La Doctrina Secreta Tomo III

Notas

Notas

[1] Véase el Génesis II, 19. En el versículo 7 se forma a Adán, y en el 19 se dice: «El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo, y todas las aves del aire; y las presentó a Adam para ver como las quería llamar». Así, pues, el hombre fue creado antes que los animales, pues los animales mencionados en el Cap. I son los signos del Zodíaco, mientras que el hombre «macho y hembra» no es el hombre, sino la Hueste de los Sephiroth, Fuerzas o Ángeles «hechos a su [de Dios] imagen y semejanza. El Adam, hombre, no es hecho a esta semejanza ni así se asegura en la Biblia. Por otra parte, el Segundo Adán es esotéricamente un septenario que representa siete nombres, o más bien grupos de hombres. Pues el primer Adam, el Kadmon, es la síntesis de los diez Sephiroth. De éstos, la Tríada superior permanece en el Mundo Arquetipo como la futura “Trinidad”», mientras que los siete Sephiroth inferiores crean el mundo material manifestado; y este septenario es el Segundo Adán. El Génesis y los misterios que le sirvieron de base vinieron de Egipto. El «Dios» del primer capítulo del Génesis es el Logos, y el «Señor Dios» del segundo capítulo los Elohim Creadores, los Poderes inferiores. <<

[2] Pymander dice así: «Éste es el misterio hasta hoy oculto. La Naturaleza, mezclada con el Hombre Celeste [los Elohim o Dhyânis], produjo una maravilla… siete Hombres, todos machos y hembras [Hermafroditas]… con arreglo a la naturaleza de los siete Gobernadores» (II, 29), o las siete Huestes de los Pitris o Elohim, que los proyectaron o crearon. Esto es muy claro, pero, sin embargo, véanse las interpretaciones hasta de nuestros modernos teólogos, hombres que se supone son inteligentes e instruidos. En el Theological and Philosophical Works of Hermes Trismegistus, Christian [?] Neoplatonist, obra compilada por John David Chambers, del Oriel College, en Oxford, el traductor se pregunta «a quién representarán estos siete Hombres»; y resuelve la dificultad llegando a la conclusión de que como «el hombre modelo original [el Adam Kadmon del Génesis I,] era masculino-femenino… los siete pueden significar los patriarcas sucesivos mencionados en el Génesis» (pág. 9). ¡Es una manera verdaderamente teológica de cortar el nudo gordiano! <<

[3] Chaldean Account of Genesis, de George Smith, pág. 103. <<

[4] Véase Zohar. Siphra Dzenioutha, Idra Suta, 2928, Franck, La Kabbale, pág. 205. <<

[5] Siphra Dzenioutha. <<

[6] Asegurándose ahora que las tablas caldeas en que se halla la descripción alegórica de la Creación, de la Caída y del Diluvio, y hasta de la leyenda de la Torre de Babel, fueron escritas «antes del tiempo de Moisés» (Chaldean Account of Genesis, de Smith), ¿cómo puede ser llamado el Pentateuco, «revelación»? Es simplemente otra versión de la misma historia. <<

[7] Véase Philosophumena, V, 7, edición de Miller, pág. 98. <<

[8] Ídem, pág. 108. <<

[9] Pág. 86. <<

[10] Véase Plinio, IV, cap. 12; Strabon, 10; Herodoto, VII, cap. 109; Pausanias, VII, cap, 4, etc. <<

[11] Chaldean Account of Genesis, pág. 82. <<

[12] Véase Bundahish, 79, 12. <<

[13] Por «original» queremos significar el Amshaspend, llamado «Zarathushtra, el señor y director del Vara hecho por Yima en aquella tierra». Hubo varios Zarathushtras, o Zertusts; solo el Dabistán enumera trece; pero todos éstos eran reencarnaciones del primero. El último Zoroastro fue el fundador del templo del Fuego de Azareksh, y el escritor de las obras de la religión Maga primitiva destruidas por Alejandro. <<

[14] Llamado en la India «Día de Brahmâ». <<

[15] X, 86. <<

[16] Véase Volcker, Mythological Geography, págs. 145 a 170. <<

[17] Mythical Monsters, pág. 47. <<

[18] Hay que tener, sin embargo, en cuenta, que Mr. Wallace no acepta la idea de Mr. Sclater, y hasta se opone a ella. Mr. Sclater supone una tierra o continente que en un tiempo unía el África, Madagascar y la India, pero no la Australia y la India; Mr. A. R. Wallace demuestra en su Geographical Distribution of Animals and Island Life que la hipótesis de semejante tierra es por completo innecesaria, bajo los supuestos fundamentos zoológicos. Pero admite que una proximidad mucho mayor entre la India y la Australia debió ciertamente de existir, y en una época tan remota, que era «seguramente preterciaria», añadiendo en una carta privada que «no se había dado nombre alguno a esta supuesta tierra». Sin embargo, la tierra existió realmente, y, por supuesto, era «preterciaria», pues la Lemuria, si aceptamos este nombre para el tercer Continente, pereció antes que la Atlántida se desarrollase por completo, y la Atlántida se hundió, desapareciendo sus partes principales antes de la terminación del período mioceno. <<

[19] Véase Esoteric Buddhism (págs. 66–7, 8.ª, edición inglesa, reimpresa en 1918). <<

[20] Una «coincidencia» más:

«Ahora está probado que, en tiempos geológicos recientes, esta región del Norte de África era efectivamente una península de España, y que su unión con África (propiamente dicha) se efectuó en el Norte por la ruptura de Gibraltar, y al Sur por el levantamiento a que debe su existencia el Sahara. Las costas de éste, anterior mar de Sahara, están aún señaladas por las conchas de las mismas Gastrópodas que viven en las costas del Mediterráneo». (Prof. Oscar Schmidt. Doctrine of Descendent and Darwinism, pág. 244). <<

[21] III, fol. 10a. <<

[22] A. Winchell, Profesor de Geología, World-Life, pág. 399. <<

[23] Mr. Charles Gould, difunto superintendente geológico de Tasmania en Mythical Monsters, pág, 84. <<

[24] Sir Charles Lyell, a quien se atribuye el «invento feliz» de los términos Eoceno, Mioceno y Plioceno, para marcar las tres divisiones de la Edad Terciaria, debió, en verdad, haber determinado alguna duración aproximada para los «hijos de su mente». Habiendo dejado, sin embargo, la duración de estos períodos a las especulaciones de los especialistas, el resultado de esta feliz idea ha sido la mayor confusión y perplejidad. Es una empresa desesperada el llegar a citar una sola serie de cifras de una obra sin correr el riesgo de verla desmentida por el mismo autor en algún libro anterior o posterior. Sir William Thomson, una de las autoridades modernas más eminentes, ha cambiado de opinión media docena de veces respecto de la edad del Sol y de la fecha de la consolidación de la corteza terrestre. En Natural Philosophy, de Thomson y Tait, encontramos que solo se conceden diez millones de años desde el tiempo en que la temperatura de la Tierra permitió apareciese en ella la vida vegetal. (App. D y siguiente; también Trans. Roy. Soc. Edin. XXIII. Pt. I, 157, 1862 donde 847 es cancelado). Mr. Darwin da el cálculo de Sir William Thomson como «un mínimum de 98 y un máximum de 200 millones de años desde la consolidación de la corteza». (Véase Ch. Gould, obra cit., pág. 83). En la misma obra (Nat. Phil). Se conceden 80 millones de años desde el tiempo de la incrustación incipiente, al estado presente del mundo. Y en su última conferencia, Sir William Thomson, como en otra parte se muestra, declara (1887) ¡que la edad del Sol no pasa de 15 millones de años! Por otra parte, el Dr. Croll, basando sus argumentos respecto de la edad del calor solar, en cifras previamente establecidas por Sir William Thomson, concede 60 millones de años desde el principio del período Cambriano. Esto es consolador para los amantes del conocimiento exacto. Así, cualesquiera que sean las cantidades que exponga la Ciencia Oculta, es seguro que son corroboradas por las de algunos de los hombres de ciencia modernos considerados como autoridades. <<

[25] Véase Proceedings, Royal Society, London, XXVIII, 281. <<

[26] Gould, Mythical Monsters, pág. 91. <<

[27] NOTA. —Se ruega al lector que tenga en cuenta que las Secciones que siguen no son estrictamente consecutivas en orden de tiempo. En la Parte I se exponen las Estancias que forman la armazón de la exposición, y se comentan y explican ciertos puntos importantes. En el volumen IV, en las Secciones siguientes de las Partes II y III, hállanse reunidos varios detalles adicionales, intentándose una explicación más completa del asunto. <<

[28] Solamente se dan aquí cuarenta y nueve Slokas de entre varios centenares, y no todos los versículos están traducidos al pie de la letra, usándose a veces una perífrasis para mayor claridad e inteligencia, en donde una traducción literal resultaría completamente ininteligible. <<

[29] La idea y espíritu de la frase es lo que se expone aquí; pues una traducción verbal sería poco comprensiva para el lector. <<

[30] El Cuarto Globo, nuestra Tierra. Todas las glosas sobre la traducción del texto de las Estancias y Comentarios son de la escritora. En algunos sitios estarán incompletas y hasta no serán adecuadas desde el punto de vista indo; pero son correctas en el sentido que se les da en el Esoterismo transhimaláyico. En todos los casos la escritora asume la responsabilidad. Como nunca ha pretendido ser personalmente infalible, lo que se da bajo su propia autoridad puede dejar mucho que desear, particularmente en los casos en extremo abstrusos que envuelven metafísica demasiado profunda. La enseñanza se ofrece tal como se comprende; y teniendo en cuenta que hay siete claves de interpretación para cada símbolo y alegoría, resulta que un significado que puede no responder, por ejemplo, al aspecto psicológico o astronómico, se encontrará, sin embargo, perfectamente exacto en el físico o metafísico. <<

[31] Los Espíritus Planetarios. <<

[32] Loka Chakshus. <<

[33] Los Planetas. <<

[34] Según la sabia definición del Dr. A. Wilder, Génesis, , no es generación, sino «una aparición de lo eterno en el Cosmos y el Tiempo»; «un advenimiento desde el esse al existere», o desde la Seidad al «Ser» —como diría un teósofo. <<

[35] Para una explicación más clara de los orígenes, según están contenidos en el Esoterismo del Bhagavad-Gîtâ. Véanse las Notas sobre el mismo publicadas en The Theosophist de febrero, marzo y junio 1887. Madrás. <<

[36] Véase el Árbol Sephirothal. <<

[37] Noético del Nous griego. Frénico del Phren griego, o Manas y Budhi, respectivamente. N. del T. <<

[38] Zohar, Idra Suta, Secc. VII. <<

[39] J. B. Alden; Nueva York, 1888; II, 432–434. <<

[40] Se ha declarado repetidamente que la Serpiente es el símbolo de la sabiduría y del conocimiento Oculto, «La serpiente ha sido relacionada con el dios de la sabiduría, desde los tiempos más remotos que la historia conoce» —escribe C. Staniland Wake. «Este animal era el símbolo especial de Thoth o Taut… y de todos los dioses, tales como Hermes [¿?] y Seth, que pueden ser relacionados con él. Esto es también verdad respecto del tercer miembro de la tríada caldea primitiva, Hea u Hoa». Según Sir Henry Rawlinson. «Los títulos más importantes de esta deidad se refieren a “sus funciones como fuente de todo conocimiento y ciencia”». No solo es el «pez inteligente», sino que su nombre puede leerse como significando a la vez «vida» y una «serpiente» [un Adepto iniciado], y puede considerársele como «figurado por la gran serpiente que ocupa un lugar tan notorio entre los símbolos de los dioses en las piedras negras que registran los beneficios babilónicos». (The Great Pyramid, pág. 75). Esculapio, Serapis, Plutón, Esmun y Knepp, son todas deidades con los atributos de la Serpiente, dice Dupuis. Todos son sanadores, dadores de la salud espiritual y física, y de la iluminación. La corona formada de un áspid, el Thermuthis, pertenece a Isis, Diosa de la Vida y de la Curación. Los Uphanishads contienen un tratado sobre la Ciencia de las Serpientes, o lo que es lo mismo, la Ciencia del Conocimiento Oculto; y los Nâgas de los buddhistas exotéricos, no son «las criaturas fabulosas, de la naturaleza de las serpientes… superiores al hombre, y consideradas como protectoras de la ley de Buddha, como Schlangintweit cree, sino hombres reales vivientes, algunos superiores a los hombres en virtud de su Conocimiento Oculto, y protectores de la ley de Buddha, por cuanto interpretan correctamente sus doctrinas metafísicas; y otros moralmente inferiores por ser “magos negros”». Por lo tanto, se declara con verdad que Gautama Buddha «se dice que les enseñó un sistema religioso más filosófico que a los hombres, que no estaban suficientemente adelantados para comprenderlo en la época de su aparición». (Ibíd. Pág. 72). <<

[41] Compárese los Symbols of the Bonzes. <<

[42] La Mandrágora es el Mandrake de la Biblia o Raquel y Lía. Las raíces de la planta son carnosas, peludas y ahorquilladas, representando toscamente los miembros, el cuerpo y hasta la cabeza del hombre. Sus propiedades mágicas y misteriosas han sido proclamadas en fábulas y en el teatro desde las edades más arcaicas. Desde Raquel y Lía, que se permitían con ellas la hechicería, hasta Shakespeare que dice de ellas: «chillando»

«Como mandrakes arrancadas de la tierra»

«que vivientes mortales, al oírlas, corren alocados».

La mandrágora ha sido la planta mágica por excelencia. Esas raíces parecen no tener tallos; largas hojas salen de la cabeza de la raíz como una gigantesca mata de pelo. Presentan poca semejanza con el hombre cuando se encuentran en España, Italia, el Asia Menor o Siria; pero en la Isla de Candía y en Caramania, cerca de la ciudad de Adan, tienen de un modo asombroso la forma humana, y son sumamente apreciadas como amuletos. También las llevan las mujeres como un amuleto contra la esterilidad, y para otros propósitos. Especialmente producen efecto en «Magia Negra». <<

[43] El Sol. <<

[44] La Tierra. <<

[45] Copérnico escribió sus teorías sobre la «Revolución de los Cuerpos Celestes» en el siglo XVI, y el Zohar, hasta después de compilado por de León en el siglo XIII, declara que:

«En el Libro de Hammannunach el Viejo (o el Anciano), vemos… que la tierra gira sobre sí misma en forma de círculo; que algunos están arriba y otros abajo: que… hay algunos países en la tierra que están alumbrados, mientras otros se hallan en la obscuridad; éstos tienen el día cuando para los otros es de noche; y hay países en donde constantemente es de día, o por lo menos la noche solo dura algunos instantes». (Zohar, III, fol. 10.ª, citado en la Qabbalah de Myer, página 139). <<

[46] Véase también el Fargard 21 del Vendidâd sobre la milicia celestial. <<

[47] Idolat, II, 373. <<

[48] «Lo mismo que arriba es abajo» es el axioma fundamental de la Filosofía Oculta. Como el Logos, es séptuple, esto es, como aparece en el Kosmos como siete Logos bajo siete formas diferentes; o como según lo enseñan los sabios brahmanes, «cada uno de éstos es la figura central de una de las siete ramas principales de la antigua Religión de la Sabiduría»; y, como los siete principios que corresponden a los siete distintos estados de Prajnâ, o Conciencia están aliados a los siete estados de Materia y siete formas de Fuerza, la división tiene que ser la misma en todo lo que concierne a la Tierra. <<

[49] La Ciencia enseña que Venus recibe del Sol doble luz y calor que la Tierra. De aquí que se diga que este planeta, precursor de la aurora y del crepúsculo, el más radiante de todos, da a la Tierra una tercera parte de la porción que recibe, guardando dos para sí. Esto tiene un significado Oculto, así como astronómico. <<

[50] Venus es , la Tierra . <<

[51] En la Filosofía Esotérica es macho y hembra, o hermafrodita; de aquí la Venus con barbas de la mitología. <<

[52] Por tanto, dejando a un lado su aspecto religioso metafísico, la Cruz de los cristianos es simbólicamente mucho más fálica que la Svastika pagana. Véase vol. I, pág. 72. <<

[53] La cruz ansata es el signo astronómico planetario de Venus, «significando la existencia de la energía parturienta en el sentido sexual, siendo éste uno de los atributos de Isis, la Madre, y de Eva, Hauvah, o la Madre-Tierra, y así era reconocido por todos los pueblos antiguos, en uno o en otro modo de expresión». (De un manuscrito kabalista moderno). <<

[54] Véase Hindû Pantheon, de Edward Moor. <<

[55] Ateneo expone que la primera letra del nombre de Satán se representaba en los tiempos antiguos por un arco y un creciente, y algunos católicos romanos, hombres buenos y bondadosos, han pretendido persuadir al público de que los musulmanes han escogido la media luna para sus armas nacionales en honor de los cuernos en figura de media luna de Lucifer. Venus, desde el establecimiento del dogmatismo católico romano, ha sido identificado con Satán y Lucifer, o el Gran Dragón, en contra de toda razón y lógica. Según lo demuestran los simbologistas y astrónomos:

«La asociación entre la serpiente y la idea de la obscuridad tenía un fundamento astronómico. La posesión que la constelación del Dragón ocupó en un tiempo muestra que la Gran Serpiente era la regente de la noche. Esta constelación se hallaba primeramente en el centro mismo de los cielos, y es tan extensa, que fue llamada el Gran Dragón. Su cuerpo se extiende sobre siete signos del Zodíaco; y Dupuis, que ve en el Dragón del Apocalipsis una referencia a la serpiente celestial, dice: “No es de extrañar que una constelación tan extensa fuese representada por el autor de ese libro como un gran dragón con siete cabezas, que arrancó la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra”». (Staniland Wake, The Great Pyramid, pág. 79; Dupuis, III, 255).

Solo que Dupuis no supo nunca por qué el Dragón, que tuvo una vez la estrella polar —el símbolo del Guía, Gurú y Director—, había sido de este modo degradado por la posteridad. «Los Dioses de nuestros padres son nuestros demonios», dice un proverbio asiático. Cuando el Dragón cesó de ser «la estrella filón», la divinidad sideral guiadora participó del destino de todos los dioses caídos. Seth y Tifon fueron en un tiempo, nos dice Bunsen, «un gran Dios universalmente adorado en todo el Egipto, que confería a los reyes de las Dinastías decimoctava y decimonona, los símbolos de la vida y del poder. Pero luego, en el curso de la vigésima Dinastía, se le trató de pronto como un Demonio malo, y tan es así, que sus efigies y nombre fueron borrados de todos los monumentos e inscripciones que pudieron ser alcanzados». La razón verdadera Oculta se dará en estas páginas. <<

[56] De Civitate Dei, LXXI, VIII. <<

[57] Shukra es el hijo de Bhrigu, el gran Rishi, y uno de los Siete Prajâpati, el fundador de la Raza de los Bhârgavas, en la que nació Parashu Râma. <<

[58] Ésta es una contradicción manifiesta de Swedenberg, que vio en la «primera Tierra del Mundo Astral», habitantes vestidos como los campesinos en Europa; y en la Cuarta Tierra mujeres vestidas como las pastoras en un baile de máscaras. ¡Hasta el famoso astrónomo Huygens se hallaba bajo la errónea idea de que los otros mundos y planetas tienen especies de seres idénticos a los que viven en nuestra Tierra, con las mismas figuras, sentidos, inteligencia, artes, ciencias, moradas y hasta la misma clase de fabricación en sus vestimentas! (Théorie du Monde). Para una mejor comprensión de lo expuesto, de que la Tierra «es la progenie de la Luna», véase la Estancia 6 del volumen I. <<

[59] Ésta es una glosa moderna. Se ha añadido a los antiguos Comentarios para la más clara comprensión de aquellos discípulos que estudian Cosmogonía Esotérica después de haber pasado por los conocimientos occidentales. Las glosas primitivas abundan demasiado en adjetivos y figuras de dicción para poder ser comprendidas con facilidad. <<

[60] «Más allá» de la Gran Línea significa en este caso la India, como siendo la región transhimaláyica para la región tibetana. <<

[61] Usamos el término Pitris en estas Slokas para facilitar su comprensión, pero no se emplea en las Estancias originales, en donde tienen calificativos distintos propios, además de ser llamadas «Padres» y «Progenitores». <<

[62] Es erróneo tomar literalmente el culto de los Bodhisattvas humanos, o Manjushri. Es verdad que, exotéricamente, la escuela Mahâyâna enseña el culto a los mismos sin distinción, y, que Huien-Tsang habla de algunos discípulos de Buddha que fueron adorados. Pero esotéricamente, no es el discípulo o el sabio Manjushri personalmente quien recibía honores, sino los divinos Bodhisattvas y Dhyâni-Buddhas que animaban (amilakha, como dicen los mogoles) las formas humanas. <<

[63] El autor de esta obra es Augusto Le Plongeon. Él y su esposa son bien conocidos en los Estados Unidos por sus infatigables trabajos en la América Central. Ellos fueron los que descubrieron el sepulcro del Kan Coh real, en Chichén-Itzá. El autor al parecer, cree y trata de probar que el conocimiento esotérico de los arios y de los egipcios fue derivado de los Mayas. Pero, aunque ciertamente contemporáneos de la Atlántida de Platón, los Mayas pertenecían al Quinto Continente, que fue precedido por la Atlántida y la Lemuria. <<

[64] Con más exactitud In Matrem Deorum, Oratio V. <<

[65] Pág. 143. <<

[66] Estas siete cuevas, siete ciudades, etc., etc., representan en todos los casos siete Centros o zonas en que nacieron los siete grupos primitivos de la primera Raza-Raíz. <<

[67] El grabado está reproducido en Sacred Mysteries of the Mayas and the Quiches, en la página 134. <<

[68] Véase Source of Measures, págs. 50–53. <<

[69] Véase Isis sin Velo, II, págs. 300 y siguientes, como prueba de la antigüedad del sistema y cifras decimales. <<

[70] Véase Masonic Review, Cincinnati, junio 1886, art. «The Cabbalah, número VI», pág. 10. <<

[71] Ibíd. loc. cit. <<

[72] Ibíd. Pág. 2. <<

[73] Véase Source of Measures, págs. 276 y siguientes. App. VII. <<

[74] Art. Masonic Review, págs. 11 y 12. <<

[75] En el libro Al-Chazari, por Jehuda-ha-Levi, traducido por el Dr. D. Cassell. <<

[76] Art. citado, págs. 21–22. <<

[77] I, págs. 162 y sigs. <<

[78] Art. citado, pág. 15. <<

[79] Ibíd. pág. 22. <<

[80] La apelación Ak-ad (o Akkadios) es de la misma clase que Ad-m, Ha-va (Eva). Æd-en (Edén); Ak-Ad significa «Hijo de Ad», como los hijos de Ad en la Antigua Arabia. Ad-ad, el «uno único» y el «primero», era el Ad-on o «Señor» de Siria y consorte de Ad-ar-gat o Aster’t, la Diosa de Siria. Y Gan-Æ den (Edén) o Gandunia era Babilonia o la Mesopotamia. En asirio Ak significaba Creador, pronunciándose la letra k como kh (ah) guturalmente. Según el misticismo de Swedenborg, Adam no era un hombre, sino una iglesia (¿?) de luz primitiva. En los Vedas, Ad-iti es la luz primitiva, el Akâsha del mundo fenomenal. <<

[81] Adam-Jehová, Brahmâ y Marte, son, en un sentido, idénticos; todos ellos son símbolos de poderes generadores primitivos o iniciales, al objeto de la procreación humana. Adam es rojo, como también Brahmâ-Virâj y Marte-Dios y Planeta. El agua es la «sangre» de la Tierra; por tanto, todos estos nombres están relacionados con la Tierra y el Agua. «Se necesita tierra y agua para crear un alma humana» —dice Moisés. Marte es idéntico a Kârttikeya, Dios de la Guerra (en un sentido), cuyo Dios nació del Sudor de Shiva, Shiva-gharmaja, y de la Tierra. En el Mahâbhârata se le muestra como nacido sin la intervención de mujer. También es llamado Lohita, el Rojo, lo mismo que Adam y los otros «primeros hombres». Por consiguiente, el autor de Source of Measures tiene mucha razón creyendo que Marte (y todos los demás Dioses con atributos semejantes), «como dios de la guerra y del derramamiento de sangre era solo una idea secundaria que provenía de la idea primitiva del derramamiento de sangre la primera vez, en la concepción. —De aquí que Jehová se convirtiera después en un Dios guerrero—, Señor de los Ejércitos», y ordenase la guerra. Es el Zodh agresivo, o Caín, por permutación, que mató a su hermano (femenino), cuya «sangre grita desde el suelo», habiendo abierto la Tierra su boca para recibir la sangre. (Génesis, IV, 10, 11). <<

[82] Apolo Karneios es ciertamente una transformación griega del Krishna-Karna-indo. Karna significa radiante, y Karneios, que era un título de Apolo entre los celtas, así como entre los griegos, significaba «nacido del Sol». <<

[83] Kumuda-Pati (Kumuda = el loto blanco, que se dice se abre al salir la luna; Pati = Señor). <<

[84] Pitri-Pati. <<

[85] Budha, Mercurio. <<

[86] La Luna. <<

[87] Ushanas-Shukra, o Venus es, por supuesto, nuestro Lucifer, la Estrella de la mañana. Lo ingenioso de esta alegoría, en sus múltiples significados, es verdaderamente grande. Así, Brihaspati (el planeta Júpiter) o Brahmanaspati es, en el Rig Veda, una deidad, símbolo y prototipo del culto exotérico o de ritual. Es el sacerdote, el sacrificador, el suplicador y el medio, por el cual las oraciones de los mortales llegan a los Dioses. Es el Purohita (el Sacerdote de la Familia o Capellán) del Olimpo Hindú y el Gurú espiritual de los Dioses. Soma es el Dios del Misterio, y preside sobre la naturaleza mística y oculta en el hombre y en el Universo. Târâ, la esposa del sacerdote, que simboliza al adorador, prefiere las verdades Esotéricas a su mera corteza, el exoterismo: de aquí que se la muestre como robada por Soma. Ahora bien: Soma es el jugo sagrado de este nombre, que concede visiones místicas y revelaciones en estado de éxtasis, el resultado de cuya unión es Budha (Sabiduría), Mercurio, Hermes, etc.; en una palabra, esa ciencia que hasta el presente es proclamada por los Brihaspati de la Teología, endemoniada y satánica. No hay, pues, que maravillarse que, al extender el ciclo de esta alegoría, veamos a la Teología Cristiana tomando el partido de los Dioses indos, y considerando a Ushanas (Lucifer), que ayudó a Soma contra esta antigua personificación del culto ritualista (Brahmanaspati, el Señor de los brahmanes, ahora convertido en Júpiter-jehovah), como Satán, el «Enemigo de Dios». <<

[88] Como se demuestra en otra parte, el Hombre Celeste, Adam-Kadmon, del primer capítulo del Génesis, es el único hecho a la imagen y semejanza de Dios. El Adam del segundo capítulo no se dice que fue hecho a aquella imagen ni a semejanza divina, antes que comiese del fruto prohibido. El primer Adam es la Hueste Sephirotal; el segundo Adam es la Primera Raza-Raíz humana sin entendimiento. El tercer Adan, es la Raza que se separó, cuyos ojos se han abierto. <<

[89] La Tierra. <<

[90] Achyuta es un término casi intraducible. Significa lo que no está sujeto a caer o empeorar: lo Infracasable; siendo lo contrario de Chyuta, lo Decaído. Los Dhyânis que encarnaron en las formas humanas de la Tercera Raza-Raíz y las dotaron de inteligencia (Manas), son llamados los Chyuta, porque cayeron en la generación. <<

[91] Ésta es, quizás, la razón por la cual en el Bhagavad-Gîtâ se nos dice que Brahmâ había comunicado a Nârada en un principio que todos los hombres, cualesquiera que fuesen, aun los Mlechchhas, los parias y los bárbaros, podían conocer la verdadera naturaleza de Vâsudeva, y aprender a tener fe en esta Deidad. <<

[92] Véase Asiatic Researches, I, 265. <<

[93] Book of God, 60. <<

[94] Shesha, que también es Ananta, el infinito, y el «Ciclo de la Eternidad» en Esoterismo, créese que dio su conocimiento astronómico a Garga, el astrónomo más antiguo de la India, que obtuvo su favor, y supo seguidamente todo lo concerniente a los Planetas, y el modo de leer presagios. <<

[95] Véase The History of Indian Literature, pág. 253, por el Profesor A. Weber; en las Series Orientales de Trübner. <<

[96] Hasta los indios Maya de Guatemala tenían su Zodíaco desde una antigüedad desconocida. Y «el hombre primitivo ha obrado en todas las edades del mismo modo, independientemente del tiempo y de la localidad», observa un escritor francés. <<

[97] Véase la sección 16 del volumen II, El Zodíaco y su antigüedad. <<

[98] Ibíd. Pág. 2. <<

[99] El Tirukkanda Panchanga, para el año Kali Yuga 4986, por Chintamany Raghanaracharya, hijo del famoso astrónomo del Gobierno de Madrás, y Tartakamala Venkata Krishna Rao. <<

[100] De años, 300 millones de arios, o Tres Edades Ocultas. El Rig Veda tiene la Misma división. En el «Himno del Médico» (X, 97, I), se dice que «las plantas vinieron a la existencia, Tres Edades (Triyugam) antes que los Dioses», en nuestra Tierra. (Véase «Cronología de los Brâhmanes» al fin de esta Estancia). <<

[101] Formas. <<

[102] Minerales. <<

[103] Vegetación. <<

[104] Sarîsripa, svapada. <<

[105] La Tierra. <<

[106] Estas dos no deben confundirse con las Siete Creaciones o Divisiones de cada Kalpa. Aquí se quiere significar la Creación Primaria y la Secundaria. Véase la Sección 13 del volumen II, Las Siete Creaciones. <<

[107] En Bereschith Rabba, Parscha IX. <<

[108] I, 31. <<

[109] Véase Hibbert Lectures, 1887, Sayce, pág. 390. <<

[110] ¿De dónde viene esta identidad de ideas? Los chinos tienen las mismas tradiciones. Según el comentador Kwoh P’oh, en la obra llamada Shan-Hai-King, «Maravillas del Mar y de la Tierra», obra escrita por el historiador Chung Ku, tomada de los grabados de nueve urnas hechas por el Emperador Yü (2255 antes de Cristo), se menciona una entrevista con hombres que tenían dos caras distintas en sus cabezas, delante y detrás, monstruos con cuerpos de cabras y cabezas humanas, etc. Gould, en sus Mythical Monsters (pág. 27), al dar los nombres de algunos autores de Historia Natural, menciona al Shan-Hai-King. «Según el comentador Kwoh P’oh (276–324 después de Cristo), esta obra fue compilada 3000 años antes de su tiempo, o hacia siete dinastías. Yank Sun de la Dinastía Ming (comenzando 1368 después de Cristo) declara que fue compilada por Kung Chia y Chung Ku (¿?)» como se dijo antes. «Chung Ku… en tiempo del último Emperador de la dinastía Hia (1818 antes de Cristo), temiendo que el Emperador destruyese los libros que trataban de los tiempos antiguos, se los llevó en su huida a Yin». <<

[111] Ancient Fragments, de Cory, pág. 59. <<

[112] Qabbalah, pág. 246. <<

[113] Restos de minerales, vegetales y animales. <<

[114] Rondas. <<

[115] Dioses y Espíritus Planetarios, especialmente los Ribhus. «Los tres Riblius» que también se convierten en «tres veces siete», número de sus dones. <<

[116] Solar-Lunar. <<

[117] Ténganse presentes las «razas aladas» de Platón y las relaciones del Popol-Vuh acerca de la primera raza humana, la cual podía andar, volar y percibir los objetos, por muy distantes que estuviesen. <<

[118] Véase Mythical Monsters, por Charles Gould. <<

[119] En el primer volumen de Introduction à l’Étude des Races Humaines, por M. de Quatrefages, últimamente publicado, hay pruebas de que, desde el Período post-terciario, y aun antes de este tiempo (dado que ya había esparcidas muchas Razas en esta época sobre la faz de la Tierra), el hombre no ha cambiado un ápice su estructura física. Y si el hombre estuvo rodeado durante edades por una fauna que cambiaba de un período o ciclo a otro, una que desaparecía, otra que nacía con distinta forma, de tal modo que hoy no existe en la Tierra ni un solo animal, grande o pequeño, contemporáneo del hombre de aquel período; si, pues, todos los animales se han transformado excepto el hombre, este hecho no solo prueba su antigüedad, sino que Constituye un Reino distinto. ¿Por qué solo él había de escapar a la general transformación? Por la razón —dice Quatrefages— de que el arma que usaba en su lucha con la Naturaleza, y los cambios constantes de condiciones geológicas y de elementos, era «su fuerza psíquica, no su fuerza física ni su cuerpo», como sucede con los animales. Dad al hombre solo la dosis de inteligencia y razón de que están dotados otros mamíferos, y con su organización corporal presente, se verá convertido en la criatura más desamparada de la Tierra. Y como todo tiende a probar que el organismo humano, con todas sus características, peculiaridades e idiosincrasias, existía ya en nuestro Globo en esos remotísimos períodos geológicos, cuando aún no existía ni un solo ejemplar de las actuales formas de mamíferos, ¿cuál es la conclusión inevitable? Pues la siguiente: Puesto que todas las razas humanas son de una misma especie, se deduce que esta especie es la más antigua de todos los mamíferos actuales. Por lo tanto, es la más estable y perseverante de todas, y se hallaba ya tan completamente desarrollada como al presente, cuando todos los otros mamíferos ahora conocidos no había ni siquiera mostrado las primeras señales de su aparición en la Tierra. Tal es la opinión del gran naturalista francés, quien de este modo da un golpe terrible al darwinismo. <<

[120] Dijeron. <<

[121] Las Mónadas de las «presentaciones» de los hombres de la Tercera Ronda, las formas enormes parecidas a monos. <<

[122] Las aguas. <<

[123] En el Sistema Esotérico los siete «principios» del hombre están representados por siete letras. Las dos primeras son más sagradas que las cuatro letras del Tetragrammaton. <<

[124] Las Esferas intermedias, en donde las Mónadas que no han alcanzado el Nirvana se dice que dormitan en inactividad inconsciente entre dos Manvantaras. <<

[125] Esto se explica en otra parte. Los Tres Fuegos, Pâvaka, Pavamâna y Shuchi, que tuvieron cuarenta y cinco Hijos, los cuales, con sus tres Padres, y su Padre Agni, constituyen los cuarenta y nueve Fuegos. Pavamâna, el Fuego producido por la fricción, es el padre del Fuego de los Asuras; Shuchi, el Fuego Solar es el padre del Fuego de los Dioses, y Pâvaka, el Fuego Eléctrico, es el Padre del Fuego de los Pitris (véase Vâyu Purâna). Pero ésta es una explicación en el plano material y terrestre. Las Llamas son pasajeras y solo periódicas; los Fuegos son eternos en su unidad triple. Corresponden a los cuatro «principios» humanos inferiores, y a los tres superiores. <<

[126] Los Suras que más tarde se convirtieron en los A-Suras. <<

[127] Âtmâ, Buddhi y Manas. En el Devachan es necesario el elemento superior del Manas para constituir un estado de percepción y conciencia de la Mónada desencarnada. <<

[128] Catecismo, libro III, secc. 9. <<

[129] Véase Vishnu Purâna, lib. I, cap. V. Sloka final. Versión del texto de Fitzedward Hall, en la traducción de Wilson, I, 88. También Mânava-Dharma-Shâstra, I, pág. 80. <<

[130] Esto, en el Esoterismo, tiene una relación directa con los siete «principios» del Brahmâ manifestado o Universo, en el mismo orden que en el Hombre. Exotéricamente, son solo cuatro «principios». <<

[131] Traducción de Wilson, I, 81. <<

[132] Demonio es un término muy vago para usarlo, pues se aplica a un gran número de Espíritus inferiores, esto es, más materiales, o Dioses menores, llamados así porque «hacen la guerra» a los Superiores; pero no son diablos. <<

[133] El mismo orden de los principios en el hombre: Âtmâ (Espíritu) Buddhi (Alma) su vehículo, como la Materia es el Vâhan del Espíritu, y Manas (Mente) el tercero, o el quinto microcósmicamente. En el plano de la personalidad, Manas es el primero. <<

[134] Así, pues, dice el Comentario, el dicho de que los Dioses son más poderosos de día, y los Demonios de noche, es puramente alegórico. <<

[135] Este pensar de sí mismo, ser esto, aquello o lo otro, es el principal agente en la producción de toda clase de fenómenos psíquicos y hasta físicos. Las palabras «quienquiera que diga a esta montaña muévete y cae al mar, y no dude… eso sucederá, no son palabras vanas. Solo que la palabra “fe”» debiera traducirse por VOLUNTAD. La Fe sin Voluntad es como un molino de viento sin viento; infecundo en resultados. <<

[136] La misma idea se encuentra en los primeros cuatro capítulos del Génesis, con su «Señor» y «Dios», que son los Elohim y el Eloha Andrógino. <<

[137] P. 398. <<

[138] P. 107. <<

[139] Espíritus. <<

[140] También Espíritus. <<

[141] VI, 2–6. <<

[142] Pero véanse los inconvenientes que contra esta teoría se opusieron más tarde, en las obras de varios geólogos. Véanse los artículos de Sir R. S. Ball en Nature, XXV, 79–82, 103–107. Nov. 24 y dic. 1.º, 1881. <<

[143] Los Rûpas. <<

[144] La Diosa que dio a luz a estos monstruos primordiales, en la relación de Beroso, fue Thalatth, en griego Thalassa, el «Mar». <<

[145] Véase, como comparación, el relato de la Creación de Beroso, según se conserva en Alejandro Polyhistor, y los seres horrorosos nacidos del principio doble —Tierra Y Agua— en el océano de la Creación primordial: Narâs (Centauros, hombres con miembros de caballo y cuerpos humanos), y Kinnaras (hombres con cabezas de caballo), creados por Brahmâ en el principio del Kalpa. <<

[146] Una confesión análoga puede verse en Philosophy, pág. 481, del Profesor Lefèvre. <<

[147] Parva XII, Adhyáya, sloka 308. <<

[148] La Doctrina Esotérica dice que esta «Evolución Cósmica» se refiere solamente a nuestro sistema Solar, al paso que el hinduismo exotérico, si no nos equivocamos, comprende en estas cifras todo el Sistema Universal. <<

[149] Otro punto de desacuerdo. El Ocultismo nos dice que los prototipos astrales de los reinos mineral, vegetal y animal hasta el hombre, han invertido ese tiempo (300 millones de años) en su evolución, rehaciéndose de los materiales desechados de la Ronda precedente, los cuales, aunque muy densos y físicos en su propio ciclo, son relativamente etéreos comparados con la materialidad de la mitad de nuestra Ronda. A la expiración de estos 300 millones de años, la Naturaleza, en su camino hacia lo físico y material, en el arco del descenso, principia con la humanidad en su trabajo hacia abajo, endureciendo o materializando las formas a medida que avanza. Así que los fósiles que se encuentran en las capas, a las que debiera asignarse una antigüedad, no de dieciocho millones, sino de muchos cientos de millones de años, pertenecen en realidad a formas de la Ronda precedente, los cuales, cuando vivían, eran mucho más etéreas que físicas, según ahora conocemos lo físico. Si los percibimos y exhumamos como formas tangibles, se debe al proceso de materialización o cristalización que hemos mencionado, y que tuvo lugar después, al principio de la Cuarta Ronda, y que alcanzó su máximo después de la aparición del hombre, procediendo paralelamente con su evolución física. Esto solo aclara el hecho de que el grado de materialidad de la Tierra cambia pari passu con el de sus habitantes. Y así encuentra el hombre ahora, como fósiles tangibles, lo que una vez fueron (para sus sentidos actuales) formas etéreas de los reinos inferiores. Las cifras brahmánicas mencionadas se refieren a la evolución que comienza en el Globo A y en la Primera Ronda. En este volumen solo hablamos de ésta, la Cuarta Ronda. <<

[150] Esta diferencia, así como el cambio en los tres últimos ternos de las cifras, no puede la escritora explicarlo. Según todos los cálculos, una vez deducidos los 300 millones, la cantidad debería ser 1 655 884 687. Pero se dan como se hallan en el calendario tamil a que nos hemos referido y según fue traducido. La escuela del difunto Pandit Dayânand Sarasvatî, fundador de la Ârya Samâj, da una fecha de 1 960 852 987. Véase el Ârya Magazine, de Lahore, en cuya cubierta se leen las palabras: «Era Ârya, 1 960 852 987». <<

[151] Manu Vaivasvata es el Ser Humano —algunas versiones le añaden los siete Rishis— que en la alegoría de Matsya Avatâra se salvó del Diluvio en un bote, como Noé en el Arca. Por tanto, este Manvantara Vaivasvata sería el período «posdiluviano». Esto, sin embargo, no se refiere al Diluvio «Atlante» posterior, ni al de Noé, ni tampoco al Diluvio Cósmico o Pralaya de obscuración que precedió a nuestra Ronda, sino a la aparición de la Humanidad en esta Ronda. Hay una gran diferencia, sin embargo, entre el Pralaya Naimittika, Ocasional o Incidental Prâkritica Elemental, Atyantika, el Absoluto, y Nitya, el Pralaya Perpetuo; siendo descrito este último como «la contingente recoalescencia del Universo de Brahmâ al fin del Día de Brahmâ. —Un sabio teósofo brahmán presentó la cuestión de si—: Existía tal Pralaya Cósmico, porque de ser así, el Logos (Krishna) tendría que volver a nacer, y él es Aja (no nacido)». No vemos la razón de esto. Se dice que el Logos nace solo en sentido metafórico, lo mismo que el Sol nace todos los días, o más bien una radiación de este Sol nace por la mañana, y se dice que muere cuando desaparece, mientras que lo que sucede es que es simplemente reabsorbida en la esencia padre. El Pralaya Cósmico es para las cosas visibles, no para el Mundo Arûpa Informe. El Pralaya Cósmico o Universal se presenta solo al cabo de cien Años de Brahmâ, cuando se dice que tiene lugar la disolución Universal. Entonces el Avvaya, dicen las Escrituras exotéricas, la Vida Eterna simbolizada por Vishnu, asumiendo el carácter de Rudra, el Destructor, entra en los Siete Rayos del Sol y absorbe todas las Aguas del Universo. «Alimentados de este modo, los Siete Rayos Solares se dilatan en siete soles e incendian todo el Cosmos». <<

[152] Puesto que un Mahâ Yuga es la milésima parte de un Día de Brahmâ. <<

[153] Ob. cit. Art. «Geología». <<

[154] Ibíd. Esto concede una oportunidad hasta a la bíblica «Cronología de Adam», de 6000 años. <<

[155] Modern Science and Modern Thought, pág. 48. <<

[156] Respecto del período Siluriano en lo que se refiere a los moluscos y a la vida animal, concedido; pero ¿qué saben ellos del hombre? <<

[157] Ibíd. loc. cit. <<

[158] Ibíd. 49. <<

[159] Winchell, World-Life, 180. <<

[160] Op. cit., 49. <<

[161] Vishnu Purâna de Wilson, I, 51. <<

[162] Vol. I, pág. 32, E. I. <<

[163] La atmósfera o el aire, el firmamento. <<

[164] Harivamasha, I, 36. <<

[165] Génesis, I, 6–9. <<

[166] Señores. <<

[167] Les dijeron. <<

[168] Esto es, las Jîvas o Mónadas. <<

[169] La Madre Tierra o la Naturaleza. <<

[170] Cuerpos externos. <<

[171] Según la maravillosa cronología de Bentley, que escribió en días en que la cronología bíblica era aún inatacable; y también según la de los orientalistas modernos que empequeñecen las fechas indas tanto como pueden. <<

[172] Ahora bien; Shrî es la hija de Bhrigu, uno de los Prajâpatis y Rishis, jefe de los Bhrigus, los «Consumidores», la Clase Aérea de los Dioses. Ella es Lakshmî, la esposa de Vishnu, y es Gaurî, la «prometida de Shiva», y es Sarasvati, la «acuosa», la esposa de Brahmâ, porque los tres Dioses y Diosas son uno, bajo tres aspectos. Léase la explicación por Parâshara en el Vishnu Purâna (I, VIII, trad. de Wilson, I, 119), y se comprenderá. «El Señor de Shri es la luna» —dice— y «Shri es la esposa de Nârâyana, el Dios de los Dioses; —Shri o Lakshmi (Venus) es Indrânî, y es Sarasvatî, pues según dice Parâshara—: Hari [o Ishvara, el Señor] es todo lo que se llama macho [en el Universo]; Lakshmî es todo lo que se denomina hembra. No hay nada más que ellos». Por tanto, ella es hembra, y «Dios» es la Naturaleza masculina. <<

[173] Shrî la «Fortuna y Prosperidad» y la Diosa de las mismas. <<

[174] Masonic Review (Cincinnati), junio 1886, art. «The Cabblah» núm. VI, 15–17. <<

[175] Los Dioses Lunares. <<

[176] Vishnu Purâna, trad. de Wilson, I, 101. <<

[177] Véase Mahâbhârata, Mokshadharma Parvan. <<

[178] Porque, como lo demuestra la alegoría, los Dioses que no tenían mérito propio personal alguno, temiendo la santidad de aquellos Seres encarnados que, esforzándose, se habían convertido en Ascetas y Yogis, y ponían así en peligro el poder de aquéllos, por los poderes que por sí mismos habían adquirido, los denunciaron. Todo esto tiene un profundo significado filosófico, y se refiere a la evolución y a la adquisición de poderes divinos por esfuerzo propio. Algunos Rishis-Yogis aparecen en los Purânas como mucho más poderosos que los Dioses. Los Dioses secundarios o Poderes temporales de la Naturaleza (las Fuerzas), están condenados a desaparecer. Solo la Potencialidad espiritual en el hombre es lo que le puede conducir a ser uno con lo INFINITO y lo ABSOLUTO. <<

[179] El Triángulo viene a ser un Pentágono (quíntuple) sobre la Tierra. Véase Volumen I, Estancias 3 al 5. <<

[180] Seth, como Bunsen y otros han mostrado, no es tan solo el «Dios primitivo» de los Semitas —incluso los judíos primitivos—, sino también su «antecesor semidivino. —Pues dice Bunsen (God in History, I, 233–234)—: El Seth del Génesis, el padre de Enoch (el hombre), debe considerarse como originalmente en paralelo con el derivado de Elohim, padre de Adán». «Según Bunsen, la Deidad (el Dios Seth) fue el dios primitivo del Norte de Egipto y de la Palestina», dice Staniland Wake en The Great Pyramid (pág. 61). Y Seth llegó a ser considerado en la última Teología de los egipcios como un «demonio malo», dice el mismo Bunsen; pues es uno con Tifón, y, como consecuencia lógica, uno también con los Demonios indos. <<

[181] Corint. XV, 47. <<

[182] Vâyu Purâna; Harivamsha, 170. <<

[183] Véase Kabbalah Unveiled, pág. 302, de Mather. <<

[184] Traducido en la Qabbalah de Isaac Myer, págs. 386/7. <<

[185] Zohar, III; 135 a, 292 a Idra Zootah. Ed. Brody, Idra Zootah. Citado en la Qabbalah de Myer, pág. 386. <<

[186] Gen. XXVI, 31 y sig.: Qabbalah de Myer, ibíd. <<

[187] Véase la Sección 3 del volumen IV, El «Santo de los Santos». <<

[188] Zohar, III. 290 a, Ed. Brody. Idrah Zootah, citado en la Qabbalah de Isaac Myer, págs. 387, 388. <<

[189] II, 5. <<

[190] O nacidos de la Mente. <<

[191] Fohat. <<

[192] «Huxley, apoyado por los descubrimientos más evidentes en Anatomía Comparada, pudo formular el importante principio de que las diferencias anatómicas entre el hombre y los monos superiores son menores que las que existen entre éstos y los monos inferiores. En relación a nuestro árbol genealógico del hombre, se desprende necesariamente la conclusión de que la raza humana se ha desarrollado gradualmente de los verdaderos monos». (The Pedigree of Man, por Ernst Hæckel, traducido por Ed. B. Aveling, pág. 49).

¿Cuáles pueden ser las objeciones científicas y lógicas a la conclusión contraria?, podemos preguntar. Las semejanzas anatómicas entre el Hombre y los Antropoides, groseramente exageradas por los darwinistas, como lo demuestra M. de Quatrefages, se explican fácilmente cuando se considera el origen de los últimos.

«En ninguna parte, en las capas más antiguas, se encuentra un mono que se aproxime más al hombre, ni un hombre que se parezca más a un mono».

«El mismo abismo que se encuentra hoy entre el hombre y el mono se extiende inalterable en anchura y profundidad hasta el período Terciario. Este hecho basta por sí solo para demostrar lo insostenible de la deducción». (Dr. F. Pfaff, Profesor de Ciencias Naturales de la Universidad de Erlangen). <<

[193] Véase Yoga Shâstra, II, 32. <<

[194] Voltaire. <<

[195] Mânava-Dharma Shâstra, III, 196. <<

[196] Matsya y Padma Purânas y Kullûka en el Mânava-Dharma Shâstra, III, 195. Sabemos muy bien que el Vâyu y Matsya Purâna identifican (con arreglo a la interpretación occidental) a los Agnishvâttas con las estaciones, y a los Barhishad Pitris con los meses; añadiendo una cuarta clase —Kâvyas— años cíclicos. ¿Pero no identifican los cristianos católico-romanos sus Ángeles con los Planetas, y los Siete Rishis no se han convertido en el Saptarshis, una constelación? Son Deidades que presiden sobre todas las divisiones cíclicas. <<

[197] Vishnu Purâna, Wilson, III, 158, 159. <<

[198] S. 1, 935, 936. <<

[199] El Vâyu Purâna muestra la región llamada Virâja-loka, habitada por los Agnishvâttas. <<

[200] Wilson, ibíd. III, 17. Nota por Fitzedward Hall. <<

[201] Loc. cit., ibíd. <<

[202] Véase The Theosophist, marzo 1887, pág. 360. <<

[203] Véase Wilson, II, 26. <<

[204] Véase Vâyu Purâna; citado en Vishnu Purâna, Vol. II, pág. 226. <<

[205] Chhâyâs. <<

[206] O Amânasas. <<

[207] Así. <<

[208] Complexión. <<

[209] También. <<

[210] Creador. <<

[211] Fantasmas. <<

[212] Imagen o Sombra. <<

[213] Sobre esto se hizo una alusión en Isis sin Velo (I, XXXVIII, Ed. Inglesa), aunque la explicación completa no podía darse entonces: «Los Pitris no son los antecesores de los hombres vivientes actuales, sino los de la [primera] especie humana o raza Adámica; los espíritus de las razas humanas que, en la gran escala de la evolución descendente, precedieron a nuestras razas de hombres, y eran física, así como espiritualmente, muy superiores a nuestros modernos pigmeos. En el Mânava-Dharma Shâstra son llamados los antecesores Lunares». <<

[214] Véanse las «Leyes de Manu», Mânava-Dharma Shâstra. III, 203. <<

[215] «Libros Sagrados del Oriente», vol. IV, El Zend Avesta, Introd. IV, p. I, VIII, traducido por James Darmesteter. <<

[216] Compárese también lo que se dice acerca de Makara y de los Kumâras en relación con el Zodíaco. <<

[217] De lo cual proviene el aserto subsiguiente de la visión de San Juan, que refiere su Apocalipsis, acerca de «el gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y siete coronas sobre sus cabezas» cuya «cola atrajo la tercera parte de las estrellas del cielo, y las lanzó a la tierra». (Cap. XII). <<

[218] Véase Harivamsha, 932. <<

[219] El versículo «las lanzó a la tierra», muestra claramente su origen en las alegorías más grandiosas y antiguas de los místicos arios, quienes después de la destrucción de los gigantes y hechiceros atlantes, ocultaron la verdad —astronómica, física y divina, por ser una pákina de la Teogonía precósmica— bajo diversas alegorías. Su interpretación esotérica real es una verdadera Teodicea de los llamados «Ángeles Caídos»; los que quisieron y los que no quisieron, los creadores y los que rehusaron crear, hállanse ahora confundidos del modo más intrincado por los cristianos católicos, quienes olvidan que su Arcángel más elevado, San Miguel, a quien muestran venciendo (dominando y asimilándose) al Dragón de la Sabiduría y del sacrificio propio divino —ahora desnaturalizado y calumniado como Satán—, ¡fue el primero que rehusó crear! Esto ha causado confusiones sin fin. Tampoco comprende la Teología Cristiana el lenguaje paradójico del Oriente y su simbolismo, que hasta llega a explicar, en el sentido de la letra muerta, el rito exotérico chino, buddhista e hindú, ¡de hacer ruido durante ciertos eclipses para espantar al «gran dragón rojo» que había formado un complot para llevarse la «luz»! Pero aquí la «luz» significa la Sabiduría Esotérica, y ya hemos explicado suficientemente el significado secreto de los términos Dragón, serpiente, etc., todos los cuales se refieren a Adeptos e Iniciados. <<

[220] Véanse el Génesis y el Timœus de Platón. <<

[221] A pesar de todos los esfuerzos en contrario, la Teología Cristiana, habiendo cargado con la relación esotérica hebrea de la creación del hombre, la cual entiende literalmente, no puede encontrar ninguna disculpa razonable para su «Dios, el Creador», que produce un hombre desprovisto de mente y de razón; ni puede tampoco justificar el castigo que siguió a un acto del que Adán y Eva podían alegar non compos. Pues si se admite que la pareja ignoraba el bien y el mal antes de comer el fruto prohibido, ¿cómo podía esperarse que supiese que la desobediencia era un mal? Si el hombre primitivo estaba destinado a permanecer semiinteligente, o más bien ininteligente, entonces su creación no tenía objeto y era hasta cruel, si era producida por un Dios omnipotente y perfecto. Pero Adán y Eva, hasta en el Génesis, se muestra que fueron creados por una clase de Seres divinos inferiores, los Elohim, que son tan celosos de sus prerrogativas personales como criaturas razonables e inteligentes, que no permiten que el hombre sea «como uno de nosotros». Esto es claro, aun en el sentido de la letra muerta de la Biblia. Así, pues, los gnósticos tenían razón al considerar al Dios judío como perteneciendo a una Clase inferior, material, y no muy santa, de habitantes del Mundo invisible. <<

[222] En Isis sin Velo se dan algunos de estos sistemas gnósticos. Uno está tomado del Codex Nazaræus, la Escritura de los Nazarenos, quienes, aunque existieron mucho antes del tiempo de Cristo, y aun antes de las leyes de Moisés, eran gnósticos y muchos de ellos Iniciados. Tenían sus «Misterios de la Vida» en Nazara (Nazareth antiguo y moderno), y sus doctrinas son un eco fiel de las enseñanzas de la Doctrina Secreta, algunas de las cuales estamos tratando ahora de explicar. <<

[223] I, 18. Véase la traducción del griego por François, Monsieur de Foix, obispo d’Ayre: la obra dedicada a Margarita de Francia, Reina de Navarra. Edición de 1579, Burdeos. <<

[224] Asgard and the Gods, pág. 4. <<

[225] Mr. James Darmesteter, el traductor del Vendîdâd, hablando de él, dice: «El bol, sea lo que quiera…» Sacred Books of the East, vol. IV, pág. 209. <<

[226] Timæus, de Platón. <<

[227] Véase Asgard and the Gods, pág. 305. <<

[228] Nótese que la figura de la Svastika, cerrada en el espacio de tres dimensiones, se convierte en la pirámide de cuatro caras. N. del revisor de la segunda edición española. <<

[229] Ibíd. loc. cit. <<

[230] «El padre del fuego sagrado, —escribe el profesor Joly—, llevaba el nombre de Tvashtri… Su madre era Mâyâ. Él mismo era llamado Akta (ungido coistòç) después que el sacerdote había derramado sobre su cabeza el Soma espirituoso (¿?), y sobre su cuerpo manteca purificada por el sacrificio». (Man before Metals, pág. 190). El origen de su información no lo expone el darwinista francés; pero se citan estas líneas para demostrar que la luz principia a alborear aún entre los materialistas. Adalbert Kühn, en su Die Herabkunst des Feuers, identifica los dos signos y con Arani, y los designa bajo este nombre. Él añade: «Este modo de encender el fuego condujo naturalmente a los hombres a la idea de la reproducción sexual», etc. ¿Por qué no pudo una idea más levantada, y más oculta, haber inducido al hombre a inventar este símbolo, que se halla relacionado, en uno de sus aspectos, con la reproducción humana? Pero su simbolismo principal se refiere a la Cosmogonía.

«Agni, en el estado de Akta, o ungido, sugiere el significado de Cristo, —observa el profesor Joly—. Mâyâ, María, su madre; Tvashtri, San José, el carpintero de la Biblia». En el Rig Veda, Vishvakarman es el Dios más elevado y más antiguo, y «Padre de ellos». Es el «carpintero o constructor» porque Dios es llamado hasta por los monoteístas el «Arquitecto del Universo». Sin embargo, la idea original es puramente metafísica, y no tiene relación con el Falicismo posterior. <<

[231] Los verdaderos Mânushya. <<

[232] Barishad (¿?). <<

[233] El Kavyavâhana, fuego eléctrico. <<

[234] Shuchi, el espíritu en el Sol. <<

[235] Los Pitris y los dos Fuegos. <<

[236] La forma. <<

[237] No está claro por qué Bhûtas es traducido por los orientalistas como «espíritus malos» en los Purânas. En el Vishnu Purâna (Trad. de Wilson, nota de Fitzedward Hall, vol. I, pág. 83), la sloka dice sencillamente: «Demonios, espantosos por su color de monos y por carnívoros»; y la palabra en la India significa ahora «espectros», fantasmas etéreos o astrales, mientras que en la Enseñanza Esotérica significa substancias elementales, algo hecho de esencia atenuada, no compuesta, y, específicamente, el Doble astral de todo hombre o animal. En este caso estos hombres primitivos son los Dobles de los primeros Dhyânis etéreos o Pitris. <<

[238] Véase el Comentario sobre la sloka 39 de la Estancia X. <<

[239] Véase Pymander, trad. de Everard, II, estrofas 17, 29. <<

[240] Chaldean Account of Genesis, pág. 92. <<

[241] Pág. 91. <<

[242] Ibíd. loc. cit. <<

[243] Ibíd. loc. cit. <<

[244] Mónada Humana. <<

[245] Sombra Astral. <<

[246] Kâma Rûpa. <<

[247] Shuchi, el fuego de la pasión y del instinto animal. <<

[248] Fuego Solar. <<

[249] El Hombre naciente. <<

[250] Más adelante. <<

[251] Raza. <<

[252] Véase Sloka 22. <<

[253] Véase Genesis of the Elements, por W. Crookes, pág. 21. <<

[254] [Axierus (el mayor); Axiocersa (femenino); Axiocersus (el menor) Casmilus o Cadmilus, un joven dios, «el Hijo»; divinidades Samotracias]. <<

[255] [Como por los agentes del Ser Supremo]. <<

[256] Pynmander, I, 6. Los adversarios del hinduismo pueden llamar a lo anterior panteísmo, Politeísmo o lo que quieran. Si la Ciencia no está ciega por los prejuicios, verá en este relato un conocimiento profundo de las Ciencias Naturales y Físicas, así como también de las Metafísicas y Psicología. Pero para ver esto hay que estudiar las personificaciones y luego convertirlas en átomos químicos. Se verá entonces que satisfacen tanto a la Ciencia física como hasta a la puramente material, y también a los que ven en la evolución la obra de la «Gran Causa Desconocida» en sus aspectos fenomenales e ilusorios. <<

[257] Traducción de Wilson, nota de Fitzedward Hall, Vol. I, pág. 21. <<

[258] «Ptindarîkdâsha, el de los ojos como lotos, o corazón pleno o Pundarika, es considerado como la suprema gloria y aksha imperecedero. La primera es la más usual etimología». Vishnu Purâna, I, p. 2. Pundarikam significa un loto blanco. <<

[259] La Primera Raza. <<

[260] Slokas 153, 154. <<

[261] Está simbolizado en el Triángulo Pitagórico, con los diez yods dentro, y los siete puntos del Triángulo y el Cuadrado. Véase la Sección 14 del volumen II, parte 3.ª. Dioses, Mónadas y Átomos. <<

[262] De donde se deriva el nombre kabalístico de «Cascarones» dado a la Forma Astral, el Cuerpo llamado Kâma Rûpa, abandonado por los Ángeles Superiores en la forma del Manas Superior, cuando éste marcha al Devachan, abandonando sus residuos. <<

[263] Royal Masonic Cyclopœdia, de Mackenzie, págs. 409–411. <<

[264] VIII, 20. <<

[265] De Bell, Jud., II, 12. <<

[266] De Gignat, pág. 222 C. De Somniis, pág. 455 D, lo cual muestra que los Esenios creían en el renacimiento y en muchas encarnaciones en la Tierra, como el mismo Jesús lo creía, hecho que podemos probar con el Nuevo Testamento mismo. <<

[267] I, VI, 3. <<

[268] Zohar, II, 229 b <<

[269] Está, sin embargo, corroborado, como hemos mostrado, por el Esoterismo del Génesis. No solo son los animales creados allí después del «Adán de Barro», sino que es presentada la vegetación en la Tierra antes de que «los cielos y la tierra fueran creados». «Todas las plantas del campo antes de que existiesen en la tierra» (II, 5). Ahora bien; a menos que se acepte la interpretación Oculta, que muestra que, en esta Cuarta Ronda, el Globo estaba cubierto de vegetación, y la Primera Humanidad (astral) fue producida antes que nada pudiese crecer y desarrollarse en él, ¿qué puede significar la letra muerta? ¿Simplemente que la hierba se hallaba en la tierra del Globo antes de que este Globo fuera creado? Y, sin embargo, el sentido de versículo 6, que dice que: «se levantó una niebla de la tierra, y humedeció toda la faz del suelo», antes de que lloviese, e hizo crecer a los árboles, etc., es bastante claro. La muestra también en qué período geológico se verificó, y además lo que significaba el «cielo» y la «tierra». Significaba el firmamento y la tierra seca incrustada, separada y libre de sus vapores y exhalaciones. Por otra parte, el estudiante debe tener presente que así como Adam Kadmon, el «ser masculino y femenino» del Génesis I, no es ningún ser humano físico, sino la hueste de los Elohim, entre los cuales estaba el mismo Jehová, así también los animales, mencionados en aquel capítulo como «creados» antes que el hombre en el texto de la letra muerta, no eran animales, sino los signos del Zodíaco y, otros cuerpos siderales. <<

[270] Libro de Dzyan, III, 19. <<

[271] Kenealy, The Book of God, págs. 114–115. <<

[272] A los que preguntasen qué tiene que ver el hidrógeno con el aire o la oxigenación, se contesta: estudiad primero el abecé de la Alquimia Oculta. En su ansiedad, sin embargo, de identificar el Pymander, la «boca del misterio», con San Juan Bautista proféticamente, los simbologistas cristianos identifican así de igual modo los siete Kabiri y los Toros asirios con los Querubines de los judíos y los Apóstoles. Teniendo, sin embargo, que trazar una línea de demarcación entre los cuatro y los tres —siendo estos últimos los Ángeles Caídos—, y por otra parte, para evitar el relacionar con éstos los «Siete Espíritus de la Faz», los Arcángeles, desecharon sin ceremonia todo lo que no les convenía reconocer. De aquí la perversión en el orden de los Elementos, para que encajase con el orden de los Evangelios, y para identificar al Ángel-Hombre con Cristo. Entre los Caldeos, y los egipcios —de quienes Moisés tomó los Chroub (Querubines en su forma animal) y entre los ofitas, los Ángeles, los Planetas y los Elementos, eran simbolizados, mística y alquímicamente, por el León (Miguel); el Toro (Uriel); el Dragón (Rafael): el Águila (Gabriel); el Oso (Thot-Sabaoth); el Perro (Erataoth); la Mula (Uriel o Thantabaoth). Todos éstos tienen un sentido calificativo. <<

[273] Véase Hibbert Lectures, 1887, págs. 370 y sig. <<

[274] Sepher M’bo Sha-arim, cerca del fin, trad. por Isaac Myer, Qabbalah. Pág. 110. <<

[275] Forma. <<

[276] Sombra. <<

[277] S. Laing. Modern Science and Modern Thought, pág. 90. <<

[278] ¿Y por qué no todas las Primeras Razas progenitoras, tanto humanas como animales, y sí un «progenitor remoto»? <<

[279] Ciertamente lo es en los métodos del Evolucionismo, que hace proceder a los Mamíferos de algún antecesor anfibio. <<

[280] Segunda edición, pág. 161. <<

[281] Ibíd. Pág. 162. <<

[282] De Quatrefages, The Human Species, pág. 124. «International Scientific Series», vol. XXVI. <<

[283] Ibíd. Pág. 125. <<

[284] Fol. 186. <<

[285] Odisea, XI, 298–305; Ilíada, III, 243 (ediciones inglesas). <<

[286] Hyg., Fab. 80. Ovid. Fast. 700 etc. Véase Mythologie de la Grèce Antique, pág. 658, por Decharme. <<

[287] Véase Decharme, ibíd. Pág. 652. <<

[288] Nem. X, 80 y sig. Theocr. XXIV, 131. <<

[289] XXXIV, v. 5. Theocr. XXII, I. <<

[290] III, 10, 7. <<

[291] Apolodoro, III, I. <<

[292] La tumba de Cástor se enseñaba en Esparta en los tiempos antiguos, dice Pausanias (III, 13, I); y Plutarco dice que en Argos era llamado el semimortal o semihéroe: (Quœst. Gr. 23). <<

[293] Píndaro. Nem. X, 60 y sig., Dissen. <<

[294] Schol. Eurip. Orest. 463, Dindorf. Véase Decharme, ob. cit., página 654. <<

[295] La Mónada es impersonal y un Dios per se, bien que inconsciente en este plano, porque divorciada de su tercer principio (generalmente llamado quinto), Manas, que es la línea horizontal del primer Triángulo manifestado o Trinidad, no puede tener conciencia o percepción de las cosas de este plano terrestre. «Lo más elevado ve por medio de los ojos de lo inferior» en el mundo manifestado; Purusha (Espíritu) permanece ciego sin la ayuda de Prakriti (Materia) en las esferas materiales; y así sucede con Âtmâ-Buddhi sin Manas. <<

[296] Moral, P. 484 f <<

[297] Esta idea e interpretación extrañas son aceptadas por Decharme en su Mythologie de la Grèce Antique (pág. 655). «Cástor y Pólux —dice— no son más que el Sol y la Luna, concebidos como gemelos… El Sol, ser poderoso e inmortal que desaparece todas las tardes del horizonte y desciende bajo la Tierra como si quisiera dejar el sitio al orbe hermano que viene a la vida con la noche, es Pólux, que se sacrifica por Cástor, quien, siendo inferior a su hermano, le debe su inmortalidad: pues la Luna —dice Teofrasto— es otro Sol, aunque más débil» (De Ventis, 17). <<

[298] Véase el Book of Enoch, trad. por el Obispo Laurence, 1883. <<

[299] Adam (Kadmon) es, como Brahmâ y Marte, el símbolo del poder generador y creador simbolizando el Agua y la Tierra, un secreto alquimista. «Se necesitan la Tierra y el Agua para crear un Alma humana», dijo Moisés. Marte es el Mangala indo, el planeta Marte, idéntico a Kârttikeya, el «Dios de la Guerra»: es Gharmaja, nacido del sudor de Shiva, y de la Tierra. Es Lohita el rojo, como Brahmâ también y Adán. El Marte indo, lo mismo que Adán, no ha nacido de ninguna mujer ni madre. Para los egipcios, Marte era el principio primitivo generador, y lo mismo es Brahmâ en la enseñanza exotérica, y Adán en la Kabalah. <<

[300] Abel es Chebel, significando «dolores de parto», concepción. <<

[301] Véase Isis sin Velo, II, 398, ed. inglesa, donde Jehová se demuestra ser Adán y Eva confundidos, y Hevah y Abel la serpiente femenina. <<

[302] Véase Isis sin Velo I, 305. Ed. inglesa: «La unión de estas dos razas produjo una tercera… Raza». <<

[303] Génesis, V, 2. <<

[304] Ibíd. V, 3. <<

[305] Pág, 159. <<

[306] Job, en la Kabalah, tiene por símbolo la mano, el índice y el lingam, mientras que numéricamente es el uno perfecto; pero es también el número 10, macho y hembra, cuando se le divide. <<

[307] Vishnu Purâna, I, II: trad. de Wilson, I, págs. 19–20. <<

[308] Citado en la Qabbalah de Myer, pág. 110. <<

[309] Véase Source of Measures, pág. 277. <<

[310] Ibíd. <<

[311] II, 464 y sig., edición inglesa. <<

[312] Véase Génesis, IV, 1. <<

[313] Jeremías, X, 11. <<

[314] Isis sin Velo, II, 462, 463, edición inglesa. <<

[315] Véase como comparación Hosea, XII, 6, donde está puntuado así. <<

[316] Isis sin Velo, I, 156, edición inglesa. <<

[317] Raza. <<

[318] La Luna. <<

[319] Hamsa. <<

[320] Text-Book of Physiology, tercera edición, 1879, pág. 623. <<

[321] Véase el Timæus. <<

[322] Véanse los extractos de aquel bosquejo en The Theosophist de febrero, 1883, del cual lo que sigue es un resumen. <<

[323] Compárese con la visión de Ezequiel (cap. I), de los cuatro Seres Divinos que «tenían la semejanza de un hombre» y sin embargo, tenían el aspecto de una rueda; «cuando andaban, hacíanlo sobre sus cuatro costados…; pues el espíritu de la criatura viviente estaba en las ruedas». <<

[324] Eugibino, un cristiano, y los Rabinos Samuel, Manasseh ben Israel y Maimónides enseñaban que «Adam tuvo dos caras y una persona, y desde el principio era a la vez varón y hembra, varón por una parte y hembra por la otra [como el Brahmâ de Manu]; pero después las partes fueron separadas». El salmo de David ciento treinta y nueve [V, 5] era citado por el Rabino Jeremías ben Eliazar, como evidencia de ello: «Tú me formaste detrás y delante», no perseguiste como dice la Biblia, lo cual es absurdo y carece de sentido; y esto muestra, según piensa el profesor Wilder, «que la forma primitiva de la Humanidad fue andrógina». <<

[325] Véase la unión de Chokmah, la Sabiduría, con Binah, la Inteligencia, o Jehová, el Demiurgo, llamado Entendimiento en los Proverbios de Salomón (VIII, 5). La Sabiduría (Sabiduría Divina Oculta) grita a los hombres: «¡*Oh vosotros, sencillos, entended la Sabiduría!; ¡y vosotros, insensatos, sed de corazón comprensivo!» Es el Espíritu y la Materia, el Nous y la Psyche; de la última de las cuales dice Santiago que es «terrenal, sensual y diabólica» [III, 151]. <<

[326] Pluralité des Mondes, pág. 69. <<

[327] Una hipótesis desarrollada en 1881 por Mr. W. Mattieu Williams, parece haber impresionado poco a los astrónomos. Dice el autor de The Fuel of the Sun (El Combustible del Sol) en Knowledge, diciembre 23, de 1881:

«Aplicando ahora las investigaciones del Dr. Andrews a las condiciones de la existencia solar… sacó en consecuencia que el Sol no tiene núcleo, sea sólido, líquido o gaseoso, sino que está compuesto de materia disociada en el estado crítico, rodeada primero de una envoltura de llamas, debida a la recombinación de la materia disociada, y fuera de ésta, otra envoltura o capa de vapores, debida a esta combinación».

Ésta es una nueva teoría que añadir a otras hipótesis, todas científicas y ortodoxas. El significado del «estado crítico» lo explica Mr. W. Mattieu Williams en el mismo periódico (diciembre, 9, 1881), en un artículo sobre «Sólidos, Líquidos y Gases». Hablando de un experimento llevado a cabo por el Dr. Andrews sobre el ácido carbónico, dice aquel hombre de ciencia que:

«Cuando se llega a los 88º, la separación entre el líquido y el gas desaparece; el líquido y el gas se han fundido en un fluido intermedio misterioso; un algo indefinido, fluctuante, llena el tubo por completo; un líquido etéreo o un gas visible. Colóquese un hierro candente entre los ojos y la luz, y se observará una onda moviente hacia arriba, de lo que parece como aire líquido. La apariencia del fluido híbrido en el tubo se asemeja a esto, pero es sensiblemente más denso, y se encuentra evidentemente entre los estados de la materia líquido y gaseoso, así como la brea o la melaza se encuentra entre el sólido y el líquido».

La temperatura en la que esto ocurre ha sido llamada por el doctor Andrews «temperatura crítica»; el estado gaseoso y el líquido son aquí «continuos», y es probable que todas las demás substancias capaces de existir en ambos estados tengan sus temperaturas críticas particulares.

Llevando más lejos sus especulaciones respecto a ese estado «crítico», emite Mr. W. Mattieu Williams algunas teorías completamente ocultas acerca de Júpiter y otros planetas. Dice él:

«Nuestras nociones de los sólidos, líquidos y gases derívanse de nuestras experiencias del estado de materia aquí en esta Tierra. Si pudiésemos transportarnos a otro planeta, cambiarían singularmente. En Mercurio, el agua se clasificaría entre los gases condensables; en Marte, entre los sólidos fusibles; pero,

¿y en Júpiter?»

«Recientes observaciones nos permiten considerarle como un sol en miniatura, con una capa externa de materia nubosa, al parecer de agua parcialmente condensada, pero candente o quizás más caliente aún en el interior. Su atmósfera vaporosa es evidentemente de una enorme profundidad: y siendo la fuerza de gravitación en su superficie externa visible, dos veces y media mayor que la de la superficie de nuestra tierra, la presión atmosférica, al descender de esa superficie visible, pronto debe alcanzar aquella en que el vapor del agua sería reducido a su estado crítico. Podemos inferir, por lo tanto, que los océanos de Júpiter no son de agua helada, líquida ni gaseosa, sino que son océanos, o atmósferas de agua crítica. Si algunos peces o aves nadan o vuelan por ellos, deben estar muy críticamente organizados».

Como la masa entera de Júpiter es 300 veces mayor que la de la Tierra, y su energía compresiva hacia el centro es proporcional a esta masa, sus materias, si son similares a las de la Tierra y no más calientes, resultarían considerablemente más densas, y el planeta entero tendría una gravedad superior específica; pero sabemos por los movimientos de sus satélites que, en vez de esto, su gravedad específica es menos de una cuarta parte de la Tierra. Esto justifica la conclusión de que es intensamente caliente; pues hasta el hidrógeno, si fuese frío, llegaría a ser más denso que Júpiter, bajo una presión semejante.

«Como todas las substancias elementales pueden existir como sólidos, líquidos o gases, o críticamente, según las condiciones de temperatura y presión, queda justificada mi conclusión hipotética de que no es Júpiter un planeta sólido, líquido ni gaseoso, sino un planeta crítico o un orbe compuesto internamente de elementos asociados en el estado crítico, y envuelto por una densa atmósfera de vapores de aquéllos, y de los de algunos de sus componentes, tal como el agua. El mismo razonamiento se aplica a Saturno y a otros grandes planetas rarificados».

Agrada ver cómo la «imaginación científica» se aproxima cada año más a la frontera de nuestras Enseñanzas Ocultas. <<

[328] The Day after Death, pág. 23. <<

[329] Ed. de Cremona, III, 76 a; ed. de Brody, III, 159 a; Qabbalah, Isaac Myer pág. 420. <<

[330] Fueron destruidos así. <<

[331] Ocurrió el primero cuando lo que es hoy día el Polo Norte fue separado de los continentes posteriores. <<

[332] Hemos de recordar que a la cabeza de todos los Dioses babilónicos estaban Ea, Anu y el primitivo Bel; y que Ea, el primero, era el Dios de la Sabiduría, el gran «Dios de la Luz» y del Océano que se identificaba con Oannes, o el Dagón Bíblico, el Hombre-Pez que surgió del Golfo Pérsico. <<

[333] Fue mucho más tarde cuando se convirtió la Luna en un Dios masculino; era Soma para los indos y para los caldeos, Nanah o Nanar, y Sin, el hijo de Mulil, el Bel más antiguo. Llamábanla los accadios el «Señor de los Fantasmas», y era, en la Babilonia septentrional, el Dios de Nipur (Niffer). Mulil fue quien hizo caer desde el Cielo sobre la Tierra las aguas del Diluvio, por cuyo motivo no quiso Xisuthros permitirle que se acercase a su altar. Según lo han confirmado ahora los Asiriólogos modernos, el Nipur Septentrional fue la cuna de la Magia (Negra) caldea; y Eridu (el Meridional), el centro primitivo de la adoración del Dios de la cultura, el Dios de la Sabiduría Divina, siendo en todas partes el Dios-Sol la Suprema Deidad. Entre los judíos, la Luna está relacionada con el Jehová de Israel y su semilla, porque Ur era el centro principal donde se rendía culto al Dios-Luna, y se dice que Abraham vino de Ur, cuando de A-bra(h)m, se convierte en Abraham. <<

[334] Cuando Nârada, el asceta-virgen, amenazó con terminar con la raza humana, impidiendo a los hijos de Daksha que la creasen. <<

[335] X, 6. <<

[336] Esto está confirmado por un sabio Brahmán. En sus excelentes conferencias sobre el Bhagavad-Gîtâ (The Theosophist, abril, 1887, pág. 444), dice el orador:

«Hay una particularidad respecto a la cual he de llamar vuestra atención. Él [Krishna] habla aquí de cuatro Manus… ¿Por qué habla de cuatro? Estamos ahora en el séptimo Manvantara, el de Vaivasvata. Si habla de los Manus pasados, debiera hablar de seis, pero solo menciona cuatro». En algunos comentarios se ha intentado interpretar esto de un modo especial.

«La palabra Chatvâtrah» está separada de la palabra «Manavah», y la relacionan con Sanaka, Sanandana, Sanatkumâra y Sanatsujâta, que también fueron incluidos entre los hijos nacidos de la mente de Prajâpati.

«Pero esta interpretación conducirá a una conclusión absurda, con una contradicción en la frase misma. Las personas aludidas en el texto tienen en la frase una cláusula calificadora. Bien sabido es que Sanaka y los otros tres se negaron a crear, aunque los demás hijos consintieron en ello; por lo tanto, al hablar de las personas de las cuales vino la Humanidad a la existencia, sería absurdo incluir también a esos cuatro en la lista. El pasaje debe interpretarse sin separar en dos el nombre compuesto. El número de Manus será entonces de cuatro, y esta declaración contradiría el relato Puránico, si bien estaría en armonía con la teoría Oculta. Recordaréis que se afirma [en Ocultismo] que nos encontramos ahora en la Quinta Raza-Raíz. Cada Raza-Raíz es considerada como el Santati de un Manu especial. Ahora bien; la Cuarta Raza ha pasado, o en otras palabras, ha habido cuatro Manus anteriores». <<

[337] Stockwell, Smithsonian Contributions to Knowledge, XVIII; R. W. McFarland, American Journal of Science, III, XI, 456, y Climate and Time, de Crou. La Lemuria no fue sumergida por un diluvio, sino que fue destruida por acción volcánica, hundiéndose después. <<

[338] Costa, I, IV, 19. <<

[339] Agruero es Kronos, o Saturno, y el prototipo del Jehová israelita. Relacionado con Argha, la Luna o Arca de salvación, Noé, mitológicamente, es uno con Saturno. Pero entonces esto no puede referirse al diluvio terrestre. (Véanse los Cabiri de Faber, I, 35, 43 y 45). <<

[340] Ibid. II, 240. <<

[341] Sanchoniaton dice que los Titanes eran los hijos de Kronos, y que eran siete; y los llama adoradores del fuego, Aletaæ (¿Hijos de Agni?) y diluvianos. A-lait es el Dios del fuego. <<

[342] Ibíd. I, 130, nota. <<

[343] Observemos que los arios y no los semitas fueron los que dieron origen a este número siete, y que los judíos lo tomaron de los caldeos. <<

[344] Siete Hijos individuales de Dios, o Pitaras, Pitris; también en este caso los hijos de Kronos o Saturno (Kâla, el «Tiempo») y Arkites, como los Kabiri o Titanes, según su nombre —«Antepasados Lunares»— muestra; siendo la Luna el Arca o Argha, sobre el Abismo Acuoso del Espacio. <<

[345] Asiatic Researches, v. pág. 246. <<

[346] Kabiri, ibíd. loc. cit. <<

[347] Orpheus apud Proclum in Timæum, v. pág. 295. <<

[348] Arnobio, Contra Gentes, III, 124; citado por Faber, ob. cit. I, 135. <<

[349] Antiquitates Lib. I, fol. 8. <<

[350] Bibl. III, 170. <<

[351] Aretia es la forma femenina de Artes, el Marte egipcio. De aquí la palabra caldea y ahora hebrea xra (Arets), «Tierra». Seyffarth, el autor de Beiträge zur Kenntnis (bajo «Astes», Marte), cita lo siguiente: «Addit Cedrenus (Psalm. I, c): Stella Martis ab Ægyptiis vocatur Ertosi (plantare generare). Significat autem hoc omnis generis procreation et vivificantem, omnisque substantiæ et materiæ naturam et vim ordinantem atque procrea». Es la Tierra como «origen del Ser» o como lo explica el autor de The Source of Measures (pág. 186), Artes es igual en hebreo y en egipcio, y ambos «combinan la idea primitiva de la tierra como origen; precisamente como en hebreo mismo, bajo otra forma, Adam y Mâdim, Marte, son iguales y combinan la idea de la tierra con Adam, bajo la forma de h-adam-h». <<

[352] Ant. V, 64. <<

[353] Nonnus, Dionysius, XVIII, 319. Citado por Faber, ob. cit., I, 328. <<

[354] Véase Isis sin Velo, II, 420 y sig., donde se hace alusión a uno o dos de los siete significados. <<

[355] Cap. LXIV (Secc. XI). <<

[356] Isis sin Velo, II, 423, 424. <<

[357] Ibíd. 423, nota. <<

[358] Ha de tenerse presente que, en la filosofía inda, cada unidad diferenciada lo es tan solo a través de los Ciclos de Mâyâ, siendo una en su esencia con el Espíritu Supremo o único. De aquí nacen la confusión y contradicción aparentes de los diversos Purânas, y a veces en un mismo Purâna, acerca del mismo individuo. Vishnu —Como Brahmâ de múltiples formas, y como Brahma (neutro)—, es uno solo, y, no obstante, pasa por ser los veintiocho Vyâsas.

«En cada edad Dvâpara (o tercera), Vishnu, en la personificación de Vyâsa…, divide el Veda, que es propiamente uno solo, en muchas partes… Veintiocho veces han sido arreglados los Vedas por los grandes Rishis en el Manvantara Vaivasvata, en la edad Dvâpara; y en consecuencia, han pasado ya veintiocho Vyâsas». (Vishnu Purâna, trad. de Wilson, III, 33, 34). «[Aquéllos que estaban todos] en la forma de Veda-Vyâsa, que eran los Vyâsas de sus eras respectivas». (Ibíd. loc. cit., pág. 33). «Este mundo es Brahmâ, está en Brahmâ, viene de Brahmâ… nada más puede saberse. —Y también en el Harivamsha—: Hubo (en el primer Manvantara) siete hijos ilustres de Vasishtha, quienes (en el tercer Manvantara) fueron hijos de Brahmâ (esto es, Rishis), la progenie ilustre de Urjâ». (Ibíd. III, 6, nota). Esto es claro: la Humanidad del Primer Manvantara es la del séptimo, y la de todos los Manvantaras intermedios… La humanidad de la Primera Raza-Raíz es la Humanidad de la Segunda, Tercera, Cuarta, Quinta, etcétera. Hasta el fin forma ella una reencarnación cíclica y constante de las Mónadas pertenecientes a los Dhyân Chohans de nuestra Cadena Planetaria. <<

[359] El Dvâpara Yuga difiere para cada Raza. Todas las Razas tienen sus Ciclos particulares, hecho que crea una gran diferencia. Por ejemplo, la Cuarta Subraza de los Atlantes se hallaba en su Kali Yuga cuando fueron destruidos, mientras que la Quinta se encontraba en su Satya o Krita Yuga. La Raza Aria hállase ahora en su Kali Yuga, y continuará en el mismo 427 000 años más, mientras que varias Razas de Familia, llamadas Semítica. Hamítica, etc., se hallan en sus ciclos especiales. La futura Sexta Subraza (que puede principiar muy en breve) estará en su Edad Satya (de oro), mientras nosotros recogemos el fruto de nuestras iniquidades en nuestro Kali Yuga. <<

[360] Véase Asiatic Researches, VIII, 280. <<

[361] Véase el Hindû Classical Dictionary, de Dowson, sub voce «Idâ». <<

[362] Véase Pothumous Humanity; traducido por H S. Olcott, London, 1887. <<

[363] Dice el profesor Newcomb que el calor desarrollado por la contracción solo duraría 18 000 000 de años (Popular Astronomy, 509), mientras que una temperatura que permitiese la existencia del agua no ha podido existir anteriormente a 10 000 000 de años (World-Life, de Winchell, 356). Pero dice Sir William Thomson, que la edad completa de la incrustación de la Tierra es de 80 000 000 de años, bien que en este año ha vuelto a modificar su opinión, concediendo al Sol solo 15 000 000 de años de existencia. Según se demostrará en la Addenda (Vol. IV), tan grande es la divergencia de opiniones entre los hombres de ciencia, que ninguna confianza puede inspirar la especulación científica. <<

[364] El boceto titulado The Plurality of Worlds (1853), obra anónima, pero debida, como es bien sabido, a la pluma del Dr. Whewell, es buena prueba de esto. Ningún Cristiano debe creer sea en la pluralidad de los Mundos, sea en la edad geológica del Globo; porque si se afirma que este Mundo es uno de tantos entre los muchos de su clase, que todos ellos son obra de Dios, como lo es éste; que todos son centros de la vida, todos reino y mansión de seres inteligentes, dotados de voluntad, sujetos a la ley y capaces de libre albedrío; extravagante sería en ese caso el pensar que hubiese sido nuestro Mundo el objeto de los favores de Dios y de su intervención especial, de sus comunicaciones y de visita personal. ¿Puede la Tierra pretender ser considerada como el centro del Universo moral y religioso —pregunta— si no tiene la más ligera distinción en que fundarse para ello en el universo físico? ¿Acaso no es tan absurdo sostener semejante afirmación (la de la pluralidad de los mundos habitados), como sería sostener hoy día la antigua hipótesis de Ptolomeo, que colocaba a la Tierra en el centro de nuestro sistema? Citamos de memoria lo que antecede, aunque casi textualmente. El autor no se da cuenta de que con semejante defensa echa por tierra su propio castillo de naipes. <<

[365] Man’s Place in Nature, pág. 78. <<

[366] De Cœlo, II, 13. <<

[367] O lo que es conocido más generalmente por el nombre de Protoplasma. El profesor Dujardin Beaumetz dio a esa substancia el nombre de «Sarcode» mucho antes de su nombre actual. <<

[368] Las Móneras son, en efecto, Protistas. No son animales ni plantas —escribe Hæckel—; «el cuerpo entero de la Mónera no representa nada más que una partícula simple de albúmina completamente homogénea, en un estado firmemente adhesivo». (Journal of Microscopical Science, enero 1869, pág. 28). <<

[369] Ved al iguanodonte de las edades Mesozoicas, el monstruo que media cien pies de largo, transformado ahora en el pequeño lagarto iguana de América Meridional. Puede que algún día se demuestre que las tradiciones populares respecto a los «gigantes» en la antigüedad, y la mención que de ellos se hace en todas las mitologías, incluso en la de la Biblia, están fundadas en hechos. Solo la lógica de la analogía en la naturaleza debiera bastar para que aceptásemos aquellas tradiciones como verdades científicas. <<

[370] Éstas son las opiniones de Burmeister y Czolbe. Véase Force and Matter, por L. Büchner, editado por J. F Collingwood, F. R. S. L., pág. 61. <<

[371] Vishnu Purâna; versión de Fitzedward Hall, en la traducción de Wilson, II, 241. <<

[372] Ibíd. Pág. 242. <<

[373] Introduction d L’Étude des Races Humaines. <<

[374] Modern Science and Modern Thought, por S. Laing, pág. 32. <<

[375] Esoteric Buddhism, pág. 70. [8.ª edición, pág. 73]. <<

[376] La misma suerte espera a los fenómenos espiritistas y a todas las demás manifestaciones psicológicas del hombre interno. Desde los tiempos de Hume, cuyas investigaciones dieron por resultado un Idealismo nihilista, la Psicología ha descendido gradualmente al nivel de un materialismo grosero. Hume es considerado como un psicólogo; sin embargo, negaba a priori la posibilidad de fenómenos en que millones de seres creen ahora, incluso muchos hombres de ciencia. Los Hilo-idealistas de hoy día son Antihilacionistas empedernidos. Las Escuelas de Spencer y de Bain son respectivamente positivistas y materialistas, y de ningún modo metafísicas. Es Psiquismo y no Psicología; hace ello recordar tan poco la doctrina Vedantina, como recuerda el pesimismo de Schopenhauer y de Von Hartman la filosofía Esotérica, el corazón y el alma del verdadero Buddhismo. <<

[377] Debe observarse que, aun cuando los planos astral y físico de la materia eran paralelos uno a otro, aun en las épocas geológicas más primitivas, no se hallaban, sin embargo, en las mismas fases de manifestación en que ahora se encuentran. La Tierra no alcanzó su grado de densidad actual hasta hace 18 millones de años. Desde entonces, ambos planos, el físico y el astral, se han hecho más densos. <<

[378] El concepto y definición de lo Absoluto por el Cardenal Cusa solo pueden satisfacer a la mente Occidental tan inconscientemente esclavizada, y por completo degenerada, efecto de largos siglos de sofismo escolástico y teológico. Pero esta «filosofía reciente del Absoluto», atribuida por Sir William Hamilton a Cusa, jamás satisfaría a la mente más sutilmente metafísica del indo Vedantino. <<

[379] Intellectual System, de Cudworth, I, 328. <<

[380] Emanados del Cuerpo de Brahmâ cuando vino la Noche. <<

[381] Viles intelectualmente. <<

[382] Raza aun sin entendimiento. <<

[383] Raza. <<

[384] Intensificaron. <<

[385] El vehículo del deseo. <<

[386] Conocimiento superior. <<

[387] Mónadas. <<

[388] Especies humanas primitivas. <<

[389] Inst. Div, II, VIII: citado en la Qabbalah, de Myer, 116. <<

[390] Ob. cit., Witson; I, 72, trad. de Fitzedward Hall. <<

[391] Ibíd. II, 10. <<

[392] Ibíd. I. 83. <<

[393] A quienes Manu llama «abuelos paternos» (III, 284). Los Rudras son las siete manifestaciones de Rudra-Shiva, el «Dios Destructor», y también el gran Yogi y Asceta. <<

[394] Decir a la faz de la moderna Genealogía del Hombre que la vida y que la especie humana se han originado de este modo absurdo, anticientífico, equivale a solicitar la aniquilación instantánea. La Doctrina Secreta, sin embargo, afronta el riesgo, y hasta llega a pedir al lector imparcial que compare la hipótesis anterior (si es tal hipótesis) con la teoría de Hæckel (que rápidamente se está convirtiendo ahora en un axioma para la Ciencia), y que citamos al pie de la letra como sigue:

«¿Cómo brotó la vida, el mundo de los organismos vivientes? Y en segundo lugar, la cuestión especial»:

«¿cómo se originó la raza humana? La primera de estas preguntas, la de la primera aparición de seres vivos, solo puede resolverse empíricamente (¡!) por la prueba de la llamada Archibiosis o generación equívoca, o producción espontánea de organismos de la especie más simple imaginable. Tales son las Móneras (Protogenes, Protamæba, Protomyxa, Vampyrella), masas de protoplasma excesivamente simples y microscópicas, sin estructura ni organización, que se nutren y se reproducen por división. Semejante Mónera, que es ese organismo primordial descubierto por el famoso zoólogo inglés Huxley, y llamado Bathybius Hæckelii, aparece como una espesa y continua cubierta protoplásmica en las mayores profundidades del Océano, entre 3000 y 30 000 pies. Es verdad que la primera aparición de semejante Mónera no ha sido hasta ahora efectivamente observada; pero nada hay intrínsecamente improbable en semejante Evolución». (The Pedigree of Man, traducción de Aveling, p. 33).

Ahora bien; comoquiera que el protoplasma del Bathybius se ha descubierto últimamente que no es ninguna sustancia orgánica, poco hay que añadir. Ni tampoco, después de leer lo anterior, es necesario invertir más tiempo en refutar el siguiente aserto de que: «En este caso el hombre se ha originado sin género de duda [para la mente de Hæckel y los que como él discursen] de los mamíferos inferiores, los monos, las criaturas simias primitivas, de los anteriores Marsupiales, Anfibios y Peces aún más primitivos, por transformaciones sucesivas» (página 36), producido todo por una «serie de fuerzas naturales obrando ciegamente… sin objeto ni designio alguno».

Este párrafo que acabamos de citar, lleva en sí mismo su crítica. Se hace que la Ciencia enseñe lo que hasta el presente «no ha sido nunca realmente observado». Se la hace negar el fenómeno de una naturaleza inteligente y de una fuerza vital independiente de la forma y de la materia, y que se encuentre más científico el enseñar el trabajo milagroso de «fuerzas naturales, obrando ciegamente sin objeto ni designio». Si es así, entonces nos vemos inducidos a pensar que las fuerzas fisicomecánicas de los cerebros de ciertas eminencias científicas les conducen ciegamente a sacrificar la lógica y el sentido común en el altar de la admiración mutua. ¿Por qué habría de considerarse el Móneron protoplásmico produciendo la primera criatura viva por la división propia, como una hipótesis muy científica, y una raza etérea prehumana que produce al hombre primordial del mismo modo, ha de despreciarse como una superstición anticientífica?

¿O es que el Materialismo ha obtenido el monopolio exclusivo de la Ciencia? <<

[395] Los Râkshasas, considerados en la teología popular inda como Demonios, son llamados los «Preservadores» al otro lado de los Himalayas. Este doble significado tiene su origen en una alegoría filosófica, que los Purânas exponen de varios modos. Se declara en ellos que cuando Brahmâ creó a los Demonios, los Yakshas (de yaksh, comer) y los Râkshasas, esas dos clases de Demonios, tan pronto como nacieron, quisieron devorar a su Creador; «los que de entre ellos gritaron: ¡No, salvémosle (preservémosle)!, fueron llamados Râkshasas». (Vishnu Purâna; Wilson, I, 82). El Bhâgavata Purâna (III, 20, 19–21; Ibíd. loc. cit.), expresa la alegoría de distinto modo. «Brahmâ se transformó en noche [o ignorancia] revestido de un cuerpo. —Los Yakshas y Râkshasas cogieron a éste, exclamando—: No hay que dejarle, devóresele». Brahmâ gritó: «No me devoréis, perdonadme». Esto, por supuesto, tiene un sentido oculto. El «Cuerpo de la Noche» es la obscuridad de la ignorancia, y la obscuridad del silencio y del secreto. Ahora bien; los Râkshasas son presentados en casi todos los casos como Yogis, Sádhus piadosos e Iniciados, ocupación verdaderamente impropia de Demonios. El sentido es, pues, que al paso que tenemos el poder de disipar las tinieblas de la ignorancia de «devorarla, —debemos preservar la verdad sagrada de la profanación—. Brahmâ es solo para los brahmanes» —dice esa orgullosa casta. La moral de la fábula es evidente. <<

[396] La evolución gradual del hombre en la Doctrina Secreta muestra que todas las Razas últimas (para el profano las más primitivas) tuvieron su origen físico en la Cuarta Raza temprana. Pero la subraza que precedió a la que se separó sexualmente es la que debe considerarse como la de los antecesores espirituales de nuestras generaciones actuales, y especialmente de las Razas orientales Arias. La idea de Weber de que la raza indogermánica haya precedido a la Raza Védica Aria es, para los Ocultistas, de lo más grotesco concebible. <<

[397] Compárese especialmente Doctrine of Descent and Darwinism, de Schmidt, págs. 39 y siguientes; y A Modern Zoroastrian, de Laing, páginas, 102–11. <<

[398] Todos los procesos de curación y cicatrización en los grupos animales superiores, y hasta en el caso de la reproducción de miembros mutilados en los anfibios, se verifican por escisión (fisíparos) y gemación de los elementos rudimentarios morfológicos. <<

[399] Este término no significa aquí ni el dolicocéfalo ni el braquicéfalo, ni tampoco cráneos de menor volumen, sino sencillamente cerebros que en general carecen de inteligencia. La teoría que juzga la capacidad intelectual de un hombre por la capacidad de su cráneo parece absurda e ilógica al que ha estudiado el asunto. Los cráneos de la Edad de Piedra, así como también los de las razas africanas (incluso los bosquimanos), muestran que los primeros más bien sobrepujan la capacidad media del cráneo del hombre moderno, y que los cráneos de los segundos son en conjunto (sucediendo lo mismo con los papúes y polinesios en general) una pulgada cúbica más grande que el del término medio de los franceses. Por otra parte, también la capacidad craneal del parisiense de hoy representa un término medio de 1437 centímetros cúbicos, contra 1523 que tiene la del Auvergnat – El término «de cabeza estrecha» pudiera, por otra parte, referirse a una especial conformación del cráneo. En la cabeza de una de las estatuas encontradas en la Isla de Pascua de que se ocupa la autora más adelante y que hemos podido examinar en la entrada del Museo de Mineralogía del Jardín de Plantas de París, se nota que siendo la cara y la frente anchas y relativamente nobles, en cambio la distancia entre la frente y el occipucio es muy pequeña, es decir, son «cabezas estrechas». Nota del revisor de la 2.ª edición española. <<

[400] A. Lefèvre, Philosophy, pág. 498. <<

[401] Principles of Zoology, pág. 206. <<

[402] Vol. I. pág. 154. <<

[403] Los Sin-Hueso. <<

[404] Los primeros nacidos del Sudor. Esto se explica en la Sección que sigue a esta serie de Estancias, en la alegoría de los Purânas, referente a Kandu, el Sabio santo, y a Pramlochâ, la ninfa que se dice lo hipnotizó; una alegoría científicamente sugestiva, pues las gotas de sudor que ella transpiraba son los símbolos de los esporos de la Ciencia. <<

[405] Esto será explicado más adelante. Esta falta de voluntad para formar hombres, o crear, se simboliza en los Purânas por la conducta de Daksha con su contrario Nârada, el «asceta promovedor de lucha». <<

[406] La Tercera Raza Andrógina. El evolucionista profesor Schmidt alude al «hecho de la separación de los sexos, en cuya derivación de especies que fueron hermafroditas, todos están seguramente de acuerdo [exceptuando, por supuesto, a los creyentes en la Creación]» (Doctrine of Descent and Darwinism, pág. 159). Ésta es en efecto, la incontestable evidencia que se saca de la presencia de órganos rudimentarios. Aparte de estas señales palpables de un hermafroditismo primordial, puede observarse el hecho, como escribe Laing, de que «el estudio de la embriología… demuestra que en las especies animales superiores humanas la distinción de los sexos no se desenvuelve hasta que ha tenido lugar un progreso considerable en el desarrollo del embrión» (A Modern Zoroastrian, pág. 106). La Ley de Retardación —que opera tanto en el caso de las razas humanas como en las especies de animales, etc., cuando un tipo superior llega por fin a desarrollarse— conserva todavía el hermafroditismo como método de reproducción de la mayoría de las plantas y de muchos animales inferiores. <<

[407] Vehículo. <<

[408] Vishnu Purâna, Wilson, I, 100–2. <<

[409] Véase Five Years of Theosophy, pág. 111. <<

[410] Para la explicación y exposición filosófica de la naturaleza de esos Seres, que ahora son considerados como Espíritus «malos» y rebeldes, los Creadores por Kriyâshakti, el lector debe dirigirse a los capítulos sobre «El Mito del “Ángel Caído” en sus Diversos Aspectos», en el volumen que sigue. <<

[411] Vishnu Purâna, III, II. <<

[412] En los manuscritos más antiguos del Vishnu Purâna, que se hallan en poder de un Iniciado en la India del Sur, el Dios no es Indra, sino Kâma, el Dios del amor y del deseo. <<

[413] Éstas son las cifras exotéricas escritas intencionadamente al revés y trocadas, siendo el número de duración del ciclo entre la Primera y la Segunda Razas humanas. Por más que todos los orientalistas sostengan lo contrario, no hay en ninguno de los Purânas una sola palabra que no tenga un sentido especial esotérico. <<

[414] Vishnu Purâna, Wilson, II, 5. Compárese también la tentación de Vivien de Merlin (Tennyson), o sea la misma leyenda en la tradición irlandesa. <<

[415] X, 129. <<

[416] El texto dice: «De Brahmâ, que continuaba meditando, nació una progenie engrandada por la mente, con formas y facultades derivadas de su naturaleza corporal, espíritus con cuerpos, producidos de los miembros (Gâtra), de Dhîmat (la deidad toda sabiduría)». Todos estos seres poseían las tres cualidades de Devasarga o creación divina, la cual, como la creación quíntuple, carece de claridad de percepción, no tiene la reflexión, es torpe por naturaleza. «Pero como no se multiplicaron, Brahmâ creó otros hijos nacidos de la mente iguales a él», a saber: los Brahmarshis, o los Prajâpatis, diecisiete en número. «Sanandana y los otros hijos de Vedhas (Brahmâ) fueron creados previamente» pero como se muestra en otra parte, «no tenían deseos ni pasiones, estaban inspirados con santa sabiduría, eran extraños al universo y sin deseos de progenie». (Vishnu Purâna, traducción de Wilwn, I, 100–101). Estos Sanandana y otros Kumâras son, pues, los Dioses que después de negarse a «crear progenie» se ven obligados a encarnarse en hombres sin sentido. El lector debe perdonar repeticiones inevitables, en razón del gran número de hechos que se exponen. <<

[417] Compárese Buddhism in Tibet, págs. 88–90, de Schlagintweit. <<

[418] Véase Chinese Buddhism, pág. 208, de Edkins. <<

[419] La Ronda Tercera, la anterior. <<

[420] De esta Ronda. <<

[421] Esto es una referencia alegórica a los «Animales Sagrados» del Zodíaco y otros cuerpos celestes. Algunos kabalistas ven en ellos los prototipos de los animales. <<

[422] En Hesíodo, Zeus crea su Tercera Raza de hombres de los fresnos. En el Popol Vuh, la Tercera Raza de hombres es creada del árbol Tzita y de la médula de la caña llamada Sibac. Pero Sibac significa «huevo» en el lenguaje misterioso de las Artufas, o cavernas de Iniciación. En una memoria enviada en 1812 a las Cortes por don Bautista Pino, se dice: «Todos los pueblos tienen sus Artufas —así llaman los indígenas a las habitaciones subterráneas, con solo una puerta, en donde se reúnen (secretamente)… Éstos son templos impenetrables… y las puertas permanecen siempre cerradas para los españoles… Adoran al Sol y la Luna… al fuego y a la gran Serpiente (el poder creador), cuyos huevos llaman Sibac». <<

[423] Esotéricamente hay una notable diferencia entre las palabras Sarpa y Nâga, aunque ambas son usadas indistintamente. Sarpa, serpiente, es de la raíz srip, arrastrarse, compárese con el latín sarp-o; y son llamadas Ahi, de , abandonar. Las Sarpas fueron producidas de los cabellos de Brahmâ, los cuales, debido a su espanto al ver a los Yakshas, a quienes había creado horribles de contemplar, se le cayeron de la cabeza, convirtiéndose cada cabello en una serpiente. Son llamadas «Sarpa por arrastrarse, y Ahi porque abandonaron la cabeza». (Wilson, I, 83). Pero los Nâgas, en las alegorías, a pesar de sus colas de serpiente, no se arrastran, sino que andan, corren y luchan. <<

[424] Wilson traduce la palabra como «semidioses» (Vishnu Purâna, I, 130); pero los Raumas son simplemente una raza o tribu. <<

[425] XII, 10, Sloka 308. <<

[426] WiIson, Ibíd. Pág. 123. <<

[427] Ibíd. II, 10. <<

[428] Serpientes. <<

[429] Raza. <<

[430] También. <<

[431] En macho y hembra. <<

[432] Luego. <<

[433] El Hombre. <<

[434] Los de «cabeza estrecha». Véase Sloka 24. <<

[435] Los de «cabeza estrecha». <<

[436] Véase el Comentario sobre la Sloka 36. <<

[437] Estos «animales» o monstruos, no son los antropoides ni ningún otro mono, sino verdaderamente lo que los Antropólogos pudieran llamar el «eslabón perdido», el hombre inferior primitivo. <<

[438] La vergüenza de su origen animal, que nuestros modernos hombres de ciencia acentuarían si pudieran. <<

[439] The Doctrine of Descent and Darwinism, págs. 186–187. Los «antepasados desconocidos» a que se refiere son los prototipos astrales primordiales. <<

[440] «Un argumento de gran peso en favor de la variabilidad lo proporciona la ciencia de la embriología».

«¿No es el hombre en el útero… una simple célula, un vegetal con tres o cuatro hojillas, un renacuajo con branquias, un mamífero con cola, y finalmente un primate [¿?] y un bípedo? Es casi imposible dejar de reconocer en la evolución del embrión un bosquejo rápido, un resumen fiel de la serie completa orgánica». (Lefèvre, Philosophy, pág. 484).

El resumen a que se alude es, sin embargo, tan solo el del conjunto de tipos acumulados en el hombre: el microcosmos. Esta sencilla explicación responde a todas estas objeciones, así como a la presencia de la cola rudimentaria en el feto; hecho sacado a relucir triunfalmente por Hæckel y Darwin, como demostración concluyente en favor de la teoría del Mono Antecesor. Debemos también observar que la presencia de un vegetal con hojillas en los estados embrionarios no se explica dentro de los principios evolucionistas comunes. Los darwinistas no han seguido al hombre a través del vegetal, pero sí los ocultistas. ¿Por qué, pues, este rasgo del embrión y cómo lo explican los darwinistas? <<

[441] «Pruebas de la Evolución». Conferencia de Hæckel. <<

[442] Vol. I, págs. 388–390. Ed. Ing. <<

[443] Véase Cory, Ancient Fragments, págs. 21 y siguientes. <<

[444] Origin of Species, págs. 448, 449, primera edición. <<

[445] Vol. I, pág. 154. <<

[446] El pecado cometido con los animales. <<

[447] Los Espíritus, los «Hijos de la Sabiduría». <<

[448] Que se habían negado a «crear». <<

[449] Sin mente. <<

[450] Mente. <<

[451] Este versículo del Rig Veda (X, 5, 6): «Los Siete Sabios [Rayos de la Sabiduría, Dhyânis] formaron siete Senderos [o Líneas, y también Razas en otro sentido]. Que el mortal desgraciado venga a uno de ellos», versículo interpretado solamente por el aspecto astronómico y cósmico, es uno de los más preñados de significado oculto. Los «Senderos» pueden significar Líneas (Maryâdâh), pero son principalmente Rayos de Luz que caen en los Senderos que conducen a la Sabiduría. (Véase Rig Veda, IV, 5–13). Son «Caminos» o Senderos. Son, en una palabra, los siete Rayos que caen separados del Centro Macrocósmico, los siete Principios en el sentido metafísico, las siete Razas en el físico. Todo depende de la clave que se use. <<

[452] Rig Veda, X, 10, 5, 2. <<

[453] Es casi imposible traducir al pie de la letra algunos de estos antiguos Comentarios. A menudo nos vemos obligados a dar tan solo el significado, teniendo así que volver a traducir las traducciones literales. <<

[454] Rudra como Kumâra, es Nilalohita, rojo y azul. <<

[455] Esto no tiene para nada en cuenta la evolución materialista moderna, que especula del siguiente modo: «La forma humana primitiva, de donde creemos que han procedido todas las especies humanas, ha perecido hace mucho tiempo. Esto lo negamos: solo ha mermado de estatura y cambiado de conformación. Pero muchos hechos hacen llegar a la conclusión de que tenía pelo y era dolicocéfalo. [Las razas africanas son aún ahora dolicocéfalas en gran parte, pero el cráneo paleolítico Neanderthal más antiguo que conocemos, es de gran tamaño y no se aproxima más a la capacidad del cráneo del gorila que el de cualquier otro hombre del día]. Llamemos, por lo tanto, a estas especies hipotéticas homo primigenius… Esta primera especie o el hombre-mono, el antecesor de todos los demás, tuvo probablemente origen en las regiones tropicales del antiguo mundo procedente de monos antropoides». Preguntado por las pruebas, el evolucionista, sin desconcertarse lo más mínimo, contesta: «No conocemos aún resto fósil alguno, pero probablemente eran parientes cercanos del gorila y orangután actuales». Y luego menciona al negro papú como el descendiente probable en línea recta. (Pedigree of Man, pág. 80).

Hæckel se agarra fuertemente a la Lemuria, la cual, con el África oriental y el Sud de Asia, menciona como la cuna posible del hombre-mono primitivo. Así también lo afirman muchos geólogos. Mr. A. R. Wallace admite su realidad, aunque en sentido más bien modificado, en su Geographical Distribution of Animals. Pero no debe ningún evolucionista hablar tan ligeramente del tamaño comparativo de los cráneos del hombre y del mono, pues esto es muy anticientífico, especialmente cuando pretenden no encontrar diferencia entre ambos, o a lo menos muy pequeña. Porque el mismo Vogt ha demostrado que, al paso que el mono superior, el Gorila, tiene un cráneo solo de 30 a 51 pulgadas cúbicas, el cráneo de los aborígenes australianos inferiores alcanza a 99’35 pulgadas cúbicas. El primero, pues, «no llega a la mitad del tamaño del cráneo de un recién nacido», dice Pfaff. <<

[456] Polynesian Researches, de Ellis, vol. II, pág. 38. Los misioneros parece que han querido cambiar este nombre Ivi en Eva. Pero, según ha demostrado el profesor Max Müller, Eva no es el nombre hebreo, sino una transformación europea de Chávah, la vida o madre de todo lo viviente, «mientras que el ívi tahitiano y el wheva maori significan hueso y nada más que hueso». (Introduction to the Science of Religion. Pág. 304). <<

[457] Chaire d’Hébreu au Collège de France, pág. 20. <<

[458] De semejantes criaturas semianimales, los únicos restos conocidos de la Etnología eran los tasmanios, una parte de los australianos y una tribu de las montañas en China, cuyos hombres y mujeres están completamente cubiertos de pelo. Eran los últimos descendientes en línea directa de los mencionados Lemures semianimales posteriores. Hay, sin embargo, un número considerable de pueblos de la mezcla Lemuro-Atlante, producidos por varios cruzamientos con tales especies semihumanas, a saber: los salvajes de Borneo, los Veddhas de Ceilán, clasificados por el profesor Flower entre los Arios (¡!), la mayor parte de los australianos que quedan, bosquimanos, negritos, isleños, andamanes, etc,

Los australianos del Golfo de San Vicente y de las vecindades de Adelaida tienen mucho pelo, y el vello oscuro en la piel de los muchachos de cinco o seis años toma la apariencia de una piel animal. Son, sin embargo, hombres degradados; y no la mayor aproximación al «hombre-mono», como afirma Hæckel tan ligeramente. Solo una parte de estos hombres son reliquias Lemurias. (Confróntese Esoteric Buddhism, págs. 64 y sig.; 8.ª edic. Pág. 67). <<

[459] Al llamar a los animales «sin alma», no privamos a la bestia, desde la especie más humilde a la más elevada, de un Alma, sino solo de un Alma-Ego consciente sobreviviente, esto es, del principio que sobrevive al hombre, y reencarna en otro hombre. El animal tiene un Cuerpo Astral, que sobrevive al físico durante un corto período. Sin embargo, su Mónada (animal) no reencarna en la misma especie, sino en otra superior, y por supuesto, no tiene «Devachan». Tiene ella en sí la semilla de todos los principios humanos, pero en estado latente. <<

[460] Manual of Geology, pág. 302. <<

[461] Las «fábulas» y «mitos» acerca de Leda y Júpiter, y otras semejantes, no hubieran podido nunca surgir en la imaginación de la gente si la alegoría no hubiera estado fundada en un hecho de la Naturaleza. La evolución, al transformar gradualmente al hombre en un mamífero, hizo en este caso lo que con otros animales. Pero esto no impide que el hombre haya permanecido siempre a la cabeza del mundo animal y otras especies orgánicas, y haber precedido al primero. <<

[462] Véase la Sección sobre la «Cronología de los Brahmanes», pág. 80. <<

[463] Para evitar confusiones, debe tener presente el lector que el término Raza-Raíz se aplica a cada una de las siete grandes Razas, el de subraza a cada una de sus grandes Ramas, y el de Raza de familia, a cada una de las subdivisiones, que incluyen a naciones y grandes tribus. <<

[464] En la Sección sobre «La quinta raza y sus Instructores Divinos», en el Comentario a la Estancia XII, se explica la naturaleza de estos «Instructores». <<

[465] Las razas amarillas presentes descienden, sin embargo, de las primeras ramas de la Cuarta Raza. Los únicos descendientes puros y directos de la Tercera son, como antes se dijo, una parte de los caídos y degenerados australianos, cuyos remotos antecesores pertenecieron a una división de la séptima subraza de la Tercera Raza. Los demás son descendientes de Lemuro-Atlantes mezclados. Desde aquel tiempo han cambiado por completo en estatura y capacidades intelectuales. <<

[466] El habla es, ciertamente, coetánea de la razón, y no pudo desarrollarse hasta que los hombres se asimilaron los principios anímicos existentes en ellos, los que fructificaron y llamaron a la vida al elemento manásico dormido en el hombre primitivo. Pues, como nos dice el Profesor Max Müller en su Science of Thought: «el pensamiento y el habla son idénticos». Sin embargo, añadir a esto la reflexión de que los pensamientos demasiado profundos para ser hablados no existen realmente, es algo arriesgado; pues el pensamiento impreso en las tablas astrales existe en la eternidad, expresado o sin expresar. El Logos es a la vez razón y habla; pero el lenguaje, al proceder por ciclos, no es siempre adecuado para expresar pensamientos espirituales. Por otra parte, en un sentido, el Logos griego es el equivalente del Vâch sánscrito, «el rayo inmortal (intelectual) del espíritu». Y el hecho de que Vâch (como Devasena, un aspecto de Sarasvatî, la Diosa de la Sabiduría Oculta), sea la esposa del célibe eterno Kumâra, descubre una indicación, aunque velada, de los Kumâras, aquellos que «se negaron a crear» pero que más tarde fueron obligados a completar al Hombre divino, encarnando en él. Todo esto será completamente explicado en las secciones que siguen. <<

[467] Ptolomeo, al hablar en su tabla novena de las tribus Kabolitae o Kabul, las llama Aoiostóyoloi… Aristophyli, las tribus aristocráticas o nobles. Los afganos se llaman a sí mismos Ben-Issrael, hijos de Is (sa) rael, de Issa, «mujer y también tierra», hijos de la Madre Tierra. Pero un afgano daría muerte al que le llamase Yahoudi (judío). Los nombres de las supuestas doce tribus de los judíos, y los nombres de las doce tribus reales de los afganos son los mismos. Siendo los afganos mucho más antiguos (por lo menos su tronco árabe) que los israelitas, no debe sorprender encontrar entre ellos nombres de tribus como Youssoufzic, hijos de José en Punjcaure y Boonere; Zablistanee (Zebulón); Ben-manasseh, hijos de Manasseh, entre los tártaros Khojar; Isaguri, o Issachar, ahora Ashnagor en el Afganistán, etc. Todos los doce nombres de las llamadas doce tribus son nombres de los signos del Zodíaco, según está ahora bien probado. En todo caso, los nombres de las tribus árabes más antiguas, literalmente, dan los nombres de los signos zodiacales, como asimismo de los hijos míticos de Jacob. ¿Dónde están las huellas de las doce tribus judías? En ninguna parte. Pero hay señales, y bien profundas, de que los judíos han tratado de engañar a las gentes con la ayuda de estos nombres. Pues véase lo que sucede siglos después de haber desaparecido por completo las diez tribus de Babilonia. Ptolomeo Filadelfo, deseando tener traducida la Ley Hebrea al griego (la famosa de los setenta), escribió al gran sacerdote judío, Eleazar, que le enviase seis hombres de cada una de las doce tribus; y los setenta y dos representantes (de los cuales sesenta eran sin duda fantasmas) fueron al Rey en Egipto, y tradujeron la Ley entre milagros y maravillas. Véase Horœ Biblia, de Butler, Josefo y Filón el Judío. <<

[468] El Comentario explica que los monos son la única especie entre los animales que gradualmente y con cada generación y variedad ha tendido más y más a volver al tipo original de su antepasado macho, el oscuro gigante lemur y atlante. <<

[469] Andrógino. <<

[470] Dr. A. Wilder, que dice que Gan-duniyas es un nombre de Babilonia. <<

[471] Volumen I, págs. 575–576, ed. ing. <<

[472] Foe-koue-ki; ou Relations des Royaumes Bouddhiques; por Chy Fa-hian; traducido por Abel Remusat. <<

[473] Año Séptimo 1855. <<

[474] De Mirville, Des Esprits, II, 423. Véase también Moreh Nevuchim, de Moisés Maimónides. <<

[475] Sciences Ocultes, pág. 464. <<

[476] Révolution du Globe, vol. V, pág. 247. <<

[477] Leemos en Des Esprits de De Mirville (II, 431), «la ingenua sorpresa de Geoffroy St. Hilaire, cuando M. de Paravey le mostró en algunos trabajos chinos y ladrillos babilónicos, dragones… ornitorrincos y saurios, (animales acuáticos que se encuentran solamente en Australia), etc., animales extinguidos que había creído desconocidos en la tierra… hasta sus propios días». <<

[478] Véase Isaías, XXX, 6: «La víbora y la serpiente voladoras», y las serpientes ígneas conquistadas por las serpientes de bronce de Moisés. <<

[479] Los fósiles que conocemos, reconstruidos por la ciencia, debían ser suficiente garantía para la posibilidad hasta de un Leviatán, por no mencionar las serpientes voladoras de Isaías, o Saraph Mehophep, palabras que todos los diccionarios hebreos traducen por «Saraph», veneno inflamado o de fuego, y «Mehophep», volador. Pero aun cuando la Teología cristiana ha relacionado siempre al Leviatán y Saraph Mehophep con el demonio, las expresiones son metafóricas y no tienen nada que ver con Satán. Sin embargo, la palabra «Dragón» se ha convertido ahora en un sinónimo de este último. En la Bretaña, la palabra Drouk significa ahora el «Demonio», de donde proviene, nos dice Cambry (Monuments Celtiques, pág. 299), la Tumba del Diablo en Inglaterra, Droghedanum Sepulcrum. En el Languedoc, los fuegos meteóricos y fuegos fatuos se llaman drac, y en Bretaña, dreag y wraie o wraith. El castillo de Drogheda, en Irlanda, significa el Castillo del Diablo. (De Mirville, ibíd. II, 423). <<

[480] Los escritores ultramontanos aceptan seriamente toda la serie de cuentos de dragones referidos por el Padre Kircher en su Œdipus Ægyptiacus, «De Genesi Draconum». Según este jesuita, él mismo vio un dragón que fue muerto en 1669 por un campesino romano, y el director del Museo Barberini se lo envió para que hiciera el retrato del animal, lo cual ejecutó el Padre Kircher y lo publicó en uno de sus in-folios. Después de esto recibió una carta de Christopher Scherer, Prefecto del Cantón de Soleure, en Suiza, en la cual este funcionario certifica haber visto él mismo, con sus propios ojos, en una hermosa noche de verano en 1619, un dragón vivo. Hallándose en su balcón «contemplando la perfecta pureza del firmamento» —escribe—, «vi un dragón resplandeciente de fuego elevarse de una de las cuevas del Monte Pilatos, y dirigirse rápidamente hacia Fluelen, al otro extremo del lago. Era de tamaño enorme, y su cola aún más grande, y su cuello estirado. Su cabeza y quijadas eran las de una serpiente. Al volar esparcía en su camino numerosas chispas (¿?¡!)… En un principio creí que veía un meteoro, pero pronto, mirando con más atención, me convencí por su vuelo y por la conformación de su cuerpo, que veía un verdadero dragón. Me considero feliz en poder ilustrar a su Reverencia respecto de la existencia perfectamente real de esos animales»… en sueños y en edades largo tiempo ha pasadas, debió haber añadido el autor de la carta. (Ibíd. Pág. 424). [Citado en Des Esprits, tomo II, pág. 423]. <<

[481] Como prueba convincente de la realidad del hecho, un católico romano remite al lector al cuadro que representa el incidente, pintado por Simón de Sienne, amigo del poeta, en el portal de la iglesia Notre Dame du Don, en Aviñón, a pesar de la prohibición del Soberano Pontífice, que «no quería permitir que este triunfo del amor fuese entronizado en aquel santo lugar, —y añade—: El tiempo ha estropeado la obra de arte, pero no ha debilitado su tradición». (Ibíd. Pág. 425). Los Demonios Dragones de nuestra Era de Mirville parece que no tienen suerte, pues desaparecen del modo más misterioso de los museos en donde se dice que han estado. Así es como el Dragón embalsamado por Ulises Aldovrandus, y regalado al Musée du Sénat, en Nápoles o en Bolonia, «estaba aún allí en 1700», pero ya no está. (Ibíd. Pág. 427). <<

[482] Ob. cit. II, 422. <<

[483] Ibíd. Pág. 433. <<

[484] Ibíd. Págs. 432, 433. Esto es poco más o menos lo mismo que si, dentro de unos cuantos miles de años, algún fanático de una nueva creencia futura que deseara glorificar su religión a expensas del antiguo Cristianismo, dijese: En todas partes se adoraba al cordero. La monja llamándole el Agnus, lo colocaba sobre su pecho; el sacerdote lo llevaba al altar. Figuraba en todas las comidas pascuales, y era ruidosamente glorificado en todos los templos; y sin embargo, los cristianos le temían y le odiaban, pues lo mataban y se lo comían. Los paganos, en todo caso, no se comen sus símbolos sagrados. No conocemos gente alguna que coma serpientes o reptiles, excepto en países civilizados, en donde principian con las ranas y anguilas, y concluirán por las verdaderas serpientes, así como han principiado con la carne de cordero y han terminado con la de caballo. <<

[485] Ibíd. Pág. 423. <<

[486] Pantheon, 3. <<

[487] El Chnouphis, o Agathodæmon solar, es el Christos de los gnósticos, como sabe todo hombre instruido en la materia. Está íntimamente relacionado con los Siete Hijos de Sophia (Sabiduría), los Siete Hijos de Aditi, la Sabiduría Universal, siendo el octavo Mârtânda, el Sol, y los Siete son los Siete Regentes planetarios o Genios. Por tanto, Chnouphis era el Sol Espiritual de la Luz, de la Sabiduría, y el patrón de todos los Iniciados egipcios, como lo fue más adelante Bel-Merodach, o Bel-Belitanus, entre los caldeos. <<

[488] Hermes, o más bien Thot, era un nombre genérico. Abul Feda, en su Historia Anti-Islamítica, muestra cinco Hermes, y los nombres de Hermes, Nebo, Thot, fueron dados respectivamente en varios países a grandes Iniciados. Así, Nebo, el hijo de Merodach y de Zarpanitu, a quien Herodoto llama Zeus-Belos, dio su nombre a todos los grandes Profetas, Videntes e Iniciados. Todos ellos eran «Serpientes de la Sabiduría» como relacionados astronómicamente con el Sol y, espiritualmente, con la Sabiduría. <<

[489] Pantheon, texto 15. <<

[490] I, 555, Ed. Ing. <<

[491] Génesis, XLIX, 17, 18 y 5, 6. <<

[492] Dunlap, en su introducción a Sod, the Mysteries of Adoni (XI), explica la palabra «Sod» como arcano, misterio religioso, fundándose en la autoridad del Penteglott de Schindler, 1201. «El secreto del Señor es de los que le temen, —dice el Salmo XXV, 14. Ésta es una traducción errónea de los cristianos, pues debe leerse—: Sod Ihoh (los Misterios de Ihoh) son para aquellos que le temen». «Al [Él] es terrible en el gran Sod de los Kedeshim (los Sacerdotes, los Santos, los Iniciados)». Salmo LXXXIX, 7, (ibíd). Los Kedeshim estaban muy lejos de ser santos. Véase la Sección 3, «El Santo de los Santos» en el volumen IV. <<

[493] «Los miembros de los Colegios de Sacerdotes se llamaban Sodales» —dice el Latin Lexicon (IV, 448), de Freund— «Los Sodalitas fueron constituidos en los Misterios Idœanos de la Madre Poderosa» —escribe Cicerón en De Senectute (Dunlap, ibíd. Pág. XII). <<

[494] XXX, 6. <<

[495] Los sacerdotes de Baal que pasaban sobre el fuego. Pero éste era un término hebreo local. Saraph significa «veneno de fuego o de llamas». <<

[496] Libro de los Muertos, cap. XXXIX. <<

[497] Los mismos cuernos de morueco se encuentran en las cabezas de Moisés vistas por la escritora en algunas medallas antiguas de Palestina, una de las cuales se halla todavía en su poder. Los cuernos que forman parte de la resplandeciente aureola de Moisés en Roma, por Miguel Ángel, son verticales en lugar de estar doblados hacia las orejas, pero el emblema es el mismo; de ahí la Serpiente de Bronce. <<

[498] Pero véase Magie Papyrus, de Harris, núm. V, y el Ammon con cabeza de morueco fabricando hombres con un torno de alfarero. <<

[499] Brasseur de Bourbourg, Mexique, págs. 135 y 574. <<

[500] Ulûpi (Ulûpl) tiene una marca completamente atlante. Lo mismo que Atlántida, no es un nombre griego ni sánscrito, sino que nos hace recordar los nombres mexicanos. <<

[501] Mahâbhârata, Âdi —Parva, Slokas 7788, 7789. El Bhâgavata Purâna (IX, XX, 31), según lo explica Shridhara, el comentador, presenta a Ulûpi como la hija del rey de Manipûra (véase Vishnu Purâna, Wilson, IV, 160); pero el difunto Pandit Dayânand Sarasvatî, que es ciertamente la mayor autoridad sanscritista y puránica en tales cuestiones en la India, corrobora personalmente que Ulûpi era la hija del rey de los Nâgas en Pâtâla, o América, hace 5000 años y que los Nâgas eran Iniciados. <<

[502] Isis sin Velo, II, 293. <<

[503] Fok-tchou significa literalmente en chino señor de Buddha, o el que enseña las doctrinas de Buddha-Foh. <<

[504] Esta montaña está situada al Sudoeste de China, casi entre la China y el Tíbet. <<

[505] Ibíd. Págs. 293, 294. <<

[506] Tenga presente el lector que en el Zohar, y también en las obras kabalísticas, se sostiene que «Metatron se unió a Shekinah». Ahora bien; Shekinah, como Velo (Gracia) de Ain Suph, que representa al Logos, es ese mismo Árbol del Conocimiento; mientras que Samael —el aspecto sombrío del Logos— ocupa solo la corteza de ese árbol, y únicamente tiene el conocimiento del mal. Según dice Lacour, que vio en la escena de la Caída (Génesis, III) un incidente que pertenecía a la Iniciación egipcia: «El Árbol de la Divinación, o del Conocimiento del Bien y del Mal… es la ciencia de Tzyphon, el Genio de la Duda, tsy enseñar, y phon duda. Tzyphon es uno de los Aleim; pronto lo vamos a ver bajo el nombre de Nach, el tentador». (Los Œloim, vol. II, pág. 218). Él es conocido de los simbologistas bajo el nombre de Jehová. <<

[507] Ésta es la opinión que han adoptado todos los Padres de la Iglesia, pero no es la Enseñanza Esotérica verdadera. La maldición no principió al formarse el hombre o la mujer, pues la separación de éstos era una resultante natural de la evolución, sino al violarse la ley. <<

[508] Vive la naturaleza humana; no la animal tan siquiera; sino la naturaleza pervertida, sensual y viciosa que los hombres, no la naturaleza, han creado. (Véase la Sección 8, «La Cruz y el Círculo», en el vol. IV). <<

[509] Véase Zohar, I, 172, a y b. <<

[510] Véase la Sección II sobre «Los Misterios de la Hebdomada» en el vol. IV. <<

[511] Mythical Monsters, de Gould, pág. 1. <<

[512] The Unicorn: a Mythological Investigation, Robert Brown, hijo, F. S. A., London, 1881, [citado de Mythological Monster de Gould, pág. 3]. <<

[513] Mythical Monsters, págs. 2, 4. <<

[514] Ibíd. Pág. 20. <<

[515] Ibíd. Págs 36 y 37. <<

[516] The Human Species, pág. 152. <<

[517] Manual of Geology, pág. 301. <<

[518] Ibíd. Pág. 17. <<

[519] Mythical Monsters, de Gould, pág. 16. Véase también Recherches, etc., des Mammifères, lámina I. París, 1868 a 1874. <<

[520] Prefacio al Shan Hai King o «Maravillas de Mar y Tierra». [Véase Gould, ob. cit., pág. 384]. <<

[521] Vol. I, págs. 589 y siguientes. Ed. Ing. <<

[522] Ibíd, II, pág. 590, ed. ing. Hay arqueólogos que, como Mr. James Fergusson, niegan toda gran antigüedad a los monumentos de la India sin excepción. En su obra Illustrations of the Rock Cut Temples of India llega a expresar la opinión, por todo extremo extraordinaria, de que «el Egipto había dejado de ser una nación antes de que los primeros templos-grutas fuesen excavados en la India». En una palabra, no admite la existencia de ningún templo-gruta anterior al reinado de Ashoka, y parece deseoso de probar que la mayoría de estos templos cortados en la roca fueron ejecutados durante un período que se extiende desde el tiempo de aquel piadoso rey buddhista, hasta la destrucción de la dinastía Andhra de Magadha, al principio del siglo V. Creemos que semejante pretensión es perfectamente arbitraria. Descubrimientos sucesivos demostrarán que es errónea e injustificada. <<

[523] América, cuando se descubrió, era llamada Atlanta por algunas tribus indígenas. <<

[524] Desde entonces ha aparecido la Atlantis de Donnelly, y pronto se convertirá en un hecho científico su existencia real. <<

[525] Y así está dividida hasta hoy día, y los teósofos y ocultistas que han aprendido a su costa a conocer algo del poder oculto, pero innegable, del Dugpaísmo, saben esto demasiado bien. <<

[526] Véase Des Esprits, de De Mirville, III, págs. 57 y sig. <<

[527] Véase Chips, I, 339; «Popol Vuh», de Max Müller. Compárese también Ethnographische Skizzen über die Völker des Russischen Amerika, de Holmberg Helsingfors, 1855. <<

[528] Op. cit. págs. 13–15, [citado en Isis sin Velo, I, nota págs. 594–5, ed. ing.]. <<

[529] Ibíd. Pág. 308. <<

[530] En la India del Sur, cerca de un establecimiento Jain, encuéntrase una imitación aproximada a las estatuas de Bamian, que es también un Buddha de 200 pies de alto, y al parecer es el único que queda actualmente. <<

[531] Hasta el mismo Wilson admite que Râma y Râvana fueron personajes de fundamento histórico. «Las tradiciones de la India del Sur atribuyen de un modo uniforme su civilización… y el establecimiento de indos civilizados (la Quinta Raza) a la conquista de Lankâ por Râma» (Vishnu Purâna, III, 318) —la victoria de los «Hijos de Dioses» sobre los hechiceros Atlantes, dice la verdadera tradición. <<

[532] Así, para presentar un ejemplo, se nos muestra un héroe primogénito, como el «malvado, pero valiente monarca» (Purusha) de los Daityas, Hiranyakashipu, muerto por el Avatâra Nara-sinha (Hombre león). Luego nació como Râvana, el rey gigante de Lankâ, muerto por Râma; después de lo cual, vuelve a nacer como Shishupâla, el hijo del Râjarishi (Rey Rishi) Damaghosha, también muerto por Krishna, última encarnación de Vishnu. La evolución paralela de Vishnu (Espíritu) con un Daitya, como hombre, puede parecer absurda, y, sin embargo, nos da la clave no solo de las fechas respectivas de Râma y Krishna, sino hasta de cierto misterio psicológico. <<

[533] Compárese Hibbert Lectures, 1877. Sayce, págs. 134–138. <<

[534] Los Dioses se convirtieron en No-Dioses. <<

[535] Raza. <<

[536] Amarillo claro. <<

[537] Estrictamente hablando, solo desde el tiempo de las razas Atlantes gigantescas de color amarillo y oscuro puede uno referirse al hombre, puesto que solamente la Cuarta Raza fue la primera especie humana completa, por más que era de mucho mayor tamaño que el nuestro de ahora. En Man: Fragments of Forgotten History (por dos Chelâs), todo lo que se dice de los Atlantes es por completo exacto. Esta Raza, que se convirtió en «negra por el pecado», fue la causa principal del descrédito que recayó en los nombres divinos de los Asuras, Râkshasas y Daityas, y los transmitió a la posteridad como nombres de demonios. Porque, como se ha dicho, habiendo encarnado los Suras, Dioses o Devas, en los hombres sabios de la Atlántida, los nombres de Asuras y Râkashasas fueron dados a los Atlantes ordinarios. Debido a los incesantes conflictos de éstos con los últimos restos de la Tercera Raza y con los «Hijos de la Voluntad y del Yoga, —sus nombres han conducido a las últimas alegorías de los Purânas—. Asura era el nombre genérico de todos los Atlantes enemigos de los héroes espirituales de los Arios (Dioses)». (Man, pág. 77). <<

[538] En el principio. <<

[539] Las subrazas. <<

[540] Sus colores. <<

[541] Estancia VII, Sloka 24. <<

[542] Véanse Slokas 32, 34. <<

[543] En general, los llamados conceptos cristianos ortodoxos acerca de los Ángeles «caídos» o Satán son tan notables como absurdos. Podrían citarse sobre una docena del carácter más diverso en cuanto a los detalles, y todos debidos a las plumas de autores seglares instruidos, «graduados de la universidad» del presente cuarto de siglo. Así, el autor de Earth’s Earliest Ages, G. H. Pember, M. A., dedica un grueso volumen a probar que los teósofos, espiritistas, agnósticos, místicos, metafísicos, poetas y todos los autores contemporáneos sobre especulaciones orientales, son devotos servidores del «Príncipe del Aire», e irremisiblemente condenados. Describe a Satán y a su Anticristo de este modo:

«Satán es el “Ungido Querubín” de siempre… Dios creó a Satán, la más hermosa y sabia de todas sus criaturas en esta parte del su Universo y lo hizo Príncipe del Mundo y del Poder del Aire… Fue él colocado en un Edén que fue muy anterior al Edén del Génesis… y de un carácter totalmente distinto y más substancial, parecido a la Nueva Jerusalén. Así, Satán, siendo perfecto en sabiduría y hermosura, no tiene por imperio nuestra tierra, sino todo el sistema solar… Ciertamente, no nos ha sido revelado ningún otro poder angélico de mayor ni aun siquiera de igual divinidad. El mismo Arcángel Miguel es citado por judas, como conservando hacia el Príncipe de las Tinieblas el respeto debido a un superior, por más malvado que fuera, hasta que Dios ordenó formalmente su deposición». Luego se nos dice que «Satán fue, desde el momento de su creación, rodeado de la insignia de la dignidad real» (¡!); que «despertó a la conciencia, encontrándose el aire lleno con la música placentera de los que Dios había nombrado». Entonces el Demonio «pasa desde la realeza a su dignidad sacerdotal» (¡!¡!). «Satán era también un sacerdote del Altísimo», etc. Y ahora «el Anticristo será Satán encarnado» (Cap. III y págs. 56–59). Los precursores del futuro Apollyon han aparecido ya; son los teósofos, los ocultistas, los autores del Perfect Way, de Isis sin Velo, de Mystery of the Ages, y hasta de Ligh of Asia(¡!) El autor anota el «origen declarado» de la Teosofía de los «ángeles descendentes» de los «Nefilim» o ángeles del Génesis (VI), y de los Gigantes. Debiera anotar también su propia descendencia de ellos, como nuestra Doctrina Secreta trata de demostrar, a menos que niegue pertenecer a la presente Humanidad. <<

[544] Compárese con X, 8, donde se habla de todos los que vinieron antes de Jesús, que eran «ladrones y bandidos». <<

[545] Versículo II. <<

[546] Lucas, X, 18. <<

[547] No es correcto referirse a Cristo, como hacen algunos teósofos, como Buddhi, el sexto principio del hombre. Este último per se es un principio pasivo y latente, el Vehículo Espiritual de Âtmâ, inseparable del Alma Universal manifestada. Solo en unión y en conjunción de la Propia Conciencia es como Buddhi se convierte en el Yo Superior y en el Alma Divina, discernidora. <<

[548] XIX, 7. <<

[549] Ibíd. Versículo 8. <<

[550] XVIII, 24. <<

[551] Para más claridad, cualquiera que lea el pasaje en Lucas, verá que la observación sigue a la relación de los Setenta, que se alegran de que «hasta los demonios [el espíritu de la controversia y del razonamiento, o el poder contrario, puesto que Satán significa sencillamente “adversario” o “contrario”] estén supeditados a nosotros por tu nombre» (Lucas, X, 17). Ahora bien; «tu nombre» significa el nombre de Christos, o Logos, o el Espíritu de la verdadera Sabiduría Divina, tan distinto del espíritu del razonamiento intelectual o meramente materialista, en una palabra, el Yo Superior. Y cuando Jesús observa en este punto que ha «visto a Satán como un relámpago cayendo del cielo» es una simple declaración de sus poderes clarividentes, notificándoles lo que ya sabía, y una referencia a la encarnación del Rayo Divino –los Dioses o Ángeles– que cae en la generación. Pues no todos los hombres, en modo alguno, se benefician de esa encarnación, y en algunos el poder permanece latente y muerto durante toda la vida. Verdaderamente, «ningún hombre sabe quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo», según añadió Jesús entonces allí (versículo 22); y menos que nadie, la «Iglesia de Cristo». Solo los Iniciados comprendían el sentido secreto de los términos «Padre» e «Hijo», y sabían que se refería al Espíritu y al Alma sobre la Tierra. Pues las enseñanzas de Cristo eran enseñanzas Ocultas, que solo podían explicarse en la Iniciación. Nunca fueron dedicadas a las masas, pues Jesús prohibió a los doce ir con los gentiles y los samaritanos (Mateo, X, 5), y repitió a sus discípulos que el «misterio del reino de Dios» era solo para ellos, no para las multitudes. (Marcos, IV, 11). <<

[552] Así, por ejemplo, en los Purânas, Pulastya, un Prajâpati o hijo de Brahmâ –el progenitor de los Râkshasas, y abuelo de Râvana, el gran rey de Lankâ en el Râmâyana–, tuvo, en un nacimiento anterior, un hijo llamado Dattoli, «a quien se conoce ahora por el sabio Agastya», dice el Vishnu Purâna (trad. de Wilson, I, 154). Solo este nombre de Dattoli tiene añadidas seis variantes más, o siete significados. Es llamado respectivamente Dattoli, Dattâli, Dattotti, Dattotri, Dattobhri, Dambhobhi y Dambholi. Estas siete variantes tienen cada una un sentido secreto, y se refieren en los Comentarios Esotéricos a varias clasificaciones etnológicas, y también a misterios fisiológicos y antropológicos de las razas primitivas. Porque, seguramente, los Râkshasas no son Demonios, sino simplemente los Gigantes primitivos y feroces, los Atlantes, que estaban esparcidos sobre la faz del Globo, como la quinta Raza lo está ahora. Vasishtha es una garantía de esto, si las palabras que dirigió a Parâshara que intentaba hacer un poco de Jadu (hechicería), que él llamaba «sacrificio» para destruir a los Râkshasas, significa algo, pues dice: «No destruyáis más de estos inofensivos “Espíritus de tinieblas”». (Para detalles véase Mahâbhârata, Âdi Parva, s. 176, y también Linga Purâna, Pûrvâdhi, s. 64; Wilson, Ibíd. I, 8, 9). <<

[553] Tenemos un pasaje de la carta de un Maestro que tiene una relación directa con estos Ángeles que encarnan. Dice la carta: «Ahora bien; hay, y tiene que haber, fracasos en las Razas etéreas de las muchas Clases de Dhyân Chohans o Devas [entidades desarrolladas de un Período Planetario anterior], lo mismo que entre los hombres. Pero, sin embargo, como estos fracasos están demasiado adelantados y espiritualizados para ser rechazados forzosamente desde el estado Dhyân-Choánico, al vórtice de una nueva evolución primordial a través de los Reinos inferiores, sucede lo siguiente: Cuando va a desarrollarse un nuevo Sistema Solar, estos Dhyân Chohans nacen en él por influjo al frente de los Elementales [entidades… que se han de convertir en humanidad en un tiempo futuro], y permanecen como una fuerza espiritual latente o inactiva, en el Aura de un mundo naciente… hasta que es alcanzada la etapa de la evolución humana… Entonces se convierten en fuerza activa, y se mezclan con los Elementales, para desarrollar poco a poco el tipo completo de la humanidad». [Véase The Mahâtmâ Letters to A. P. Sinnett, pág. 87]. Esto es, para desarrollar al hombre y dotarlo de Mente Propia consciente, o Manas. <<

[554] Apéndice XV, págs. 369 y sigs. <<

[555] Cuando la Tierra con su Cadena Planetaria y el Hombre iban a aparecer. <<

[556] Nuestra Tierra y el plano de conciencia físico. <<

[557] Cuando los Seres puros y celestiales o Dhyân Chohans, y los grandes Pitris de varias clases, fueron comisionados, los unos para desenvolver sus Imágenes o Chhâyâs, y hacer de ellas el hombre físico, los otros para animarlo y dotarlo así de inteligencia divina y la comprensión de los Misterios de la Creación. <<

[558] Las «dinastías de reyes», que se consideran todas como «ungidas», reinando por la «Gracia de Dios», mientras que, en verdad, reinan por la gracia de la Materia, la Gran Ilusión, la Impostora. <<

[559] Ibíd. loc. cit., vers. 10. <<

[560] Véase la Subsección de la Estancia X: «Los Manus Primarios de la Humanidad». <<

[561] El «Hombre Celeste», nótese bien la palabra, es el «Logos» o el «Hijo» esotéricamente. Por lo tanto, una vez que el nombre fue aplicado a Cristo, que fue declarado ser Dios, y Dios mismo, la Teología Cristiana no tiene salida. A fin de sostener su dogma de una Trinidad personal, tuvo que proclamar, como lo hace aún, que el Logos Cristiano es el único verdadero, y que todos los Logos de las demás religiones son falsos, y solo el disfrazado Principio del Mal, Satán. ¡Véase hasta dónde ha conducido esto a la Teología occidental! <<

[562] «Pues la mente, deidad abundante en ambos sexos, siendo Luz y Vida, produjo por su Palabra otra Mente u Obrero, el cual, siendo el Dios del Fuego y el Espíritu, dio forma y construyó otros siete Gobernadores, los cuales contienen en sus Círculos el Mundo Fenomenal, y a cuya disposición se le da el nombre de Destino». (Secc. IX, cap. I, ed. de 1579).

Aquí es evidente que la Mente, el Pensamiento Primordial Divino Universal, no es ni el Uno Desconocido No-manifestado, puesto que abunda en ambos sexos –es macho y hembra–, ni tampoco el «Padre» cristiano, puesto que éste es masculino y no andrógino. El hecho es que el «Padre», el «Hijo» y el «Hombre» están irremediablemente mezclados en las traducciones del Pymander. <<

[563] La alegoría del fuego de Prometeo es otra versión de la rebelión del orgulloso Lucifer, que fue precipitado al «abismo insondable» o simplemente a nuestra Tierra, para vivir como hombre. El Lucifer indo, el Mahàsura, se dice también que tuvo envidia de la Luz resplandeciente del Creador, y que a la cabeza de los Asuras inferiores (no Dioses, sino Espíritus) se rebeló contra Brahmâ; por cuya razón Shiva lo precipitó en Pâtâla. Pero como la filosofía marcha de la mano con la ficción alegórica en los mitos indos, el «Diablo» se arrepiente y se proporciona la oportunidad de progresar: es un hombre pecador esotéricamente, y puede por medio del Yoga, devoción y adeptado, alcanzar nuevamente su estado de «uno con la Deidad». Hércules, el Dios Solar, desciende al Hades (la Gruta de Iniciación) para librar a las víctimas de sus torturas, etc. Solo la Iglesia Cristiana crea tormentos eternos para el Demonio y los condenados que ella ha inventado. <<

[564] ¿Por qué, por ejemplo, habría Eliphas Lévi, el kabalista sin temor y franco por excelencia, ha vacilado en divulgar el misterio de los llamados Ángeles Caídos? Que conocía el hecho y el significado verdadero de la alegoría, tanto en su sentido religioso y místico, como en el fisiológico, está probado por sus voluminosos escritos y sus frecuentes alusiones e indicaciones. Sin embargo, Eliphas Lévi, después de hacer alusión al asunto infinidad de veces en sus primeras obras, dice en una de sus últimas (Histoire de la Magie, págs. 220–221): «Protestamos con todo nuestro poder contra la soberanía y ubicuidad de Satán. No pretendemos negar ni afirmar aquí la tradición de la Caída de los Ángeles… Pero siendo así… entonces el príncipe de los Ángeles Rebeldes sería a lo más el último y el más impotente entre los condenados, ahora que se halla separado de la deidad, que es el principio de todo poder». Esto es bastante oscuro y evasivo; pero véase lo que Hargrave Jenníngs escribe en su extraño y cortado estilo.

«Tanto San Miguel como San Jorge son tipos. Son personajes santificados, o héroes dignificados, o poderes deificados. Se les representa con las facultades y atributos propios. Éstos se reproducen y aparecen multiplicados, distinguiéndose con diferentes nombres en todas las mitologías [incluso la cristiana]. Pero la idea de cada uno de ellos es general. Esta idea y noción representativa es la del campeón todopoderoso –semejante al niño en su “inocencia virgen”»,– tan poderoso que esta inocencia llena de Dios (los Serafines son «los que más saben», los Querubines «los que más aman») puede hacer pedazos al mundo (articulado, por decirlo así, en la magia de Lucifer, pero condenado) en oposición a las construcciones artificiosas, alcanzadas sin permiso del Supremo —construcciones artificiosas («este lado de la vida»— del magnífico apóstata, el poderoso rebelde, pero sin embargo, al mismo tiempo el «portador de la Luz», el Lucifer —la «Estrella de la Mañana», el «Hijo de la Mañana»—, el título más elevado «fuera del cielo», pues en el cielo no puede estar, pero fuera del cielo lo es todo). En un aspecto aparentemente increíble de su carácter —pues note bien el lector que las cualidades no tienen sexo—, este Arcángel San Miguel es la «Energía» celestial, sin sexo e invencible —dignificándolo por sus grandes cualidades características—, el invencible Combatiente Virgen, revestido…, y al mismo tiempo armado, de la cota de malla de la «negación a crear» gnóstica. Éste es otro mito, un «mito dentro de otros mitos»… un «misterio de misterios» estupendo, por ser tan imposible y contradictorio. Inexplicable como el Apocalipsis. Irrevelable como la «Revelación» (Phallicism, págs. 212–213). Sin embargo, este misterio inexplicable e irrevelable será ahora explicado y revelado por las doctrinas del Oriente. Aun cuando, por supuesto, según lo expresa el muy erudito pero todavía más enigmático autor del Phallicism, ningún mortal no iniciado comprenderá jamás su verdadero alcance. <<

[565] «Creación», por supuesto, procedente de la Substancia eterna preexistente, o Materia, cuya Substancia, según nuestras enseñanzas, es Espacio ilimitado, siempre existente. <<

[566] Los Luciferianos, secta del siglo IV a la que se atribuye haber enseñado que el alma era un cuerpo carnal transmitido al niño por su padre; y los Lucianistas, otra secta más antigua del siglo III de la era cristiana, que enseñaba todo esto, y además que el alma animal no era inmortal, filosofaban sobre fundamentos de las enseñanzas realmente Kabalísticas y Ocultas. <<

[567] Hasta la misma Ciencia se ve obligada a aceptar astronómicamente este «Sol Central» de los Ocultistas, pues no puede negar la presencia en el espacio sideral de un cuerpo central en la Vía Láctea, un punto invisible y misterioso, el centro siempre oculto de atracción de nuestro Sol y Sistema. Pero este «Sol» es considerado de modo diferente por los Ocultistas de Oriente. Mientras los kabalistas occidentales y judíos —y hasta algunos astrónomos piadosos modernos— sostienen que en este Sol está especialmente presente la cabeza de Dios, y le atribuyen los actos volitivos de Dios, los Iniciados Orientales sostienen que, como la Esencia supradivina del Absoluto Desconocido es igual en todas partes, el «Sol Central» es simplemente el centro de la Electricidad – Vital –Universal; el recipiente dentro del cual, esa Radiación Divina, diferenciada ya al principio de cada «creación», está enfocada. Aun cuando todavía en una condición laya, o neutra, es, sin embargo, el Centro de la Vida atrayente, así como también el emisor constante. <<

[568] Ob. cit., págs. 287–289. <<

[569] Véase el Comentario a la Estancia VII, vol, I. <<

[570] El cuarto y el quinto contando desde abajo, principiando con el Cuerpo Físico; el tercero y el cuarto, si contamos desde Âtmâ. <<

[571] New Aspects of Life. <<

[572] Esencias Espirituales, Angélicas, inmortales en su Ser, porque son incondicionadas en la Eternidad; pero periódicas y condicionadas en sus manifestaciones manvantáricas. <<

[573] Ob cit., págs. 97, 98; seg. ed., 1887. <<

[574] La historia de Prometeo, Karma, y la conciencia humana, se encuentra en la parte II, sección V del volumen IV. <<

[575] De un inglés a quien mató su errante imaginación. Hijo de un clérigo protestante, se hizo mahometano; luego ateo rabioso; después de encontrarse con un Maestro, un Gurú, se hizo místico; luego teósofo que dudó —desesperó, cambió la magia blanca por la negra, se volvió loco e ingresó en la Iglesia Romana. Luego se revolvió contra ella, y la anatematizó; tornóse de nuevo ateo, y murió maldiciendo a la humanidad, los conocimientos, y a Dios, en el que había cesado de creer. Poseyendo todos los datos esotéricos para escribir su «Guerra en el Cielo», hizo un artículo semipolítico, mezclando a Malthus con Satán, y a Darwin con la Luz Astral. Descanse en paz su Cascarón. Es un aviso para los Chelâs que fracasan. Su tumba olvidada puede verse actualmente en el cementerio Musulmán de Joonaghur, Kathiawar, India. [Él asumió el nombre de Mirza Mûrad Ali Beg.]. <<

[576] El autor habla de la lucha activa, luchadora, condenando a Jehová ¡como si fuera sinónimo de Parabrahman! Hemos citado este artículo para mostrar en qué difiere de las enseñanzas teosóficas; pues de otro modo hubiera sido citado alguna vez en contra nuestra, como generalmente hacen con todo lo que se publica en The Theosophist. <<

[577] The Theosophist, 1881, pág. 68. <<

[578] Explicando la Kabalah, el Dr. Henry Pratt dice: «El Espíritu era para el hombre [para el Rabino judío, más bien] un ser sin cuerpo, desencarnado, o desposeído, y degradado, y por esto fue llamado por el ideógrafo Nahash, “Desposeído”; representado como apareciéndose a la raza humana y seduciéndola; al hombre por medio de la mujer… En la pintura de este Nahash, este espíritu era representado por una Serpiente, porque a causa de su destitución de miembros corporales, la serpiente era considerada como una criatura desposeída, depravada y degradada». (New Aspects of Life, pág. 235). Símbolo por símbolo, hay quien preferiría el de la serpiente —el símbolo de la sabiduría y de la eternidad, privado de sus miembros como está— al del Jod (), la poética ideografía de Jehová en la Kabalah —el Dios del símbolo masculino de la generación. <<

[579] Zohar, III, 61 c <<

[580] Daksha, el «inteligente, el competente». «Este nombre lleva consigo por regla general la idea del poder creador». Es un hijo de Brahmâ y de Aditi, y según otras versiones, un poder nacido por sí, el cual, como Minerva, surgió del cuerpo de su padre. Es el jefe de los Prajâpatis, los Señores o Creadores del Ser. En el Vishnu Purâna, Parâshara dice de él: «En cada Kalpa [o Manvantara] Daksha y los demás nacen y vuelven a ser destruidos». Y el Rig Veda dice que «Daksha surgió de Aditi y Aditi de Daksha», referencia al renacimiento cíclico eterno de la misma Esencia divina. <<

[581] Bhâgavata Purâna, IV, 24, 4. <<

[582] Ninguno de estos órdenes es distinto de los Pitris o Progenitores. Según dice Manu (III, 284): «Los sabios llaman a nuestros padres Vasus; a nuestros abuelos paternos Rudras; a nuestros bisabuelos paternos, Âdityas; con arreglo a un texto de los Vedas. —Otra traducción dice—: Éste es un texto védico eterno». <<

[583] Según ha sido ahora descubierto por el difunto G. Smith en la literatura de los cilindros babilónicos, lo mismo ocurría en la Teogonía Caldea. Ishtar era «el mayor del Cielo y de la Tierra». Por debajo de él los Igigi o Ángeles del Cielo, y los Anûnaki, o Ángeles de la Tierra. Por debajo de éstos, varias clases de Espíritus y de «Genios» llamados Sadu, Vadukku, Ekimu, Gallu, de los cuales unos eran buenos, y otros malos. (Véase Babylonia Mythology, de Smith, y también Hibbert Lectures, pág. 141, de Sayce). <<

[584] Unas superiores y otras inferiores, conforme al Karma de las diversas Mónadas que encarnaban, las cuales no podían ser todas del mismo grado de pureza en sus últimas vidas en otros Mundos. Esto explica la diferencia de razas, la inferioridad del salvaje y otras variedades humanas. <<

[585] «Hay —dice Topinard, en la edición inglesa de su Anthropology, con un prefacio por el profesor Broca— tres elementos fundamentales del color en el organismo humano, a saber: el rojo, el amarillo y el negro, los cuales, mezclados en cantidades diversas con el blanco de los tejidos, dan lugar a esos numerosos matices que se observan en la familia humana». He aquí nuevamente a la Ciencia apoyando inconscientemente al Ocultismo. <<

[586] Debe tenerse presente que los «últimos restos» de que se habla aquí, se refieren a aquellas partes del «Gran Continente» que aún quedaban, y no a ninguna de las numerosas islas que existían contemporáneas del Continente. La «isla» de Platón, por ejemplo, era uno de tales restos, habiéndose sumergido los otros en varias épocas anteriores. Una «tradición» Oculta enseña que tales sumersiones ocurren siempre que hay un eclipse del «Sol Espiritual». <<

[587] Véanse las observaciones sobre los Manus Simientes y Raíces infra, y la Sección sobre «Los Manus Primordiales de la Humanidad», al final de los Comentarios sobre esta Estancia. <<

[588] El desgraciado intento de Mr. Gladstone para reconciliar la relación genésica con la Ciencia (véase su «Aurora de la Creación» y el «Proemio al Génesis» en The Nineteenth Century, 1886) ha atraído sobre él el rayo Joviano lanzado por Mr. Huxley. La relación de la letra muerta no garantiza semejante intentona; y su cuádruple orden, o división, de la creación animada, se ha convertido en una piedra que, en lugar de matar la mosca en la frente del amigo dormido, mata al hombre mismo. Mr. Gladstone ha matado al Génesis para siempre. Pero esto no prueba que no haya esoterismo en él. El hecho de que los judíos y todos los cristianos, las sectas modernas lo mismo que las antiguas, hayan aceptado literalmente la narración durante dos mil años, solo prueba su ignorancia, y muestra la gran ingenuidad y habilidad constructora de los Rabinos Iniciados, que fabricaron los dos relatos —el de Elohim y el de Jehová— esotéricamente, y con toda intención confundieron el sentido por medio de enigmas sin vocales o signos de palabra en el texto original. Los seis días (Yom) de la creación significan, en efecto, seis períodos de evolución, y el séptimo día es el de culminación, de perfección, no de reposo. Esto se refiere a las siete Rondas y a las siete Razas con una «creación» distinta en cada una; aun cuando el empleo de la palabra boker, «aurora» o «mañana», y ereb, «crepúsculo vespertino», que esotéricamente tiene el mismo significado que sandhyâ, «crepúsculo», en sánscrito, haya ocasionado la acusación de la ignorancia más crasa del orden de la evolución. <<

[589] Modern Science and Modern Thought, pág. 337. <<

[590] Hindu Classical Dictionary, de Dowson, sub voce. <<

[591] Ob. cit., pág. 335. <<

[592] «Seguid la ley de analogía» —enseñan los Maestros— Âtmâ-Buddhi es doble, y Manas es triple, por cuanto el primero tiene dos aspectos y el segundo tres; esto es, como un «principio» per se que gravita, en su aspecto superior, hacia Âtmá-Buddhi, y sigue en su naturaleza inferior, a Kâma, el asiento de las pasiones y deseos animales y terrestres. Compárese ahora la evolución de las Razas, la Primera y la Segunda que son de la naturaleza de Âtmá-Buddhi, del cual son la progenie pasiva Espiritual, al paso que la Tercera Raza Raíz muestra tres divisiones o aspectos distintos fisiológica y físicamente —el primero sin pecado, la porción media despertándose a la inteligencia, y el tercero y último decididamente animal, esto es, Manas sucumbe a las tentaciones de Kâma. <<

[593] Laing, ob, cit., p. 335. <<

[594] Toda la dificultad es ésta: ni los fisiólogos ni los patólogos quieren reconocer que la substancia de la célula germinadora, el citoblastema, y las aguas madres de las que se originan los cristales, son una y la misma esencia, salvo en la diferenciación para ciertos fines. <<

[595] Huxley, Proceeding of the Royal Institution, III, 151. <<

[596] Introduction to the Study of the Foraminifera, pág. XI. <<

[597] Transactions of the Geological Society of Glasgow, vol. III. Es muy extraño, sin embargo, que haya cambiado de opinión recientemente. El Sol, dice, tiene solo 15 000 000 de años. <<

[598] Bastian, The Beginnings of Life, II, 622. <<

[599] Laing, Modern Science and Modern Thought, pág. 171. <<

[600] En Isis sin Velo, vol. I, pág. 389, se observa esto y se explica en parte. <<

[601] De aquí la filosofía de la Alegoría de los 7, 10, y finalmente 21, Prajâpatis, Rishis, Munis, etc., todos los cuales son hechos «padres» de varios seres y cosas. El orden de las siete clases, u órdenes de plantas, de animales y hasta de cosas inanimadas, presentadas al azar en los Purânas, se encuentra en varios comentarios en el turno debido. Así, Prithu es el padre de la Tierra. Él la «ordeña», y la hace llevar toda clase de granos y vegetales, todos enumerados y especificados. Kâshyapa es el «padre» de todos los reptiles, serpientes, demonios, etc. <<

[602] Véase vol I, pág. 151 y sig., concernientes al «Árbol de la Evolución» —el «Árbol del Mundo». <<

[603] Contenida y modificada, sin embargo, por la Ley de Retardación, que impone una restricción en el avance de todas las especies, cuando aparece un tipo superior. <<

[604] Véase Origin of Species, pág. 145. <<

[605] Bastian, Beginnings of Life, II, págs. 622 y 623. <<

[606] Vol. II, pág. 278, ed. inglesa. <<

[607] Ob. cit., I, 9. <<

[608] Ibíd. II, 283–284. <<

[609] Véanse sus Lettres sur l’Atlantide. <<

[610] Esto lo indica también Faber, como cristiano piadoso, diciendo que: «A la familia de Noé le daban también… el nombre de Atlantes y Titanes; y al mismo gran patriarca le llaman, en sentido de eminencia, Atlas y Titán» (Ibíd. II, 285) Y si es así, entonces, con arreglo a la Biblia, Noé debió haber sido descendiente de los Hijos de Dios, los Ángeles caídos, según la misma autoridad, y de las «hijas de los hombres que eran hermosas». (Véase Génesis, VI). ¿Y por qué no, puesto que su padre Lamech mató a un hombre, y fue, como todos sus hijos e hijas que perecieron en el Diluvio, tan malo como el resto de la humanidad? <<

[611] En el maravilloso volumen de Donnelly, Atlantis, the Antediluvian World, el autor, hablando de las colonias Arias de la Atlántida y de las artes y ciencias —legado de la Cuarta Raza—, declara valientemente que «los fundamentos de las instituciones de hoy día provienen de la Edad Miocena». Ésta es una enorme concesión para un sabio moderno; pero la civilización se remonta a un período aún más remoto que los Atlantes Miocenos. Llegará un día a descubrirse el hombre del período Secundario y con él su civilización, por tanto tiempo olvidado. [Véase cap. III, pág. 30]. <<

[612] La Naturaleza es el Cuerpo natural, la Sombra de los Progenitores. <<

[613] El HOMBRE es el «Hombre Celeste», como ya se ha dicho. <<

[614] Divine Pymander, I, 16. <<

[615] El Pymander de nuestros museos y bibliotecas es un compendio de uno de los Libros de Thoth, por un Platónico de Alejandría. Fue vuelto a arreglar en el siglo III con arreglo a antiguos manuscritos hebreos y fenicios, por un kabalista judío, y llamado el Génesis de Enoch. Pero hasta sus restos desfigurados muestran cuánto concuerdan estos textos con la Doctrina Arcaica, como se ve en la creación de los Siete Creadores y Siete Hombres Primitivos. En cuanto a Enoch, Thoth o Hermes, Orfeo y Cadmo, son todos nombres genéricos, ramas y retoños de los Siete primordiales Sabios —Dhyân Chohans o Devas encarnados en cuerpos, ilusorios, no mortales— que enseñaron a la Humanidad todo lo que sabían, y cuyos primeros discípulos tomaron los nombres de sus Maestros. Esta costumbre pasó de la Cuarta Raza a la Quinta. De aquí la igualdad de las tradiciones acerca de Hermes —los egiptólogos cuentan cinco de éstos— Enoch, etc.; todos ellos son inventores de letras; ninguno de ellos muere; viven todavía, y son los primeros Iniciadores y fundadores de los Misterios. Últimamente fue cuando el Génesis de Enoch desapareció de entre los kabalistas. Guillermo Postel lo vio. Era ciertamente en gran parte una copia de los Libres de Hermes, y anterior a los Libros de Moisés, según Eliphas Lévi dice a sus lectores. <<

[616] Urano es un Varuna modificado, el que «circuye al Universo», el que «todo lo abarca», y una de las Deidades védicas más antiguas —el Espacio, el hacedor del Cielo y de la Tierra—, puesto que ambos vinieron a la manifestación de su semilla. Más tarde fue cuando Varuna se convirtió en el jefe de los Adityas y en una especie de Neptuno, montado en el «Leviathán»-Makara, ahora el más sagrado y misterioso de los signos del Zodíaco. Varuna, sin el cual «ninguna criatura puede ni aun pestañear», fue degradado lo mismo que Urano, y como él cayó en la generación; pues sus funciones —«las funciones cósmicas más grandiosas», como Muir las llama— fueron degradadas del Cielo a la Tierra, por el antropomorfismo exotérico. Según dice el mismo orientalista: «Los atributos y funciones atribuidos a Varuna [en los Vedas] dan a su carácter una elevación moral y una santidad que sobrepujan en mucho a las que se atribuyen a toda otra Deidad Védica». Pero para comprender correctamente la causa de su caída, así como la de Urano, hay que ver en todas las religiones exotéricas la obra imperfecta y pecadora de la fantasía del hombre, y también estudiar los misterios que se dice que Varuna comunicó a Vasishta. Solamente que «sus secretos y los de Mitra no se deben revelar a los necios». <<

[617] Mythologie de la Grèce Antique, pág. 7. <<

[618] Cronos no es solamente , el Tiempo, sino que también, como demostró Bréal en su Hercule et Cacus (pág. 57), viene de la raíz kar, «hacer, crear». Pero que Bréal y Decharme, que lo citan, tengan igualmente razón al decir que en los Vedas, Krânan (Sic) es un Dios creador, esto lo dudamos. Bréal quiso decir probablemente Karma, o más bien Vishakarman, el Dios creador, el «omnificiente» y el «gran arquitecto del mundo». <<

[619] Véanse Estancias III, X, y siguientes, y también la relación de Beroso de la creación primordial. <<

[620] La lucha Titánica, en Teogonía al menos, es la lucha por la supremacía entre los hijos de Urano y Gæa (o el Cielo y la Tierra en su sentido abstracto), los Titanes, contra los hijos de Cronos, cuyo jefe es Zeus. Es la lucha perdurable que continúa hasta hoy día entre el Hombre Espiritual Interno y el hombre de carne, en un sentido. <<

[621] Lo mismo que el «Señor Dios» o Jehová, es Caín, esotéricamente, así como también la «serpiente tentadora»; la parte masculina de la Eva andrógina —antes de su «Caída», la parte femenina de Adam Kadmon—, el lado izquierdo, o Binah, del lado derecho, Chokmah, en la primera Tríada Sephirothal. <<

[622] Decharme, ob. cit., pág. 284. <<

[623] En la leyenda egipcia llamada los «Dos Hermanos», traducida por M. Maspéro (el exdirector del Museo de Bulaq), se da el original de Pandora. Noom, el famoso artista celeste, crea una hermosura maravillosa, una joven que envía a Batoo, después de lo cual es destruida la felicidad de este último. Batoo es el hombre, y la joven Eva, por supuesto. (Véase Revue Archéologique, marzo, 1878, y también Decharme, Ibíd. Pág. 285). <<

[624] Yima no es el «primer hombre» en el Vendîdâd, sino solamente en las teorías de los orientalistas. <<

[625] Se sumergió la Bœotia y después la antigua Atenas y Eleusis. <<

[626] Opera et Dies, V, 108. <<

[627] Nem. VI, I. <<

[628] Véase Apollod. I, 7, 2; y Ovidio, Metam. I, 260 y sig. <<

[629] Deutsche Mythol. I, 545, 3.ª, edic. y Hanusch, Slawische Mythol. Pág. 235. Véase Decharme, ibíd. Pág. 288, que da «nueve veces» y no siete. <<

[630] Hesíodo, Opera et Dies, 143–155. <<

[631] Véase Esquilo, Septem contra Thebas. <<

[632] Decharme, ibíd. Págs. 289, 290. <<

[633] Razas. <<

[634] Se dijeron. <<

[635] En sánscrito Dâkini. <<

[636] El nombre se emplea aquí en el sentido y como sinónimo de «hechiceros». Las Razas Atlantes fueron muchas, y su evolución duró millones de años. Todos no eran malos, pero se hicieron tales hacia el final de su ciclo, como nosotros, la Raza Quinta, nos estamos haciendo a toda prisa. <<

[637] Los «Dioses de los Elementos» no son en modo alguno los Elementales. Estos últimos, cuando más, son usados por ellos como vehículos y materiales de que revestirse. <<

[638] Caín era el «sacrificador», como se muestra en el cap. IV del Génesis, del «fruto de la tierra» siendo él el primer cultivador, mientras que Abel «llevó los primeros nacidos de su ganado» al Señor. Caín es el símbolo de la primera humanidad masculina y Abel de la femenina, siendo Adán y Eva los tipos de la Tercera Raza. El «asesinato» es derramamiento de sangre, pero no quitando la vida. <<

[639] Génesis, VI, 4. <<

[640] Quizás considerando esta degradación de los Espíritus más elevados y puros, que atravesaron los planos intermedios de conciencia inferior, los «Siete Círculos de Fuego» del Pymander, es por lo que se hace decir a Santiago: «Esta sabiduría (sophía) no descendió de arriba, sino que es terrestre, sensual, demoníaca»; ahora bien, esta Sophía es Manas, el «Alma Humana», siendo Buddhi la Sabiduría o Alma espiritual, la cual, estando tan cerca del Absoluto, es per se, solo conciencia latente, y depende de Manas para la manifestación fuera de su propio plano. <<

[641] Ésta es la «Raza Inmortal», como se llama en el esoterismo, y, exotéricamente, la generación estéril de la primera progenie de Daksha, quien maldice a Nârada, el Rishi divino, por haber disuadido a los Haryashvas y a los Shabalâshvas (los hijos de Daksha) de procrear sus especies, diciendo: «Nace en la matriz; no habrá para ti un lugar de reposo en todas estas regiones». Después de esto, Nârada, el representante de aquella raza de ascetas estériles, se dice que tan pronto como muere en un cuerpo, renace en otro. <<

[642] Âdi Parvan, pág. 113. <<

[643] Vishnu Purâna, trad. de Wilson, II, 12. <<

[644] Las tradiciones de todos los países y naciones mencionan este hecho. Donelly cita del Padre Durán, Historia Antigua de la Nueva España, de 1885, que un indígena de Cholula, un centenario, explicó la construcción de la gran pirámide de Cholula del siguiente modo: «En el principio, antes que la luz del sol hubiera sido creada, esta tierra [Cholula] estaba en la obscuridad y en las tinieblas…, pero apenas la luz del sol se levantó en el Oriente, aparecieron hombres gigantescos… quienes construyeron la citada pirámide, y sus constructores fueron después dispersados por todas las partes del mundo». «Una gran parte de la historia de la América Central está constituida por los hechos de una antigua raza de gigantes llamados Quinanes», dice el autor de Atlantis (pág. 204). <<

[645] Histoire de la Terre, pág. 154. <<

[646] Hay críticos que, no encontrando la prueba de la existencia de Tertuliano salvo en los escritos de Eusebio, «el veraz», se inclinan a ponerla en duda. <<

[647] Heroica, pág. 35. <<

[648] Hist. Nat., VII, XVI. <<

[649] Véase para esto la obra Des Esprits, de De Mirville, III, 46–48. <<

[650] Élévations, pág. 56. <<

[651] Y esto, a pesar de la prohibición formal en el gran Concilio de Elyrus en 303 después de Cristo, en que se declaró que la «forma de Dios, que es inmaterial e invisible, no debe ser limitada por figura o forma». En 692, el Concilio de Constantinopla prohibió igualmente a los fieles «pintar o representar a Jesús como un cordero» así como también «doblar la rodilla al orar, por ser un acto de idolatría». Pero el concilio de Nicea (787) volvió a traer esta idolatría, mientras que el de Roma (883) excomulgó a Juan, el Patriarca de Constantinopla, por mostrarse enemigo del culto a las imágenes. <<

[652] Génesis, VI. Tratando del Dragón chino y de la literatura china, Mr. Charles Gould, en su Mythical Monsters (pág. 212), escribe: «Sus mitologías, historias, religiones, cuentos populares y proverbios están todos llenos de referencias a un ser misterioso que tiene una naturaleza física y atributos espirituales. Dotado de una forma, la cual tiene el poder sobrenatural de desechar para tomar otras, tiene la facultad de influir en el tiempo, produciendo sequías o lluvias a voluntad, de levantar tempestades y de calmarlas. Pudieran compilarse volúmenes de las leyendas esparcidas, que abundan por todas partes respecto de este asunto».

Este «ser misterioso» es el Dragón mítico, esto es, el símbolo del Adepto histórico y real, el Maestro y Profesor de las Ciencias Ocultas del viejo tiempo. Ya se ha manifestado en otra parte que los grandes «Magos» de la Cuarta y Quinta Razas eran generalmente llamados «Serpientes» y «Dragones», como sus Progenitores. Todos éstos pertenecían a la jerarquía de los llamados «Dragones de Fuego de la Sabiduría», los Dhyân Chohans, respondiendo a los Pitris Agnishvâtta, los Maruts y Rudras generalmente, como descendencia de Rudra, su padre, el cual es identificado como el Dios del Fuego. En el texto se dice más. Ahora bien; Clemente, Neoplatónico iniciado, conocía, por supuesto, el origen de la palabra «Dragón», y por qué eran llamados así los Adeptos iniciados, pues conocía el secreto del Agathadœmon, el Cristo, la Serpiente de siete vocales de los gnósticos. Sabía que el dogma de su nueva fe requería la transformación de todos los rivales de Jehová —los Ángeles que se supone se rebelaron contra ese «Elohim», como el Titán Prometeo se rebeló contra Zeus, el usurpador del reino de su padre—, y ese «Dragón» era el apelativo místico de los «Hijos de la Sabiduría»; de este conocimiento procedió su definición, tan cruel como arbitraria, de que «serpientes y gigantes significa demonios», esto es, no «Espíritus», sino Diablos, en el lenguaje de la Iglesia. <<

[653] Parte IV, cap. XXVII, pág. 291. <<

[654] «¿Qué tendríais que decir a nuestra afirmación de que los chinos —me refiero ahora a los del interior, a los verdaderos chinos, no a la mezcla híbrida entre la Cuarta y Quinta Razas que ahora ocupa el trono—, los aborígenes que pertenecen por completo, en su nacionalidad sin mezcla, a la rama superior y última de la Cuarta Raza, alcanzaron su más elevada civilización cuando la Quinta apenas había aparecido en Asia?» (Esoteric Buddhism, 84 edic. Pág. 69). Y este puñado de chinos de las tierras del interior son de estatura muy alta. Si se pudiesen conseguir y traducir correctamente los manuscritos más antiguos en lengua Lolo (la de los aborígenes de la China), se obtendrían muchos testimonios inapreciables. Pero son ellos tan raros como ininteligible su lenguaje. Hasta ahora, solo uno o dos arqueólogos europeos han podido procurarse obras tan preciosas. <<

[655] Citado por De Mirville; ob. cit., III, 53. Recuérdese la misma manifestación en el Libro de Enoch, como también la escala vista por Jacob en su sueño. Los «dos mundos» significan, por supuesto, los dos planos de Conciencia y de Ser. Un vidente puede comunicarse con seres de un plano superior a la Tierra, sin dejar su sillón. <<

[656] Véase el Comentario sobre las Cuatro Razas y sobre los «Hijos de la Voluntad y del Yoga», la progenie inmaculada de la Tercera Raza Andrógina [Vol. III]. <<

[657] En la Kabalah, la pronunciación del Nombre inefable de cuatro letras es «un arcano de los más secretos»; un «secreto de secretos». <<

[658] The Chaldean. Account of Genesis, pág. 81. <<

[659] Ibíd. Pág. 84, líneas 12, 14 y 15. <<

[660] Volviendo otra vez a este importantísimo asunto de la Cosmogonía arcaica, en las leyendas Norse, en los sagrados Rollos de la Diosa Saga, vemos a Loki, el hermano carnal de Odin —lo mismo que Tifón, Ahriman y otros, son respectivamente hermanos de Osiris y Ormuzd—, convirtiéndose en mal solamente más tarde, después de haberse mezclado por demasiado tiempo con la humanidad. Igualmente que todos los demás Dioses del Fuego o de la Luz —pues el Fuego quema y destruye, así como calienta y da vida—, terminó por ser considerado en el sentido destructor del «Fuego» el nombre Loki sabemos por Asgard and the Gods (pág. 250), que se ha derivado de la antigua palabra liuhan, iluminar. Tiene, por tanto, el mismo origen que el lux latino, luz. Por tanto, Loki es idéntico a Lucifer o el Portador de la luz. Este título, al ser aplicado al Príncipe de las Tinieblas, es muy sugestivo, y es, en sí mismo, una vindicación contra la calumnia teológica. Pero Loki está más estrechamente relacionado aún con Prometeo, pues le presentan encadenado a una aguda roca, mientras que Lucifer, también identificado con Satán, estaba encadenado en el Infierno; circunstancia, sin embargo, que no impidió a ninguno de los dos de actuar con toda libertad en la Tierra, si aceptamos por completo la paradoja teológica. Loki es un dios poderoso, generoso y benéfico en los primeros tiempos, y el principio del bien y no del mal, en la primitiva Teogonía escandinava. <<

[661] El mito griego a que se alude en páginas anteriores, a saber: la mutilación de Urano por su hijo Cronos, es una alusión a este «robo» del Fuego creador divino por el Hijo de la Tierra y de los Cielos. Si Urano, la personificación de los Poderes Celestiales, tiene que cesar de crear (es hecho impotente por Cronos (Chronos) el Dios en el Tiempo), así también, en la Cosmogonía egipcia, Thot, el Dios de la Sabiduría, es el que regula esta lucha entre Horus y Set, sufriendo este último del primero lo que Urano de Cronos (véase Libro de los Muertos, XVII, línea 26). En el relato babilónico, el Dios Zu es quien despoja al «Padre de los Dioses» del «umsimi» —el órgano creador ideal, no la «corona» (¡!) como G. Smith creyó (ob. cit. págs. 115 y 116). Pues en el fragmento K. 3454 (Museo Británico) se dice muy claramente que Zu, habiendo despojado al «venerable del cielo» de su deseo, se llevó el «umsimi de los Dioses» y quemó con ello «el tereti [la potencia] de todos los Dioses, “gobernando”» de este modo a «la totalidad de la semilla de todos los ángeles». Como el umsimi estaba «en el asiento» de Bel, no podía ser la «corona». En la Biblia hay una cuarta versión. Cam es el Zu caldeo, y ambos son malditos por el mismo crimen descrito alegóricamente. <<

[662] Citado por Christian Ginsburg de la Kabalah. <<

[663] Schlagintweit, Buddhism in Tibet, pág. 248. Éstos son los Seres cuya existencia legendaria ha servido de fundamento para construir las Lilith rabínicas, y lo que los creyentes en la Biblia llamarían las mujeres antediluvianas, y los kabalistas las razas Pre-Adámicas. No son una ficción, esto es seguro, por más fantástico que sea lo que se ha añadido posteriormente. <<

[664] Ob. cit., págs. 101, 102. <<

[665] Por lo sugestivo, recomendamos un corto artículo del Vizconde de Figanière, M. S. T., en The Theosophist, titulado «Estudios Esotéricos». Su autor desarrolla en él una teoría completamente Oculta, aun cuando es una idea nueva para el mundo – «el progreso de la Mónada concurriendo con la retrogradación de la Forma, esto es, con el decrecimiento de la vis formativa» (Vol. VIII, pág. 666). Dice él: «Quién sabe qué forma sirvió de vehículo al Ego en anillos [¿Rondas o Razas?] ¿remotos?… ¿No puede el tipo del hombre… haber sido el de una variedad del Simiadœ? ¿No podría estar basada la fama del Reino de los Monos del Râmâyana, en alguna lejanísima tradición sobre un período en que éste era el destino o, más bien, el aspecto común del hombre?» y el autor desenvuelve una exposición muy hábil, aunque demasiado corta, de su teoría, diciendo lo que todo ocultista verdadero aceptará como propio: «Con el hombre físico etéreo tiene que haber involución de sexo. Así como el hombre físico-astral dependió de entidades de la clase subhumana (desenvuelta de prototipos animales) para su renacimiento, así también el hombre físico-etéreo encontrará entre los órdenes preciosamente formados que proceden del plano aéreo, uno o más que se desarrollarán para sus sucesivas encarnaciones, cuando se den formas procreadas —proceso que incluirá solo muy gradualmente a toda la especie humana—. Las Razas [¿Pre?] Adámicas y Post-Adámicas eran gigantes; sus dobles etéreos puede que sean liliputienses —hermosos, luminosos, diáfanos—, pero seguramente serán gigantes por el entendimiento» (pág. 671). <<

[666] Puede objetarse que esto es una contradicción. Que, habiendo aparecido la primera Raza Raíz 300 000 000 de años después de haberse desarrollado la vegetación, la Semilla de la vida vegetal no podía estar en la Primera Raza. Nosotros decimos que sí podía; pues hasta la aparición del hombre en esta Ronda, la vegetación era de una especie muy distinta de la de ahora, y completamente etérea; y esto por la sencilla razón de que ninguna hierba ni planta podía ser física, antes de que hubiese animales u otros organismos que exhalasen el ácido carbónico que la vegetación tiene que absorber para su desarrollo, nutrición y crecimiento. Son cosas interdependientes en sus formas concluidas y físicas. <<

[667] Zohar, I, 21 a <<

[668] Ibíd. III, 48 a <<

[669] Ibíd. II, 76 a <<

[670] Ob. cit., pág. 666. <<

[671] Declárase en el Zohar que los «mundos primordiales» (chispas) no pudieron continuar porque el hombre no existía todavía. «La forma humana lo contiene todo; y como no existía aún, los mundos fueron destruidos». <<

[672] Estos restos, creemos, debe entenderse que se refieren a los residuos astrales de la actividad del hombre; es decir, a sus formas sentidas y pensadas, que proporcionaron «moldes» involutivos para la vida evolutiva de los otros reinos. N. del R. <<

[673] «Libros Sagrados del Oriente», vol. IV; The Vendîdâd, J. Darmesteter; Fargard, II, XV, 27 (70) y 28 (74). <<

[674] Éste es el sentido cuando la alegoría y el símbolo se abren y se leen con la clave humana, o clave de la Antroposofía Terrestre. Esta interpretación del simbolismo del «Arca» no interviene en lo más mínimo en sus claves astronómicas, ni aun teogónicas; ni con ninguno de los otros seis significados. Tampoco parece menos científica que las teorías modernas sobre el origen del hombre. Como se ha dicho, tiene ella siete claves, como todo lo demás. <<

[675] Ibíd. Pág. 98. <<

[676] Ibíd. Pág. 18. <<

[677] Ibíd. Pág. 20. <<

[678] Véase también Bundahish, XV. <<

[679] Ibíd. Pág. 21. <<

[680] Bundohish, XIX y XXIV. <<

[681] S. L. MacGregor Mathers, Kabbalah Unveiled, pág. 104. <<

[682] Zohar, II, 8 b, Qabbalah, de Myer, pág. 207. <<

[683] Zohar, III, 278 a; Qabbalah, de Myer, pág. 217. <<

[684] Los evolucionistas darwinianos, que tan aficionados son a referirse a la evidencia de la reversión al tipo —cuyo completo significado, en el caso de los monstruos humanos, se encuentra en la solución Esotérica del problema embriológico— como prueba de sus argumentos harían bien en investigar en esos ejemplares de gigantes modernos que muchas veces tienen 8, 9 y hasta 11 pies de altura. Semejantes retornos son imperfectos, pero innegablemente son reproducciones de los hombres muy altos de los tiempos primitivos. <<

[685] Véase Mythical Monsters, por Ch. Gould, de cuyo interesante y científico libro citamos más adelante unas cuantas páginas. Véase también, en Mundo Oculto de A. P. Sinnett, la descripción de una caverna en los Himalayas, llena de restos de huesos humanos y animales gigantescos. <<

[686] Es decir, el tercer, ojo estaba en la parte posterior de la cabeza. La declaración de que la humanidad hermafrodita tenía «cuatro brazos» descifra probablemente el misterio de todas las representaciones e ídolos de los Dioses exotéricos de la India. En la Acrópolis de Argos, había un xóanon, una estatua de madera groseramente labrada, atribuida a Dédalo, que representaba un coloso de tres ojos, y la cual estaba consagrada a Zeus Triopes, el de «Tres ojos». La cabeza del «dios» tiene dos ojos en la cara y el otro en el extremo superior de la frente. Se considera la más arcaica de todas las estatuas antiguas. (Schol. Vat. Ad Eurip. Troad. 14). <<

[687] La visión interna solo pudo adquirirse desde entonces por medio del ejercicio y la iniciación, salvo en los casos de «magos innatos» —sensitivos y médiums, como ahora se les llama. <<

[688] Esta expresión «petrificándose» en lugar de «oxificándose», es curiosa. El «ojo posterior», el cual es, por supuesto, la llamada Glándula Pineal, la pequeña masa como un guisante de materia gris que se encuentra en la parte posterior del tercer ventrículo del cerebro, se dice casi invariablemente que contiene «nada más» que concreciones minerales y arena. <<

[689] «Situados en el interior de la cabeza, y cubiertos por una piel gruesa y músculos, encuéntranse ojos verdaderos que no pueden ver, en ciertos animales» —dice Hæckel. «Entre los vertebrados hay topos y ratones del campo ciegos, lagartos y serpientes ciegas… Evitan ellos la luz del día y moran… bajo tierra… Originalmente no eran ciegos, sino que provienen de antecesores que vivían en la luz y tenían ojos bien desarrollados. El ojo atrofiado puede encontrarse bajo la opaca piel en estos animales ciegos, en todos los estados de reversión». (Hæckel, Pedigree of Man; «Sense Organs», pág. 343; trad. de Aveling). Y si dos ojos han podido atrofiarse así en los animales inferiores, ¿por qué no un ojo, la Glándula Pineal, en el hombre, que es solo un animal superior en su aspecto físico? <<

[690] Ob. cit., II, 830–831, novena edición: «El Thalamencephalon o cerebro interno». <<

[691] El «éter nervioso» del Dr. B. W. Richardson, F. R. S.; el aura nerviosa del Ocultismo. Los «espíritus animales» (¿?) equivalen a las corrientes de la circulación del compuesto áurico nervioso. <<

[692] Recuérdese que la Ciencia Oculta presenta a la Primera Raza como espiritual al interior y etérea al exterior; a la Segunda, mentalmente psíquico-espiritual, y corporalmente etéreo-física; a la Tercera, privada aún de inteligencia en su principio, es astrofísica en su cuerpo, y vive una vida interna, en la cual el elemento psíquico-espiritual no está en modo alguno influido todavía por los sentidos fisiológicos apenas nacientes. Sus dos ojos frontales miraban ante ellos sin ver el pasado y el futuro. Pero el Tercer Ojo «abarca la ETERNIDAD». <<

[693] Pero de un modo muy distinto al que Hæckel ha descrito como una «evolución por Selección Natural en la lucha por la existencia» (Pedigree of Man, «Sense Organs», pág. 335, trad. inglesa de Aveling). La mera «sensibilidad termal de la piel» a las ondas luminosas hipotéticas es absurdamente incompetente para explicar la hermosísima combinación de adaptaciones que existen en el ojo. Hemos indicado que la «selección natural» es un puro mito cuando se la atribuye haber originado las variaciones, pues la «supervivencia de los más aptos» solo puede tener lugar después que han surgido variaciones útiles, juntamente con organismos más perfectos. ¿Procedieron las «variaciones útiles» que desarrollaron el ojo, únicamente de «fuerzas ciegas… sin objeto, sin designio»? El argumento es pueril. La verdadera solución del misterio se encuentra en la Sabiduría Divina impersonal, en su IDEACIÓN, reflejada por medio de la Materia. <<

[694] La Paleontología ha demostrado que en los animales de la edad Mesozoica —especialmente los Saurios, tales como los Laberintodontes, cuyo cráneo fósil exhibe una perforación de otro modo inexplicable—, el tercer ojo, u ojo singular, debió haber tenido un gran desarrollo. Algunos naturalistas, entre otros E. Korscheldt, están convencidos de que, al paso que este ojo en los reptiles de los tiempos presentes, a pesar de la densa piel que lo cubre, solo puede distinguir la luz de la oscuridad (como sucede con los ojos humanos cuando se les venda con un pañuelo o cuando se cierran fuertemente), en los animales hoy extinguidos, este ojo funcionaba y era un verdadero órgano visual. <<

[695] Mythical Monsters, de Gould, pág. 27. <<

[696] Karma es una palabra de muchos significados, y tiene un término especial para casi todos sus aspectos. Como sinónimo de pecado, significa la ejecución de algún acto para lograr un objeto de deseo mundano, y por tanto egoísta, que tiene que resultar en perjuicio de alguno. Karma es acción, la causa; y Karma es también la «Ley de Causación Ética»: el efecto de un acto egoísta, frente a la gran Ley de Armonía, que depende del altruismo. <<

[697] Los que hacen objeciones a la doctrina de Karma deben recordar el hecho de que no hay posibilidad de replicar a los pesimistas con otros fundamentos. Una comprensión clara y firme de los principios de la Ley Kármica echa por tierra toda la base de la imponente fábrica levantada por los discípulos de Schopenhauer y de Von Hartmann. <<

[698] La doctrina y teología de los calvinistas. «El objeto de Dios desde la eternidad respecto de todos los sucesos»; lo cual se convierte en fatalismo y mata el libre albedrío, o cualquier tentativa de ejercerlo para el bien. «Es la predestinación de los hombres a la eterna felicidad, o a la miseria eterna» (Catechism). ¡Vaya una doctrina noble y animadora! <<

[699] A fin de hacer a Karma más comprensible a la mente occidental, que está más familiarizada con la filosofía Griega que con la Aria, algunos teósofos han intentado interpretarlo por Némesis. Si Némesis hubiese sido conocido por el profano en la antigüedad, como los Iniciados la entendían, esta interpretación del término sería incuestionable. Pero tal como se la conoce, Némesis ha sido demasiado antropomorfizada por la imaginación griega, para que podamos usarla sin una explicación detallada. Entre los griegos primitivos, «desde Homero a Herodoto, no era una diosa, sino más bien un sentimiento moral», dice Decharme: la barrera para el mal y la inmoralidad. El que la viola comete un sacrilegio a los ojos de los Dioses, y es perseguido por Némesis. Pero con el tiempo, aquel «sentimiento» fue deificado, y su personificación se convirtió en una Diosa siempre fatal y castigadora. Por tanto, si relacionamos a Némesis con Karma, tenemos que verificarlo en su triple carácter de Némesis, de Adrastea y Temis. Pues, mientras la última es la Diosa del Orden y de la Armonía Universales, que, como Némesis, está encargada de reprimir todos los excesos, y de mantener al hombre dentro de los límites de la Naturaleza y de la rectitud bajo penas severas, Adrastea, lo «inevitable», representa a Némesis como el efecto inmutable de causas creadas por el hombre mismo. Némesis, como hija de Dikê, es la Diosa equitativa que reserva su cólera solo para aquellos enloquecidos por el orgullo, el egoísmo y la impiedad (Véase Mesomed; Hymn. Nemes. V, 2, de Brunck; Analecta, II, pág. 292, citado en Mythologie de la Grèce Antique, pág. 304). En una palabra; al paso que Némesis es una Diosa exotérica, mitológica, o un Poder, personificado y antropomorfizado en sus diversos aspectos, Karma es una verdad altamente filosófica, una expresión de las más nobles y divinas de la intuición primitiva del hombre respecto de la Deidad. Es una doctrina que explica el origen del Mal, y ennoblece nuestros conceptos de lo que la justicia divina e inmutable debe ser, en lugar de degradar la Deidad desconocida e incognoscible, convirtiéndola en el tirano, caprichoso y cruel, que llamamos Providencia. <<

[700] Pralaya (palabra que se ha explicado ya) no es un término que se aplica solamente a cada «Noche de Brahmâ» o la Disolución del Mundo que sigue a cada Manvantara, igual a 71 Mahâyugas. Se aplica también a cada «Obscuración» y hasta a cada cataclismo, que pone fin por medio del Fuego o del Agua, por turno, a cada Raza-Raíz. Pralaya es un término general, lo mismo que la palabra «Manu», nombre genérico de los Shishtas, que bajo el apelativo de «Reyes», se dice en los Purânas son salvados «con la simiente de todas las cosas, en un arca, de las aguas de la inundación [o el fuego de una conflagración volcánica general, cuyos principios vemos ya para nuestra Quinta Raza en los terribles terremotos y erupciones de estos últimos años, y especialmente en el año presente (1888)], que llegado el tiempo de un Pralava, cubre el mundo [la Tierra]» (Vishnu Purâna, trad. de Wilson, I, LXXXI). El tiempo es solo una forma de Vishnu verdaderamente, como dice Parâshara en el Vishnu Purâna. En los Yugas y Kalpas indos, tenemos las series regulares descendentes 4, 3, 2, seguidas de ceros, multiplicadas, según la ocasión lo requiere, para objetos Esotéricos, pero no como Wilson y otros orientalistas han creído, para «ornatos sectarios». Un Kalpa puede ser una Edad, o un Día de Brahmâ, o un Kalpa sideral, astronómico y terrestre. Estos cálculos se encuentran en todos los Purânas, pero algunos difieren, como por ejemplo: el «Año de los Siete Rishis», 3030 años mortales, y el «Año de Dhruva», 9090 en el Linga Purâna, los cuales son también Esotéricos, y representan realmente una verdadera (y secreta) cronología. Según se dice en el Brahma Vaivarta: «los cronólogos computan un Kalpa por la vida de Brahmâ. Los Kalpas menores, como Samvarta y los demás, son numerosos». «Kalpas menores» significan aquí todos los períodos de Destrucción, según el mismo Wilson lo comprendió, el cual explica estos últimos como aquellos «en que opera el viento Samvarta u otros agentes destructores» (Ibíd. Pág. 54). <<

[701] Una intuición y un presentimiento de los Shishtas puede verse en el Esoteric Buddhism, de Mr. Sinnett. Véanse las «Anotaciones», la «Teoría del Arca de Noé» (8.ª edición, pág. 162–3). <<

[702] El hecho de hacerse declarar al mismo Manu que él fue creado por Virâj, y que entonces produjo los diez Prajâpatis, quienes también produjeron siete Manus, que a su vez dieron a luz a otros siete Manus (Manu, I, 33–36), se refiere a otros misterios aún más primitivos, y es al mismo tiempo un «velo» respecto de la doctrina de la Cadena Septenaria y la evolución simultánea de siete Humanidades, u Hombres. Sin embargo, la obra presente está escrita según los anales de las Enseñanzas Secretas cishimaláyicas, y la Filosofía Esotérica Brahmánica puede diferir ahora en la forma, como sucede con la Kabalah. Pero en la remota antigüedad eran idénticas. <<

[703] Hay además otra razón Esotérica, fuera de ésta, para ello. Un Vaivasvata es el séptimo Manu, porque esta nuestra Ronda, aunque es la Cuarta, está en el Manvantara preseptenario, y la Ronda misma está en su séptimo estado de materialidad, o de lo físico. El final de su punto medio de razas tuvo lugar durante la Cuarta Raza-Raíz, cuando el Hombre y toda la Naturaleza llegaron al estado más bajo de la Materia grosera. Desde aquel tiempo, esto es, desde el final de las tres y media Razas, la Humanidad y la Naturaleza entraron en el arco ascendente de su Ciclo de Razas. <<

[704] El intervalo que precede a cada Yuga es llamado un Sandhyâ, compuesto de tantos cientos de años como miles tiene el Yuga; y el que sigue a este último, es llamado Sandhyâmsha, y es de igual duración, según nos dice el Vishnu Purâna. «El intervalo entre el Sandhyâ y el Sandhyâmsha es el Yuga denominado Krita, Tretâ, etc. Los [cuatro] Krita, Tretâ, Dvâpara y Kali constituyen una gran edad, o un agregado de cuatro edades: mil agregados semejantes forman un Día de Brahmâ; y catorce Manus reinan dentro de ese término» (Ob. cit., ibíd. Pág. 49). Ahora bien; si debemos aceptar esto literalmente, entonces solo habría un Manu para cada 4 320 000 000 de años. Como se nos enseña que la evolución de los dos reinos inferiores tardó 300 millones de años, y que nuestra humanidad tiene 18 millones y pico, ¿en dónde estaban, pues, los otros Manus mencionados, a menos que la alegoría signifique lo que enseña la Doctrina Esotérica respecto a que los 14 están cada uno multiplicado por 49? <<

[705] Las palabras «Creación», «Disolución», etc., no dan exactamente el verdadero significado del Manvantara ni del Pralaya. El Vishnu Purâna enumera varios: «La Disolución de todas las cosas es de cuatro clases» dícese que dijo Parâshara: Naimittika (Ocasional) cuando Brahmâ dormita (su Noche, cuando «al final de este Día ocurre una recoalescencia del Universo, llamada la recoalescencia contingente de Brâhma», porque Brahmâ es este Universo mismo); Prâkritika (Elemental) cuando la vuelta de este Universo a su naturaleza original, es parcial y física; Âtyantika (Absoluta), la identificación del Espíritu Encarnado con el Espíritu incorpóreo Supremo —el estado Mahátmico, ya sea temporal o hasta el siguiente Mahâ Kalpa; también la Obscuración Absoluta— como de toda una cadena Planetaria, etc., y Nitya (Perpetua), el Mâha-Pralaya para el Universo, la Muerte para el hombre. Nitya es la extinción de la vida, como la «extinción de una lámpara», y también «en sueños por la noche». Nitya Sarga es la creación constante o «perpetua», así como Nitya Pralaya es «la destrucción constante o perpetua de todo lo que nace». «Lo que surge después de una disolución menor es llamado creación efímera» (Vishnu Purâna, trad. de Wilson, I, 113, 114). El asunto es tan difícil, que nos vemos obligados a repetir nuestras afirmaciones. <<

[706] Pero véanse las soberbias definiciones de Parabrahman y del Logos en las conferencias de T. Subba Row sobre el Bhagavad-Gâtâ, en los primeros números de The Theosophist de 1887. <<

[707] Véase la nota anterior. <<

[708] Véase Manusmriti. Vaishvânara es, en otro sentido, el fuego magnético viviente que impregna al Sistema Solar manifestado. Es el aspecto más objetivo (aunque para nosotros es lo contrario), y siempre presente, de la Vida Una; pues es el Principio Vital (Véase The Theosophist, julio 1883, pág. 249, Adyâya, I, slokas 32, 33. «Prakriti y Purusha»). Es también un nombre de Agni. <<

[709] Ob. cit., págs. 134, 135. <<

[710] Esto es, en el período de la llamada Creación Secundaria. De la Primaria, cuando la Tierra está en posesión de los tres Reinos Elementales, no podemos hablar por varias razones, una de las cuales es la de que nadie excepto un gran vidente, o uno naturalmente intuitivo, podrá nunca comprender a fondo lo que no puede nunca expresarse por palabras existentes. <<

[711] Hipócrates decía que el número siete, «por sus virtudes ocultas, tendía al cumplimiento de todas las cosas, era el dispensador de la vida y la fuente de todos sus cambios». Dividía la vida del hombre en siete períodos, como lo hizo Shakespeare; pues «como la luna cambia sus fases cada siete días, este número influye en todos los seres sublunares», y hasta en la Tierra, como sabemos. Los dientes del niño aparecen al séptimo mes, y los cambia a los siete años; a las dos veces siete principia la pubertad; a las tres veces siete sus facultades mentales y vitales están desarrolladas; a las cuatro veces siete está en plena fuerza; a las cinco veces siete sus pasiones alcanzan su mayor desarrollo, etc. Lo mismo sucede con la Tierra; ésta se encuentra ahora en su edad media, y sin embargo, muy poco sabia para ella. El Tetragrammaton, el sagrado nombre de cuatro letras de la Deidad, solo puede resolverse en la Tierra convirtiéndose en septenario por medio del Triángulo manifestado procedente de la Tetraktys oculta. Por tanto, el número siete tiene que ser adoptado en este plano. Según está escrito en la Kabbalah («La Asamblea Santa Mayor», ver. 1161): «Pues seguramente no hay estabilidad en los seis, excepto (la que derivan) del séptimo. Porque todas las casas dependen del séptimo» (Kabbalah, de S. L. Macgregor Mathers, pág. 255). <<

[712] Compárense Estancias III y sig. <<

[713] San Agustín dice de Jesús: «Es un pez que vive en medio de las aguas». Los cristianos se daban el nombre de «Peces Pequeños» —Pisciculi— en sus Misterios sagrados, «Tantos peces criados en el agua y salvados por un gran pez», dice Tertuliano de los Cristianos, de Cristo y de la Iglesia. <<

[714] Esoteric Buddhism (8.ª edic. Pág, 67). <<

[715] Este suceso, a saber: la destrucción de la famosa isla de Ruta y la más pequeña de Daitya, que ocurrió hace 850 000 años en los últimos tiempos Pliocenos, no debe confundirse con la sumersión del Continente principal de los Atlantes durante el período Mioceno. Los geólogos, hagan lo que quieran, no pueden asignar al período Mioceno una época tan reciente como la de hace 850 000 años; en realidad, hace varios millones de años que pereció la masa principal Atlante. <<

[716] Véase The Atheæum, agosto 25, 1860. <<

[717] Mr. Huxley divide estas razas en el quíntuple grupo de Australoides, Negroides, Mongoloides, Xantocroicos y Melanocroicos, saliendo todos de los Antropoides imaginarios. Y, sin embargo, al paso que protesta contra los que dicen «que las diferencias de estructura entre el hombre y los monos son pequeñas e insignificantes y que añade que todos los huesos del gorila llevan una marca por la cual pueden distinguirse de los huesos humanos correspondientes, y que, a lo menos en el presente estado de la creación, ningún ser intermediario llena el vacío que separa al hombre del troglodita», el gran anatómico continúa luego hablando de las ¡características simias del hombre! (Véase de Quatrefages, The Human Species, pág. 113). <<

[718] Ob. cit., Isaac Myer, pág. 422. <<

[719] Zohar, I, 119 b, col. 475; ibíd. Pág. 412. <<

[720] Los Lemures. <<

[721] Lava. <<

[722] Mármol. <<

[723] De los fuegos subterráneos. <<

[724] Ésta es la razón, quizás, por la cual hasta la Isla de Pascua, con sus asombrosas estatuas gigantescas, testimonio vivo de un continente sumergido con una especie humana civilizada, apenas se nombra en parte alguna de las Enciclopedias. Se evita con cuidado el mencionarla, salvo en algunos libros de viajes. La Ciencia Moderna tiene una innegable predilección a forjar hipótesis basadas en ideas favoritas personales, en el público culto, como evidencias bien establecidas; ofreciendo suposiciones en lugar de conocimientos, y llamándolas «conclusiones científicas». Sus especialistas desenvolverán mil y una especulaciones contradictorias antes que confesar un hecho contradictorio evidente por sí, sobre todo entre especialistas tales como Hæckel y sus admiradores y compensadores ingleses. Sin embargo, «son autoridades», se nos dice con severidad. ¿Y qué? El Papa de Roma es también una autoridad, y autoridad infalible (para sus creyentes); mientras que la falibilidad notabilísima de las especulaciones científicas se prueba periódicamente, a cada cambio de luna. <<

[725] Nuestros mejores novelistas modernos, aunque no son ni teólogos ni espiritistas, principian, sin embargo, a tener sueños Ocultos muy psicológicos y sugestivos —testigo Mr. Robert Louis Stevenson y su Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde, del cual no existe ningún ensayo psicológico más notable en sus líneas Ocultas. ¿Ha tenido también el ya notable novelista Mr. Rider Haggard algún sueño profético, o más bien retrospectivo, clarividente, antes de escribir She? Su Kor imperial, la gran ciudad de los muertos, cuyos habitantes supervivientes se embarcaron con dirección al Norte, después que la plaga había matado a casi toda una nación, parece, en sus líneas generales, haber salido de las páginas imperecederas de los antiguos anales arcaicos. Ayesha sugiere «que aquellas gentes que marcharon al Norte pueden haber sido los padres de los primeros egipcios»; y luego parece que intenta una sinopsis de ciertas cartas de un Maestro citadas en Esoteric Buddhism, pues dice: «Edades tras edades, naciones, más aún, naciones ricas y poderosas, sabias en las artes, han existido, han desaparecido y han sido olvidadas de tal manera que no queda memoria de ellas. Ésta [la nación de Kor] es una de tantas; pues el tiempo devora las obras del hombre, a menos que verdaderamente more en cuevas como el pueblo de Kor, y entonces puede acontecer que el mar las trague, o el terremoto las entierre… Sin embargo, no fue este pueblo completamente destruido, según creo. Unos pocos quedaron en las otras ciudades, pues éstas eran muchas. Pero los bárbaros… cayeron sobre ellos, y tomaron a sus mujeres por esposas, y la raza del Amahagger, que existe ahora, es la descendencia bastarda de los poderosos hijos de Kor, y vedla, mora en las tumbas con los huesos de sus padres» (págs. 180, 181).

Con esto, el hábil novelista parece repetir la historia de todas las razas de la humanidad, ahora degradadas y caídas. Los geólogos y antropólogos pondrían a la cabeza de la humanidad, como descendiente del Homo Primigenius, al hombre mono, del cual «ningún resto fósil nos es aún conocido», aun cuando eran probablemente parientes del «Gorila y Orangután de hoy» (Hæckel). En contestación a cuyo «probablemente», los Ocultistas señalan otra probabilidad mayor, a saber: la que hemos dado en nuestro texto. <<

[726] Robert Brown, The Countries of the World, vol. IV, pág. 43. <<

[727] Véase Estancia II. Esto explicaría la variación y gran diferencia entre la capacidad intelectual de las razas, naciones y hombres individuales. Al paso que a veces encarnaban en los vehículos humanos desenvueltos por la primera Raza sin cerebro («sin manas») y en otros casos solo los animaban, los Poderes y Principios que encarnaban tenían que tener en cuenta los Karmas pasados de las Mónadas, y hacer su elección, al tener que convertirse en el lazo de unión entre aquéllas y sus cuerpos. Por otra parte, según declara con exactitud El Buddhismo Esotérico (8.ª edic. Pág. 31), «el quinto principio, o el alma (intelectual) humana, no está aun completamente desarrollado en la mayoría de la humanidad». <<

[728] El Logos encarnado, Krishna, dice en el Bhagavad-Gîtâ: «Los siete grandes Rishis, los cuatro Manus precedentes, que participan de mi naturaleza, nacieron de mi mente: de ellos surgieron [emanaron o nacieron] la raza humana y el mundo». (X, 6).

Aquí los siete Grandes Rishis significan las siete grandes Jerarquías Rûpa o Clases de Dhyân Chohans. Hay que tener presente que los siete Rishis, saptarishi, son los Regentes de las siete estrellas de la Osa Mayor, y por lo tanto, de la misma naturaleza que los Ángeles de los Planetas, o los siete grandes Espíritus Planetarios. Todos ellos renacieron, como hombres en la Tierra, en varios Kalpas y Razas. Por otra parte, «los cuatro Manus precedentes» son las cuatro Clases de los Dioses Arûpa originales —los Kumâras, los Rudras, los Asuras, etcétera—; de los que también se dice que han encarnado. No son ellos Prajâpatis como los primeros, sino sus «principios» animadores, algunos de los cuales han encarnado en hombres, mientras que otros hicieron a otros hombres simplemente los vehículos de sus «reflexiones. —Como Krishna dice con verdad (palabras repetidas más tarde por otro vehículo del Logos)—: Yo soy el mismo para todos los seres… los que me adoran [el sexto principio o el Alma Intelectual divina, Buddhi, hecho consciente por su unión con las facultades superiores de Manas] están en mí y yo estoy en ellos» (Ibíd. X, 20, 39). Como el Logos ne es «personalidad» alguna, sino el Principio Universal, está representado por todos los Poderes Divinos nacidos de su Mente —las Llamas puras, o como se las llama en Ocultismo, los «Soplos Intelectuales»—, los Ángeles de los que se dice que se hicieron independientes, esto es, pasaron del estado pasivo y de reposo, al estado activo de la Conciencia propia. Cuando esto se reconoce, el verdadero significado de Krishna se hace comprensible. Pero véase la excelente conferencia sobre el Bhagavad-Gîtâ, por Mr. Subba Row (The Theosophist, abril, 1887, pág. 444). <<

[729] Ob. cit., pág. 152. <<

[730] Las partes Norte del Toyâmbudhi, o mar de agua fresca, en Shveta-dvîpa, fueron las que visitaron los siete Kumâras —Sanaka, Sananda, Sanâtana, Sanatkumâra, Jâta, Vodbu [¿Borhu?] y Panchashikha— según la tradición exotérica. (Véase el Uttara Khanda del Padma Purâna. Asiatic Researches, vol. XI, págs. 99 y 100). <<

[731] Vishnu Purâna, trad. de Wilson, II, 109. <<

[732] Véase Bibliotheca Indica, trad. del Golâdhyâya of the Sidhânta-shiromani, III, 21–44 [Un tratado astronómico en sánscrito]. <<

[733] Ibíd. Págs. 106, 107. <<

[734] Pág. 343. <<

[735] Wilson, ibíd. Pág. 137. <<

[736] El profesor Pengelly, F. R. S., cita, en una conferencia, al profesor Oliver al efecto «de que la flora presente de las islas atlánticas no muestran una evidencia substancial de una comunicación directa en otro tiempo con el continente del Nuevo Mundo»; pero él mismo añade, a la vez, que «en algún tiempo de la época Terciaria, el NE. de Asia estaba unido al NO. de América, quizás por la línea donde se extiende ahora la Cadena de las islas Aleutianas». Así, pues, solo la Ciencia Oculta puede reconciliar las contradicciones y vacilaciones de la Ciencia Moderna. Pero, además, el argumento de la existencia de la Atlántida no se funda, seguramente, solo en la Botánica. <<

[737] Vishnu Purâna, Wilson, V, Parte I, págs. 381, 382. <<

[738] Según se ha indicado en las «Notas Preliminares» de este volumen, es claro que ni el nombre de Lemuria, ni aun el de Atlántida, son los verdaderos nombres arcaicos de los perdidos Continentes. Solo los hemos adoptado en gracia de la claridad. Atlántida fue el nombre que se dio a aquellas partes del Continente sumergido de la Cuarta Raza, que estaban «más allá de las Columnas de Hércules», y que se mantuvieron sobre las aguas después del Cataclismo general. El último resto de ellas, la Atlántida de Platón, o «Poseidonis», el cual es otro substituto, o más bien una traducción del nombre verdadero, fue el último resto del Continente que quedaba sobre el agua, hace unos 11 000 años. La mayor parte de los verdaderos nombres de los países e islas de ambos Continentes se encuentran en los Purânas; pero el mencionarlos especialmente, según se hallan en otras obras más antiguas, tales como el Suryâ Siddhânta, necesitaría explicaciones demasiado extensas. Si en escritos anteriores parecen los dos demasiado poco diferenciados, esto es debido a una lectura poco atenta y a falta de reflexión. Si hace edades se mencionaba a los europeos como arios, y algún lector los confunde con los indos, y a éstos con la Cuarta Raza, porque algunos de ellos vivieron en la antigua Lankâ, la culpa no es de la escritora. <<

[739] Véase parte III sección 6.ª del siguiente volumen. <<

[740] Véase el artículo del profesor J. D. Dana, American Journal of Science, III, v. 442, 443: World Life, de Winchell, pág. 352. <<

[741] Hablando de la elevación y hundimiento periódicos de las regiones ecuatoriales y polares, y los consiguientes cambios de clima, el Dr. Winchell, profesor de geología en la Universidad de Michigan, dice: «Como los movimientos de que estamos tratando son cíclicos, las mismas condiciones volverán a concurrir una y otra vez, y por tanto, la misma fauna puede volver una y otra vez a la misma región con intervalos de ocupación por otra fauna. Sedimentaciones progresivas preservarían los anales de tales cambios de fauna; y se daría el fenómeno de “colonias”, “reapariciones” y otras dislocaciones de faunas en las distribuciones vertical y horizontal de los restos fósiles. Estos fenómenos son bien conocidos de los geólogos». Ob. cit., pág. 281. <<

[742] Véase American Naturalist, XVIII, 15–26. <<

[743] Five Years of The Theosophy, págs. 339, 340. <<

[744] Pedigree of Man. Trad. de Aveling, págs. 80, 81. <<

[745] Ibíd. Pág. 82. <<

[746] Ob. cit., pág. 81. <<

[747] Esoteric Buddhism (8.ª edic. Pág. 67). <<

[748] «Niños pequeños a medio crecer», en comparación con sus hermanos gigantescos de otras zonas. Así nos pasaría a nosotros ahora si nos sucediera una calamidad semejante. <<

[749] Esto se relaciona con la Lemuria. <<

[750] Hay otros ciclos, por supuesto, ciclos dentro de ciclos, y esto es precisamente lo que hace tan difícil el cálculo de los acontecimientos raciales. El circuito de la eclíptica se completa en 25 868 años; y respecto de nuestra Tierra, se ha calculado que el punto equinoccial retrocede 50.1” anualmente. Pero hay otro ciclo dentro de éste. Se dice que: «como los ápsides avanzan a su encuentro a razón de 11.24» anualmente, esto completaría una revolución en ciento quince mil trescientos dos años (115 302). La aproximación del equinoccio y el ápside es la suma de estos movimientos, «61.34»; y de aquí que el equinoccio vuelva a la misma posición en relación a los ápsides en 21 128 años. (Véase el artículo sobre «Astronomía» en la Encyclopœdia Britannica). Mencionamos este ciclo en Isis sin Velo (vol. I), en relación con otros ciclos. Cada uno tiene una influencia marcada sobre su raza contemporánea. <<

[751] Los Atlantes. <<

[752] Veintisiete pies. <<

[753] Los Lemures. <<

[754] Raza. <<

[755] Compárese la Sección siguiente, titulada: «Ruinas Ciclópeas y Piedras Colosales como testimonio de los Gigantes». <<

[756] Véase Voyage en Egypte, por Denon, vol. II. <<

[757] Véase Esoteric Buddhism (8.ª edic. Págs. 67–8). <<

[758] Véase el mapa formado con los sondeos del Challenger y del Dolphin en el libro Atlantis: The Antediluvian World, de Donnelly, página 47. <<

[759] Esoteric Buddhism (8.ª, edic. Pág. 67). <<

[760] History of English Literature, pág. 23. <<

[761] Citado en Atlantis, pág. 132. <<

[762] Números, XIII, 33. <<

[763] Deut. III, XI. <<

[764] Robert Brown, The Countries of the World, pág. 43. <<

[765] Mencionadas en las págs. 44 y sig. <<

[766] Ibíd. Págs. 43, 44 y sigs. y págs. 310, 311. <<

[767] De la Vega, IX, IX, citado en Des Esprits de De Mirville, III, 55. <<

[768] La primera y la segunda, lo mismo que la estatua de Bartholdi, tienen una entrada al pie que conduce, por medio de una escalera de caracol cortada en la roca, hasta dentro de las cabezas. El eminente arqueólogo y antropólogo francés, marqués de Nadeylac, observa acertadamente en su obra que jamás ha habido en tiempos antiguos ni modernos ninguna figura humana de escultura más colosal que la primera de estas dos. <<

[769] Essays, XXVI. <<

[770] I, Corint. X, 4. <<

[771] Des Esprits, III, pág. 283. <<

[772] Saturno es Chronos —«el Tiempo». El devorar a Júpiter-lapis podrá resultar un día una profecía. «Pedro (cephas, lapis) es la piedra sobre la que está construida la Iglesia de Roma»— se nos asegura. Pero Cronos (Chronos) es tan seguro que la «devorará» un día, como ha devorado a Júpiter-lapis y a otros caracteres más grandes. <<

[773] Ibíd. Pág. 284. <<

[774] M. Falconnet, ob. cit., tomo VI, Mém. pág. 513; citado por De Mirville; ob. cit., ibíd. pág. 285. <<

[775] La misma, por supuesto, que la «vocecita» oída por Elijah, después del terremoto en la boca de la cueva. (I, Reyes, XIX, 12). <<

[776] Las piedras oscilantes, o «logan», tienen varios nombres, tales como el clacha-brath de los celtas, la «piedra del destino o del juicio»; la piedra-adivina o la «piedra de la ordalía», y la piedra del oráculo; la piedra moviente o animada de los fenicios; la piedra que gruñe de los irlandeses. La Bretaña tiene sus «pierres branlantes» en Huelgoat. Se las encuentra en el Antiguo y en el Nuevo Mundo; en las Islas Británicas, en Francia, en España, Italia, Rusia, Alemania, etc., así como en la América del Norte (Véase las Letters from North America, de Hodgson, vol. II, pág. 440). Plinio habla de varias en Asia (Hist. Nat., I, 96); y Apolonio de Rodas se extiende sobre las piedras oscilantes y dice que son «piedras colocadas en la cima de un túmulo, y tan sensibles, que se movían con la mente». (Arth. Index, de Ackerman, pág. 34), refiriéndose, sin duda, a los sacerdotes antiguos que movían tales piedras con el poder de la voluntad y a distancia. <<

[777] Véase Dictionnaires des Religions, de l’Abbé Bertrand, art. «Heræcus» y «Betilos»; De Mirville, Ibíd. Pág. 287, que tiene «Heraiclus»; pero véase Egyipt de Bunsen, I, 95. <<

[778] Véase, entre otras, History of Paganism in Caledonia, por Dr. Th. A. Wise F. R. A. S., etc. <<

[779] Sepulture des Tartares, arch. VII, pág. 2227. <<

[780] Voyageurs Anciens et Modernes, I, 230. <<

[781] Ob. cit., ibíd. Pág. 290. Si Caín era un Titán o Gigante, entonces eran también Titanes, Sem y Jafet. Todos son, bien Titanes arkitas, como dice Faber, o mitos. <<

[782] Diodoro de Sicilia asegura que en los días de Isis, algunos hombres eran aún de gran estatura, y los helenos los denominaban gigantes. <<

[783] Antiquités Celtiques, pág, 88. <<

[784] Cambry, Ibíd. Pág. 90, citado en Des Esprits, tomo III, pág. 289. <<

[785] Ob. cit., pág. 473. «Es difícil —escribe Creuzer— no sospechar en las construcciones de Tirinto y Micenas, a fuerzas planetarias que se suponen movidas por poderes celestiales, análogas al famoso Dáctilos (Pélasges et Cyclopes). Hasta hoy día la Ciencia ignora lo que son los Cíclopes. Se supone que han construido todas las llamadas obras “Ciclópeas”», cuya erección hubiese necesitado varios regimientos de Gigantes, y sin embargo, solo eran en junto setenta y siete, o aproximadamente ciento, según cree Creuzer. Son llamados Constructores, y el Ocultismo los llama INICIADORES, que iniciando a algunos Pelasgos, colocaron así la piedra fundamental de la verdadera MASONERÍA. Herodoto asocia a los Cíclopes con Perseo, «el hijo de un demonio asirio» (I, VI). Raúl Rochette averiguó que Palemonio, el Cíclope, a quien se erigió un santuario, era el «Hércules Tirio». En todo caso, fue el Constructor de las columnas sagradas de Gadir, cubiertas de caracteres misteriosos (cuya clave solo Apolonio de Tyana era el único que la poseía en su tiempo), y de figuras que aún pueden verse en los muros de Elora, las gigantescas ruinas del templo de Vishvakarman, «el constructor y artífice de los Dioses». <<

[786] Hist. Nat., tomo XXXVI, pág. 592. De Mirville, ob. cit., ibíd. Pág. 289. <<

[787] Dieu et les Dieux, pág. 567. <<

[788] De Mirville, ob. cit., ibíd. Pág. 291. Dícese que los Sres. Richardson y Barth se quedaron estupefactos al encontrar en el Desierto de Sahara los mismos trilitos y piedras erectas que habían visto en Asia, Circasia, Etruria y en todo el Norte de Europa. El distinguido Arqueólogo Mr. Rivett-Carnac, B. C. S., de Allahabâd, muestra la misma admiración al ver que las descripciones hechas por Sir J. Simpson de las señales en forma de cazoleta que se ven en piedras y rocas en Inglaterra, Escocia y otros países occidentales, «se parecen extraordinariamente» a las marcas sobre las losas que rodean los túmulos cerca de «Nâgpur», la ciudad de las Serpientes. El eminente sabio vio en esto «otra prueba extraordinaria más que añadir a las que ya se tenían… de que una rama de las tribus nómadas que invadieron Europa en tiempos remotos penetró también en la India». Nosotros decimos que la Lemuria, la Atlántida y sus Gigantes, y las primeras razas de la Quinta Raza-Raíz, tuvieron todas que ver en estos betilos, lithoi y piedras «mágicas» en general. Las marcas en forma de cazoleta observadas por Sir J. Simpson, y los «agujeros socavados en la superficie» de rocas y monumentos, encontrados por Mr. Rivett-Carnac, «de tamaños diferentes, variando desde seis pulgadas a una y media de diámetro, y de una a una y media de profundidad, colocados generalmente en líneas perpendiculares que presentan muchas permutaciones en el número, tamaño y arreglo de las cazoletas —son sencillamente anales escritos de las razas más antiguas. El que examine con atención los dibujos de tales marcas en Archœological Notes on Ancient Sculpting on Rocks in Kumaon, India, etc., encontrará en ellas el estilo más primitivo de marcar o registrar. Una cosa por el estilo fue lo que adoptaron los inventores americanos de la escritura telegráfica sistema Morse, que nos hace recordar la escritura de Ogham, combinación de rasgos largos y cortos, según la describe Mr. Rivett-Carnac, “grabados en piedra arenisca”». Suecia, Noruega y Escandinavia están llenas de tales anales escritos, pues a las marcas de cazoletas siguen caracteres rúnicos, y rasgos largos y cortos. En el Infolio de Johannes Magnus puede verse la representación del semidiós, el gigante Starchaterus (Starkad, el discípulo de Hroszharsgrani, el Mago), teniendo debajo de cada brazo una piedra enorme cubierta con caracteres rúnicos. Este Starkad, según la leyenda escandinava, fue a Irlanda y ejecutó hechos maravillosos en el Norte, en el Sur, en el Este y en el Oeste. (Véase Asgard and the Gods, págs. 218–221). <<

[789] Hist. Nat., XXXVII, LIV. <<

[790] Ibíd. II, XXXVIII. <<

[791] Charton, Magasin Pittoresque (1853), pág. 32. Citado por De Mirville, ob. cit., ibíd. Pág. 293. <<

[792] T. A. Wise, History of Paganism in Caledonia, pág. 36. <<

[793] Ob. cit., ibíd. Pág. 288. <<

[794] Essays on Physiology, pág 144. <<

[795] Principles of Biology. Apéndice, pág. 482. <<

[796] En la Estancia XII trataremos de los Instructores Divinos. <<

[797] Los del Tronco Divino primitivo. <<

[798] Raza. <<

[799] Raza. <<

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