Ivanhoe

Notas

Notas

El juego de palabras del bufón Wamba tiene su origen en la diferente etimología del nombre del animal vivo y el de su carne destinada al consumo, la primera de raíz normanda y sajona la segunda. (N. del T.).

Estos guardas se llamaban en sajón , de donde probablemente se deriva la palabra inglesa . Eran una especie de criados militares, libres o vasallos, pero siempre superiores a los demás que componían la servidumbre.

Batalla célebre en la historia de Inglaterra, de cuyas resultas consolidaron los normandos su poder y quedaron sometidos los sajones.

Ninguna expresión era diferenciada del lenguaje popular con tanto cuidado como las referentes a la caza. Las piezas a cobrar cambiaban de nombre casi en cada temporada, de año en año, se tratara de animal de pelo o de pluma. Además existían centenares de términos convencionales cuyo conocimiento implicaba el carácter de una de las más preciadas características de los caballeros. El lector puede consultar el libro que escribiera Diana Bemers. El origen de esta ciencia se atribuía al célebre Tristán, famoso por sus trágicos amores con la bella Isolda. Como quiera que los normandos se reservaban estrictamente los placeres de la caza, todos los términos de esta especie de jerga eran extraídos del idioma francés. (N. del A.).

Antigua moneda bizantina. (N. del T.).

El manejo del palo era una práctica muy habitual en la antigua Inglaterra.

Juego de palabras: «Miller» significa «molinero» (N. del T.).

era el mote de la bandera de los Templarios, la cual era medio blanca y medio negra, en señal de que aquella Orden se mostraba tan benigna y favorable a los Cristianos como formidable y terrible a los Sarracenos.

Alusión a uno de los milagros que los antiguos Cronicones ingleses atribuían a San Dunstan.

Henry’s Hisrt. edit. 1805, vol. , pág. 346. (N. del A.).

Los toques del cuerno y de la trompa de caza no se expresaban entonces con notas de música sino con palabras, y así se hallan en los libros de montería de aquel tiempo.

Reginaid Fitzurse, William de Tracy, Hugh de Morville y Richard Brito eran caballeros de la corte de Enrique II y fueron los que, instigados por ciertas apasionadas expresiones de su soberano, mataron al famoso Thomas Becket después canonizado. (N. del A.).

Las casas de los caballeros Templarios se llamaban preceptorios, y preceptor el superior de cada una de ellas. Como los caballeros de la Orden de San Juan (que después fue de Malta) se llamaban Comendadores, sus casas se llamaban encomiendas; pero ambos títulos se daban indistintamente a unas y a otras.

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