El misterio del cuarto amarillo

Capítulo 25

Aquellos autores que han cultivado de forma exclusiva el género policíaco están fuera de la historia, o esa es al menos la sensación que producen. Sus nombres no suelen figurar en los manuales de literatura y algunos ni siquiera han conocido el honor de entrar en las enciclopedias. Podríamos decir que este género ha caminado de forma paralela y secreta junto a la gran historia, sobresaliendo a veces gracias a numerosas individualidades que han conseguido romper la difícil barrera de la crítica oficial.

Por eso, antes de hablar directamente de Gaston Leroux (Francia, 1868), que es una de las cumbres del género, será conveniente dar algunos puntos de referencia que lo sitúen en un contexto comprensible.

La época

El

impacto

de Poe

Cuando Leroux viene al mundo en 1868, Edgar A. Poe, cuyos cuentos analíticos se desarrollaban en un París imaginario, ya ha sido traducido al francés y es de sobra conocido en Inglaterra. El impacto que produce en ambos países es enorme, y está pronta a manifestarse la influencia que su Dupin ha de ejercer en todos los detectives de ficción que le sucedan.

La

corriente

inglesa

La corriente inglesa, encabezada por Conan Doyle y su archifamoso Holmes, llega también a Francia cuando Leroux comienza a interesarse por la novela. Y, por si fuera poco, la corriente francesa ya tiene su propio personaje de ficción en el inspector Lecoq, nacido de la imaginación del novelista Émile Gaboriau (1832-1873).

Dos

influencias

Así pues, cuando Gaston Leroux decide escribir su primera novela (hacia 1907) tiene sobre su propia historia personal dos influencias entre las que, a la fuerza, deberá moverse su instinto de joven escritor:

Entorno

social e

histórico

Gaston Leroux vivió los últimos años del siglo y los primeros del . En 1900 tenía treinta y dos años, y no moriría hasta 1927. Asistió, pues, a las grandes transformaciones sociales y a los movimientos políticos correspondientes a ese lapso de tiempo tan conflictivo. Conoció la primera guerra mundial (1914-1918), llamada la gran guerra, y a lo largo de toda su vida ocuparon la presidencia de la tercera república francesa 12 presidentes distintos.

La formación de las nacionalidades y la revolución industrial, nacida en Inglaterra y extendida luego por casi toda Europa, hará que a finales de siglo la ciudad, en su concepción moderna, se halle plenamente configurada. Este hecho trae consigo también el asentamiento y la puesta al día de instituciones como la de la policía, punto de referencia inevitable en toda novela policíaca. En este sentido hay que afirmar que la policía de principios de siglo es más profesional que la de los tiempos del novelista Gaboriau y se encuentra capacitada para actuar en las grandes urbes, cuyos bajos fondos constituyen el escondite preferido de toda clase de delincuentes.

Las

comunicaciones

Pero de todas las transformaciones sociales operadas en esta época no hay duda de que las que más van a influir en la personalidad de Leroux son las relacionadas con el progreso de las comunicaciones.

El ferrocarril, por un lado, ya conoce un grado de desarrollo considerable, pero tiende a crecer, posibilitando la realización de largos viajes y el intercambio cultural que estos generan. Gaston Leroux cubrió como periodista la información de la primera revolución rusa, estuvo presente en la masacre de los armenios en el Cáucaso, hizo diversas expediciones a Marruecos,

La

prensa

Y dentro del terreno de las comunicaciones, aunque ya en otro ámbito distinto, es preciso hablar del desarrollo de la prensa, que conoció un gran auge en esta época y que influyó de manera vital en la formación de Leroux como escritor.

Los primeros periódicos europeos habían hecho su aparición en el siglo . El primero de ellos fue el , en Alemania, 1615. En Francia tardaría aún algunos años en imprimirse , pero en todo caso el movimiento es ya incontenible. Los sistemas de impresión se modernizan progresivamente y se van creando las primeras redes de distribución. La creación de las grandes ciudades dará el impulso definitivo a este primer medio de comunicación de masas. En 1894, cuando Gaston Leroux tiene veintiséis años, ocupa un puesto de responsabilidad en el parisino , y habría de hacerse famoso, además de como cronista de tribunales, como autor de grandes reportajes sobre Rusia, Italia y Marruecos.

El hombre

De

Normandía

a París

Gaston Leroux nació en París el 6 de mayo de 1868. Hijo de padre francés y madre normanda, pasará sus primeros años en esta región del noroeste de Francia, en donde su padre, contratista de obras públicas, trabaja en la restauración del castillo Viollet-le-Duc.

En el colegio, y según sus propias confesiones, estaba atormentado por el demonio de la literatura. Concilia los estudios, siempre como primero de la clase, con las lecturas y la composición de sus propios poemas. Finalizado el bachillerato, viaja a París, en cuya facultad de derecho estudiará la carrera de leyes.

Resulta peor como estudiante universitario que como colegial. «El demonio de la literatura», que ya le había tentado en el colegio, le invade en esta época, y Leroux consigue ir aprobando los cursos de la carrera a base de estudiar dos meses antes de los exámenes. Su inteligencia y su fortaleza física le permiten tales excesos. Su primera publicación es un soneto sobre Lamartine aparecido en la . Da su primera conferencia a los dieciocho años, provocando un escándalo de risas: en vez de hablar sobre el tema anunciado, lo hizo sobre Juana de Arco y otras mujeres ilustres.

Leroux,

abogado

Finalizada la carrera de leyes, trabajó algún tiempo como abogado de oficio y más tarde como pasante en el despacho de un renombrado jurista.

Esta época es especialmente importante para su formación personal y profesional:

El póker

y el

periodismo

En 1890, cuando tiene veintidós años, Gaston Leroux hereda un millón de francos que le habrían permitido retirarse a escribir. Había trabajado ya varios años en la abogacía y apenas había hecho sus primeras incursiones en el periodismo, cuando cayó en sus manos esta considerable fortuna.

Consiguió perderla, sin embargo, después de una esforzada noche de jugar al póker. Por la mañana no le quedaba ni un céntimo, aunque como compensación sabía algunas cosas nuevas de ese juego que ha arruinado a muchos para enriquecer a unos pocos. Así pues, el joven Leroux, con un pasado efímero de millonario, regresa al trabajo, al periodismo en esta ocasión.

Ingresa en 1892 en . Se encarga sucesivamente de la crónica de tribunales y de la crítica de teatro. Después es contratado por el periódico , también como cronista judicial.

Se hace famoso por su habilidad para conseguir exclusivas que ninguno de sus colegas logra obtener. En cierta ocasión consiguió entrevistar a un preso, rodeado de fuertes medidas de seguridad, haciéndose pasar por un antropólogo que necesitaba visitar la prisión. De algún modo obtuvo de la policía un permiso sellado y, bajo esta falsa identidad, entrevistó al sujeto sometido a proceso. La entrevista apareció en al día siguiente; el director de la prisión fue destituido y el jefe de policía amonestado. Leroux asentó su fama como reportero sagaz e intrépido.

En los primeros años del siglo hace diversos viajes (Francia, Italia, Marruecos) y escribe sobre estos países grandes reportajes que han de proporcionarle un justo renombre. Fue, sin duda, un buen periodista, y supo sacar de esta experiencia un partido de incalculable importancia para su futuro como novelista.

Al margen de su actividad como periodista, Gaston Leroux consiguió estrenar en 1904 una obra de teatro, género que siempre le gustó. La obra no tuvo éxito, Teatropero es un precedente digno de ser anotado, pues fija una fecha precisa para localizar a Leroux como autor de ficción.

Las

novelas

Rouletabille

En 1907 abandona definitivamente el periodismo, decidido a escribir novelas populares y de aventuras. La primera de ellas, y la que mayor fama le ha dado, es , contenida en este volumen. Apareció primero por entregas en bajo el título de .

Posteriormente, el periodista Boitabille pasaría a llamarse Rouletabille (Rueda-tu-bola) y con este nombre aparecería en las ocho novelas de la serie.

Rouletabille es un joven periodista que consigue combinar la audacia y cierta resistencia física con unas dotes de análisis y de deducción poco comunes. Tres son los modelos que confluyen en la creación de este personaje: uno de ellos, real; los otros, de ficción.

En 1914 Gaston Leroux tiene cuarenta y seis años y es un hombre tan famoso como el periodista-detective que su imaginación ha creado. Vive en una bonita casa con su mujer y sus hijos, y posee una biblioteca importante tanto Chéri-Bibipor el número de volúmenes como por su calidad literaria. Se dedica de manera exclusiva a escribir novelas. Su sentido del humor y sus rarezas son harto conocidas por los lectores franceses. Entre estas, es digna de destacar aquella que se refiere al rito familiar consecuente a la finalización de una novela: parece ser que, cuando ponía el punto final a uno de sus relatos, se asomaba a la ventana de su estudio, que daba al jardín, y disparaba al aire con una pistola. Al oír los disparos, su familia entraba en la cocina de la casa y rompía toda la vajilla procurando hacer la mayor cantidad de ruido que le era posible.

En esta época (1914), y a una distancia de trece años de su muerte (moriría en 1929, a los cincuenta y nueve años), comienza el ciclo de novelas protagonizadas por Chéri-Bibi, que ocupan cinco volúmenes de su obra total.

Chéri-Bibi es un personaje que ha sido condenado a prisión por un crimen que nunca cometió. A partir de este momento, su vida se convierte en una huida permanente marcada por la fatalidad. Para mostrar su inocencia, y para evitar caer en manos de la justicia, este personaje de tragedia ha de acumular crimen sobre crimen a través de escenarios exóticos y sobrecogedores.

Con este ciclo Gaston Leroux se inicia propiamente en la novela de aventuras, ya que en las novelas de Rouletabille primaba siempre la reflexión y el análisis sobre la acción. Es preciso apuntar también que en esta serie aparecen bastantes elementos folletinescos que eran muy del gusto de la época y que Leroux había procurado evitar en su obra anterior.

Otras

novelas

Gaston Leroux cultivó también la novela de anticipación y la novela de horror.

, y son tres buenas muestras de los géneros citados y han conocido numerosas traducciones a casi todos los idiomas.

Leroux

y el cine

Es preciso citar finalmente la relación que la obra de Leroux ha tenido con el cine por cuanto ha sido un autor especialmente afortunado en las adaptaciones cinematográficas de sus novelas. Así, , film americano protagonizado por Lon Chaney, tuvo un notable y merecido éxito, y aún hoy se repone con cierta frecuencia en algunos cines comerciales. Entre otras películas de importancia basadas en su obra, debemos citar , y .

La obra

Nos encontramos ante una novela cuya claridad expresiva y riqueza conceptual hacen sencillo y grato el análisis de las partes que la componen. Para proceder con cierto método, haremos una primera división que nos permita estudiar por separado las cuestiones formales y las temáticas. Este trabajo habrá de contribuir a la mayor comprensión del texto, que es una unidad entre cuyas partes debe existir la armonía precisa que justifique el placer de leer.

tiene como punto de partida una idea cultivada en algunos relatos de terror ingleses, y temáticos: llevada a la máxima perfección y exactitud por Poe en .

Contenidos

temáticos:

Idea central

Esta idea no es otra que la del «recinto cerrado», consistente en situar un crimen en una cámara o habitación cerrada herméticamente. El problema para el investigador consistirá en averiguar cómo pudo escapar el criminal de un lugar cuyas aberturas aparecían selladas por dentro en el momento de descubrirse el crimen.

En torno a esta idea Gaston Leroux desarrolla un argumento cuya máxima originalidad estriba en lo inusitado de su extensión. Se ha Argumentodicho con frecuencia que la medida adecuada para un relato policíaco es la del relato corto; sobre todo si, como en el caso que nos ocupa, el tema central se reduce casi a un problema de orden matemático. La práctica, por otra parte, ha confirmado la validez de esta tesis.

Sin embargo, Leroux consigue en … violar esta «ley» saliendo airoso de la prueba.

En torno al tema central, ya señalado, se desarrolla un argumento cuya materia está constituida por los sucesivos descubrimientos de Rouletabille, el periodista-detective encargado del caso. Solo que aquí, a la precisión matemática que el asunto requiere, el lector asiste a la exposición de las coordenadas sentimentales, temporales y sociales que sirven para determinar la posición del crimen.

Se trata, pues, de una novela rica en contenidos; de su inteligente graduación y disposición formal dependerá en gran medida su interés.

La novela está escrita inicialmente en primera persona por un tal Sainclair, abogado amigo de Rouletabille y testigo presencial de la mayor parte de los hechos que narra. Sin embargo, este «punto de vista» centrado en un solo sujeto se desdobla en seguida para que al lector le sea posible conocer los hechos desde lugares distintos a los del narrador.

Contenidos

formales:

El narrador

Al final, cuando cerramos la última página, advertimos que la función de Sainclair no consistía tanto en narrar los acontecimientos, como en disponer adecuadamente el material que estos produjeron. Este material está constituido por recortes de prensa, documentos policiales y judiciales, y el propio diario de Rouletabille.

El

tono

La formación periodística de Gaston Leroux y cierta tradición melodramática muy del gusto de esta época determinan el tono de esta obra. Leroux combina a la perfección la claridad expositiva con ciertas calidades nostálgicas y afectivas que suavizan y valoran las zonas de un texto que, de otro modo, no habría pasado de ser un reportaje periodístico. El cuidado en la expresión y la riqueza plástica de sus imágenes son factores a tener en cuenta a la hora de subrayar estos efectos.

Hay que mencionar por último en este breve análisis la sabia utilización que se hace en esta obra del «presente histórico».

El

presente

histórico

Es este un recurso literario consistente en narrar en presente una acción pasada. El peligro de este recurso estriba en que, cuando se utiliza mal o a destiempo, no solo no consigue producir los efectos buscados, sino que arruina aquella parte de la acción que se intentaba hacer destacar.

El presente histórico ha de estar construido con frases breves, pues su objeto no es otro que alcanzar la rapidez precisa para producir un ascenso controlado en el interés de la acción.

En aparece utilizado este procedimiento en aquella zona en la que se transcribe el diario de Rouletabille. El lector calculará, por las descargas suplementarias de adrenalina que su lectura le produzca, hasta qué punto su utilización es pertinente y eficaz en la novela de Gaston Leroux que hoy presentamos.

J J M

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