Referencias
[1] PECK (ob. cit., II, pág. 3) prefiere llamarlos «grupos». <<
[2] O, si se prefiere, es una parte que puede ser doblada. Cf. BRUNET y MIELI, ob. cit., pág. 286, núm. 11. Aristóteles en Meteor. IV 9, 386a9, distingue «rompible» de «desmenuzable». <<
[3] Es decir, los animales que tienen concha, que comprenden los moluscos (con excepción de los cefalópodos), los equinodermos, los foríferos y los celentéreos. <<
[4] Los yulos son miriápodos alargados y cilíndricos de patas cortas que viven en vegetales en putrefacción, sobre las piedras o en el musgo. <<
[5] Cf. P. A. I 3, 643b2. Las alas pueden ser accidentales y aparecen sólo en el período del vuelo nupcial. <<
[6] La Lampyris noctiluca que se alimenta de caracoles. <<
[7] Cf. P. A. IV 9, 684b8 y ss.; G. A. I 15; PLINIO, IX 44. <<
[8] Cosa que él mismo nos dice en P. A. IV 9, 685a5: «las partes internas están rodeadas en los cefalópodos por el manto que sólo en los pulpos recibe el nombre de cabeza». <<
[9] La misma imagen en P. A. IV 9, 685a34; PLINIO, IX 28: et in fluctibus se, velut ancoris, stabiliunt; ELIANO, V 41. <<
[10] Este brazo se llama hectocótilo y es un ejemplo excelente de carácter sexual secundario. El macho, con ayuda de este brazo deposita los espermatóforos en la cavidad paleal de la hembra. Cf. P. P. GRASSÉ, Zoología. Tomo I: Invertebrados, Barcelona, 1976, pág. 458. <<
[11] Cf. G. A. I 14, 720b27; P. A. IV 5, 697a3. <<
[12] Cf. PLINIO, IX 46: natant obliqui in caput, quod praedarum est sufflationes viventibus. <<
[13] Un poco más de dos metros, ya que el codo medía 0,444 m. En cuanto a las dos especies de calamares, D’Arcy W. Thompson identifica el calamar grande con el Totarodes sagittatus y el pequeño con el Loligo vulgaris, que suele medir unos cincuenta centímetros. <<
[14] Cf. P. A. IV 5, 678b7, y 9, 684b 10. <<
[15] Cf. P. A. II 8, 654a17, en donde dice que esta disposición contribuye a darle fuerzas. <<
[16] O cuarto estómago de los rumiantes. Cf. supra, II 17, 507b9. <<
[17] Órgano de dudosa identificación. Se le considera un órgano excretor, quizá el hígado o el hepatopáncreas. Cf. Index Arist. 465b24. <<
[18] Son quizás las branquias. Cf. infra. IV 4, 529a23. <<
[19] El hueso del calamar, de naturaleza córnea. Cf. P. A. II 8, 654a10. <<
[20] Corpúsculos difíciles de identificar. Tricot cree que se trata de las branquias mencionadas en 524b22. <<
[21] Cf. PLINIO, IX 51. <<
[22] Cf. G. A. I 3, 717a3; 15, 720b21; III 8, 758a6. <<
[23] En el texto, bolitaina, que significa propiamente «cebolla», y ozolis, que significa «olor», aludiendo al fuerte olor del músculo almizclado. El texto tradicional hace del heledone y del bolitaina dos animales distintos, pero como el Eledone moschata se caracteriza por su fuerte olor, Aubert y Wimmer creyeron que se trataba de varios nombres de una misma especie, y éste es también el parecer de PECK (ob. cit., II, pág. 15). <<
[24] Cf. PLINIO, IX 47, que le llama pompile. Es el Argonauta argo un cefalópodo con concha, gran navegador. <<
[25] O también «separado de la otra valva». Así Schneider: petunculum concavum non convexum in latere. <<
[26] Quizás el Nautilus pompilius L. <<
[27] El Crangon vulgaris L. <<
[28] Maia squinado. Cf. PLINIO, IX 51. <<
[29] El cangrejo comestible, C. pagurus. <<
[30] En Bitinia. En P. A. IV 8, 684a10, se dice que estos cangrejos tienen las patas cortas, mientras que la variedad anterior las tiene delgadas. <<
[31] O de agua dulce, Thelphusa fluavitilis. <<
[32] Hay otra variante hippeis «jinetes». Según Linneo es el Ocypoda cursor. Cf. PLINIO, I 275. <<
[33] Quizás se trate de los langostinos. Algunos críticos (Aubert-Wimmer, Dittmeyer y Thompson) lo consideran una interpolación. <<
[34] Cf. supra, IV 1, 523b5-6. <<
[35] Descripción del Palaemon serratus. <<
[36] Descripción de la Squilla mantis. <<
[37] Las tres últimas patas torácicas. <<
[38] Cf. supra, I 5, 490a2, y P. A. IV 8, 684a1-4. <<
[39] Partiendo de la cola. <<
[40] La parte estrecha del abdomen. <<
[41] Cf. P. A. IV 8, 684a19-21. Véase P. GRASSÉ, ob. cit., pág. 567: «En la base de los apéndices torácicos se observa a menudo enditos, denominados epipoditos, en forma de láminas membranosas muy finas que desempeñan el papel de órganos respiratorios o branquias». <<
[42] Los exopoditos. <<
[43] El rostrum que puede ser móvil o no. <<
[44] Cf. G. A. III 8, 758a12-14. <<
[45] Cf. P. A. IV 8, 684a26, donde dice erróneamente que las langostas y los cangrejos tienen la pinza derecha mayor que la izquierda. <<
[46] Según TRICOT (ob. cit., pág. 227, núm. 2) Aristóteles quiere decir que los crustáceos absorben el agua no por la boca sino por un orificio distinto de la boca y situado al lado. Por otra parte, el agua es echada por otro orificio, distinto de la boca y del orificio receptor, y durante este tiempo el orificio receptor es obturado por medio de una válvula. <<
[47] En el texto epíptygma, que es el último metámero del abdomen, llamado telson. Cf. P. A. IV 8, 684a21-29. <<
[48] Vid. nota 17. <<
[49] Cf. supra, IV 2, 526b22-23. <<
[50] Cf. P. A. IV 5, 679a32-33. <<
[51] Frase sospechosa considerada por Louis como interpolada. Por ello Thompson substituyó «circunvalaciones» por astako, es decir, «tanto los camarones como las langostas presentan así el huevo». <<
[52] Referencia, sin duda, a las glándulas genitales que son pares primitivamente, pero que a menudo se unen de manera más o menos completa por encima del tubo digestivo. Cf. infra, IV 4, 529a17. <<
[53] Estas cavidades son los orificios de los canales deferentes. <<
[54] Cf. supra, IV 2, 525b16. <<
[55] Cf. supra, IV 2, 526a9. <<
[56] El cefalotórax de los crustáceos. <<
[57] Los maiai de cuerpo espinoso son conocidos como «arañas de mar». Se ocultan entre algas retenidas sobre el caparazón mediante pelos encorvados. <<
[58] Cf. supra, IV 2, 526b26-30. <<
[59] Es decir, los bígaros (Littorina littorea). <<
[60] Tanto CAMUS (II, 235) como LOUIS (ob. cit., I, pág. 126, núm. 5) creen que se trata de una variedad de caracol de tierra. <<
[61] Murex del que alguna especies (M. brandarte, M. trunculus) proporcionan la púrpura, utilizada ya en la antigua Creta para teñir de rojo vivo las telas (trajes monárquicos y sacerdotales). Sobre la familia de los murícides, véase G. LINDER, Muschen und Schnecken der Weltmeere, trad. castellana por C. Ammán, Omega, Barcelona, 1983, pág. 63 y ss. <<
[62] Cf. P. A. IV 5, 579b24, donde dice Aristóteles que estos univalvos se pegan a las rocas y así se transforman de alguna manera en bivalvos. <<
[63] La navaja común, Solen marginatus. <<
[64] En realidad no son moluscos, sino que pertenecen al tipo de los tunicados o urocordados, y por ello el autor en P. A. IV 5, 681a10-35, resalta sus diferencias y originalidad. <<
[65] Cf. PLINIO, IX 52. <<
[66] Probablemente algunas especies de la familia de las mactrinae, conchas medianas, con valvas iguales, delgadas y aporcelanadas. <<
(66bis) Son conchas de mediano tamaño o grandes, cuneiformes, con valvas entreabiertas. Contiene numerosos géneros. <<
[67] Cf. PLINIO, IX 52: saliunt pectines et extra volitant. <<
[68] Cf. infra, VIII 1, 588b15. <<
[69] Cf. P. A. IV 5, 679a18. <<
[70] Su movimiento parte de la derecha y por ello la concha ha de estar en la derecha, porque la dirección del movimiento es opuesta al sentido de la espiral. Cf. también A. I. 4, 706a13. <<
[71] Cf. P. A. IV 7, 683b8 y ss. <<
[72] Cf. supra, IV 4, 528b13. <<
[73] Cf. P. A. IV 5, 679a5. Se trata de las mandíbulas, placas quitinosas, encajadas en las paredes laterales y cerca del orificio bucal. Estas mandíbulas forman en la rádula la armadura que sirve para la masticación. La rádula es una faja quitinosa, larga y flexible y consta de numerosos dientes; sobresale en la boca cuando el animal roe algún alimento. <<
[74] Cf. P. A. II 17, 665a2; PLINIO, IX 60. Por ejemplo, la Purpura lapillus está provista de una lengua que perfora las conchas. <<
[75] Cf. P. A. IV 5, 679b9, donde Aristóteles da más detalles. <<
[76] TRICOT (ob. cit., pág. 237, n. 7) cree que se trata de las glándulas salivares, pero de acuerdo con supra (IV 2, 527a21) quizá se trate más bien de las glándulas de los órganos sexuales. <<
[77] El canal hermafrodita que prolonga la glándula hermafrodita, formada de numerosos lóbulos arracimados, que sirve para el flujo de los óvulos y los espermatozoides. <<
[78] Cf. supra, IV 4, 529a2-3. <<
[79] Difícil de identificar. Cf. infra, IV 5, 530b13. <<
[80] Cf. P. A. IV 5, 680a21-30. <<
[81] Las branquias. Cf. supra, IV 1, 524b21. Así Schneider (Comm. I 210): ut in sepiis vocal branchias, ita easdem hic significare videtur. <<
[82] Parece, pues, que Aristóteles le niega el carácter de huevo y lo considera como una masa de grasa piotes (cf. G. A. III 11, 763b5), pero en realidad los invertebrados no tienen grasa. <<
[83] Cf. supra, IV 4, 529a11. Esta frase fue puesta entre corchetes por Dittmeyer pues creía que interrumpía el desarrollo y repetía lo dicho anteriormente. <<
[84] Probablemente la Haliotis tuberculata L. que se encuentra en las rocas de las escolleras. Thompson sugiere que la palabra agria es una corrupción y Louis precisa que al lado de esta especie había otra cultivada. <<
[85] O cangrejo ermitaño, Eupagurus bernardus. Cf. infra, V 15, 548a14-21. <<
[86] En el texto autò kath ’hautó = nulli testae junctus (Tricot). <<
[87] Sin identificar. Quizá se trate de un nombre genérico que comprende a la vez especies pequeñas y grandes. Cf. Index arist. 485b45. <<
[88] En el texto kýllaron, que puede relacionarse con kyllopodíon «de pies torcidos», epíteto homérico de Hefaistos. <<
[89] Identificación dudosa. Esta palabra sólo se encuentra en este apartado. Quizá se trate del Aporrhais de la familia de los Xenophoridae: estos animales fijan los objetos sobre la concha por medio de una secreción expedida por glándulas del pie, con ayuda de ciertas partes del mismo. Cf. G. LINDER, ob. cit., pág. 50. <<
[90] Cf. P. A. IV 5, 679b18. <<
[91] Es decir, los que, a ejemplo del cangrejo ermitaño, se alojan en otras conchas. <<
[92] Cf. P. A. IV 5, 679b28-681a9; PLINIO, IX 51. <<
[93] Cf. P. A. IV 5, 530b13, y P. A. IV 5, 680a14. <<
[94] Cf. P. A. IV 5, 680a25. Aristóteles explica que en realidad no son huevos. <<
[95] Que significan respectivamente «enturbiadores» y «espumosos». Cf. ATENEO, III 91, que habla de estas variedades de erizo de mar. <<
[96] Es el Echinus cidaris. PLINIO, IX 51. <<
[97] El Cidaris hystrix que suele vivir a sesenta o más brazas de profundidad. Cf. G. A. V 5, 783a22. <<
[98] Cf. G. A. V 3, 783a20-21. <<
[99] Ciudad de Macedonia. <<
[100] PLINIO, IX 51: itaque detritis semper aculeis inveniuntur. <<
[101] En P. A. IV 5, 688b3 y ss. Aristóteles explica por qué los erizos tienen siempre el mismo número de huevos y por qué este número es impar. <<
[102] Descripción de la célebre «linterna de Aristóteles». Cf. CUVIER, Leçons d’Anatomie comparée, III, París, 1885, págs. 329-335. Ahora bien, como el texto presenta dos variantes (stoma y soma) se han dado varias interpretaciones. Para unos (Tricot, Louis, etc.) se trata de la boca del erizo, y este órgano fue llamado laterna Aristotelis por Jacob Theodor Klein (1685-1759) en 1734 en su Naturalis Dispositio Echinodermatum, entrando así en el vocabulario técnico zoológico. Otros (Scaliger, Lones, Peck) creen que la linterna es todo el cuerpo y que Aristóteles se refiere a la aparente continuidad del cuerpo del erizo y que compara esto con una linterna sin la piel circundante (o sea, después de que la epidermis y las púas han sido quitadas). Ésta es también la opinión reciente de J. G. Lennox, «Aristotle’s lantern», The Journal of Hellenic Studies 103 (1983), 147-151. <<
[103] Aristóteles es consciente del carácter particular de estos invertebrados tunicados, del suborden de los cordados, y de la elementalidad de su organización, que llega incluso a compararlos a plantas. Cf. P. A. IV 5, 680a4-5. No obstante aquí, erróneamente, los coloca entre los testáceos, a pesar de la naturaleza particular de su concha (como él mismo reconoce) de una sustancia intermedia entre la piel y la chiscarra. <<
[104] Cf. P. A. IV 5, 681a34, en donde dice que en medio de su cuerpo existe un pequeño ceñidor en donde se encuentra verosímilmente el principio de la vida. <<
[105] Cf. supra, en 531a15, y P. A. IV 5, 681a31. <<
[106] Las Phallusia mamillata y la Cinthia papillosa, respectivamente (Thompson). <<
[107] Grupo que para Aristóteles comprende las medusas y las anémonas de mar. Cf. PLINIO, IX 68, y ELIANO, VII 35; XI 37. <<
[108] Este pasaje presenta un texto muy alterado y varios editores han hecho intentos para corregirlo. Para más detalles puede verse el largo estudio que PECK hace en su traducción (ob. cit., II, págs. 352-360) y las enmiendas que recomienda hacer. <<
[109] Basándose en la traducción de Miguel Escoto, Peck propone leer tais chersí en vez de tes cheirós, y entonces significa: «coge y retira con sus manos lo que se acerca». La citada traducción de Escoto dice: et hoc genus sentit et rapit quicquid appropinquat manibus. <<
[110] Cf. P. A. IV 5, 681a36-b13, donde Aristóteles desarrolla la idea de la semejanza de los zoofitos con las plantas. <<
[111] Las actinias no son en general comestibles, salvo la actinia roja común (Actinia equina) que se encuentra en los fondos de roca del Mediterráneo y Atlántico. <<
[112] Ya se verá que bajo el nombre de «insectos» Aristóteles abarca otros animales de los que ahora se incluyen en este grupo zoológico; en efecto, algunos de sus insectos tienen más de seis pies. <<
[113] O zánganos. Parece que el nombre anthrene contendría una alusión al aguijón. Cf. Diccionario griego-español, II, Madrid, 1986, pág. 306. <<
[114] Es decir, cabeza, tórax y abdomen. <<
[115] Cf. Sobre la marcha de los animales 7, 707a28; Sobre la respiración 3, 471b22. <<
[116] Cf. supra, IV 4, 528b32. <<
[117] Cf. G. A. I 16, 721a10; HERÓDOTO, II 95. <<
[118] Cf. P. A. IV 6, 683a8. <<
[119] Cf. P. A. IV 6, 683a11. <<
[120] Cf. infra, V 32, 557b10. Parece ser el Chelifer concroides. <<
[121] Cf. P. A. IV 6, 683a14. <<
[122] Como las tienen las plumas que forman el ala de las aves. <<
[123] En el texto pedália, palabra sin duda en conexión con peditiká «saltadores» de arriba. En relación con timones, se trata más bien de una semejanza material que funcional. <<
[124] Cf. supra, IV 1, 524b25-35. <<
[125] Cf. infra V 30, 556a14; P. A. IV 5, 682a18-21, donde precisa que el mismo órgano hace las veces de boca y de lengua. Sobre la cigarra véase L. GIL, «Nombres de la cigarra en griego», Emérita 25 (1957), 311-325. <<
[126] El diafragma que separa el tórax del abdomen. <<
[127] La palabra griega aspís significa también «áspid», y así lo interpreta SAN ALBERTO MAGNO, De animalibus IV 72. <<
[128] Tres especies difíciles de identificar. Según Thompson, la segunda sería la Pennatula y la tercera, Gastropteron meckelii. <<
[129] Una descripción semejante la hemos visto ya en I 9, 491b28. <<
[130] Es decir, el iris, la pupila y la esclerótica. Cf. De Sensu 2, 438a20. <<
[131] Pasaje puesto en duda por Dittmeyer puesto que no tiene especial aplicación al topo, ya que como todos los roedores el topo no posee dientes caninos. <<
[132] Cf. G. A. II 6, 744a5: «el ojo es el único órgano sensorial que tiene un cuerpo propio». <<
[133] Cf. P. A. II 17, 660b23. <<
[134] Cf. P. A. II 17, 660b34-661a1, donde dice exactamente lo mismo. <<
[135] Es decir, el ruido le hace huir y refugiarse en los escondrijos en donde se le puede coger fácilmente. <<
[136] El monóxylos del texto puede entenderse que se trata ya de un palo, como así lo hacen algunos comentaristas, ya de una pequeña embarcación. <<
[137] Cf. supra, I 11, 492a24, e infra, IV 8, 534b7-10. <<
[138] Este fragmento parece una mala repetición de lo anterior y por ello fue puesto entre corchetes por Aubert-Wimmer, Dittmeyer y Thompson. Cf. ELIANO, XV 5, sobre la pesca del atún en el Ponto Euxino. <<
[139] Sólo citado aquí. Parece que se trata del Cottus gobio L., pez que vive en fondos rocosos en aguas frescas y claras. <<
[140] Todos citados por ELIANO (IX 7), que remite a este lugar de Aristóteles. Son respectivamente el Mullus barbatus, la Labrax lupus, la Box salpa y la Umbrina cirrkosa. <<
[141] Una criba o tamiz de junco. <<
[142] Cf. supra, IV 8, 533M0-14. <<
[143] Cf. Sobre la sensación 5, 444b12; PLINIO, XI 19. <<
[144] Inula britanica. PLINIO (X 90) atribuye esta propiedad a la ajedrea (polypus… cunila admota ab odore protinus resilit), y describe esta planta en XX 65 y ss. <<
[145] Cf. supra, I 3, 489a18. <<
[146] Vara de hierro que sirve para capturarlas en su refugio. <<
[147] Distinción expuesta claramente por Aristóteles. Phoné es la voz, el sonido emitido por un ser animado; psophós es el ruido en sentido general; diálektos, la voz articulada, el lenguaje propio del hombre. Más abajo, tà phónéenta es un término gramatical que designa las vocales y tà áphona las consonantes. <<
[148] Aristóteles confunde faringe y laringe. Cf. P. A. III 3, 664a17. Parece que fue GALENO el primero que distinguió estos órganos. Cf. De usu partium, ed. Kühn, vol. III, pág. 611. <<
[149] Sobre el mecanismo de la respiración véase Sobre la respiración 9, 474b31. <<
[150] Contra la membrana que acaba de citar. Cf. Sobre la respiración 9, 475a15-18; ELIANO, I 20. <<
[151] Es interesante notar que para Aristóteles el zumbido de las abejas y demás insectos de este tipo es producido no por las alas, sino por el aire absorbido que choca con la membrana del diafragma. Cf. también De somno et vigilia 456a11 y De respiratione 474b31. <<
[152] Véase nota 123 del presente libro. <<
[153] No puede definirse con seguridad. Tal vez se trata de la Trigla lyra L., que es el garneo escacho. <<
[154] Citado ya supra, II 13, 585a13. <<
[155] Difícil de identificar. Quizá puede ser uno del género de las alosas. D’Arcy W. Thompson cree que se trata del Zeus faber, es decir, el llamado gallo de mar. Para Liddell-Scott es el Clupea sardina. <<
[156] El Trigla plini denominado por Linneo Aspitrigla cuculus. <<
[157] Cf. P. A. II 17, 660b25. <<
[158] Nombre vulgar de diversos peces que pertenecen al género de los voladores, como el Dactylopterus volitans (Cuvier). <<
[159] Es decir, es capaz de emitir vocales, pero no de combinar vocales con consonantes. <<
[160] Cf. PLINIO, XI 112: ova parientibus sibilus, serpentibus longus, testudini abruptus. <<
[161] Cf. infra, VIII 12, 797b28, donde Aristóteles cita al pájaro indio, el loro, del que se dice que tiene una lengua como los hombres. <<
[162] Cf. supra, I 11, 492b23, y P. A. II 17, 660a26. <<
[163] Cf. PLUTARCO, De sollertia animalium 937a; ELIANO, III 40: «Aristóteles dice que vio con sus propios ojos a un ruiseñor enseñar a cantar a sus polluelos». <<
[164] En el texto myktér, que sirve también para designar la trompa del elefante. Cf. P. A. II 16, 659a15. <<
[165] Toda esta materia ha sido objeto de estudios más profundos en los tratados Sobre el sueño y la vigilia y Sobre los sueños. <<
[166] Todo este pasaje es poco seguro y las dificultades que presenta han sido reconocidas por editores y traductores. Hemos conservado el texto tradicional que fue utilizado por PLINIO, IX 31: circum globata escae saepe extrahantur. Puede también interpretarse en el sentido de que son los propios peces los que devoran las redes y que son los peces los que se apelotonan alrededor del cebo. Véase la versión de Miguel Escoto, que también adoptó San Alberto Magno: et si permaneat piscis in retiper aliquod tempus dividet rete, et faciet hoc plus de nocte cum fuerit multum inplicitum in reti, et multitudo piscium est in profundo maris et propter hoc venatores cum elevant rete invenient in eo pisces rotundos factos sicut spera magna. (PECK, ob. cit., II, pág. 362-367.) <<
[167] Cf. PLATÓN, Sofista V y Pólux, VII 138; X 133. <<
[168] Cf. PLINIO, X 75; ELIANO, XIII 16; XV 5-6, que habla de la atalaya en que se colocan los que vigilan los movimientos de los atunes para poderlos coger mejor. <<
[169] Cf. infra, VI 12, 566b15; Sobre la respiración 12, 476b20; PLUTARCO, De sollertia animalium 978; PLINIO, X 75; ELIANO, XI 22. <<
[170] Cf. P. A. IV 6, 685a27. <<
[171] Cf. infra, VII 10, 587b10; G. A. V 1, 779a12; Sobre los sueños 2, 461a13 y 462b5. <<
[172] Sobre los sueños 3, 462a31; PLINIO, X 98. <<
[173] Cf. G. A. I 715a20. <<
[174] Cf. G. A. I 14, 720b17. <<
[175] Cf. la cita de San Alberto Magno en SCHNEIDER, Comm., pág. 256: sicut quaedam arbores, quae in una individua substantia habentes vires utriusque sexus faciunt fructum. Es decir, sólo se puede hablar de sexo analógicamente, calificando, por ejemplo, de hembra la planta que produce fruto. <<
[176] Aristóteles nos da más detalles sobre las anguilas infra, VI 16, 570a16, y en G. A. III 2, 762b26-28, y, en general, sus observaciones sobre la generación de estos peces son exactas. Véase la interesante nota en TRICOT, ob. cit., págs. 273-4. <<
[177] Cf. G. A. I 16, 72Ia18. <<
[178] Cf PLINIO, XI 31, que lo llama stellio debido a su aspecto moteado. Cf. OVIDIO, Metamorfosis V 461: varar stellatus corpora guttis. <<
[179] La palabra es incierta y hay varias variantes. Gaza les llama aptiores. <<
[180] Por ser más curvadas hacia adentro. Cf. Physiogn. 6, 810a34. <<
[181] Cf. G. A. V 7, 796b17-23, donde Aristóteles establece una escala entre los mugidos de los diferentes bovinos: los terneros tienen la voz más grave que los bueyes, los bueyes que los toros, y las vacas que los bueyes. <<
[182] Cf. P. A. III 1, 661b25-662a6; Probl. X 57, 897b27; PLINIO, XI 45, in fine. <<
[1] Cf. supra, IV 8, 532b29; IV 9, 535a28; IV 9, 536a21 y 536b1. <<
[2] Cf. supra, I 6, 490b7-491a6. <<
[3] Cf. supra, I 6, 491a19. <<
[4] En el libro VII, que puede considerarse como un breve tratado de ginecología. <<
[5] Obra perdida, superada, sin duda, por los trabajos de su discípulo sobre esta materia. Esta obra que aparece en el Corpus aristotelicum (ed. Bekker, págs. 814-830), procede de una traducción latina hecha a su vez sobre una traducción árabe, basada en una obra atribuida a Nicolás de Damas, que vivió en la época de Augusto (cf. P. MORAUX, Les listes anciennes des ouvrages d’Aristote, Lovaina, 1951, pág. 109). <<
[6] Existen, pues, según Aristóteles, plantas y animales que no nacen de sus semejantes, sino que proceden de maderas en putrefacción del lodo, de los excrementos, etc. Esta obra proporciona muchos ejemplos de generación espontánea. Así nacen por este procedimiento, según Aristóteles, entre otros: los piojos (V 31, 556b25), las pulgas (V 31, 556b25), algunos insectos (V 19, 551a1), algunos peces (V 11, 543b17; VI 15, 569a24), los saltamontes (X 6, 637b18). Duda el autor en el caso de las anguilas (V 11, 538a3-13; VI 16, 570a3-24). También el proceso de la generación espontánea es descrito en G. A. III 11, 762a9-32. Los textos principales están recogidos en el Index aristotelicum 124b3-26. Esta denominada generación espontánea, descrita por nuestro autor, Plinio y casi todos los naturalistas clásicos, se aceptaba como un dogma científico y muy pocos la discutían. Incluso en los tiempos modernos y a pesar del aforismo latino del inglés Harvey «omne vivum ex vivo», esta tesis ha sido defendida por científicos tan famosos como Buffon o el danés Otto Müller, experto microscopista. Pero después de los experimentos de Pasteur expuestos en su libro Examen de la doctrine des générations spontanées parece que la balanza se ha inclinado a favor de la tesis de Harvey. <<
[7] Cf. infra, V 19, 551a1, y G. A. I 2, 715b27. <<
[8] Cf. infra, V 19, 551a6-13. <<
[9] Cf. supra, IV 11, 538a20; G. A. II 5, 741a32-37. <<
[10] Sobre los huevos hueros véase infra, VI 2, 559b20, y, sobre todo, G. A. III 1, 749b1 y 750b32 y ss. La existencia de estos huevos ha sido objeto de particular interés por los autores antiguos, que han hablado a menudo de esta materia próxima a la fecundación por el viento. Así PLINIO (VIII 67), VARRÓN (II 1), VIRGILIO (Geórgicas 111 274) y SAN AGUSTÍN (De Civ. Dei XXX 5). <<
[11] Es decir, la hembra es capaz de engendrar por ella misma, pero sólo producirá huevos hueros. <<
[12] Cf. infra, V 5, 541a26; VI 2, 559b20; G. A. III 6 y ss. <<
[13] En los capítulos siguientes y en el libro VI. <<
[14] Cf. supra, II I, 500b15; infra, VI 31, 579a31; P. A. IV 10, 689a31. <<
[15] Cf. G. A. I 5, 717b31: «ellos se acoplan de pie a causa de sus púas». <<
[16] Cf. infra, VI 29, 579b6 y ss.; PLINIO, X 83. <<
[17] A pesar de que el camello orina por detrás. Cf. supra, II 1, 500b, e infra, V 2, 539b22. <<
[18] Cf. supra, II 1, 500b7; PLINIO, VIII 5. <<
[19] Seguimos la enmienda de Gesner: fortasse phrynoi loco trygones scribendum. <<
[20] Cf. G. A. I 7, 718a17-34. <<
[21] Cf. PLINIO, IX 74. <<
[22] Cf. supra, IV 11, 538a27. <<
[23] Especie de raya, quizás el Notidanus griseus. Cf. Ατ., VIII 294d. Su nombre puede proceder del grosor de sus ojos. E. DE SAINT-DENIS lo identifica con la raya cornuda (Rev. de Philol. XL, 2 (1966), 233-235). <<
[24] Tiburón de gran tamaño. Lamia, Squalus centrina. <<
[25] Myliobatis aquila, caracterizado por una gran espina en la base de la cola. <<
[26] De la familia de los torpedínidos, como la tembladera (Torpedo torpedo L.). <<
[27] Rana marina, Lophius labatus. <<
[28] Y los selacios son vivíparos. Cf. infra, VI 17, 570b23 y 571a. <<
[29] Cf. supra, III 1, 509b6; se trata del lagarto, de la tortuga y del cocodrilo. <<
[30] Cf. supra, I 17, 497a25. <<
[31] Aristóteles refuta en G. A. (III 5, 755b1-756b12) la creencia aquí referida, ya registrada en HERÓDOTO (II 93), PLINIO (IX 74) y ELIANO (IX 63). <<
[32] Cf. OPIANO, Haliéutica IV 120-145. <<
[33] Este pasaje parece fuera de lugar y por ello fue puesto entre corchetes por Dittmeyer, por creer que interrumpía el desarrollo. Por otro lado, la creencia de que los animales pueden quedar preñados por el viento es muy antigua y muy extendida. Así, véase Ilíada XVI 150; XX 221; VIRGILIO, Geórgicas III 273 y ss. Los únicos animales que, según Aristóteles, quedan preñados por el viento son las yeguas. Cf. infra, VI 17, 572a13. C. ZIRKLE, «Animáis impregnated by the wind», Isis XXV (1936), 95-130. <<
[34] Cf. supra, V 5, 540b1 y ss. <<
[35] Cf. J. WIESNER, «Die Hochzeit des Polypus», Jahrbuch des Deutscher Archaologischen Instituts 74 (1959), 35-51. <<
[36] Se trata del cuerpo o manto que contiene la masa visceral. Cf. supra, IV 1, 523b22; P. A. IV 9, 685a4. <<
[37] A pesar de las dudas de Aristóteles al respecto (cf. G. A. I 15, 720b32-36) son ciertas las observaciones de los pescadores. En efecto, el macho con ayuda de su hectocótilo deposita los espermatóforos en la cavidad paleal de la hembra o en el repliegue labial. Véase, P. GRASSÉ, R. A. POISSON, O. TUTZET, Zoologie, Tome I, Invertébrés, trad. española en Toray-Masson, Barcelona, 1976, pág. 458. <<
[38] Cf. G. A. I 14, 720b9 y ss. <<
[39] Propiamente el telson, último segmento del abdomen o pleón. <<
[40] Que es el macho. Cf. G. A. I 14, 720b9; PLINIO, IX 74. <<
[41] Cf. G. A. I 16, 721a3 y ss. <<
[42] El mismo error en G. A. I 16, 721a13. En realidad el apareamiento de los insectos no difiere del de los demás animales. <<
[43] Cf. infra, IX 39, 622b27 y ss. <<
[44] Así también PLINIO, XI 29. <<
[45] Esta idea era grata a Aristóteles. Véase, por ejemplo, Meteor. II 2, 354b32; P. A. III 8, 670b33; IV 5, 682a6; G. A. I 23, 731a12; III 2, 753a7; 7, 757a25; IV 10, 778a4-9. <<
[46] Para que los pequeños, al nacer, tengan la alimentación necesaria. <<
[47] Cf. Problemas IV 25, 879a26-35; HESÍODO, Trabajos 582-6. <<
[48] En la línea 23. <<
[49] Esta ave fabulosa es descrita más abajo en el libro IX 14, 616a14-34. Aparece ya en HOMERO (Ilíada IX 563), y se la identifica con el martín pescador. Cf. D’ARCY W. THOMPSON, A Glossary of Greek Birds, Oxford, 1936, pág. 30. También OVIDIO, Metamorfosis XI 415 y ss. <<
[50] Nacido en la isla de Ceos alrededor del 556 a. C., pasó varios años en Sicilia y en la Magna Grecia, y murió en Siracusa hacia el 467 a. C. Cf. D. L. PAGE, Poetae Melici Graeci, núm. 508. <<
[51] Cf. PLINIO, X 48. <<
[52] Las Pléyades eran consideradas una referencia valiosa, tanto para la agricultura como para la navegación, y en base a tales estrellas se repartían las épocas del año. Parece que desaparecían a principios de abril. <<
[53] Sobre este fenómeno véase infra, VII 4, 585a5 y ss., y principalmente G. A. IV 5, 573a22-774b4; JENOFONTE, Cinegética V 13. Consiste en la concepción de un segundo feto durante el embarazo. <<
[54] Es la Pelamys sarda o bonito. Cf. ELIANO, IX 10, donde explica la manera de pescar estos peces. <<
[55] Ya citadas supra, IV 9, 535b18. <<
[56] El Scomber scombrus L., que se caracteriza por tener las escamas de igual tamaño a lo largo de todo el cuerpo. Los otros peces han sido ya citados anteriormente: cf. IV 8, 534a9, y IV 8, 538a20. <<
[57] En realidad la observación de Aristóteles es falsa, pues no existe tal diferencia. Con razón dice el Index arist. (127a14): quid significa Ar. non videtur definiri potest. ATENEO (VIII 303d) en vez de aphana escribe athera «espina». <<
[58] Traducción literal del término griego hippuros. La identificación es dudosa. Así dice Schneider: quid sit, ignoramus adhuc. Tal vez sea el Coryphaena hippurus. Cf. ATENEO, VII 304c; ELIANO, XV 1; PLINIO, IX 16; RONDELET, De piscis, pág. 256: «Cum enim Hispani piscatores parvos hippuros ceperint, nassis includunt, illidque crescere sinunt brevi tempere, utpote quorum incrementum iridies conspiciatur» (Thompson). <<
[59] Una variedad de morena unicolor de difícil identificación. Tal vez se trate del Ophisurus serpens de la familia de los ofíctidos. <<
[60] En P. A. IV 13, 696b20, da la razón: por tener branquias pequeñas. <<
[61] Llamado así a causa de su color. Quizá el chromis castanea según Thompson. <<
[62] El Epinephelus guaza L. o Serranus gigas (Brünnich). <<
[63] Género de peces de la familia de los escómbridos, sensu lato. Se le llama a veces albacora o atún blanco (Thunnus alalunga). <<
[64] Adoptando la lectura de algunos manuscritos, Thompson, siguiendo a Dittmeyer, propone leer skombrides, caballas. <<
[65] Es decir, de mediados de marzo a mediados de junio. <<
[66] Cf. supra, V 9, 543a4 y ss. <<
[67] De mediados de junio a mediados de julio. <<
[68] De mediados de noviembre a mediados de diciembre. <<
[69] El Mugil chelo de Cuvier o el Chelon labrosus de Risso. Mújol de labios gruesos, que es lo que parece designar el nombre. Cf. infra, VI 17, 570b2; ATENEO, VII 306. <<
[70] El Mugil auratus de Cuvier. <<
[71] El Mugil cephalus de Linneo, mújol de cabeza grande. <<
[72] En el capítulo noveno. <<
[73] Es decir, en los animales que desovan en el verano, otoño e invierno, la regla comporta numerosas excepciones, mientras que constituye una regla general el hecho de que desoven en la primavera. <<
[74] De la forma tholón, tinta (atramentum en Gaza), se pasó a thorón, semen, como ya aparece en Escoto: insuflat super ea suum semen. <<
[75] Cf. infra, V 18, 549b32, y 19, 551b10; PLINIO, IX 163: Polypi hieme coeunt, pariunt vere ova tortili vibrata pampino. <<
[76] Cf. supra, IV 4, 529b1 y ss.; P. A. IV 5, 680a24 y ss. <<
[77] En P. A. IV 5, 680a33, Aristóteles dice que los huevos son más grandes en esta época porque las noches son más cálidas gracias a la luz de la luna. <<
[78] Al sur de la isla de Lesbos. Cf. ESTRABÓN, XIII 2, 2. Éste, según Thompson, parece ser uno de los principales lugares donde Aristóteles llevó a cabo sus investigaciones. <<
[79] Algunos comentaristas (Tricot, Louis, Vegetti) creen que se trata de la primavera, pero no así Thompson, que cita a PLINIO, IX 74: et cochlae hiberno tempore nascuntur. <<
[80] Cf. supra, V 8, 542b2. <<
[81] En el texto tà peristeroeide, que son las palomas en general, que se dividen en varias especies, cuya identificación presenta alguna dificultad. Aunque sobre estas clases de palomas hay alguna confusión, creemos con todo que nuestra clasificación se acerca bastante a la realidad. Para una sugestiva etimología de peristerá como «ave que vive cerca o alrededor de la casa», véase A. C. MOORHOUSE, «The etymology of peristerá and some allied words», Classical Quartely 44 (1950), 73-75. <<
[82] La Streptopelia turtur. <<
[83] Cf. infra, VII 1, 582a27; G. A. II 4, 739a26. <<
[84] Cf. SORANO, Ginecología I 33, que atribuye esta diferencia a causas fisiológicas (Vara). <<
[85] Las señales de la pubertad son descritas más abajo en el capítulo primero del libro VIII. También en G. A. I 20, 728b24-37. <<
[86] El texto dice «sobre las dos veces siete» y «sobre las tres veces siete años», expresiones que parecen proceder del Corpus Hippocraticum. <<
[87] Cf. G. A. V 7, 786b15. <<
[88] Cf. infra, VI 29, 579a1, y Sobre la audición física 2, 807a20. <<
[89] Cf. G. A. V 7, 786b 16-22. <<
[90] Pasaje corrupto que ha sido objeto de varias interpretaciones. Sin embargo, el sentido parece claro: Aristóteles quiere decir que los machos tienen crías mejores a medida que alcanzan más madurez hasta el momento en que cesan de ser fecundos. <<
[91] Cf. supra, V 11, 543b25 y ss. <<
[92] Es el caso de los perros de Laconia. Cf. infra, VI 20, 574a16. <<
[93] Cf. infra, VI 20, 574a16. <<
[94] Cf. infra, VI 22, 575b22; ELIANO, XV 25. <<
[95] Es decir, el tamaño que puede alcanzar siendo la cría de una vaca todavía no adulta. Así dice Schneider: quantum par erat crescere foetum tam juvenculi parentis. <<
[96] Cf. G. A. I 18, 725b34. <<
[97] Cf. supra, V 14, 545a25. <<
[98] Cf. PLINIO, VIII 51; VARRÓN, De re rustica II 4, 8; COLUMELA, VII 9. <<
[99] En cambio en VI 18, 573b11, dice que algunas cerdas paren hermosos cerditos solamente al principio. <<
[100] En 546a8. <<
[101] Cf. infra, VI 18, 573b8 y ss.; PLINIO, VIII 77. <<
[102] Cf. infra, VI 20, 574b27, donde dice que los perros se acoplan durante toda su vida; PLINIO, X 83. <<
[103] Cf. supra, V 2, 540a13. <<
[104] De mediados de octubre a mediados de noviembre. <<
[105] También en PLINIO, X 83, pero en el libro VI 26, 588a10, dice Aristóteles que la gestación dura diez meses, lo cual es un error. <<
[106] No siempre Aristóteles sostiene esta misma opinión. Así en Sobre las narraciones maravillosas 177, 847b5-6, comenta que unos dicen que la gestación de la elefanta dura dos arios y otros que dieciocho meses; en el libro VI 25, 578a18, duda entre dieciocho meses y tres años, y en G. A. IV 10, 777b15 indica, como aquí, dos años, lo que parece ser acertado. <<
[107] Cf. G. A. IV 5, 773b6; PLINIO, VIII 10 y X 83. <<
[108] El proceso de gestación de los testáceos es explicado en G. A. III 11, 761a13 y ss. <<
[109] Cf. G. A. III 2, 761b32, en donde Aristóteles insiste sobre el hecho de que esta producción es un simple producto orgánico que no tiene nada que ver con la reproducción, puesto que la reproducción de los testáceos tiene lugar por generación espontánea; ATENEO, III 88; PLINIO, IX 40: lentorem cuiusdem cerae salivant. <<
[110] Cf. PLINIO, IX 61; ATENEO, III 88. <<
[111] Dos promontorios de la Tróade, en la entrada del mar Egeo, en el Helesponto. En el primero se elevaban, según la leyenda, las tumbas de Aquiles y Patroclo. <<
[112] Estrecho entre Beocia y Eubea. <<
[113] Unos 450 gramos. <<
[114] Cf. PLINIO, IX 62, en donde explica cómo se obtenía la púrpura. Véase también Lloyd B. Jensen, «Royal Purple of Tyre», en Journal of Near Eastern Studies XXII (1963), 104-118. <<
[115] Que sirve como mordente en tintorería. <<
[116] Cf. PLINIO, IX 37. <<
[117] Cf. supra, V 4, 528b29; P. A. II 17, 661a17. <<
[118] Cf. supra, IV 4, 528b30; 7, 532a9; P. A. II 17, 661a21; PLINIO, IX 60. <<
[119] Cf. PLINIO, IX 61: orbes totidem quod habent annos. <<
[120] Puesto entre corchetes por Dittmeyer por estar en contradicción con G. A. III 11, 761b30. <<
[121] Quizás Ostrea cochlear, ostrica di fango de los napolitanos (Martens). <<
[122] Adoptamos esta traducción y no la variante býssos «lana, tejido, fibra» por estar de acuerdo con las investigaciones modernas. Véase por ejemplo el libro citado de G. LINDNER, Muschen und Schnecken der Weltmeere, trad. española, Barcelona, Omega, 1983, pág. 98: «Estas conchas están clavadas por su extremo puntiagudo perpendicularmente en el fondo arenoso o de fango». <<
[123] Cf. ATENEO, III 89; PLINIO, IX 42; ELIANO, III 29. <<
[124] En el primer caso Pontonia tyrrhena, en el segundo Pinnotheres veterum (Tricot). <<
[125] Cf. supra, V 15, 547b13. <<
[126] Pinnotheres pisum (Thompson). <<
[127] Cf. supra, IV 4, 529-530a12. <<
[128] En el texto tenágesi. Dittmeyer conjetura pelágesi, «en alta mar». Cf. ESCOTO: et quidam eius in pelago, quidam in ripa et quidam in luto. <<
[129] Cf. infra, VIII 1, 588b15. <<
[130] Cf. PLINIO, IX 86: ut omnia… contacta adurat. Cf. P. A. IV 4, 681b9. <<
[131] En la isla de Lesbos. <<
[132] Las medusas. Cf. P. A. IV 5, 681a18: «Las llamadas holoturias, así como las medusas y otras especies análogas, difieren poco de las esponjas». <<
[133] Cf. infra, VIII 2, 590a27-32; P. A. IV 5, 681a36-b8. <<
[134] El Typton spongicola, Dittmeyer duda de la autenticidad de este pasaje, ya que antes nos ha dicho el autor que estos parásitos viven en las pinnas. <<
[135] Cf. PLINIO, IX 69, en donde se estudian las maravillosas propiedades terapéuticas de las esponjas. <<
[136] Ut non inducat dolorem percussio gladii (SAN ALBERTO MAGNO en SCHNEIDER, pág. 329). <<
[137] Cf. supra, I 1, 487b10; en P. A. V 4, 681a19, dice lo contrario. <<
[138] Otra interpretación en Schneider, que lo entiende al revés: quae (los parásitos) cum illae (las esponjas) extirpatae sunt, una cum radicum reliquiis a saxatilibus pisciculis devorantur. <<
[139] Cf. supra, V 16, 548b 1. <<
[140] La punta sureste de la isla de Lesbos. Cf. TUCÍDIDES, III 4; JENOFONTE, Helénicas I 6, 26: «el cabo Malea, en la isla de Lesbos». <<
[141] Los alvéolos de la esponja, que Plinio llama fistulae. <<
[142] De mediados de mayo a mediados de agosto. <<
[143] Cf. supra, IV 2, 525b13, y G. A. III 8, 758a12-15. <<
[144] Cf. G. A. III 11, 763a10-24. Se parecen a las larvas, al desarrollarse en el exterior. Cf. G. A. II 1, 733a25-31. <<
[145] Aristóteles cree erróneamente que el orificio del oviducto se confunde con el ano en los crustáceos. En realidad el orificio del oviducto está en la base de la tercera pata torácica, mientras que el intestino termina en el llamado telson. <<
[146] Las diferentes fases de la puesta son, pues, las siguientes: puesta propiamente dicha de los huevos que permanecen bajo el abdomen para ser incubados; después, expulsión de estos huevos y, finalmente, nacimiento de las langostas. <<
[147] Estrella de la constelación del Boyero, en frente de la Osa Mayor. Es visible a mediados de septiembre. Cf. Peck, ob. cit., II, pág. 399. <<
[148] Crustáceo sólo citado aquí y de difícil identificación. Quizás se trate del Scyllarus arctus. <<
[149] Como acaba de decir en 549a20. <<
[150] Cf. supra, V 12, 544a7. <<
[151] Cf. supra, IV 1, 523b24, y P. A. IV 9, 685a4, donde Aristóteles precisa que la cabeza del pulpo es en realidad su cuerpo que contiene la masa visceral. <<
[152] Cf. infra, VI 2, 560a28. <<
[153] Cf. G. A. III 2, 753b17, donde se describe el crecimiento del embrión en los huevos de las aves. <<
[154] Debía figurar aquí un dibujo muy simple. Puede verse la reconstrucción en la traducción de Thompson, en el lugar correspondiente. <<
[155] La parte del cuerpo que contiene las vísceras y que ha sido descrita más arriba. Cf. supra, IV 1, 523b24. <<
[156] Cf. ATENEO, VII 317f. <<
[157] PECK (ob. cit., II, pág. 171) adopta la variante «batráchon», basándose en infra 568a23: resembling the spawn of frogs. <<
[158] Paulatim et repetitis viscibus (Schneider). <<
[159] PLINIO, IX 74: loligines in alto conserta ova edunt. <<
[160] Cf. infra, IX 37, 662a22. <<
[161] Cf. supra, IV 1, 524b31. <<
[162] Cf. supra, IV 1, 525a10-12. <<
[163] Cf. supra, V 8, 542a1. <<
[164] Llamada también alazor, es una planta compuesta, cuyas flores, de color de azafrán, se usan para teñir; sus semillas sirven para cebar aves. La Carthamus tinctorius o la Serratula attica (Index arist. 394b44). <<
[165] Cf. PLINIO, XXIX 29; SCHNEIDER (Comm., I 382): locustrarum genus quos Linnaeus gryllos, Fabricius achetas vocavit. Tal vez se trate del Ephippiger ephippiger llamado vulgarmente chicharra alicorta. Este grillo se posa en la vegetación y emplea sus cortas alas para emitir un corto chirrido doble. <<
[166] Cf. G. A. III 11, 762a8 y ss. <<
[167] Respectivamente, del tipo de los platelmintos, nematelmintos y una variedad de éstos, los ascárides (Ascarites lumbricoides que vive en el intestino delgado de los niños y que puede alcanzar cuarenta centímetros). <<
[168] Son los anillos planos o la proglottis de la Taenia solium. Cf. PLINIO, XI 38. <<
[169] Insectos imposibles de identificar. Literalmente los nombres significan «manos de almirez» y «husos». Son crisálidas de la familia de los geométridos. Cf. A. I. 7, 707b9 y ss. <<
[170] No puede referirse al gusano de seda (Bombyx morí) originario de China, porque su crianza no fue introducida en Grecia hasta el siglo VI d. C. Thompson sugiere que la descripción puede referirse a una de las grandes saturnias. Cf. W. T. M. FORBES, «The Silkworm of Aristotle», Classical Philology XXV (1930), 22 y ss. <<
[171] Sin identificar, probablemente se trata de una mariposa. Hoy la palabra necídalo designa un género de insectos coleópteros de la familia de los cerambícidos que son xilófagos. <<
[172] Quizás se trate del Lucanus cervus, coleóptero de gran tamaño cuyo nombre se debe a las enormes mandíbulas astiformes del macho. <<
[173] Pasaje muy corrupto y quizás como sugiere Louis hay aquí una laguna. <<
[174] El Lampyris noctiluca o, según Thompson, el Luciola italica. <<
[175] Cf. supra, donde dice que son los estros los que nacen de los gusanos del lodo. <<
[176] El texto es dudoso y hay numerosas variantes. PECK (ob. cit., II, pág. 180), propone leer Megaroi gígnetai en tais orgási, es decir, en «Mégara en las praderas fanganosas». Cf. J. LONGRIGG en la recensión del libro de Peck, Classical Review XXV (1973), 89-90. <<
[177] El llamado escarabajo pelotero de la familia de los escarabeidos. <<
[178] La Haltica olerácea. <<
[179] TEOFRASTO, H. P. VIII 10; PLINIO, XI 41; ELIANO, IX 39. Lytta vesicatoria, insecto conocido debido a que con él se prepararon durante muchos siglos «filtros de amor». <<
[180] Véase sobre esta cuestión W. LAMEERE, «Au temps où Franz Cumont s’interrogeait sur Aristote», Antiquité Classique, XVIII, 1949, págs. 300-1. <<
[181] Cf. PLINIO, XI 42; ELIANO, II 2. Pero en otros pasajes Aristóteles niega el hecho. Cf. De generat. et corrupt. II 5, 330b29; Meteor. IV 4, 332a7. <<
[182] Cf. HERÓDOTO, IV 17-18. <<
[183] Las efímeras o cachipollas del orden de los efemerópteros. Cf. CICERÓN, Q. Tuse. I 39; PLINIO, XI 43; ELIANO, V 43. <<
[184] Se trata del capullo. Cf. supra, V 19, 551a20. <<
[185] Pelopaeus spirifex. Cf. infra, IX 1, 609a5; PLINIO, X 95. <<
[186] Término de la medicina hipocrática. Véase sobre la noción de crisis, L. BOURGEY, Observation et expérience chez les médecins de la Collection Hippocratique, París, Vrin, 1953, págs. 237-238. <<
[187] PLINIO, XI 43, dice simplemente: moriuntur etiam caecitate. <<
[188] De todos los insectos, la abeja es el himenóptero que Aristóteles ha descrito con mayor prolijidad y exactitud, salvo algunos errores, como por ejemplo, el asunto referente al sexo de la reina. En efecto, Aristóteles por un error que persiste hasta la segunda mitad del siglo XVI, en cuya época gracias a los estudios de Swammerdam y Malpighi se conoce el verdadero sexo de la reina, llamaba a la reina madre, jefe (ho hegemón) o rey (basileus), y que los latinos (Plinio y Virgilio, por ejemplo) tradujeron por dux, ductor, imperator. <<
[189] Los autores antiguos se ocuparon ya de este asunto. Así, hablaron de la generación de las abejas, VIRGILIO, Geórgicas IV 200; COLUMELA, IX 97; PLINIO, XI 64, y el propio Aristóteles también en G. A. III 10, 759a8-760b29. <<
[190] JENOFONTE, Económico VII 32, en donde hay una vaga indicación del verdadero sexo de la abeja reina. <<
[191] Es decir, de las obreras. <<
[192] Más que de variedades se trata de los diferentes insectos que componen el enjambre. Cf. infra, IX 40, 624b23-26. <<
[193] Cf. infra, IX 40, 624b20; ELIANO, I 9; VARRÓN, De re rustica III 16, 19; PLINIO, XI 17. <<
[194] Afirmación errónea, ya que hay una sola reina. René-Antoine Ferchault de Réaumur (1683-1757) fue el primero en demostrar que normalmente sólo hay una reina en cada enjambre (Peck). <<
[195] Cf. supra, V 21, 553a19, y G. A. III 10, 759a11. <<
[196] Es la sustancia cérea con que las abejas bañan la colmena antes de empezar a obrar. Cf. infra, IX 40, 623b29; Meteor. IV 10, 388b19; HERÓDOTO, II 96. <<
[197] Toda la Antigüedad creyó que la miel procedía del rocío depositado sobre las flores por la mañana y que las abejas se limitaban a recogerla. TEOFRASTO (frag. 190) creía que la miel podía tener un triple origen: el aire, las flores y las cañas. En PLINIO, XII 18, se nos dice que en Hircania árboles llamados occhi (Hedisarum alhagi L.) segregan la miel cada mañana durante dos horas. <<
[198] Cf. Probl. XII 30, 907a37, que justifica la lectura iris en vez de sirios de algunos manuscritos. Hay dudas referentes a qué estrellas se refiere Aristóteles. Thompson cree que se trata de la salida de las grandes constelaciones, basándose en PLINIO, XI 14. Cf. también HIPÓCRATES, Sobre los aires, aguas y lugares 11: «Hay que vigilar también la salida de los astros, sobre todo las del Perro, y a continuación la de Arturo, y además el ocaso de las Pléyades. En efecto, las enfermedades hacen crisis» (trad. de López Férez). <<
[199] Que no podría ser elaborada por las abejas en cantidad suficiente. <<
[200] Conservamos la lectura chymu de los manuscritos en vez de las variantes thýmu y Hymettu propuestas por algunos críticos. <<
[201] Cf. PLINIO, XI 85. <<
[202] En el texto erithake, que es una especie de miel inferior que tiene la dulzura del higo y que sirve para el alimento de las abejas. Cf. VARRÓN, III 16, 23. <<
[203] Cf. supra, V 19, 551a23. <<
[204] Cf. PLINIO, XI 16. Lo que cuenta Aristóteles en las líneas siguientes es inverosímil y por ello se consideran espurias. <<
[205] Cf. VIRGILIO, Geórgicas 10, 206; PLINIO, XI 22. <<
[206] Cf. Sobre las cosas maravillosas 18, 831b29; PLINIO, XI 19; ELIANO, V 42; DIODORO DE SICILIA, XIV 29; ESTRABÓN, XII 3. <<
[207] Llanura del Ponto, citada por ESQUILO, Prometeo 724. <<
[208] En el Ponto, la actual Samsum. <<
[209] Cf. infra, IX 40 y 41; G. A. III 10, 761a2-10. <<
[210] Cf. PLINIO, XI 24: cellae, cerae autem a cortice, araneosae. <<
[211] La identificación de este insecto es dudosa. Thompson piensa en la especie Chalicodoma muraría, que construye sus nidos con barro, pero estos nidos son redondos y no puntiagudos como dice Aristóteles. <<
[212] Cf. PLINIO, XI 36. <<
[213] Cf. supra V 8, 542a13; infra, IX 39; G. A. III 9, 758b9; PLINIO, XI 29. Se ha de notar que hasta principios del siglo pasado, los arácnidos estaban incluidos entre los insectos. Hoy día constituyen un grupo aparte y así los artrópodos comprenden los insectos, los crustáceos, los miriápodos y los arácnidos. <<
[214] Especies epeira o lycosa. <<
[215] Cf. supra, VI 17, 571a5. <<
[216] Este ovipositor no se encuentra en todas las especies, sino sólo en la Locusta vividissima (Thompson). <<
[217] Cf. supra, V 18, 555b20 y 556a1-2. <<
[218] Cf. supra, IV 7, 532b13-18; PLINIO, XI 32. Estas dos especies de cigarras son respectivamente la Cicada plebeia y la Cicada orni. Las dos son muy comunes en Europa y se caracterizan por la diferencia de sus colores. <<
[219] Cf. infra, VIII 17, 601a7; VIII 28, 605b27; ESTRABÓN, VI 1, 9. <<
[220] Cf. VIRGILIO, Églogas II 14: Sole sub ardenti resonant arbusto cicadis. <<
[221] Cf. supra, V 8, 542a2. <<
[222] Hace esta observación Aristóteles porque en el pasaje que acabamos de citar hemos visto que en los insectos la hembra mete en el macho, que está encima, su vagina. <<
[223] Cf. supra, V 28, 556a8. <<
[224] Ninfa. Ya se sabe que las cigarras sirven de alimento en el Próximo Oriente. <<
[225] Cf. PLINIO, XI 32. <<
[226] Error reproducido por PLINIO, XI 39. <<
[227] La ptiriasis, que es la erupción que acompaña a la multiplicación de los piojos sobre el cuerpo. El piojo humano (Pediculus humanus) existe en forma de dos variedades: el del pelo o de la cabeza (P. h. capitis) y el de las partes inferiores del cuerpo (Phtirius pubis). A éste, sin duda, se refiere luego Aristóteles. <<
[228] Poeta del siglo VII a. C. (670-640 a. C.) considerado cronológicamente como el primero de los grandes líricos griegos; es conocido, sobre todo, por sus partenios o cantos de doncellas, ya que era el maestro del coro de las jóvenes de las dos familias reales de Esparta, en donde desarrolló principalmente su actividad. <<
[229] Filósofo del siglo VI a. C. autor de una cosmogonía considerada como el libro en prosa más antiguo de Grecia. <<
[230] Cf. infra, IX 51 (49 B), 633b2. Phasianus colchicus, llamado así por habitar sobre todo en las riberas del río de la Cólquide llamado Fasis. <<
[231] Cf. PLINIO, XI 39. <<
[232] El Ixodes ricinus o Ricinus communis. Cf. Odisea XVII 300; PLINIO, XI 40. <<
[233] Quizás el Brachiella thynni o el Cecrops Latreillii. Cf. supra, VIII 19, 602a25. <<
[234] Naucrates ductor; cf. ELIANO, IX 7. <<
[235] Cf. supra, V 19, 551a1 y ss. <<
[236] A pesar de la lectura de los manuscritos epi kerio, aceptamos la sugerencia de Peck en pikerio, ya que según Thompson no hay larvas en la cera. <<
[237] Cf. supra, IV 7 532a18. El Chelifer cancroide. <<
[238] Si es la carcoma común de los muebles es la Anobium punctatum, pero según Louis la descripción que sigue parece corresponder a la larva de los friganeidos. <<
[239] Todo este pasaje ha sido resumido por PLINIO, XI 41. <<
[240] Este parásito (Blastophaga grossorum) desempeña un papel importante en la fertilización de la higuera convirtiéndola de silvestre en doméstica. Aristóteles menciona este proceso en este pasaje y también habla de ello en G. A. I 1, 715b22 y ss. Cf. W. CAPELLE, «Zur Entomologie des Aristóteles», Rheinische Museum 105 (1962) 56 y ss. <<
[241] Cf. supra, II 15, 506a19; Punjo, XXXII 14. <<
[242] Esta información procede de HERÓDOTO, II 68; cf. también PLINIO, VIII 37. <<
[243] La víbora es, en efecto, ovovivípara. Cf. supra, II 1, 511a6 y G. A. II 1, 732b21. <<
[244] Cf. ELIANO, I 24: «Las víboras roen el vientre materno, salen inmediatamente después y vengan así a su padre» (trad. Díaz-Regañón). <<
[1] Cf. supra, V 13, e infra, IX 7-36, donde Aristóteles trata de las costumbres de estos animales. <<
[2] Cf. supra, V 13, 544a33; PLINIO, X 74. <<
[3] Variedad de gallina doméstica, no identificada. Cf. G. A. III 7, 749b28-30; ATENEO, VII 285d. THOMPSON (A Glossary of Greek Birds, Oxford, 1936, pág. 39) cree que se trata de una gallina enana. <<
[4] Esta es la interpretación de Louis y Vegetti, pero Tricot, siguiendo a Schneider y a Thompson, cree que ditokusi significa bis tantum pariunt, es decir, dos veces por año; pero para evitar la contradicción que así hace incurrir a Aristóteles, substituye el peristerá primero por peleiás, paloma bravía. De todas maneras, léase como se lea, el texto es dudoso. <<
[5] Falco tinnunculus. Cf. G. A. III 1, 750a7-10; PLINIO, X 73. <<
[6] Cf. infra, IX 8, 613b6 y ss. <<
[7] Leemos con Thompson méropa y no eíropa. Se trata del abejaruco, Merops apiaster. Cf. infra, IX 13, 615b30-32; PLINIO, X 51. <<
[8] En realidad no hay semejanza entre el nido del tordo y el de la golondrina. Seguramente se debe de tratar de una falsa lectura. <<
[9] Por oposición a las aves que ponen sus huevos en el nido de las otras. <<
[10] En cambio infra, IX 15, 616a35, dice Aristóteles que la abubilla hace el nido con excremento humano. <<
[11] Esta es la lectura de Louis frente a la kókkyx de los manuscritos, ya que el cuco no hace nido. Cf. infra, VI 7, 563b30, y XI 29, 618a8. Dittmeyer propuso kýpselos, una especie de vencejo. <<
[12] Es decir, sin cascarón. <<
[13] Cf. G. A. III 1, 751a32; PLINIO, X 74. <<
[14] Lo contrario afirman PLINIO (X 74) y COLUMELA (VIII 5), opinión corriente durante la Edad Media. Así dice Escoto: ova vero longa acuti capitis producunt mares, rotunda vero et habencia in loco acuminis rotundum producunt feminas. Pero SAN ALBERTO MAGNO (VI 8) nota que se trata de un error y que lo correcto se encuentra ya en Avicena. G. RUDBERG, «Stratonica», Eranos 49 (1951), 31 y ss., sugiere que el error procede de Estrabón de Lámpsaco, sucesor de Teofrasto en la dirección de la escuela peripatética. <<
[15] El mismo relato en ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 104, y PLINIO, XI 75. <<
[16] Cf. G. A. II 4, 739b6-8. <<
[17] Cf. G. A. III 2, 752a32-35. <<
[18] Cf. G. A. III 1, 751a9-13. <<
[19] Aristóteles trata varias veces de esta clase de huevos. Cf. supra, V 1, 539a31; G. A. I 21, 730a4; II 5, 741a17; III 1, 749b1; III 1, 751b3-751a24. <<
[20] El Chena lopese aegyptiacus, pato parecido a un ganso, citado también por HERÓDOTO (II 72) que lo describe como un ave sagrada entre los egipcios. Cf. también ELIANO, V 30. <<
[21] Literalmente significa «cola u orina de perro». <<
[22] Cf. PLINIO, X 80: Quidam ex vento putant ea generari: qua de causa etiam Zephyria apellantur. <<
[23] Cf. G. A. III 2, 753a34-b10. <<
[24] La membrana vitelina. <<
[25] Cf. G. A. III 1, 752a4-8. <<
[26] Cf. G. A. III 2, 753a15-17, donde dice Aristóteles que si estas hembras languidecen es porque están privadas de una función natural. <<
[27] Cf. VARRÓN, De re rustica III 10, 3. <<
[28] Cf. supra, V 5, 541a26; G. A. III 1, 751a15; ELIANO, XVII 15; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 81; ATENEO, IX 390; PLINIO, X 51. <<
[29] Cf. G. A. III 6, 756b23; ATENEO, IX 394d; ELIANO, I 15; PLINIO, X 79. <<
[30] Cf. supra, VI 2, 560b18. <<
[31] Cf. G. A. II 4, 740a3-5. <<
[32] Aristóteles parece haber distinguido el amnios y el alantoides. <<
[33] Cf. G. A. II 6, 743b33-35; también infra, VII 3, 583b19. <<
[34] Cf. G. A. III 2, 753b10; PLINIO, X 74. Pero HIPÓCRATES, Sobre la naturaleza del niño (VII 536 L), y ALCMEÓN DE CROTONA decían lo contrario. Cf. G. A. III 2, 752b25. <<
[35] El cristalino. <<
[36] La vena y la arteria vitelinas. <<
[37] La vena y la arteria alantoides. <<
[38] El corion y el alantoides. <<
[39] El amnios. <<
[40] Todo este pasaje es una evidente repetición. <<
[41] O. D. KEMBER en su artículo «Aristotle and the chick embryo», The Classical Quarterly 21 (1971), 393-396, dice que no hay necesidad de abrir el huevo para oír el piar del pollito, y por ello considera este dislate una glosa. <<
[42] Membrana exterior de las dos que envuelven el feto y que se encuentra tanto en los ovíparos como en los vivíparos. Cf. G. A. II 4, 739a21. <<
[43] Es decir, hacia el vigésimo día después de la incubación. <<
[44] Cf. G. A. III 2, 753b10-754a15, en donde Aristóteles remite a este pasaje de la presente obra. <<
[45] La versión de Escoto es la siguiente: et sunt quedam galline que semper faciunt gemellos, et quedam gallina cubat super ova et finduntur teste in xviii diebus, et in quolibet inveniuntur gemelli et unus gemellorum parvus est et alter magnus, et multociens est parvus monstruosus. Cf. también PLINIO, X 74. <<
[46] Cf. supra, V 13, 544b1-7, y VI 1, 558b11-13. <<
[47] En 562b4. <<
[48] O bien «a causa de su pequeñez». <<
[49] Cf. ELIANO, I 15; PLINIO, X 74; ATENEO, IX 394. <<
[50] Cf. infra, IX 7, 613a17-19; PLINIO, X 52; ATENEO, IX 394. <<
[51] Cf. ESQUILO, Suplicantes 795; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 42; PLINIO, X 7. Cf. también infra, IX 11, 614a8. <<
[52] De Heraclea del Ponto, autor de obras mitológicas sobre Heracles, Orfeo y Museo, y sobre los Argonautas. Citado también en G. A. III 6, 757a4-6. <<
[53] Natural de Mégara, fue maestro de Pirrón, el fundador de la escuela escéptica. Véase DIÓGENES LAERCIO, IX 11, 61. <<
[54] Cf. infra, IX 11, 615a9-12, donde contradice la opinión de Herodoro. <<
[55] Cf. supra, II 17, 508b5; G. A. IV 6, 774b31; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 72, 98; ELIANO, II 3, y XVII 30. <<
[56] Poeta legendario que la tradición hace vivir a principios del siglo VI a. C. y al que se atribuyen una teogonia, una titanomaquia y sobre todo oráculos. <<
[57] Pasaje traducido por PLINIO, X 4: eo tempore ipsis cibum negavit natura, prospiciens ne omnium ferarum fetus raperentur. Ungues quoque earum invertuntur diebus iis, albescunt inedia pennae, ut mérito partus suos oderint. <<
[58] Cf. infra, IX 34, 619b23-26. <<
[59] Cf. infra, IX 34, 619b25; PLINIO, X 4. Sobre los períodos de incubación, algunos de ellos equivocados, véase Μ. M. NICE, «Incubation periods throughout the ages», Centaurus III (1953), 311 y ss. <<
[60] Cf. infra, IX 17, 616b25. <<
[61] Cf. infra, IX 31, 618b9-17. <<
[62] En 563b3. <<
[63] Cf. PLINIO, X 15. <<
[64] Como, por ejemplo, ESOPO, fábula 198; PLINIO, X 41. <<
[65] Texto incierto. Quizás tengan razón Aubert y Wimmer en suponer sospechosa una gran parte de este capítulo. Por otra parte, Dittmeyer creía que había aquí una laguna y el pasaje de homoios d’estín a olígas hemeras falta en la versión de Escoto. (Peck). <<
[66] El gavilán. Cf. infra, IX 36, 620a18. <<
[67] Cf. infra, IX 29, 618a8; G. A. III 1, 750a15; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 109 y TEOFRASTO, C. Pl. II 17, 9. <<
[68] Cf. G. A. III 1, 750a11-12. <<
[69] Difícil de identificar. Quizá un ave próxima a la curruca y que también se conoce con el nombre de ruiseñor bastardo (Cettia cetti). <<
[70] Cf. supra, VI 4, 562b17. <<
[71] Cf. ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 110. <<
[72] Cf. ATENEO, IX 379; PLINIO, X 79. <<
[73] Cf. VARRÓN, De agricultura III 6; COLUMELA, De agricultura VIII 11; PALADIO, De agricultura I 28. <<
[74] Por ejemplo, la perdiz. Así ELIANO, III 16: «La perdiz, cuando está a punto de poner sus huevos, intenta pasar inadvertida a su compañero por temor a que éste casque los huevos» (trad. Díaz-Regañón). <<
[75] Cf. supra, III 1, 510a3-7; G. A. I 4, 717b8. <<
[76] Cf. supra, I 5, 489a34-b, y III 1, 511a3-5. <<
[77] No estuvo muy afortunado aquí Aristóteles pues no todos los selacios son vivíparos, ya que algunos, como por ejemplo la raya y la lija, son ovíparos, pues ponen huevos muy voluminosos que se desarrollan en el mar. Cf. GRASSÉ, op. cit., III, pág. 92. <<
[78] D’Arcy Thompson creía que podría tratarse de un error textual y propone substituir batrachu por bátu (raya); lo mismo en VI 17, 570b33. <<
[79] Cf. supra, III 1, 511a3-14. <<
[80] Cf. supra, III 1, 511a7, y G. A. I 11, 718b2. <<
[81] Cf. G. A. III 3, 755a1-5. Es decir, que tiene un amnios pero no un alantoides. <<
[82] Cf. supra, VI 2, 559b17. <<
[83] Cf. supra, VI 3, 562a5 y ss. <<
[84] En 564b23. <<
[85] Scyllium canícula. Cf. Index arist. 686a37-46. <<
[86] Son las glándulas del oviducto que segregan el cascarón (Thompson). <<
[87] Alopias vulpinas L. <<
[88] Esta es la famosa descripción de la estructura placentoide en el embrión de la Mustelus laevis. La estructura es similar en forma y función a la placenta de los mamíferos, pero su origen no es el mismo. Sobre la exactitud de la descripción de Aristóteles reconocida sólo en 1840 por el científico JOHANNES MÜLLER (Über der glatten Hai des Aristóteles, Berlín, 1842), véase BRUNET y MIELI, ob. cit., pág. 276. <<
[89] Cf. G. A. II 7, 745b30-746a8. <<
[90] El autor combate aquí la opinión de Anaxágoras, el cual según dice Aristóteles en G. A. (IV 1, 763b22) sostenía que los machos nacían a la derecha y las hembras a la izquierda. Para esta opinión que se mantuvo hasta el siglo XVII, véase J. ROGER, Les Sciences de la vie dans la pensée française du XVIIIeme siécle, París, Colín, 1963, pág. 44. <<
[91] Creencia común en la antigüedad pero que no se basa en nada sólido. Cf. OPIANO, Haliéuticas I 7; ELIANO, I 16. <<
[92] En 564b18. <<
[93] Comparati cum utero femenino (Schneider). <<
[94] Cf. supra, III 1, 510a1 y ss.; VI 9, 564b10. <<
[95] Cf. infra, VII 4, 585a5 y ss.; G. A. IV 733a32-734b4. <<
[96] Cf. supra, V 10, 543a17. <<
[97] De mediados de octubre a mediados de noviembre. <<
[98] En noviembre o quizás en diciembre. Es difícil precisar más porque el aspecto del cielo es muy diferente hoy del que podían observar los griegos de la Antigüedad. Cf. D. R. DICKS, Early Greek Astronomy to Aristotle, Nueva York, 1970, passim. <<
[99] Cf. PLINIO, IX 74. <<
[100] Rhinobatus rhinobatus, los llamados pez guitarra, que tienen la cabeza deprimida de las rayas y el cuerpo fusiforme de los escualos. <<
[101] O pez sierra. En el original pristis. <<
[102] Dittmeyer seguido de Thompson sugiere que estos dos últimos peces por ser selacios estarían mejor al final del capítulo anterior, pero tal vez la diferencia está bien marcada con el eti de. <<
[103] OPIANO, Haliéuticas I 654. <<
[104] Cf. infra, VIII 13, 598b1. <<
[105] Cf. supra, IV 10, 537b1-3; De resp. 17, 476b20. <<
[106] Cf. PLINIO, IX 7; ELIANO, V 4. <<
[107] OPIANO, Haliéuticas I 667; ELIANO, I 18 y X 8. <<
[108] Cf. PLINIO, IX 15; ELIANO, IX 50. <<
[109] Cf. ΟΡIΑΝΟ, Haliéuticas 7, 690; ELIANO, IX 9. <<
[110] El texto es corrupto y ha habido varias interpretaciones, pero todos los críticos coinciden en señalar que la lectura de los manuscritos, batidi (raya), es incorrecta. Peck propone leer boi, Louis probato. <<
[111] Es decir, los animales que nosotros llamamos ovovivíparos. <<
[112] Cf. supra, VI 10, 564b19 y III 1, 510b20. <<
[113] Pez no identificado y que sólo se cita aquí. <<
[114] Cf. supra, III 1, 510b25; G. A. I 8, 718b11. <<
[115] Cf. supra, V 5, 540b6-541a34. <<
[116] Sabido es que los serranos son hermafroditas, dotados de órganos genitales bivalentes con madurez frecuentemente simultánea, lo que permite la autofecundación. <<
[117] Cf. HERÓDOTO, II 93, donde dice que los machos esparcen el semen y las hembras que los siguen lo recogen y con él se fecundan. Pero ARISTÓTELES en G. A. III 756a6 y ss., reprocha al historiador ser el intérprete de «este cuento estúpido». <<
[118] Hay variantes en el texto, pero el sentido es evidente. Cf. infra, VIII 13, 598b4. <<
[119] G. A. III 5, 756a27. <<
[120] Cf. G. A. III 7, 757b15. <<
[121] Fenómeno citado por el autor varias veces. Cf. supra, V 10, 543b3; infra, VI 17, 571a15; VIII 12, 597a14 y 598a27. <<
[122] El Gobius niger de Linneo. Cf. ATENEO, III 319c. <<
[123] Syngnatus acus (L.), llamada así a causa de su forma alargada. Cf. G. A. III 3, 755a32; PLINIO, IX 76: unus piscium dehiscente propter multitudinem utero parit. <<
[124] Serpientes mencionadas también infra, VIII 24, 604b15, y descritas por ELIANO, VIII 13, que las llama typhlinai por tener los ojos pequeños. Quizá se trate de la Typhlops vermicularis. <<
[125] Cf. infra, VI 14, 568b4-6; G. A. II 6, 742a14-15. <<
[126] Cuando los vientos arrancan algas y plantas marinas que la corriente arrastra. Cf. PLUTARCO, De ira cohibenda 456c; ARISTÓTELES, De mundo 5, 397a33. <<
[127] TEOFRASTO, H. P. IV 6, 4, habla de un alga marina (probablemente la Laminaria saccharina) que es arrastrada por la corriente al Mediterráneo desde el Atlántico. Luego habla de otra que crece en Creta y de la cual se obtiene un tinte más fino que la púrpura. Se trata sin duda de la Roccella tinctina (Peck). <<
[128] Cf. supra, V 15, 546b18-547a33. <<
[129] Cf. PLINIO, XI 14, que dice más exactamente ex ortu magnorum siderum, es decir, la aparición de las Pléyades, Arturo y la Canícula. Es evidente por testimonios de la literatura griega que era una práctica de aquellos tiempos indicar los períodos del año por referencia a las salidas y ocasos de algunas estrellas, y de este método encontramos varios ejemplos en Aristóteles. Cf. supra, V 10, 543a15; VI 11, 566a21; infra, VIII 15, 600a3. <<
[130] En 543a2 también se menciona la chaléis como una especie de sardina, un pez pequeño de la familia de los arenques; pero aquí se cita entre los peces de agua dulce y es de difícil identificación. <<
[131] Conducta recordada por ELIANO, XII 14. Este pez fue reconocido por el biólogo Jean Louis Rodolphe Agassiz (1807-1873), nacido en Suiza y profesor de zoología en Harvard desde el año 1848, que la bautizó con el nombre de Parasilurus aristotelis. Vive en el río Aqueloo y en sus tributarios. Véase Ch. SINGER, A History of Biology, Oxford, 1950, pág. 19 y ss. <<
[132] El hecho es señalado de nuevo infra, IX 37, 621a20-26. <<
[133] Cf. PLINIO, IX 75. <<
[134] La identificación de este pez es difícil. HERÓDOTO (V 16) lo cita y lo sitúa en el lago Prasíade en Tracia, pero tampoco lo describe. No podemos decir otra cosa salvo que debe de tratarse de un pez común en los ríos y lagos del Mediterráneo. <<
[135] Abramis ballerus L., durante la época de puesta, abril-mayo, los cardúmenes remontan los ríos para frezar en aguas de poca profundidad y ricas en vegetación. Véase MUUS-DAHISTROM, Europas Fershvandsfish, trad. cast., Barcelona, Omega, 1981, pág. 126. <<
[136] Sobre esta traducción véase la recesión del libro de LOUIS hecha por R. WEIL, R. E. G. 82 (1969), 653-5. <<
[137] Es la Maena vulgaris, pez marino acantopterigio, comestible y frecuente en el Mediterráneo. <<
[138] Mencionado en ARISTÓFANES, Avispas 679, y TERENCIO, Andriana II 7, 32. Por otro lado dice Escalígero: non est nomen piscis sed artis in genere piscium coquendo ad epulas. <<
[139] Cf. ARISTÓTELES, Fragmenta 309 (pág. 231, ROSE); ATENEO, VII 284f, que describe las diferentes especies de morralla. Cf. PLINIO, XXXI 44: apuam nostri, graeci aphyen vocant. <<
[140] A mediados de septiembre. <<
[141] Cf. PAUSANIAS, I 1. <<
[142] Aristóteles parece admitir que en ciertos casos la morralla es el primer estadio de la formación de otros peces; en cambio ningún pez se forma de la llamada espuma. <<
[143] El puerto oriental de Atenas. El verbo phaleriao significa «blanquear de espuma» las olas. <<
[144] Pueden ser los boquerones, según la nomenclatura de Linneo: Engraulis encrasicolus. <<
[145] Cf. supra, IV 11, 538a3-8; IV 14, 569a6; G. A. II 5, 741b1; III 2, 762b26. <<
[146] Cf. supra, IV 11, 538a3, donde Aristóteles combate esta creencia. <<
[147] Cf. G. A. III 2, 762b26-28: «Los gusanos llamados gusanos de tierra tienen la naturaleza de una larva y de ellos toman cuerpo las anguilas». <<
[148] Así las observaciones de Aristóteles sobre la anguilas son muy acertadas y habrían podido conducir al descubrimiento de la verdad, cosa que ocurrió en 1896 cuando Grassi y Celandrucci establecieron que un pez pequeño, el Leptocephalis brevirostris, era en realidad la forma larval de la anguila (cf. GRASSÉ, op. cit, III, pág. 211). <<
[149] O sea, divisible por siete. Es sabida la importancia del número siete en la medicina hipocrática, influencia a su vez de las teorías pitagóricas. Cf. supra, V 20, 553a7. <<
[150] Pez no identificado. Vuelve a mencionarse infra, VIII 19, 602a1. En el texto, marínous. <<
[151] Mes de diciembre. <<
[152] Citado también en V 11, 543b15. <<
[153] Cf. ATENEO, VII 324e, que cita un fragmento de Aristóteles en que habla de las triglas, cuyos huevos pueden ser devorados por gusanos intestinales. <<
[154] Seguramente el chucleto, Atherina hepsetus, pez de la familia de los aterínidos, de cuerpo alargado y dos dorsales, la primera en radios espinosos. Téngase en cuenta que en griego ather significa «espina». <<
[155] Literalmente significa «cara de flauta». Según Cuvier, sería el Serranus anthias. También lo cita ELIANO, XIII 17, pero las características no coinciden con las de Aristóteles. <<
[156] Quizá el Pageilus mormirus de la clase de la dorada. Cf. ATENEO, 313, y PLINIO, XXXIII 54, que habla de la pictae mormyrae. <<
[157] Cf. supra, V 10, 543a31. <<
[158] Cf. supra, VI 15, 569a19. <<
[159] Cf. supra, VI 13, 567b23. <<
[160] Para Aristóteles las pelámides son atunes que han alcanzado su primer año. Así dice Schneider: Thynnides easdem cum pelamidibus intelligi voluisse videtur Philosophus, quoniam de eadem re pelamidas ponit quas antea thynnidas nominaverit. <<
[161] Primera quincena de marzo. <<
[162] Segunda quincena de junio. <<
[163] Cf. supra, V 11, 543b13. <<
[164] Propiamente significa «desarrollada», palabra que aquí el autor relaciona con el verbo auxo «crecer». <<
[165] En cambio, normalmente lo hace en otoño. Cf. supra, VI 17, 570b22. <<
[166] Animales que tienen pies y andan por tierra, en contraste con los animales que vuelan por el aire o nadan en el agua. <<
[167] Cf. PLINIO, VIII 70; ELIANO, VI 1; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 102. Cf. también infra, IX 6, 612a15-20. <<
[168] Asimismo lo dice HERÓDOTO, I 80; donde cuenta que Ciro dispuso a sus jinetes montados en camellos en frente de la caballería lidia porque «el caballo teme al camello y al advertir su presencia y percibir su olor, no puede continuar» (trad. de Schrader). Cf. JENOFONTE, Ciropedia VI 2, 18; VII 1, 27; ELIANO, III 7; XI 36; PLINIO, VIII 26. <<
[169] Cf. también infra, IX 1, 610a25-30, donde se dice que elefantes domesticados y mansos dominan a los salvajes golpeándolos. <<
[170] Cf. infra, VI 22, 575b30; VII 4, 585a13; G. A. IV 5, 773b25-35. <<
[171] ELIANO, IV 11: «Los censores puritanos llaman a las mujeres incontinentes “yeguas”» (trad. Díaz-Regañón). <<
[172] Creencia común en toda la Antigüedad. Cf. Ilíada XX 223; ELIANO, IV 6; VARRÓN, II 1; VIRGILIO, Geórgicas III 274; PLINIO, VIII 67; COLUMELA, VI 27; SAN AGUSTÍN, La ciudad de Dios XXI 5. <<
[173] La palabra griega hippomanés designa, ya una mucosidad viscosa que fluye de las partes genitales de la yegua en celo, ya una excrecencia carnosa que el potrillo presenta en la frente al nacer y que la yegua devora, lo que le inspira una viva ternura para con su pequeño. Cf. infra, VI 22, 577a9; VIII 24, 605a2; ELIANO, XIV 18; VIRGILIO, Eneida IV 515; Geórgicas III 280; TIBULO, Elegías II 4, 58: stillat cupidae ab inguine equae. <<
[174] Se refiere a la mucosidad que destila la cerda cuando está en celo. Cf. infra, VI 18, 573b2. En IX 50, 632a21-26, la misma palabra tiene el sentido del ovario de la cerda. <<
[175] Actitud destinada, sin duda, a aumentar la excitación. Así dice Gaza: colligunt sese at societate magis quam antea gaudent. <<
[176] Cf. PLINIO, VIII 66; ELIANO, XI 18. <<
[177] Cf. infra, IX 3, 611a2. <<
[178] Seguimos la conjetura de Aubert-Wimmer frente a la forma agria de algunos manuscritos. Cf. Gaza: omnes illi mares aut plura non pascuntur cum feminis ante tempus coitus. <<
[179] O sea un octavo de litro. <<
[180] Líquido que sale por los órganos genitales de la hembra durante el puerperio. <<
[181] Así lo entendió también Teodoro de Gaza: conceptus indicium maxime in vaccis equabusque, cum menses cessarunt temporis bimestri, trimestri, quadrimestri, simestri. En cambio, autores como Tricot, Louis y Peck, siguiendo la interpretación de Thompson, dicen que las menstruaciones aparecen sobre todo con un intervalo de dos, cuatro o seis meses. <<
[182] El calostro, primera leche que da la hembra después del parto. Cf. supra, III 20, 522a13; G. A. IV 8, 776a15 - 777a27, donde insiste sobre la coincidencia entre la aparición de la leche y el nacimiento de los pequeños. <<
[183] Cf. PLINIO, VIII 77. También supra, VI 18, 572a21. <<
[184] Cf. infra, VI 24, 577b27; G. A. II 8, 749a1; IV 4, 770b7. <<
[185] En 573b 1. <<
[186] Aubert-Wimmer y Dittmeyer consideran espurio el final de este capítulo por estar en contradicción con lo afirmado antes, en V 14, 546a26 y ss. <<
[187] Seguimos la enmienda de Aubert-Wimmer porque la lectura de los manuscritos anakyiskei significa «volver a quedar preñada». <<
[188] Así Gaza: pariunt gemines tum pabuli beneficio tum si pater aut mater vim eam geminandi per naturam optineat. En cambio otros traductores (Tricot, Louis, Vegetti) entienden que esto ocurre cuando la hembra o el macho son fruto de un parto con gemelos. <<
[189] Cf. VIRGILIO, Geórgicas III 387; PLINIO, VIII 72; VARRÓN, II 4; COLUMELA, VII 3, 1; PALADIO, VIII 4, 2. <<
[190] Algunos de estos perros procedían del cruce de zorro y perra y tenían una nariz larga. Cf. infra, VIII 28, 607a3; G. A. II 7, 746a33, y V 2, 781b9-10. <<
[191] Cf. PLINIO, X 83. <<
[192] Cf. supra, V 14, 545b8, donde el autor da una información ligeramente diferente. <<
[193] Et propter hoc macrescit corpus (Escoto). <<
[194] Ischyein, valere (PLINIO, X 83); pero algunos manuscritos tienen ocheuein, cum incipiunt coire. <<
[195] Cf. supra, V 14, 546a28, donde dice que los perros se acoplan no durante toda su vida sino mientras conservan cierto vigor. <<
[196] Cf. PLINIO, X 83; ELIANO, IV 40; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 112. <<
[197] Cf. Odisea XVII 326. <<
[198] Cf. supra, II 2, 501b11. <<
[199] La mayoría de los editores han introducido con razón la negación me antes de ponein en coherencia con lo que el autor dice en VI 20, 574b28-29. <<
[200] Pues cada dos estaciones (verano e invierno) constituyen un año. Cf. Ilíada II 403; VII 315; Odisea X 19; XIX 420. <<
[201] Cf. infra, VI 22, 576a4 y ss.; PLINIO, XI 64. <<
[202] Así lo entendió ya Gaza (decem mensium) frente a los manuscritos tetrámenoi, enmienda aceptada por Pikkolos. <<
[203] De mediados de abril a mediados de mayo. <<
[204] De mediados de mayo a mediados de junio. <<
[205] Afirmación que está en contradicción con lo que nos dice el autor en G. A. II 8, 748a20-21, y por ello bien puede tratarse de una edición postaristotélica. <<
[206] Cf. PLINIO, VIII 66. <<
[207] Cf. G. A. II 8, 748a30; IV 10, 777b12. <<
[208] Cf. supra, VI 21, 575a13-14. <<
[209] Cf. supra, VI 18, 572a10, y G. A. IV 5, 773b29. <<
[210] Cf. VARRÓN, II 7; COLUMELA, VI 29. <<
[211] Véase, sin embargo, la anécdota explicada en IX 47, 631a1-7. Cf. OVIDIO, Metamorfosis X 324: fit equo sua filia coniux. <<
[212] Sobre la utilización de las yeguas por los escitas, véase PLINIO, VIII 66. <<
[213] Cf. infra, VII 8, 586b4-6; G. A. IV 9, 777a28-31. <<
[214] Cifras que no concuerdan con las que ha dado supra, V 14, 545b18-20. <<
[215] Cf. infra, VII 3, 583b23-25; G. A. IV 6, 775a9-12. <<
[216] Algunos editores (como Kersch y Dittmeyer) introducen una negación delante de pleio. <<
[217] Signum ex quo aetas cognoscatur (Index. Arist. 158b18). <<
[218] El texto de estas últimas líneas no es seguro y existen variantes. Algunos manuscritos traen apertemenos «separado», que Escalígero corrigió en apamblymenos «romo». Cf. Gaza: sed non vertice extans adactiore. <<
[219] Capital de la Lócride. Cf. TUCÍDIDES, II 32. <<
[220] Cf. PLINIO, VIII 66. <<
[221] Cf. VARRÓN, De re rustica II 7, 11. <<
[222] Cf. PLINIO, XI 81; ELIANO, XI 40: «Dice Apión, si es que no desvaría, que en algunos lugares los ciervos tienen cuatro riñones». <<
[223] Cf. supra, VI 18, 572a21 e infra, VIII 24, 605a2-4. <<
[224] Porque sirve como estimulante de los impulsos sexuales de hombres y mujeres. Cf. ELIANO, III 17 y XIV 18. <<
[225] Cf. G. A. II 8, 748a31-35. <<
[226] Este párrafo es una repetición innecesaria de 574a10 y por ello algunos editores, como Aubert-Wimmer, Dittmeyer y Thompson lo ponen entre corchetes. <<
[227] Cf. supra, V 14, 545b20; PLINIO, VIII 68-69. <<
[228] Cf. supra, VI 22, 576b15 y ss. <<
[229] Cf. G. A. II 8, 748a35; PLINIO, VIII 69. <<
[230] Cf. supra, V 14, 545b21; VI 25, 577a18; G. A. II 8, 748b9. <<
[231] Cf. COLUMELA, VI 37, 10. <<
[232] Cf. PLINIO, VIII 69; VARRÓN, II 8; COLUMELA, VI 37, 8. <<
[233] Cf. supra, II 1, 501b1-3. <<
[234] Cf. G. A. II 8, 747a24 - 748b29. <<
[235] Traducimos así porque según LOUIS («Ginnos», Revue de Philologie XXXI (1957), 63-65) se trata de un caballo de pequeño tamaño, es decir, defectuoso, cuyo desarrollo natural ha quedado incompleto. Cf. también P. CHANTRAINE, «Notes d’étymologie grecque III», R. Ph. XXXIX (1965) 205-209. <<
[236] Cf. infra, VI 36, 580b1 y ss. Según Cuvier sería el Mulus hemionus. <<
[237] Cf. G. A. II 8, 748b33-749a6. <<
[238] Esta anécdota también se encuentra en ELIANO, VI 49. Cf. también PLUTARCO, De sollertia animalium 970a; PLINIO, VIII 69. El templo es, sin duda, el Partenón. <<
[239] Cf. G. A. II 8, 748b25-28. <<
[240] En realidad son doce meses, como se dice en el libro V 14, 546b3. <<
[241] Cf. infra, VIII 9, 596a9-11, donde el autor precisa más este dato. <<
[242] Lo cual parece estar en contradicción con lo que dice en V 14, 546b2. <<
[243] Cf. PLINIO, XI 96 y XXVIII 33; GALENO, VI 486 K; DIODORO, II 54. <<
[244] Aristóteles está más cerca de la realidad en el libro V 14, 546b11, y en G. A. IV 10, 777b15, donde dice que la gestación de los elefantes dura dos años. Cf. ELIANO, IV 31; PLINIO, VIII 10; ARISTÓTELES, De mirab. 177, 847b5. <<
[245] Porque tiene lugar en sitios apartados. Cf. supra, V 2, 540a20, y ELIANO, VIII 17. <<
[246] Curiosa mezcla de dos pasajes: Ilíada IX 539 y Odisea IX 191 (donde se refiere al cíclope Polifemo). El sentido de chlunes es discutido, pero parece significar «castrado». Cf. HESÍODO, Escudo 177, y CALIMACO, Himno a Artemis 150. <<
[247] Cf. supra, V 2, 540a5-8. <<
[248] Cf. PLINIO, X 83: a conceptu separant se. <<
[249] De mediados de septiembre a mediados de noviembre. <<
[250] Cf. infra, IX 5, 611a15 y ss.; PLINIO, VIII 50. <<
[251] En cambio en P. A. IV 2, 677a30, Aristóteles atribuye una vida larga a los ciervos porque no tienen hiel. <<
[252] Cf. PLINIO, VIII 83; XI 50. <<
[253] En Bitinia, Asia Menor. <<
[254] Cf. PLUTARCO, Vida de Alcibíades XXXIX. Alcibíades fue asesinado en Arginusa en el año 404 a. C. por orden de Farnabazo, sátrapa de Bitinia. <<
[255] Schneider y Dittmeyer añadieron éteron delante de us siguiendo a ELIANO (VI 13), que dice que en las proximidades del Helesponto hay una colina donde pacen ciervos que tienen una de sus dos orejas hendida. Pero como afirma PLINIO (VIII 83), la hendidura aparecía no en una sola oreja, sino en las dos. <<
[256] Esta particularidad no es citada por PLINIO (VIII 50), que por lo demás sigue muy de cerca a Aristóteles. Por otro lado el texto es incierto y por ello es diversa la interpretación. Algunos (Thompson entre ellos) prefieren el significado de «bramar» en vez de «oler mal». <<
[257] Cf. JENOFONTE, Cinegética IX. <<
[258] Cf. PLINIO, VIII 50: intestini… tam infirmi ut ictu levi rumpatur intus. OPIANO, Cinegética IV 4, 39. <<
[259] Cf. supra, V 2, 539b33 - 540a2. <<
[260] Error manifiesto, ocasionado por la creencia aristotélica de que el tamaño del osezno debía corresponder a una gestación corta. En realidad, dura seis o siete meses. Cf. PLINIO, VIII 50. <<
[261] Cf. PLINIO, VIII 54: informis caro. También ELIANO, II 19. En realidad hasta un mes después de nacer el cachorro no adquiere su forma definitiva. Por otro lado, no es sólo el oso el único animal que al nacer tiene sus miembros indiferenciados, sino que, según dice Aristóteles (G. A. IV 6, 774b15 y ss), también les ocurre a las zorras y a los leones. Cf. SUETONIO, Vita Verg. 22, y AULO GELIO, XVII 10. <<
[262] De mediados de febrero a mediados de marzo. El texto es incierto y se han hecho varios intentos para hacer que el pasaje sea más coherente. Véase PECK, ob. cit., II, pág. 338-9. Cf. PLINIO, VIII 54: eorum coitus hiemis initio. <<
[263] Cf. infra, IX 17, 600b1-3. <<
[264] Cf. PLINIO, VIII 54. <<
[265] Cf. supra, II 1, 500b25 y V 2, 539b22. <<
[266] Cf. HERÓDOTO, III 108, donde el historiador explica que el cachorro, que tiene unas garras mucho más afiladas que las de los demás animales, rasga la matriz. Cf. también ELIANO, IV 34. <<
[267] En el noroeste de Grecia, entre Acarnania y Tracia. Cf. infra, VIII 28, 606b15; JENOFONTE, Cinegética XI; Helénicas VII 126; PAUSANIAS, VI 5; PLINIO, VIII 17. <<
[268] El mismo desarrollo en G. A. III 1, 750a32 y 10, 760b3, en donde atribuye esta particularidad a todos los leones; afirmación, desde luego errónea. Cf. PLINIO, VIII 17. <<
[269] Cf. PLINIO, XL 63. <<
[270] Cf. de nuevo infra, VIII 5, 594a31-b4. <<
[271] Sobre el hermafroditismo de la hiena véase G. A. III 6, 757a2. En la Antigüedad se admitía que la hiena cambiaba de sexo cada año. Cf. ELIANO, I 25; OVIDIO, Metamorfosis XV 408-410; PLINIO, VIII 44. <<
[272] Cf. G. A. IV 5, 773a32 - 774b4. <<
[273] Cf. G. A. IV 6, 774b10-13. <<
[274] Lo mismo se dice de la osa infra, VIII 14, 660b6. <<
[275] Este calor les permite acabar su formación, como es el caso de la incubación de los huevos. Cf. G. A. III 2, 752b17. <<
[276] Cf. infra, IX 6, 612a15-20. <<
[277] El Equus onager o el Mulus hemionus. Cf. supra, I 6, 491a2; VI 24, 577a33; HERÓDOTO, III 151; PLINIO, VIII 69. <<
[278] El sátrapa que hizo matar a Alcibíades en el año 404 a. C. Cf. TUCÍDIDES, II 67. <<
[279] El término mys designa en Aristóteles no solamente a la rata, sino también a otros roedores, como por ejemplo el topo. <<
[280] Todo el capítulo es imitado por PLINIO, X 85. <<
[281] Cf. ELIANO, XVII 17. Thompson cita casos semejantes en nuestros días en Tesalia y otros lugares de Grecia. <<
[282] Procedimiento recordado por PALADIO, De agricultura I 35, 10, para combatir a los topos. <<
[283] Cf. ELIANO, XVII 77; PLINIO, X 81; ANTÍGONO DE CARISTO, De mirab. 113. <<
[284] Cf. ELIANO, IX 3; PLINIO, X 85. En la Antigüedad la generación espontánea de las ratas era generalmente admitida. Véase OVIDIO, Metamorfosis I 416-433; DIODORO, I 10. <<
[285] Según Littré (PLINIO, I 421) se trata del Mus cahiniticus; para Thompson es el Acanthonys de África. <<
[286] Se trata del jerbo: Dipus aegypticus. HERÓDOTO (III 192) distingue en Libia tres especies de ratones. Cf. Z. KADAR, «Some problems concerning the scientific authenticity of classical authors on Libyan fauna», Acta classica Universitatis Scientiarum Debrecensis 8 (1972), 11 y ss. Para todas estas variedades de ratas véase índex arist. 478b10 y ss. <<