La Doctrina Secreta Tomo III

Antropogénesis De las estancias de Dzyan[28]

Antropogénesis De las estancias de Dzyan[28]

Estancia I

1. El Lha que dirige al Cuarto, es Servidor de los Lha (s) de los Siete, los que giran, conduciendo sus Carros alrededor de su Señor, el Ojo único [de nuestro Mundo]. Su Aliento dio Vida a los Siete. Dio Vida al Primero.

2. Dijo la Tierra: «Señor de la Faz Resplandeciente, mi Casa está vacía… Envía tus Hijos a poblar esta Rueda. Has enviado tus Siete Hijos al Señor de la Sabiduría. Siete veces te ve él más próximo a sí, siete veces más él te siente. Has prohibido a tus Servidores, los Anillos pequeños, recoger tu Luz y tu Color, interceptar a su paso tu gran Munificencia. Envía ahora la misma a tu Servidor».

3. Dijo el Señor de la Faz Resplandeciente: «Yo te enviaré un Fuego cuando haya comenzado tu obra. Eleva tu voz a otros Lokas; acude a tu Padre el Señor del Loto, en demanda de sus Hijos… Tu Gente estará bajo el mando de los Padres. Tus Hombres serán mortales. Los Hombres del Señor de la Sabiduría, no los Hijos de Soma, son inmortales. Cesa en tus quejas. Tus Siete Pieles están aún sobre ti… Tú no estás preparada, Tus Hombres no están preparados».

4. Después de grandes sufrimientos desechó ella sus Tres Pieles viejas, se puso las Siete Pieles nuevas, y afirmóse en la primera.

Estancia II

5. La Rueda volteó por treinta crores más. Construyó Rûpas; Piedras blandas que se endurecieron; Plantas duras que se ablandaron. Lo visible de lo invisible, Insectos y pequeñas Vidas. Ella las sacudía de su dorso cuando invadían a la Madre… Después de treinta crores, se volvió por completo. Reposaba sobre su dorso: sobre un costado… No quería llamar a Hijos del Cielo, no quería buscar a hijos de la Sabiduría. Ella creó de su propio Seno. Produjo Hombres Acuáticos, terribles y perversos.

6. Los Hombres Acuáticos, terribles y perversos, los creó ella misma de los restos de otros. De los desperdicios y el fango de su Primera, Segunda y Tercera los formó. Los Dhyânis vinieron y miraron… los Dhyânis procedentes del resplandeciente Padre-Madre, vinieron de las Blancas Regiones, de las Mansiones de los Mortales Inmortales.

7. Ellos se disgustaron. «Nuestra Carne no está ahí. No hay Rûpas aptos para nuestros Hermanos de la Quinta. No hay Moradas para las Vidas. Aguas puras, no turbias, deben ellos beber. Sequémoslas».

8. Las Llamas vinieron. Los Fuegos con las Chispas; los Fuegos de la Noche y los Fuegos del Día. Ellos secaron las Aguas turbias y obscuras. Con su calor las agotaron. Los Lhas de La Altura y los Lhamayin de Abajo, vinieron. Hicieron morir a las Formas de dos y de cuatro caras. Lucharon con los Hombres-Cabríos, con los Hombres de Cabeza de Perro y con los Hombres con cuerpos de pez.

9. El Agua Madre, el Gran Mar, lloró. Ella se levantó, desapareció en la Luna, que la había elevado, que la había hecho nacer.

10. Cuando fueron destruidos, la Tierra Madre quedose vacía. Pidió que la secaran.

Estancia III

11. El Señor de los Señores vino. Del Cuerpo de ella él separó las Aguas, y aquello fue Cielo arriba; el Primer Cielo.

12. Los grandes Chohans llamaron a los Señores de la Luna, de los Cuerpos Aéreos: «Producid Hombres, Hombres de vuestra naturaleza. Dadles las Formas internas. Ella construirá vestiduras externas. Machos-Hembras serán. Señores de la Llama también…»

13. Ellos fueron cada uno a su Tierra destinada; Siete de ellos, cada uno a su Lote. Los señores de la Llama se quedaron detrás. No querían ir; no querían crear.

Estancia IV

14. Las Siete Huestes, los «Señores Nacidos por la Voluntad», impulsados por el Espíritu Dador de Vida, separaron a los Hombres de ellos mismos, cada uno en su propia Zona.

15. Siete veces siete Sombras de Hombres Futuros nacieron. Cada una de su propio Color y Especie. Cada una inferior a su Padre. Los Padres, los Sin-huesos, no podían dar la Vida a Seres con Huesos. La progenie de Ellos fue Bhûta, sin Forma ni Mente. Por esa razón son ellos llamados la Raza Chhâyâ.

16. ¿Cómo nacieron los Mânushya? ¿Cómo se formaron los Manus con mentes? Los Padres llamaron en su ayuda a su propio Fuego, que es el Fuego que arde en la Tierra. El Espíritu de la Tierra llamó en su ayuda al Fuego Solar. Estos Tres, con sus esfuerzos reunidos, produjeron un buen Rûpa. Podía estar de pie, andar, correr, reclinarse o volar. Sin embargo, no era aún más que un Chhâyâ, una Sombra —sin Entendimiento…

17. El Aliento necesitaba una Forma; los Padres se la dieron. El Aliento necesitaba un Cuerpo Denso; la Tierra lo modeló. El Aliento necesitaba el Espíritu de Vida; los Lhas Solares lo exhalaron en su Forma. El Aliento necesitaba un Espejo de su Cuerpo; «¡Nosotros le dimos el nuestro!» —dijeron los Dhyânis—. El Aliento necesitaba un Vehículo de Deseos; «¡Lo tiene!» —dijo el Agotador de las Aguas—. Pero el Aliento necesitaba una Mente para abarcar el Universo; «¡No podemos dar eso!» —dijeron los Padres—. «¡Jamás la tuve!» —dijo el Espíritu de la Tierra—. «¡La Forma sería consumida si yo le diera la mía!» —dijo el Gran Fuego—… El Hombre permaneció un Bhûta vacío e insensato… Así dieron la Vida los Sin-huesos a los que se convirtieron en Hombres con Huesos en la Tercera.

Estancia V

18. Los Primeros fueron los Hijos de Yoga. Sus hijos, los hijos del Padre Amarillo y de la Madre Blanca.

19. La Segunda Raza fue el producto por brote y expansión, la Asexual procedente de la Sin-sexo[29]. Así fue, ¡oh Lanú! producida la segunda Raza.

20. Sus Padres fueron los Nacidos por sí mismos… Los Nacidos por sí mismos, los Chhâyâs procedentes de los brillantes Cuerpos de los Señores, los Padres, los Hijos del Crepúsculo.

21. Cuando la Raza se hizo vieja, las Aguas antiguas se mezclaron con las Aguas más recientes. Cuando sus Gotas se enturbiaron, se desvanecieron y desaparecieron en la nueva Corriente, en la cálida Corriente de la Vida. Lo Externo de la Primera se convirtió en lo Interno de la Segunda. El Ala vieja vino a ser la Sombra nueva, y la Sombra del Ala.

Estancia VI

22. Después la Segunda desarrolló la Nacida del Huevo, la Tercera. El Sudor creció, sus Gotas Crecieron, y las Gotas se hicieron duras y redondas. El Sol la calentó; la Luna la enfrió y la formó; el Soplo la alimentó hasta su madurez. Desde la Estrellada Bóveda el Cisne Blanco cobijaba a la gran Gota. El Huevo de la Raza futura, el Hombre-Cisne de la Tercera ulterior. Primeramente, macho-hembra, luego Hombre y Mujer.

23. Los Nacidos-por-sí-mismos fueron los Chhâyâs, las Sombras de los Cuerpos de los Hijos del Crepúsculo. Ni el agua ni el fuego podían destruirlos. [Sus hijos lo fueron].

Estancia VII

24. Los Hijos de la Sabiduría, los Hijos de Noche, prontos para renacer descendieron. Vieron ellos las formas viles de la Primera Tercera. «Podemos elegir, —dijeron los Señores—; poseemos la sabiduría». Algunos entraron en los Chhâyâs. Otros proyectaron una Chispa. Otros lo defirieron hasta la Cuarta. De su propio Rûpa llenaron el Kâma. Los que empezaron se convirtieron en Arhats. Los que solo recibieron una Chispa, permanecieron destituidos de conocimiento; la Chispa ardía débilmente. Un Tercio permanecía sin mente. Sus Jîvas no estaban dispuestos. Éstos fueron puestos aparte entre las Siete. Se volvieron ellos de cabeza estrecha. En un Tercio estuvieron preparados. «En éstos moraremos», dijeron los Señores de la Llama [y de la Sabiduría Secreta].

25. ¿Cómo obraron los Mânasa, los Hijos de la Sabiduría? Rechazaron a los Nacidos-por-sí-mismos. No están dispuestos. Desdeñaron a los Nacidos del Sudor. No están completamente preparados. No quisieron empezar en el primer Nacido del Huevo.

26. Cuando el Exudado produjo al Nacido del Huevo, al doble, al potente, al poderoso con huesos, los Señores de la Sabiduría dijeron: «Ahora crearemos».

27. La Tercera Raza se convirtió en el Vâhan de los Señores de la Sabiduría. Creó «Hijos de la Voluntad y del Yoga», por Kriyâshakti los creó, los Santos Padres. Antecesores de los Arhats…

Estancia VIII

28. De las gotas de sudor, del residuo de la substancia, material procedente de los cuerpos muertos de hombres y animales de la Rueda anterior, y del polvo desechado, fueron producidos los primeros animales.

29. Animales con huesos, dragones del océano y Sarpas voladoras fueron añadidos a los seres que serpentean. Los que se arrastran por el suelo adquirieron alas. Los de largo cuello en el agua se convirtieron en los progenitores de las aves del aire.

30. Durante la Tercera, los animales sin huesos crecieron y se transformaron; se convirtieron ellos en animales con huesos, sus Chhâyâs se solidificaron.

31. Los animales se separaron los primeros. Principiaron a engendrar. El hombre duplo se separó también. Él dijo «Hagamos lo que ellos: unámonos y hagamos criaturas». Así lo hicieron…

32. Y aquellos que carecían de Chispa, tomaron para sí enormes animales hembras. Engendraron con ellas razas mudas. Mudos eran ellos mismos. Pero sus lenguas se desataron. Las lenguas de su progenie permanecieron calladas. Engendraron monstruos: Una raza de monstruos encorvados, cubiertos de pelo rojo, andando a gatas. Una raza muda para guardar callada la vergüenza.

Estancia IX

33. Viendo lo cual, los Lhas que no habían construido hombres, lloraron, diciendo:

34. «Los Amânasa han profanado nuestras mansiones futuras. Esto es Karma. Habitemos en las otras. Enseñémosles mejor para evitar males mayores». Así lo hicieron…

35. Entonces todos los hombres fueron dotados de Manas. Vieron ellos el pecado de los sin mente.

36. La Cuarta Raza desarrolló el lenguaje.

37. El Uno se convirtió en Dos; así también todos los seres vivos y serpeantes que eran todavía uno, peces gigantescos, pájaros y serpientes con cabezas de conchas.

Estancia X

38. Así, de dos a dos, en las Siete Zonas, la Tercera Raza dio nacimiento a la Cuarta; los Sura se convirtieron en A-sura.

39. La Primera, en todas las Zonas, fue del color de la luna; la Segunda amarilla como el oro; la Tercera roja; la Cuarta de color oscuro, que se tornó negro por el pecado. Los siete primeros vástagos humanos fueron todos de un color. Los siete siguientes principiaron a mezclarse.

40. Entonces la Tercera y Cuarta crecieron en orgullo. «Somos los reyes; somos los dioses».

41. Tomaron esposas de hermosa apariencia. Esposas procedentes de los sin mente, los de cabeza estrecha. Engendraron monstruos, demonios perversos, macho y hembra, también Khado (dâkinî), con mentes limitadas.

42. Construyeron ellos templos para el cuerpo humano. Rendían culto a varón y hembra. Entonces el Tercer Ojo cesó de funcionar.

Estancia XI

43. Ellos construyeron enormes ciudades. Con tierras y metales raros ellos construían. De los fuegos vomitados, de la piedra blanca de las montañas y de la piedra negra, tallaban sus propias imágenes a su tamaño y semejanza, y las adoraban.

44. Construyeron grandes imágenes de nueve yatis de alto: el tamaño de sus cuerpos. Fuegos internos habían destruido la tierra de sus Padres. El agua amenazaba a la Cuarta.

45. Las primeras Grandes Aguas vinieron. Ellas sumergieron las Siete Grandes Islas.

46. Los Justos todos salvados, los Impíos destruidos. Con ellos perecieron la mayor parte de los enormes animales, producidos del sudor de la tierra.

Estancia XII

47. Pocos quedaron. Algunos amarillos, algunos del color oscuro y negro, y algunos rojos quedaron. Los del color de la Luna habían desaparecido para siempre.

48. La Quinta producida del tronco Santo quedó; ella fue gobernada por los primeros Reyes Divinos.

49. … [Las Serpientes] que volvieron a descender, que hicieron la paz con la Quinta, que la enseñaron e instruyeron…

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