria mundi! <<

[498] Vishnu Purâna, Wilson, I, 16, versión de Fitzedward Hall. <<

[499] Popular Astronomy, pág. 444. <<

[500] En su World Life (pág. 48), en las notas que acompañan el texto, dice el profesor Winchell: «Se admite generalmente que en temperaturas excesivamente elevadas existe la materia en estado de disociación, esto es, no puede existir combinación química alguna»; y para probar la unidad de la materia habría que recurrir al espectro, que, en todos los casos de homogeneidad, revelaría una línea brillante, mientras que en el caso de existir varias combinaciones moleculares —bien sea en la nebulosa o en una estrella— «¡consistiría el espectro en dos o tres líneas brillantes!». En ambos casos, esto no sería una prueba para el físico ocultista, que sostiene que fuera de cierto límite de la materia visible, ningún espectroscopio, telescopio ni microscopio tienen aplicación alguna. La unidad de la Materia, de aquélla que para el alquimista es la verdadera Materia cósmica o «Tierra de Adán» —como los kabalistas la llaman—, difícilmente pueda probarse ni refutarse, ni por el savant francés Dumas, que sugiere «la naturaleza compuesta» de los «cuerpos» teniendo en cuenta «ciertas relaciones de los pesos atómicos», ni siquiera por la «materia radiante» de Mr. Crookes, aunque sus experimentos puedan parecer «más fáciles de comprender en la hipótesis de la homogeneidad de los elementos de la materia, y la continuidad de los estados de la misma». Porque todo esto no trasciende la materia material, por decirlo así, ni aun en lo que nos revela el espectro, ese «ojo de Shiva» moderno de los experimentos físicos. De esta sola materia es de la que pudo decir H. St. Claire Deville que, «cuando los cuerpos considerados como simples se combinan uno con otro, desaparecen, quedan individualmente aniquilados»; sencillamente porque él no podía seguir a esos cuerpos en su transformación ulterior en el mundo de la materia cósmica espiritual. Verdaderamente, jamás podrá la ciencia moderna profundizar bastante las formaciones cosmológicas y hallar las Raíces de la Substancia del Mundo o Materia, a menos que trabaje en el mismo curso de ideas que el alquimista de la Edad Media. <<

[501] Concepts of Modern Physics, pág. VI. <<

[502] Libro I, cap. II, pág. 25, Vishnu Purâna, traducción de Fitzedward Hall. <<

[503] Véase en la sección VII anterior, «Vida, Fuerza, o Gravedad», cita del Anugîtâ. <<

[504] La palabra «sobrenatural» implica algo encima o fuera de la Naturaleza. Naturaleza y Espacio son lo mismo. Ahora bien; para el metafísico, el Espacio existe fuera de todo acto de sensación, y es una representación puramente subjetiva, a pesar de la oposición del Materialismo, que quisiera relacionarlo forzosamente con este o aquel dato de la sensación. Para nuestros sentidos, es realmente subjetivo cuando se le considera independiente de todo lo que se halla en él. ¿Cómo puede, pues, ningún fenómeno, ni otra cosa alguna, estar fuera o producirse más allá de lo que no tiene límites? Pero aun cuando la extensión del espacio se convierta en un simple concepto y sea considerado como una idea relacionada con ciertas acciones, como lo hacen los materialistas y los físicos, ni aun entonces tienen ellos derecho para definir y afirmar lo que puede o no puede ser producido por fuerzas engendradas aun dentro de espacios limitados, puesto que no tienen ni siquiera una idea aproximada de lo que son esas Fuerzas. <<

[505] No es correcto al hablar de Idealismo el presentarlo basado en la antigua proporción ontológica de que «las cosas o las entidades existen independientes unas de otras, y de otro modo que como términos de relación» (Stallo). En todo caso, es incorrecto el decir esto del Idealismo de la Filosofía Oriental y de su conocimiento, pues es precisamente lo contrario. <<

[506] Independiente, en cierto sentido, pero no sin conexión con ella. <<

[507] «Por Fohat más probablemente», sería la contestación de un Ocultista. <<

[508] La razón de tales facultades psíquicas se dará más adelante. <<

[509] Lo anterior fue escrito en 1886, cuando las esperanzas de éxito del «Motor Keely» estaban en su apogeo. Textualmente, lo que la escritora dijo entonces resultó verdad; y ahora solo se añaden algunas observaciones sobre el fracaso de las esperanzas de Mr. Keely, fracaso ahora admitido por el mismo inventor. Sin embargo, aun cuando se usa aquí la palabra fracaso, el lector debe entenderla en un sentido relativo, pues como lo explica Mrs. Bloomfield-Moore: «Lo que admite Mr. Keely es que, habiendo fracasado en la aplicación de la fuerza vibratoria a la mecánica, en su primera y segunda línea de investigación experimental, se veía obligado bien a confesar un fracaso comercial, o a ensayar un tercer punto de partida desde su base o principio, buscando el éxito por otro conducto». Y este «conducto» está en el plano físico. <<

[510] Se nos dice que estas observaciones no son aplicables al último descubrimiento de Mr. Keely. Solo el tiempo puede demostrar el límite exacto de sus proezas. <<

[511] Theosophical Siftings, núm. 9. <<

[512] Ésta es también la división que hacen los ocultistas, bajo otros nombres. <<

[513] Cierto, puesto que existe la séptima, más allá de la cual comienza la misma enumeración desde la primera hasta la última, en otro plano más elevado. <<

[514] De la revista The New Philosophy, de Mrs. Bloomfield-Moore. <<

[515] Contestando a un amigo, aquel eminente geólogo escribe: «Solo puedo decir, en contestación a vuestra carta, que actualmente es imposible, y que quizás lo sea siempre, reducir a años, y aun a millares de años, ni siquiera aproximadamente, el tiempo geológico». (Firmado: William Pengelly, F. R. S.). <<

[516] Platón, al hablar de los Elementos turbulentos, irracionales, «compuestos de fuego, aire, agua y tierra», quiere decir Demonios elementales. (Véase Timœus). <<

[517] Platón emplea en el Timœus la palabra «secreciones» de los Elementos turbulentos. <<

[518] Esoteric Treatise on the Doctrine of Gilgul, por Valentino. <<

[519] Véase Royal Masonic Cyclopædia, de Mackenzie. <<

[520] Véase Isis sin Velo, t. III, ed. española. <<

[521] Véase Mackenzie. Ibíd. sub. voc.. <<

[522] Isis sin Velo, t. II, ed. española. <<

[523] Viveka Chûdâmani, traducido por Mohini M. Chatterji, como «La Joya cumbre de la Sabiduría». Véase The Theosophist, julio y agosto de 1886. <<

[524] Los Tanmâtras son literalmente el tipo o rudimento de un elemento desprovisto de cualidades; pero esotéricamente son el Nóumeno primitivo de lo que se convierte en un Elemento Cósmico en el progreso de la evolución, en el sentido que se le daba al término en la antigüedad, no en el de la Física. Son los Logoi, las siete emanaciones o rayos del Logos. <<

[525] Cap. XXXVI, traducción de Telang, págs. 387-88. <<

[526] Véase The Theosophist, agosto 1886. <<

[527] El error ahora universal de atribuir a los antiguos el conocimiento de solo siete planetas, sencillamente porque no mencionaban otros, se basa en la misma ignorancia general de sus doctrinas ocultas. La cuestión no está en si conocían o no la existencia de los últimos planetas descubiertos; sino en si su reverencia por los cuatro Grandes Dioses exotéricos y tres secretos, los Ángeles Estelares, no tenía alguna razón especial. La escritora se aventura a decir que existía tal razón, y es ésta: Aunque hubieran conocido tantos planetas como nosotros conocemos ahora —y esta cuestión no puede dilucidarse actualmente en ningún sentido—, sin embargo hubieran relacionado siempre a los siete con su culto religioso, porque estos siete están directa y especialmente relacionados con nuestra Tierra, o, usando la fraseología esotérica, con nuestro anillo septenario de Esferas. <<

[528] Juan, X, 30. <<

[529] Ibíd., XX, 17. <<

[530] Ibíd., XIV, 28. <<

[531] Mat., V, 16. <<

[532] Ibíd., XIII, 43. <<

[533] I, Cor., III, 16. <<

[534] The Theosophist, agosto 1886. <<

[535] Estos son planetas aceptados tan solo para fines de Astrología judiciaria. La división astroteológica difiere de la anterior. Siendo el Sol una estrella central y no un planeta, se halla, con sus siete planetas, en una relación más oculta y misteriosa con nuestro globo, que lo que generalmente se conoce. El Sol era, por tanto, considerado como el gran Padre de todos los Siete «Padres», y esto explica las variaciones encontradas entre los Siete y Ocho Grandes Dioses de la Caldea y otros países. Ni la Tierra, ni su satélite la Luna, ni siquiera las estrellas, por otra razón, eran más que substitutos usados para fines esotéricos. Sin embargo, aun excluyendo al Sol y a la Luna del cálculo, los antiguos parece que conocían siete planetas. ¿Cuántos más nos son hasta hoy conocidos si dejamos aparte la Tierra y la Luna? Siete, y no más; Siete planetas primordiales o principales; los demás son planetoides más bien que planetas. <<

[536] Cuando uno piensa que bajo el poderoso telescopio de Sir William Herschel, este astrónomo eminente, abarcando tan solo la porción del cielo en el plano ecuatorial, cuyo centro aproximado está ocupado por nuestra Tierra, vio pasar en un cuarto de hora 16 000 estrellas; y aplicando este cálculo a la totalidad de la «Vía Láctea», encontró en ella nada menos que dieciocho millones de Soles, no se admira uno de que Laplace, en una conversación con Napoleón I, llamase a Dios una hipótesis, sobre la cual es, de todos modos, completamente inútil que especule la ciencia física exacta. Solo la Metafísica Oculta y la Filosofía trascendental podrán levantar apenas una pequeñísima punta del impenetrable velo en este sentido. <<

[537] Num., XI, 16. <<

[538] Deut., XXXII, 8 y 9. <<

[539] Ibíd., 9. <<

[540] C. W. King, en The Gnostics and their Remains (pág. 334), la identifica con «aquel summun bonum de la aspiración oriental, el Nirvâna buddhista, reposo perfecto, la Indolentia epicúrea»; punto de vista que parece bastante petulante en su expresión, aunque no del todo falso. <<

[541] Véase la copia de la Carta de Orígenes o Diagrama de los Ofitas. <<

[542] Véase también la Sección XIV. <<

[543] Abraham y Saturno son idénticos en astrosimbología, y él es el antepasado de los judíos partidarios de Jehovah. <<

[544] Juan, VIII, 37, 38, 41 y 44. <<

[545] Mateo, V, 22. <<

[546] Los Vórtices Elementales inaugurados por la «Mente» no han sido perfeccionados por su transformación moderna. <<

[547] Se me ha censurado a menudo el usar en Isis expresiones que denotan la creencia de un Dios personal y antropomórfico. No es ésa mi idea. Hablando kabalísticamente, el «Arquitecto» es el nombre genérico de los Sephiroth, los Constructores del Universo, lo mismo que «la Mente Universal» representa a la colectividad de las Mentes Dhyân Chohánicas. <<

[548] Timœus. <<

[549] Vol. I, 258. <<

[550] Remarches on Light in its Chemical Relations. <<

[551] Modern Chemistry. <<

[552] Isis sin Velo, I. <<

[553] Faraday Lectures, 1881. <<

[554] Así pues, lo que la escritora de la presente obra dijo hace diez años en Isis sin Velo parece era profético. He aquí lo que decía: «Muchos de estos místicos, al seguir lo que les enseñaban algunos tratados conservados secretamente de una generación a otra, llevaron a cabo descubrimientos que no serían despreciados ni aun en nuestra época moderna de ciencias exactas». Roger Bacon, el fraile, fue ridiculizado como charlatán, y se le clasifica generalmente ahora entre los «pretendientes» al arte mágico; pero sus descubrimientos fueron, sin embargo, aceptados y son usados ahora por aquellos que más le ridiculizan. Roger Bacon pertenecía de derecho, si no de hecho, a esa Hermandad que incluye a todos los que estudian las Ciencias Ocultas. Viviendo en el siglo XII, y siendo, por tanto, casi contemporáneo de Alberto Magno y de Tomás de Aquino, sus descubrimientos, tales como la pólvora de cañón y los cristales ópticos, y sus proezas en mecánica, eran considerados por todos como otros tantos milagros. Se le acusó de haber hecho pacto con el Diablo. (Vol. I, págs. 64 y 65). <<

[555] Así es; «esas formas de energía… que se hacen evidentes…» en el laboratorio del químico y del físico; pero hay otras formas de energía acopladas a otras formas de materia, que son suprasensibles, aunque son conocidas por los Adeptos. <<

[556] Presidential Address, pág. 16. <<

[557] Precisamente, la existencia de tales mundos en otros planos de conciencia es lo que el ocultista afirma. La Ciencia Secreta enseña que la raza primitiva no tenía huesos, y que hay mundos que son invisibles para nosotros, poblados como el nuestro, además de las poblaciones de Dhyân Chohans. <<

[558] Five Years of Theosophy, pág. 258 y sigs. <<

[559] Mr. Crookes dice en el mismo discurso: «El primer enigma que encontramos en la química es: ¿Qué son los cuerpos simples? De los ensayos hechos hasta el presente para definirlos o explicarlos, ninguno satisface a la inteligencia humana. Los libros de texto nos dicen que un cuerpo simple es “un cuerpo que no ha podido ser descompuesto”; que es “un algo al que podemos añadir, pero del cual no podernos restar nada” o “un cuerpo que aumenta de peso a cada cambio químico”. Semejantes definiciones son doblemente poco satisfactorias; son provisionales y pueden dejar un día de ser aplicables en algún caso dado. Se fundan, no en ningún atributo de las cosas que tienen que definirse, sino en la limitación del poder humano: “son confesiones de impotencia intelectual”». <<

[560] Y el conferenciante cita a Sir George Airy, que dice (en Faraday’s Life and Letters, vol. II, pág. 354): «Puedo concebir fácilmente que haya alrededor de nosotros muchos cuerpos no sujetos a esta acción mutua, y que, por lo tanto, no estén sujetos a la ley de gravitación». <<

[561] La filosofía vedantina los concibe; pero ya no es la física, sino la metafísica, llamada «poesía» y «ficción» por Mr. Tyndall. <<

[562] En la forma en que ahora se hallan, nos imaginamos. <<

[563] Y según Kapila y Manu —especial y originariamente. <<

[564] He aquí una prueba científica de la ley eterna de las correspondencias y de la analogía. <<

[565] Este método de ilustración de la ley periódica en la clasificación de los cuerpos simples se ha propuesto, según dice Mr. Crookes, por el profesor Emerson Reynolds, de la Universidad de Dublín, y quien… «señala que, en cada período, las propiedades generales de los cuerpos simples varían del uno al otro con regularidad aproximada, hasta que se alcanza el séptimo miembro, que está en contraste más o menos señalado con el primer cuerpo simple del mismo período, así como con el primero que le sigue. Así, el cloro, séptimo miembro del tercer período de Mendeleev, contrasta fuertemente con el sodio, primer miembro de la misma serie, y con el potasio, primer miembro de la serie próxima; mientras que, por otro lado, el sodio y el potasio son muy análogos. Los seis cuerpos simples, cuyos pesos atómicos intervienen entre el sodio y el potasio, varían en propiedades paso a paso, hasta que se llega al cloro, contraste del sodio. Pero desde el cloro al potasio, análogo del sodio, hay un cambio per saltum, de propiedades… Si reconocemos de este modo un contraste de propiedades, más o menos marcado, entre el primero y el último miembros de cada serie, no podremos por menos de admitir la existencia de un punto de variación media dentro de cada sistema. En general, el cuarto cuerpo de cada serie posee la propiedad que pudiera esperarse que exhibiese un cuerpo de transición… Así, al objeto de una traducción gráfica, el profesor Reynolds considera que el cuarto miembro de un período —el silicio por ejemplo— puede colocarse en el punto culminante de una curva simétrica, que representará, para aquel período particular, la dirección en que varían las propiedades de las series de cuerpos simples con los crecientes pesos atómicos».

Ahora bien; la escritora confiesa humildemente su completa ignorancia de la Química moderna y de sus misterios. Pero, en cambio, conoce bastante bien la Doctrina Oculta respecto de las correspondencias de los tipos y antetipos en la Naturaleza, y la perfecta analogía como ley fundamental en Ocultismo. De aquí que se aventure a hacer una observación que será acogida por todos los ocultistas, aun cuando sea despreciada por la ciencia ortodoxa. Este método de ilustrar la ley periódica en la conducta de los cuerpos simples, sea o no todavía una hipótesis en la Química, es una ley en Ciencias Ocultas. Todo ocultista instruido sabe que los miembros séptimo y cuarto —sea en una cadena septenaria de mundos, la jerarquía septenaria de ángeles o la constitución del hombre, del animal, de la planta o del átomo mineral— que los miembros séptimo y cuarto, repetimos, desempeñan siempre una parte distinta y específica en el sistema septenario, en las obras geométrica y matemáticamente uniformes de las leyes inmutables de la Naturaleza. Desde las estrellas que brillan en lo alto de los cielos hasta las chispas que saltan del fuego, encendido de modo primitivo por el salvaje en su bosque; desde las jerarquías y la constitución esencial de los Dhyân Chohans —organizados para aprehensiones más divinas y para un orden de conceptos mucho más elevado que pudiera soñar jamás el más grande entre todos los psicólogos occidentales, descendiendo hasta la clasificación en la Naturaleza de las especies entre los insectos más humildes; finalmente, desde los Mundos a los Átomos, todo el Universo, desde lo grande a lo pequeño, procede en su evolución espiritual y física de un modo cíclico y septenario, mostrando a sus números séptimo y cuarto (este último siendo el punto de vuelta) conduciéndose del mismo modo que se muestra en esa ley periódica de los Átomos. La Naturaleza jamás procede per saltum. Por tanto, cuando Mr. Crookes observa en este punto que «no quiere inferir que los vacíos de la tabla de Mendeleev, en su presentación gráfica [el diagrama que muestra la evolución de los Átomos], signifiquen necesariamente que haya cuerpos simples que realmente existen para llenar los vacíos; estos vacíos pueden significar tan solo que en el nacimiento de los cuerpos simples había una potencialidad fácil para la formación de un elemento que encajaría en el lugar»; un ocultista le haría respetuosamente observar que la última hipótesis solo puede sostenerse no tocando al arreglo septenario de los Átomos. Esta es la ley una, y un método infalible que conduce siempre al éxito a quien lo sigue. <<

[566] Un grupo de electricistas acaba de protestar contra la nueva teoría de Clausius, el famoso profesor de la Universidad de Bonn. El carácter de la protesta se demuestra en la firma de «Jules Bourdin en nombre del grupo de electricistas que tuvieron la honra de ser presentados al profesor Clausius en 1881, y cuyo grito de guerra (cri de ralliement) es A bas l’Ether», abajo el Éter; ¡necesitan, pues, el Vacío Universal! <<

[567] Smithsonian Contributions, XXI, art. I, págs. 79-97. <<

[568] System of Logic, pág. 229. <<

[569] Más allá de la línea cero de acción. <<

[570] Progymnasmata, pág. 795. <<

[571] De Stella Nova in Pede Serpentarii, pág. 115. <<

[572] Hypothèses Cosmogoniques, pág. 2, C. Wolf, 1886. <<

[573] Véase Philosophical Transactions, pág. 269 y siguientes. <<

[574] Este artículo puede verse traducido al castellano en la revista Sophía, octubre y noviembre de 1894. N. del T. <<

[575] Laplace concebía que las zonas externas e internas del anillo girarían con la misma velocidad angular que tendría en su caso un anillo sólido; pero el principio de áreas iguales requiere que las zonas internas giren más rápidamente que las externas (World-Life, pág. 121). El profesor Winchell señala bastantes equivocaciones de Laplace; pero, como geólogo, él no es infalible, a su vez, en sus «especulaciones astronómicas». <<

[576] Five Years of Theosophy, págs. 249-50, Art. ¿Do the Adepts deny the Nebular Theory? «¿Niegan los Adeptos la Teoría Nebular?» <<

[577] Si los astrónomos, en su estado de conocimiento presente, se hubiesen limitado a la hipótesis de Laplace, que era sencillamente la formación del Sistema Planetario, se hubieran con el tiempo aproximado a la verdad. Pero las dos partes del problema general —la de la formación del Universo o la formación de los Soles y Estrellas de la Materia Primitiva, y luego el desarrollo de los Planetas alrededor de su Sol— se basan en hechos muy distintos en la Naturaleza, y así lo considera la Ciencia misma. Están ellos en los polos opuestos del Ser. <<

[578] Physica de Aristóteles, VIII, I. <<

[579] Hypothéses Cosmogoniques, pág. 3, Wolf. <<

[580] Vol. I, pág. 185, citado por Wolf, pág. 3. El argumento de Wolf se ha resumido aquí. <<

[581] Nota VII. Extractados de Wolf, pág. 6. <<

[582] Five Years of Theosophy, págs. 239, 241 y 242. <<

[583] Pero el espectro de estas nebulosas nunca ha sido determinado. Solo se las puede citar cuando se encuentren en ellas líneas brillantes. <<

[584] Hypothèses Cosmogoniques, pág. 3. <<

[585] El Protilo de Mr. Crookes no debe ser considerado como el material primordial, del cual los Dhyân Chohans, de acuerdo con las leyes inmutables de la Naturaleza, construyeron nuestro Sistema Solar. Este Protilo no puede ser siquiera la Materia Prima de Kant, que servía, según aquella gran inteligencia, para la constitución de los mundos; y por tanto, no existía ya en un estado difuso. El Protilo es una fase mediata en la progresiva diferenciación de la Substancia Cósmica, desde su estado normal indiferenciado. Es, pues, el aspecto que asume la Materia a la mitad de su curso hacia la objetividad completa. <<

[586] Véase Estancia III, Comentario 9, sobre la «Luz» o «Llama Fría», donde se explica que la «Madre» —el Caos— es Fuego frío, una Radiación fría, sin color ni forma, privada de toda cualidad. Se dice que «El Movimiento, como el Eterno Uno, ES, y contiene las potencialidades de todas las cualidades de los mundos Manvantáricos». <<

[587] Hipothèses Cosmogoniques, págs. 4 y 5. <<

[588] World-Life, pág. 196. <<

[589] Westminister Review, julio 27, 1868. <<

[590] Vol. 14, pág. 252. <<

[591] Hypothèses Cosmogoniques. <<

[592] A cuya «Luz» llamamos Fohat. <<

[593] Esto es un error, que implica un agente material distinto de las influencias que lo mueven, es decir, la materia ciega y quizá «Dios» también, mientras que esta vida UNA es el mismo Dios y Dioses en «sí mismo». <<

[594] El mismo error. <<

[595] Popular Science Review, vol. X. <<

[596] «¿Es el Jîva un mito, como dice la ciencia, o no lo es?» preguntan algunos teósofos, que oscilan entre la ciencia materialista y la idealista. La dificultad de penetrarse realmente de los problemas esotéricos concernientes al «último estado de la Materia» es de nuevo el antiguo rompecabezas de lo objetivo y lo subjetivo. ¿Qué es la Materia? ¿Es la Materia de nuestra presente conciencia objetiva otra cosa que nuestras sensaciones? En verdad, las sensaciones que recibimos vienen de afuera; pero ¿podremos realmente —excepto en cuestión de fenómenos— hablar de la «materia grosera» de este plano como de una entidad aparte e independiente de nosotros? A todos los tales argumentos, responde el Ocultismo: Es verdad; en realidad la Materia no es independiente de nuestras percepciones, ni existe fuera de ellas. El hombre es una ilusión: concedido. Pero la existencia y la efectividad de otras entidades, todavía más ilusorias, pero no menos reales que lo somos nosotros, no por eso pierde su valor, sino que por el contrario lo aumenta, por esta doctrina del idealismo vedantino, y aun del kantiano. <<

[597] Véase Musée des Sciences, agosto 1856. <<

[598] Libro II del Comentario del Libro de Dzyan. <<

[599] Hasta la cuestión de la pluralidad de mundos habitados por criaturas dotadas de sensibilidad es tratada con la mayor reserva o bien es rechazada. Y, sin embargo, véase lo que el gran astrónomo Camilo Flammarion dice en su Pluralité des Mondes. <<

[600] Sin embargo, puede demostrarse con el testimonio de la misma Biblia, y de tan buenos teólogos cristianos como el Cardenal Wiseman, que esta pluralidad es enseñada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. <<

[601] Plurality of Worlds, vol. II. <<

[602] Véase sobre esto La Pluralité des Mondes Habités, por C. Flammarion, en donde figura la lista de los muchos hombres de ciencia que han escrito para probar la teoría. <<

[603] World-Life, págs. 496-498 y sigs. <<

[604] World-Life. <<

[605] El Libro de Enoch, traducido por el Arzobispo Laurence, capítulo LXXIX. <<

[606] El Âtmâ, o Espíritu, el Yo Espiritual, pasando como un hilo a través de los cinco Cuerpos Sutiles, o Principios, Koshas, se llama «Alma Hilo» en la Filosofía Vedantina. <<

[607] «El Principio Septenario», Five Years of Theosophy, pág. 197. <<

[608] Pythagorean Triangle, por el Rev. G. Oliver, pág. 36. <<

[609] Véase Critique de la Raison Pure, de Kant, trad. de Barni, II, 54. <<

[610] Plutarco, De Placitis Philosophorum. <<

[611] En las iglesias griega y latina —que consideran al matrimonio como uno de los sacramentos—, el sacerdote que oficia durante la ceremonia representa el vértice del triángulo; la novia su lado izquierdo femenino y el novio el derecho, mientras que la línea de la base está simbolizada por la fila de testigos e invitados. Pero tras el sacerdote está el Sanctasantórum, con un misterioso contenido y significado simbólico, dentro del cual solo los sacerdotes consagrados deben entrar. En los primitivos tiempos del Cristianismo, la ceremonia matrimonial era un misterio y un verdadero símbolo. Ahora, sin embargo, hasta las iglesias han perdido el verdadero significado de este simbolismo. <<

[612] New Aspects of Life and Religion, por Henry Pratt, M. D., pág. 7, ed. 1886. <<

[613] Ibíd., págs. 7 y 8. <<

[614] Ibíd., pág. 9. <<

[615] Pyihagorean Triangle, por el Rev. G. Oliver, págs. 18 y 19. <<

[616] Pág. 387. <<

[617] Pág. 387. <<

[618] En el Mundo de la Forma, el simbolismo encontrando expresión en las pirámides, tiene en ellas a la vez el triángulo y el cuadrado, cuatro triángulos o superficies coiguales, cuatro puntos básicos, y el quinto, —el ápice. <<

[619] Págs. 385 y 386. <<

[620] Ob. cit., por Isaac Myer, pág. 174. <<

[621] Página 175. <<

[622] Página 175. <<

[623] «La designación inferior, o la Deidad en la Naturaleza, el término más general Elohim, es traducido por Dios» (pág. 175). Obras tan recientes como la Qabbalah de Mr. Isaac Myer, y de Mr. S. L. MacGregor Mathers, justifican plenamente nuestra actitud hacia la Deidad jeovística. No es a la abstracción trascendental, filosófica y altamente metafísica del pensamiento original kabalístico —Ain-Soph-Shekinah-Adam-Kadmon, y todo lo que sigue— a lo que nos oponemos, sino a la cristalización de todo esto en el Jehovah antropomórfico, excesivamente antifilosófico y repulsivo, la deidad finita y andrógina, para la que se pretende la eternidad, la omnipotencia y la omnisciencia. No combatimos contra la Realidad Ideal, sino contra su horrible Sombra teológica. <<

[624] La palabra «Psicología» no debe ser causa de que el lector dirija sus pensamientos, por asociación de ideas, hacia los llamados «psicólogos» modernos, cuyo Idealismo es otro nombre de un materialismo declarado, y cuyo pretendido monismo no es más que una máscara para ocultar el vacío de la aniquilación final, hasta de la misma conciencia. Aquí se quiere significar Psicología espiritual. <<

[625] «Vishvânara no es meramente el mundo objetivo manifestado, sino la base física una [la línea horizontal del triángulo] de la que surge a la existencia todo el mundo objetivo». Y ésta es la Díada Cósmica, la Substancia Andrógina. ¡Más allá de esto solamente está el verdadero Protilo!. <<

[626] T. Subba Row. Véase The Theosophist, de febrero 1887. <<

[627] Por W. Crookes, F. R. S., Y. P. C. S., leído en la Institución Real de Londres el viernes 18 de febrero de 1887. <<

[628] Cuán verdad es esto será plenamente demostrado solo el día en que el descubrimiento de Mr. Crookes, de la materia radiante, conduzca a una mayor elucidación respecto al verdadero origen de la luz, y ponga en revolución todas las especulaciones presentes. También ayudará a poner de manifiesto esta verdad un mayor conocimiento de las flámulas de la aurora borealis del Norte. <<

[629] Genesis of the Elements, pág. lª. <<

[630] De Placit. Philos. <<

[631] The Path, I, 10, pág. 297. <<

[632] Página 11. <<

[633] Correspondiendo en la escala cósmica con el Espíritu, Alma, Mente, Vida, y los tres vehículos: los Cuerpos Astral, Mâyâvico y Físico (de la Humanidad), cualquiera que sea la división que se haga. <<

[634] Ibíd., pág. 16. <<

[635] Vol. I, pág. 429. <<

[636] Ibíd., pág. 21. <<

[637] «El Señor es un fuego devorador». «En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». <<

[638] El cual, descompuesto alquímicamente, nos daría el Espíritu de Vida, y su Elixir. <<

[639] Sobre todo, el postulado de que no existen en la Naturaleza cosas semejantes a substancias o cuerpos inorgánicos. Las piedras, minerales, rocas y hasta los «átomos» químicos son simplemente unidades orgánicas en letargo profundo. Su coma tiene un fin y su inercia se convierte en actividad. <<

[640] Ibíd., pág. 144. <<

[641] La ortografía del nombre, según él mismo lo escribía, es Leibniz. Era él de origen eslavo, aunque nacido en Alemania. <<

[642] Monadología: introducción. <<

[643] «El dinamismo de Leibnitz» —dice el profesor Lachelier— «ofrecería poca dificultad si la mónada hubiese sido, para él, un simple átomo de fuerza ciega». Pero… ¡Se comprende perfectamente la perplejidad del Materialismo Moderno! <<

[644] The Path, I, 10, pág, 297. <<

[645] Leibnitz era un idealista absoluto al sostener que los átomos materiales son contrarios a la razón (Système Nouveau, Erdmarin, página 126, col. 2). Para él la Materia era una simple representación de la Mónada, sea atómica o humana. Pensaba (lo mismo que nosotros) que las Mónadas están en todas partes. Así el alma humana es una Mónada, y cada célula del cuerpo humano tiene su Mónada, como también cada célula en el animal, el vegetal y hasta en los llamados cuerpos inorgánicos. Sus Átomos son las moléculas de nuestra ciencia moderna, y sus Mónadas aquellos simples átomos que la ciencia materialista acepta por la fe, aun cuando nunca conseguirá ponerse al habla con ellos, excepto en la imaginación. Pero Leibnitz más bien se contradice en sus opiniones sobre las Mónadas. Habla él de sus «Puntos Metafísicos» y «Átomos formales», una vez como realidades, que ocupan el espacio; y otra como ideas puramente espirituales; luego de nuevo los dota de objetividad y de agregados y posiciones en sus correlaciones. <<

[646] Examen des Principes du P. Malebranche. <<

[647] Los Átomos de Leibnitz no tienen, a la verdad, nada de común sino el nombre con los átomos de los materialistas griegos, ni siquiera con las moléculas de la ciencia moderna. Los llama él «Átomos formales», y los compara a las «Formas Substanciales» de Aristóteles. (Véase Système Nouveau, párr. 3). <<

[648] Carta al Padre Desbosses; Correspondence, XVIII. <<

[649] Monadología, párr. 60, Leibnitz como Aristóteles, las llama Mónadas «creadas» o emanadas (los Elementales procedentes de Espíritus Cósmicos o Dioses) —Entelequias, y «autómatas incorpóreos». (Monadología, párr. 18). <<

[650] Estas tres «divisiones en conjunto» corresponden al Espíritu, la Mente (o Alma) y el Cuerpo, en la constitución humana. <<

[651] El hermano C. H. A. Bjerregaard, en su mencionada conferencia, previene a su auditorio que no se debe considerar demasiado a los Sephiroth como individualidades; pero al mismo tiempo debe evitarse ver solo abstracciones en ellos. «Nunca llegaremos a la verdad —dice— y mucho menos al poder de asociarnos con estas entidades celestiales, hasta que volvamos a la simplicidad y privación de todo temor de las edades primitivas, cuando los hombres se mezclaban libremente con los dioses, y los dioses descendían entre los hombres y los guiaban en la verdad y santidad» (Pág. 296). «Hay en la Biblia varias designaciones de los “ángeles” que muestran claramente que seres como los elementales de la Kábala y las mónadas de Leibnitz tienen que comprenderse en aquel término más bien que en el que comúnmente se comprenden. Ellos son llamados “estrellas de la mañana”, “fuegos llameantes”, “los poderosos”; y San Pablo los ve en su visión cosmogónica como “Principados y Poderes”. Semejantes nombres excluyen la idea de personalidad y nos vemos obligados a imaginárnoslos como “existencias impersonales… como una influencia, una substancia espiritual, o una fuerza consciente”» (páginas 321 y 322). <<

[652] Catecismo Buddhista, por H. S. Olcott, Presidente de la Sociedad Teosófica, publicado en español. <<

[653] Ibíd., págs. 51 y 52. <<

[654] Nos referimos a aquellos que considerarían la afirmación como una impertinencia o irreverencia hacia la Ciencia aceptada, a la obra As regards Protoplasm, del Dr. James Hutchinson Stirling, que es la defensa de un Principio Vital versus los molecularistas —Huxley, Tyndall, Vogt y Cía— y les pedimos que examinen si resulta o no una verdad el decir que aun cuando las premisas científicas pueden no ser siempre correctas, son, sin embargo, aceptadas para llenar un vacío o un hueco en algún tema favorito materialista muy querido. Hablando del protoplasma y de los órganos del hombre «desde el punto de vista de Mr. Huxley, —dice el autor—: Es, pues, probable que, respecto a cualquier continuidad de poder, de forma o de substancia en el protoplasma, hayamos visto bastante lacunœ». Más aún, Mr. Huxley mismo puede ser testigo de ello. No es raro encontrar en su trabajo fáciles admisiones de probabilidad, allí donde la certidumbre debía reemplazarla. Por ejemplo, dice: «Es más que probable que cuando el mundo vegetal sea por completo explorado, encontraremos a todas las plantas en posesión de los mismos poderes». Cuando se anuncia de un modo decisivo una conclusión, es casi un desengaño que se nos diga, como aquí, ¡¡que las premisas están todavía por recoger [!!]… Además, he aquí un pasaje en el que le ve destruyendo su propia «basis» bajo sus propios pies. Después de decirnos que todas las formas del protoplasma se componen de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno «en unión muy compleja, —continúa—: A esta compleja combinación, ¡¡cuya naturaleza no ha sido determinada nunca con exactitud [!!], se le ha aplicado el nombre de protein». Esto es, claramente, una identificación, por parte de Mr. Huxley, del protoplasma y el protein; y lo que se dice del uno siendo necesariamente una verdad para el otro, se deduce que admite que la naturaleza del protoplasma no ha sido nunca determinada con exactitud, y que hasta para él mismo el lis está todavía sub judice. Esta admisión se halla fortalecida también por las palabras: «Si usamos este término (protein) con la cautela que naturalmente resulta de nuestra ignorancia relativa de las cosas que representa»… etc. (Págs. 33 y 34, edición 1872, en réplica a Mr. Huxley en Yeast). ¡Éste es el eminente Huxley, el rey de la fisiología y de la biología, a quien se le prueba que juega a la gallina ciega con premisas y hechos! ¡Qué no pueden hacer después de esto «los pequeñuelos» de la Ciencia! <<

[655] «Los Ciclos de Materia», nombre dado por el profesor Winchell a un Ensayo escrito en 1860. <<

[656] World-Life, Págs. 535, 548. <<

[657] Citado en Fuerza y Materia, de Büchner. <<

[658] los hombres de ciencia dirán: Negamos, porque nada semejante se ha presentado dentro del área de nuestra experiencia. Pero, como ha argüido el fisiólogo Charles Richet: «Sea así, ¿pero habéis por lo menos demostrado lo contrario?… No neguéis, pues, a priori. La ciencia actual no ha progresado todavía lo suficiente para que tengáis semejante derecho». La Suggestion mentale et le Calcul des Probabilités. <<

[659] Lectures on the Philosophy of History, pág. 26, traducción inglesa de Sibree. <<

[660] Isis sin Velo, vol. I. <<

[661] Este simbolismo no impide que estos personajes, ahora aparentemente míticos, hayan gobernado una vez la tierra bajo la forma humana de la vida efectiva, aun cuando eran Hombres verdaderamente divinos y semejantes a dioses. La opinión del coronel Vallancey —y también la del Conde de Gebelin— de que los «nombres de los Kabiri parecen ser todos alegóricos, y no [¿?] tienen otra significación que un almanaque con los cambios de estaciones —calculados para las operaciones de la agricultura» (Collect. De Reb. Hibern, núm. 13, Præf. Sect. 5), es tan absurda como su afirmación de que Æon, Cronos, Saturno y Dagón son todos uno, a saber: el «Patriarca Adán». Los Kabiri fueron los instructores de la Humanidad en la agricultura, porque eran los Regentes sobre las estaciones y Ciclos Cósmicos. De aquí que fuesen ellos los que regulasen, como Espíritus Planetarios o Ángeles (Mensajeros), los misterios del arte de la agricultura. <<

[662] Estaría mejor decir: «Los que temen a Karma-Némesis». <<

[663] Dryden. <<

[664] No todos, sin embargo, pues hay hombres de ciencia que despiertan a la verdad. He aquí lo que leemos: «Adondequiera que volvamos los ojos, encontramos un misterio… todo en la Naturaleza nos es desconocido… Sin embargo, son numerosas las mentes superficiales para las que nada puede ser producido por las fuerzas naturales fuera de los hechos observados hace tiempo, consagrados en libros y agrupados más o menos hábilmente con la ayuda de teorías cuya efímera duración debiera, en el presente, haber demostrado su insuficiencia… No pretendo discutir la posibilidad de seres invisibles de naturaleza distinta a la nuestra y capaces de impeler la materia a la acción». Profundos filósofos han admitido esto en todas las épocas, como consecuencia de la gran ley de continuidad que rige al Universo. Esa vida intelectual, que vemos a partir de algún modo del no-ser (néant) y que llega gradualmente al hombre, ¿puede pararse bruscamente en él para reaparecer solo en el infinito, en el soberano regulador del mundo? Esto es poco probable. Por lo tanto, «ni niego la existencia de los espíritus, ni niego la del alma, aunque trato aún de explicar ciertos hechos sin esta hipótesis». Fuerzas No Definidas, Investigaciones Históricas y Experimentales, pág. 3 (París, 1877). El autor es A. de Rochas, hombre científico muy conocido en Francia, y su obra es uno de los signos del presente. <<

[665] IX, 9. <<

[666] XXXVIII, 31 y 32. <<

[667] Astronomie Antique. <<

[668] Las Pléyades, como es sabido, son las siete estrellas más allá del Toro, que aparecen al principio de la primavera. Tienen ellas un significado muy oculto en la Filosofía Esotérica inda y están relacionadas con el Sonido y otros principios místicos de la Naturaleza. <<

[669] Véase Astronomie Antique, págs. 63 a 74. <<

[670] Temple de Jerusalen, vol. II, part. II, cap. XXX. <<

[671] Cap. VII. <<

[672] Citado por De Mirville. Des Esprits, IV. pág. 58. <<

[673] Natural Genesis, vol. II, pág. 318. <<

[674] Prœm., 2. <<

[675] Astromony of the Ancients. Lewis, pág. 264. <<

[676] Natural Genesis, vol. II, pág. 319. <<

[677] Proclus, In Timœum, vol. I. <<

[678] Génesis, XIX. <<

[679] Creuzer, vol. III, pág. 930. <<

[680] Cyropœdia, VIII, pág. 7, citado en Des Esprits, IV, pág. 55. <<

[681] Des Esprits, IV, págs. 59 y 60. <<

[682] Origine de tous les Cultes, «Zodiaque». <<

[683] Vie de notro Seigneur Jesus Christ, I, pág. 9. <<

[684] Sea o no verdad que muchas naciones hayan visto esa misma estrella, todos sabemos que los sepulcros de los «tres Magos» —que respondían a los nombres, por completo teutónicos, de Gaspar y Melchor, siendo Baltasar la única excepción, dos nombres que suenan muy poco a Caldeos— se enseñan por los sacerdotes en la famosa catedral de Colonia, en donde los cuerpos de los Magos no solo se supone, sino que se cree firmemente que han sido enterrados. <<

[685] Esta tradición acerca de los «setenta planetas» que presiden los destinos de las naciones está basada en la enseñanza cosmogónica oculta de que además de nuestra propia cadena septenaria de Mundos-Planetas existen muchos otros en el Sistema Solar. <<

[686] Des Esprits, IV, pág. 67. <<

[687] The Mythological Astronomy of the Ancients Demonstrated; parte segunda, o The Key of Urania, págs. 23 y 24, ed. 1823. <<

[688] Todos los eruditos saben, por supuesto, que los caldeos reclamaban los mismos dígitos (432) o 432 000 para sus Dinastías Divinas, que los indos asignan a su Mahâyuga, o sea 4 320 000. De aquí que el Dr. Sepp, de Munich, emprendiese la tarea de sostener a Kepler y a Wilford en su acusación de que los indos los habían tomado de los cristianos, y los caldeos de los judíos, quienes se pretende que esperaban a su Mesías ¡¡¡en el año del mundo 4320 [!!!]. Como, según los antiguos escritores, estas cifras estaban basadas por Beroso en los 120 Saros —cada división significando seis Naros de 600 años cada uno, haciendo un total de 432 000 años—, parecen ser decisivas, observa De Mirville (Des Esprits, III, pág. 24).

Así, el piadoso profesor de Munich dedicóse a explicarlas en el sentido correcto. Pretende haber descifrado el enigma mostrando que «el Saros se componía, según Plinio, de 222 meses synódicos, o sean 18 años 6 /10 y que el calculador vuelve naturalmente sobre las cifras dadas por Suidas» quien afirmaba que los «120 Saros hacían 2222 años sacerdotales y cíclicos que equivalían a 1656 años solares». (Vie de Notre Seigneur Jesus Christ, II, pág. 417). Pero Suidas no dijo semejante cosa; y, aun suponiendo que así fuera, su afirmación hubiese probado muy poco o nada. Los Naros y Saros eran la misma espina en el costado de los antiguos escritores no iniciados, que el apocalíptico 666 de la «Gran Bestia», es la de los modernos, y las primeras cifras tuvieron sus poco afortunados Newtons, como ha sucedido con las últimas. <<

[689] Véase Isis sin Velo, tomo III. <<

[690] El lector tiene que tener presente que la frase «año climatérico» tiene otro significado que el usual, cuando la emplean los ocultistas y místicos. No solamente es un período crítico durante el cual se espera periódicamente algún gran cambio, ya sea en la constitución humana o en la cósmica, sino que también se refiere a cambios espirituales universales. Los europeos llamaban a cada año 63 el «gran climatérico», y suponían, quizás con razón, que esos años eran los que se producían por la multiplicación de 7 por los números impares 3, 5, 7 y 9. Pero 7 es la verdadera escala de la naturaleza, en Ocultismo, y el tiene que multiplicarse de un modo y por un método muy distinto que el que hasta ahora conocen las naciones europeas. <<

[691] Des Esprits, IV, pág. 61. <<

[692] Tomo III. <<

[693] Véase Recueil de l’Academie des Inscriptions, 1853, citado en Des Esprits, IV, página 62. <<

[694] Ruins of Empires, pág. 360. <<

[695] Véanse págs. 54, 196 y siguientes. <<

[696] Para una prueba detallada y científica de esta conclusión, véase la página 121 de la obra de M. Bailly, donde el asunto se discute técnicamente. <<

[697] Por qué ha de ser una «ficción» es lo que nunca pueden demostrar los hombres científicos europeos. <<

[698] Lo que sigue es una contestación a los hombres de ciencia que pudiesen creer que nuestra astronomía fue llevada a la India y comunicada a los indos por nuestros misioneros:

  • 1
  • 2
  • 3

Presentaré ahora un cuadro de estos movimientos medios para 4383 años y 94 días. (Riccioli: Almag., I, pág. 255):

«Ninguno de estos movimientos medios, excepto los de Cassini, concuerdan con los de los indos, quienes, por lo tanto, no tomaron de nadie sus movimientos medios, puesto que sus cifras solo están de acuerdo con las de Cassini, cuyas tablas no existían en 1687. Por tanto, este movimiento medio de la luna pertenece a los indos, que solo pudieron obtenerlo por la observación». Ibíd., nota págs. XXXVI, XXXVII. <<

[699] Traité de l’Astronomie Indienne et Orientale; pág. XX y siguientes, edición 1787, de Bailly. <<

[700] Cap. III. «On Matter». <<

[701] Lecture on Protoplasm, por Mr. Huxley. <<

[702] Física de Ganot, pág. 68, traducción de Atkinson. <<

[703] Véase vol. I, págs. 338-339 citado, de Le Mystère et la Science; Conférences, Pére Félix de Notre Dame. <<

[704] ¡He aquí la obra de los Ciclos y su vuelta periódica! Los que negaban que tales «Entidades» (Fuerzas) fuesen cuerpos, y los llamaban «Espacios», eran los prototipos de nuestro público moderno «atacado de ciencia», y de sus maestros oficiales, que hablan de las Fuerzas de la Naturaleza como energía imponderable de la Materia y como modos de movimiento, y sin embargo tienen a la electricidad por tan atómica como la Materia misma. (Helmholtz). La inestabilidad y la contradicción reinan tanto en la ciencia oficial como en la heterodoxa. <<

[705] The Virgin of the World, de Hermes Mercurio Trismegisto, traducido al inglés por la Dra. Anna Kingsford y Edward Maitland, páginas 83 y 84. <<

[706] «Hermes incluye aquí como Dioses a las Fuerzas sensibles de la Naturaleza, los elementos y fenómenos del Universo», observa la Dra. A. Kingsford en una nota, explicándolo muy correctamente. Lo mismo hace la Filosofía Oriental. <<

[707] Ibíd., págs. 64 y 65. <<

[708] Véase también Sección IX. LA FUERZA FUTURA. <<

[709] Véase el Libro de los Muertos, cap. XVII. <<

[710] «¡Oh Tum, Tum! salido de la grande [hembra] que es el seno de las aguas [el gran Océano o espacio], luminoso por medio de los dos Leones», la Fuerza doble o poder de los dos ojos solares, o las fuerzas electropositiva y electronegativa. (Véase el Libro de los Muertos, cap. III). <<

[711] Cap. LXXIX. <<

[712] Imagen que expresa la sucesión de las funciones divinas, la transmutación de una forma en otra, o la correlación de las fuerzas. Aam es la fuerza electropositiva que devora todas las demás, como Saturno devoró a su progenie. <<

[713] Aanru, en el dominio de Osiris, es un campo dividido en catorce secciones «rodeadas de un cerco de hierro, dentro del cual crece el grano de la vida de siete codos de alto», el Kâma Loka de los egipcios. Solamente aquellos muertos que saben los nombres de los siete porteros de los «siete vestíbulos» son admitidos en el Amenti para siempre, esto es, los que han pasado por las Siete Razas de cada Ronda —de otro modo reposarán en los campos inferiores; también representa los siete Devachanes o Lokas sucesivos. En el Amenti se convierte uno en espíritu puro por la Eternidad (XXX, 4); mientras que en el Aanru, el «alma del espíritu» o el Difunto, es devorado cada vez por Uræus —la Serpiente, hija de la Tierra (en otro sentido los principios vitales primordiales del Sol), esto es, el Cuerpo Astral del difunto o el «Elementario», se disuelve y desaparece en el «Hijo de la Tierra», el tiempo limitado. El alma abandona los campos de Aanru, y va a la tierra bajo alguna forma que quiera asumir. (Véase cap. XCIX, Libro de los Muertos). <<

[714] Véase Libro de los Muertos, cap. CVIII, 4. <<

[715] Maspero en el Guide au Musée de Boulaq, pág. 152. Ed. 1883. <<

[716] Véase Libro de los Muertos, cap. XCIV. <<

[717] Revue des Deux Mondes, 1865, págs. 157 y 158. <<

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