Autosugestión
Autosugestión
Utilizo mi fuerza de voluntad.
Repite estas palabras varias veces con tesón y de forma positiva, inmediatamente después de finalizar este apartado. A continuación repítelas frecuentemente a lo largo del día, al menos en una ocasión cada hora, y en especial cuando te enfrentes a algo que requiera que ejercites la fuerza de voluntad. Repítela igualmente varias veces una vez que te acuestes para dormir. Ahora bien, esas palabras no significarán nada a menos que las respaldes con el pensamiento. De hecho, el pensamiento lo es todo, y las palabras sólo son pinzas de las que cuelga el pensamiento. Así que piensa en lo que estás diciendo y sé consciente de lo que dices. Al principio deberás echar mano de la fe, y utilizar las palabras con una expectativa confiada en el resultado. Mantén el pensamiento al que estás dando forma en el almacén de la fuerza de voluntad, y antes de que pase mucho tiempo descubrirás que ese pensamiento toma forma en la acción, y que tu fuerza de voluntad se manifiesta. Sentirás una oleada de energía cada vez que repitas esas palabras. Te verás superando dificultades y malos hábitos, y te sorprenderá el grado de suavidad que muestra todo aquello que sale de ti.