IV. Caractéres sexuales de los articulados.
IV. Caractéres sexuales de los articulados.
Crustáceos.—Comunmente los dos sexos de los crustáceos ofrecen una misma coloracion; sin embargo, el macho de la Squilla stylifera
numerosa.
En apoyo de esta opinion cita algunos hechos por demás curiosos. Los
machos de ciertas especies pueden tener dos distintas formas que no
cambian nunca una en otra. En la Orchestia Darwinii las pinzas
pueden presentarse bajo dos formas muy diferentes en el macho. Este
dimorfismo puede explicarse fácilmente suponiendo que en el orígen
aparecieron en los machos por variacion espontánea, dos formas
distintas, ventajosas en grado igual, y que ambas se fijaron por
seleccion sexual. Admitida esta explicacion, al momento se nos ocurre la
idea de que por un procedimiento análogo se habrá producido el extraño
desarrollo de una de las pinzas anteriores del macho en gran número de
crustáceos, mientras la otra pinza simétrica conserva la forma que tiene
en la hembra. En muchas clases de cangrejos y langostas se encuentran
modificaciones por el mismo estilo. En una clase, los Gelasimus
macho y hembra viven por parejas, habitan una misma madriguera, cuya
entrada cierra la enorme pinza del macho. Este no adquiere sus
brillantes colores antes de su edad adulta. En general los machos son al
parecer más numerosos que las hembras.
Arácnidos.—En algunas especies los sexos difieren considerablemente por el color: la hembra del Sparassus smarogdalus es de un verde claro, mientras el macho adulto tiene el abdomen de un
amarillo vistoso, cruzado longitudinalmente por tres rayas encarnadas.
Las aranas suelen dar pruebas de ser muy inteligentes. Sabida es la
afeccion que demuestran tener las hembras por sus huevos llevándolos
consigo envueltos en un saquito sedoso. No seria extraño de ningun modo
que manifestasen á la par alguna preferencia por los machos más
adornados; lo cual explicarla la causa de la brillante coloracion de
algunos de estos. Hay otros que tienen la facultad de emitir un pequeño
sonido, facultad de que sus hembras carecen por completo.
Insectos.—En esta clase los sexos presentan infinidad de
diferencias, ya pasajeras y poco determinadas, ya por el contrario fijas
y precisas. Los machos, aunque ordinariamente más pequeños que las
hembras, son casi siempre los más hermosos y mejor armados. Solo ellos
tienen el poder de producir sonidos que se perciben desde muy léjos y
que, en las cigarras, pueden ser considerados como una verdadera voz.
Colores brillantes, apéndices múltiples y vistosos, sólidas mandíbulas
propias para defenderse: nada les falta. Comunmente se muestran los
machos en demasía ardientes al perseguir á las hembras. A menudo se vé á
cinco ó seis mariposas machos que van en pos de una misma hembra, y
traban por el camino encarnizados combates aéreos. La inteligencia de
estos pequeños séres se presenta frecuentemente en un alto grado de
desarrollo.
Entre los Hemípteros y los Hortópteros sólo se pueden
señalar las facultades musicales de los machos que son resultado de muy
distintas disposiciones. El monótono canto de las cigarras se produce
por la brusca expulsion del aire á través de los orificios de las
tráqueas; aparatos muy complicados dan mayor intensidad á estos sonidos.
Los grillos frotan una contra otra las bases de sus élitros. Todos
estos insectos y algunos otros tienen sin duda placer en hacer más ruido
que sus vecinos, y es incontestable que el objeto de su canto consiste
en anunciar su presencia á las hembras que acuden desde muy léjos. Por
otra parte, es cierto que los que más gritan tienen más probabilidades
de atraerse hembras y, por consiguiente, de reproducirse, lo que es una
condicion muy favorable para el desarrollo gradual del órgano de la voz.
El inimitable observador M. Fabre, descifrando las costumbres de un Himenóptero, el Cerceris, insecto parecido á la avispa, observa que «los machos traban á menudo
luchas por la posesion de alguna hembra particular que se halla
presente, indiferente espectadora del combate á que se entregan para
obtenerla, y que, cuando la lucha ha terminado, emprende el vuelo
tranquilamente unida al vencedor.» Los machos de muchas especies de
hormigas son negros, y las hembras de un tinte algo claro: en la familia
de las Abejas, principalmente en las especies solitarias, los sexos
difieren á menudo de color.
Algunos Coleópteros ostentan matices brillantísimos. Tales son, entre
otros, los escarabajos, protegidos suficientemente por su espesa
coraza, las cantáridas, y otros insectos cuyo repugnante gusto les pone
al abrigo de todo ataque. Darwin cree que todos estos séres, cuando
macho y hembra son igualmente vistosos, han podido adquirir por
seleccion sexual un deslumbrador brillo metálico. En efecto, ninguna
utilidad, próxima ó remota, se puede asignar á cualidades que sólo
pueden servir para revelar á los enemigos la presencia de los insectos
que reunen. Tienen además muchos coleópteros gran número de caractéres
sexuales muy marcados. Ciertos machos están dotados de miembros
especiales que tienen por objeto sujetar fuertemente á la hembra durante
el acto de la reproduccion.
Todo parece dispuesto en los Lepidópteros para fascinar la mirada:
elegancia en las formas, gracia en los movimientos, armonía, variedad,
brillantez en los colores; privilegios todos que confirman la teoría de
la seleccion sexual, única que puede explicarlos. En efecto, no se
podria asignar por causa de tales modificaciones alguna utilidad, ya que
les expone á ser vistos á alguna distancia por sus enemigos; tampoco
pueden atribuirse á los efectos combinados de la luz y el calor solar y
la humedad de la atmósfera. Es indudable que las mariposas saben
apreciar la variedad de colores, ya que sólo por ellos pueden elegir el
cáliz que han de libar. Los machos son más numerosos que las hembras,
las persiguen con tenacidad, traban entre sí combates, mientras las
solicitan, y á menudo las obtienen al quedar victoriosos. Es sabido
tambien que ciertas mariposas nocturnas logran reconocer desde mucha
distancia la presencia de una hembra, á la que se dirigen rápidamente,
lo que supone en ellas instintos sexuales muy desarrollados. El color de
los machos suele ser distinto del de las hembras. El macho de una de
las primeras mariposas que aparecen al entrar en la primavera (la Anthocaris Cardamina)
tiene la mitad externa de las alas anteriores de un hermoso color
anaranjado, mientras que las de la hembra son completamente blancas.
Los colores de las alas parecen dispuestos para hacer ostentacion de
ellos: las mariposas diurnas son lasque presentan matices más
brillantes. Por regla general, la cara superior de las alas es la más
vivamente coloreada; cuando estos insectos se calientan al sol, se
esmeran en abrir y plegar coquetamente sus alas como para sacar todos
los efectos posibles de sus matices.
La seleccion sexual parte del principio de que los individuos más
vistosos ó mejor dotados son preferidos por el sexo opuesto, y como en
los insectos, cuando los sexos difieren, casi siempre es el macho el que
está más adornado y se separa en mayor grado del tipo general de la
especie; como al mismo tiempo los machos persiguen con mas ardor y
constancia á las hembras, podemos suponer que estas prefieren aparearse
con los machos más hermosos; preferencia que engendrará la fijacion y
transmision hereditaria de colores brillantes ó sonora voz, en mayor
número de individuos, eliminando paulatinamente á los peor dotados de
alguna de estas cualidades.
No obstante, la teoría de la seleccion sexual no basta hasta ahora
para explicar algunos hechos, y se ha de recurrir al principio de
proteccion de Wallace, ó al de imitacion de Bates.
Según Wallace, los individuos en que, por variacion espontánea, hayan
aparecido colores más ó ménos semejantes á los lugares en que
ordinariamente habitan, habrán escapado mejor de los ataques de sus
enemigos, consiguiendo á la par acercarse más impunemente á su presa, y
por lo tanto su prole, más numerosa que la de los individuos no
protegidos por la coloracion, adquirirá por herencia estos colores
ventajosos que transmitirá á su vez en progresion creciente. Así se
explicaria el color de tantas mariposas parecidas á las flores en que se
posan; el de algunos gusanos, verdes como las hojas de que se
alimentan, etc. Los animales cuyo gusto repugna, ó que hieden
espantosamente, adquiririan, por via de proteccion, una coloracion muy
visible, para advertir á sus enemigos la clase hedionda á que
pertenecen. A los lepidópteros hembras, que han de emplear algunos dias
en busca de un sitio conveniente donde poner los huevos fecundados, les
seria perjudicial una coloracion demasiado brillante que les expondria á
muchos peligros y hasta á la destruccion, y por lo tanto las hembras
que primitivamente hubiesen sido de un color oscuro, gozarian de una
inmunidad que transmitirian, con la coloracion, á sus descendientes del
propio sexo.
M. Bates ha emitido una idea original á lo sumo que arroja gran luz
sobre muchos oscuros problemas de coloracion. En la América del Sud se
ha observado que ciertas especies de mariposas completamente distintas,
se parecen de tal modo por el matiz del color y las líneas de las alas,
que sólo con mucho trabajo podria distinguirlas un entomologista. Ahora
bien, la especie imitada no estaba expuesta á los ataques de los pájaros
á causa de su hediondez, mientras que la imitadora habria continuado
siendo pasto de las aves si no hubiese adquirido paulatinamente por
variacion espontánea, y fijado por seleccion natural los colores de la
especie inmune, escapando por su apariencia á aquellos peligros.
Una y otra teoría contribuyen á explicar satisfactoriamente algunos
caractéres de los insectos y otros animales, cuyo orígen no se puede
atribuir á la seleccion sexual.