Notas
Notas
[800] Véase The Great Pyramid. <<
[801] Knowledge, I, pág. 243. Citado por Staniland Wake, ob. cit. págs. 81 y 82. <<
[802] Nineteenth Century, 1882, pág. 236; citado por Staniland Wake, ibíd. Pág. 82. <<
[803] Ob. cit., XI, XVII. <<
[804] Como ha sido demostrado por H. Lizeray en su Trinité Chrétienne Devoilée, estando el Dragón colocado entre el Padre inmutable (el Polo, un punto fijo) y la Materia mutable, transmite a esta última las influencias que recibe del primero, de lo cual proviene su nombre: el Verbo. <<
[805] Simbolizado por los egipcios bajo la forma de una serpiente con cabeza de halcón. <<
[806] Archéologique, 1885. <<
[807] Sphinxiad, de Mackey; o La Astronomía Mitológica de los Antiguos, demostrada devolviendo a sus Fábulas y Símbolos sus significados primitivos, pág. 42. <<
[808] Ibíd. Pág. 47. <<
[809] Traducido también por «Inmortales Dichosos», por el doctor W. Geiger; pero lo primero es más correcto. <<
[810] Estos «siete» se convirtieron en los ocho, la Ogdoada de las últimas religiones materializadas, no siendo ya el séptimo «principio» o el más elevado el Espíritu penetrante, la Síntesis, sino convirtiéndose en un número antropomórfico, o unidad adicional. <<
[811] Estos elementos son: el cósmico, el terrestre, el mineral, el vegetal, el animal, el acuoso, y finalmente el humano —en sus aspectos físico, psíquico y espiritual. <<
[812] Pág. 53. <<
[813] Thalía, LXXVII. <<
[814] Quien añade que «los egipcios tenían varios modos de representar el ángulo de los polos. En View of the Levant, de Parry, hay una figura que representa el Polo Sur de la Tierra en la constelación del Harpa, en la cual aparecen los Polos como dos varas derechas con alas de halcón en el extremo, para distinguir el Norte del Sur. Pero los símbolos de los polos…, están algunas veces en forma de serpientes con cabeza de halcón, para distinguir el extremo Sur del Norte». (Ob. citada, pág. 41). <<
[815] Faber y el Obispo de Cumberland quisieron hacer de todos estos las últimas personificaciones paganas «el Arca de Noé, y… no otros que el patriarca [Noé] y su familia» (¡!), según lo expone el primero de estos escritores en su Cabiri (I, 136); porque se nos dice que muy probablemente después del Diluvio, en conmemoración del suceso, la piadosa familia de Noé estableció una fiesta religiosa, que más tarde fue corrompida por sus impíos descendientes, que hicieron de «Noé y su familia» demonios o dioses-héroes; «y, con el tiempo, la obscenidad desvergonzada usurpó el nombre y forma de la religión» (Ibíd. I, pág. 10). Ahora bien; esto es verdaderamente poner un apagador sobre las facultades razonadoras humanas, no solo de la antigüedad, sino de nuestras presentes generaciones. Inviértase la declaración, y después de las palabras «Noé y su familia», explíquese que el sentido era simplemente la versión judía de un misterio Samotraciano, de Saturno, o Kronos Sydyk y sus Hijos, y entonces diremos Amen. <<
[816] Quienes más tarde, entre los griegos, quedaron limitados solo a Cástor y Pólux. Pero en los días de la Lemuria, los Dióscuros, los «Nacidos del Huevo», eran los Siete Dhyân Chohans (Agnishvâtta-Kumâra) que encarnaron en los Siete Elegidos de la Tercera Raza. <<
[817] Ob. cit., I, 133. <<
[818] Clemente de Alejandría reconocía el significado astronómico de los capítulos XXV y sigs. del Éxodo. Dice él que, según la doctrina de Moisés, los siete Planetas ayudan a la generación de las cosas terrestres. Los dos Querubines que están a los dos lados del sagrado Tetragrammaton representan la Osa Mayor y la Osa Menor. <<
[819] Vyse, Operations, etc., II, 258. <<
[820] Palgrave, II, 264. <<
[821] Vyse, ibíd. II, 342. <<
[822] Pág. 57. <<
[823] La especulación de Mackey, el adepto por sí mismo de Norwich en su Mythological Astronomy, es una idea curiosa, que, quizá, no esté muy lejos de la verdad. Dice él que los Cabiri, llamados Axieros y Axiokersa, a) derivaban sus nombres de Kab o cab, una «medida», y de urim, los «cielos» —siendo así los cabirim—, «una medida de los cielos», y b) que sus nombres distintivos que implicaban el principio de la generación se referían a los sexos. Pues «la palabra sexo (sex) se entendía en un principio por ax, la cual… se ha convertido en nuestro tiempo en sexo. [Y él se refiere en la Encyclopædia Londiniensis a la palabra “aspiración”]. Ahora bien; si damos un sonido aspirado a Axieros se convertirá en Saz o Sexieros, y el otro polo sería Sexiokersa. Los dos polos se convertirían así en los generadores de los otros poderes de la naturaleza: serían ellos los Padres de los otros poderes; y, por tanto, los Dioses más poderosos». (Ob. cit., págs. 59–60). <<
[824] II, 51. <<
[825] I, 9–17. <<
[826] Decharme, Mythologie de la Grèce Antique, pág. 270. <<
[827] La palabra guebra viene del Kabiri (Gabiri), y significa los antiguos persas, o Parsis, adoradores del fuego. Kabiri se convirtió en Gabiri, y luego quedó como un apelativo de los zoroastrianos en Persia. (Véase De Religione Persarum, de Hyde, cap. 29). <<
[828] I, IX, 751. <<
[829] Véase Macrob. Sat., I, III, c. 4, pág. 376. <<
[830] Pausan. IX, 22, 5. <<
[831] Herodoto, III, 37. <<
[832] Citado en Mythical Monsters, de Gould, pág. 399. <<
[833] Apéndice, pág. 13, citado por Faber, Cabiri, II, págs. 289–291. <<
[834] Los Amshaspends son seis, si se excluye a Ormuzd su jefe y Logos. Pero en la Doctrina Secreta es el séptimo y el más elevado, así como Phtah es el séptimo Kabir entre los Kabiri. <<
[835] En los Purânas es identificada con la Shveta-dvîpa del Monte Meru, de Vishnu o de Brahmâ. <<
[836] Ed. Fleisker, pág. 16. <<
[837] Manuscrito, 47, en Nic. Cat. <<
[838] Manuscrito, 785. Cat., de Uri, citado por el Coronel Vyse, Operations at the Pyramids of Gizeh, II, 364; véase Staniland Wake, The Great Pyramid, pág. 94. <<
[839] De Mirville, Des Esprits, III, pág. 28. <<
[840] Staniland Wake, ibíd. Pág. 96. <<
[841] Ibíd. Pág. 97. <<
[842] Égypte, IV, 441; De Mirville, ob. cit., III, 41. <<
[843] Annales de Philosophie Chrétienne, XXXII, 442; véase De Mirville, Des Espríts, III, 18. <<
[844] Histoire de l’Astronomie Ancienne; véase De Mirville, ob. cit., ibíd. III, pág. 15. <<
[845] De Mirville, ibíd. Pág. 41. <<
[846] Véase ibíd. Págs. 16. 17, para un conjunto de evidencias. <<
[847] En el Vishnu Purâna pueden verse, con una lectura atenta, muchas corroboraciones de lo mismo (Libro II, caps. III, IV y sig). [Los reinados de los Dioses, de los Dioses inferiores y de los Hombres, son todos enumerados en las descripciones de las siete islas, siete mares, siete montañas, etc., gobernados por Reyes. Cada Rey se dice invariablemente que tiene siete hijos, una alusión a las siete subrazas. Un ejemplo bastará: el Rey de Kusha-Dvîpa tenía siete hijos… «de quienes las siete partes, o Varsha, de la isla tomaban sus nombres… Allí residía la humanidad juntamente con Daityas y Dânavas, así como con espíritus del cielo Gandharvas, Yakshas, Kimupurushas, etc.] y dioses». (Trad. de Wilson, II, 195). Solo hay una excepción en el caso del Rey Priyavrata, el hijo del primer Manu, Svâyambbuva, que tuvo diez hijos. Pero de éstos, tres —Medha, Agnibâhu y Putra (ibíd, II, 101)— se hicieron ascetas y rehusaron sus partes. De este modo, Priyavrata dividió la Tierra otra vez en siete continentes. <<
[848] Égypte, págs. 450, 455: De Mirville, ibíd. Págs. 41, 42. <<
[849] Como regla general, ahora que la naturaleza misma del hombre interno se ha hecho tan ciega como su naturaleza física, el hombre en este Globo es como un amphioxus en el océano. Visto por millones de otros peces y seres que le rodean, la especie amphioxus, no teniendo cerebro ni ninguno de los sentidos que otras especies poseen, no los ve. ¡Quién sabe si, con arreglo a la teoría darwiniana, estos branquióstomos no son los antecesores directos de nuestros materialistas! <<
[850] ¡Los Ocultistas han sido acusados de reverenciar a Dioses o Demonios! Lo negamos. Entre las innumerables huestes de Espíritus-entidades que han sido o que serán hombres —hay algunas inconmensurablemente superiores a la raza humana, más elevados y más santos que el santo más grande de la Tierra, y más sabio que cualquier mortal sin excepción. Los hay también que no son mejores que nosotros, y algunos mucho peores e inferiores al salvaje más ínfimo. Estos últimos son los que disponen de más facilidades de comunicación en nuestra Tierra, los que nos perciben y nos sienten, lo mismo que los clarividentes los perciben y los sienten. La estrecha proximidad de nuestras respectivas moradas y planos de percepción favorece desgraciadamente semejante intercomunicación, estando ellos siempre dispuestos a intervenir en nuestros asuntos en bien o en mal. Si se nos pregunta cómo es que solo las naturalezas histéricas sensitivas, personas neuro y psicopáticas, ven los «espíritus» y a veces hablan con ellos, contestaremos con otras preguntas como sigue: ¿Sabéis cuál es la naturaleza de la alucinación, y podéis definir su proceso psíquico? ¿Cómo sabéis que todas esas visiones son debidas únicamente a alucinaciones físicas? ¿Qué es lo que os hace estar tan seguros de que las enfermedades mentales y nerviosas, al paso que velan nuestros sentidos normales (así llamados), no revelan al mismo tiempo vistas desconocidas para el hombre sano, abriendo puertas ordinariamente cerradas a vuestras percepciones científicas (¿?); o que una facultad psíquico-espiritual no reemplaza seguidamente la pérdida, o la atrofia temporal, de un sentido puramente físico? La enfermedad o la exuberancia de fluido nervioso es lo que produce la mediumnidad y las visiones, las alucinaciones, según las llamáis. Pero ¿qué sabe la Ciencia, ni aun de la mediumnidad? A la verdad, si los Charcots modernos se fijaran en el delirio de sus pacientes desde un punto de vista más psíquico, la Ciencia, especialmente la fisiología, se beneficiaría más de lo que lo está ahora, y la verdad abarcaría un campo más vasto de hechos en sus conocimientos. <<
[851] I, 70; De Mirville, ibíd. Pág. 26. <<
[852] Éstos eran los primitivos Arios y la masa de la Cuarta Raza-Raíz; los primeros piadosos y meditadores (que se entregaban a la contemplación —Yoga), y la última una raza guerrera de brujos, que degeneraron rápidamente, debido a sus pasiones sin freno. <<
[853] Las divisiones Norte y Sur de la Lemuria-Atlántida. La tierra hiperbórea y la Ecuatorial de los dos Continentes. <<
[854] De Rougemont, Peuple Primitif, III, 157; De Mirville, ibíd. Página 29. Esto es Oculto y se refiere a la propiedad del hierro, el cual es atraído por algunos elementos magnéticos, y rechazado por otros. Tales elementos pueden hacerse, por medio de un procedimiento oculto, tan impenetrables al hierro como el agua a un golpe. <<
[855] Ibíd. loc. cit. <<
[856] El Primer Continente o isla, si se prefiere así, «la corona del Polo Norte», nunca ha perecido ni perecerá hasta el fin de las Siete Razas. <<
[857] Véase De Rougemont, ibíd. <<
[858] Boulanger, Règne des Dieux, introd. Véase De Mirville, ob. citada, ibíd. Págs. 32–33. <<
[859] La Doctrina Secreta explica y declara lo que dice Platón, pues enseña que estos «Inventores» eran Dioses y Semidioses (Devas y Rishis), los cuales, unos deliberadamente y otros obligados por Karma, habían encarnado en el hombre. <<
[860] Los anteriores párrafos son extractados de Platón, de Legibus, L, IV, id. In Critias, et in Politic; De Mirville, ibíd. III, págs. 33–34. <<
[861] Argyle, Unity of Nature. <<
[862] Libro de los Muertos, XCIX, 33; y CLVI, 4. Enviamos al lector a la Estancia VII, Sloka 3 del vol. I, en donde se explica este versículo con otro de sus significados, y también al Libro de los Muertos, CIX, 4 y 5. Esto es una referencia directa a la división Esotérica de los «principios» del hombre, simbolizados por el trigo divino. La leyenda que contiene el tercer Registro de los papiros (Libro de los Muertos, CX) declara: «Ésta es la región de los Manes [hombres desencarnados] de siete codos de alto (esto es, los que acaban de transportarse, y que se supone que son todavía séptuples con todos sus “principios”, hasta el cuerpo mismo, representado astralmente en el Kâma Loka o Hades, antes de su separación); y hay trigo de tres codos de alto para Momias en estado de perfección [a saber, los ya separados, cuyos tres principios superiores están en el Devachan] a quienes se permite espigarlo». Esta región (el Devachan) es llamada «la tierra del renacimiento de los Dioses», y la presentan habitada por Shoo, Tefnoot y Seb. La «región para los Manes de siete codos de alto» —para las Momias aún imperfectas— y la región para aquellos «en estado de perfección» que «espigan trigo de tres pies de alto», es cosa tan clara como es posible serlo. Los egipcios tenían la misma Filosofía Esotérica que ahora es enseñada por los Adeptos cishimaláyicos, y a estos últimos, al ser enterrados, se les pone encima grano y trigo. <<
[863] I, XIV. Hay egiptólogos que muy erróneamente han tratado de identificar a Osiris con Menes. Bunsen asigna a Menes una antigüedad de 5867 años antes de Cristo, por cuya razón es censurado por los cristianos. ¡Pero «Isis-Osiris» reinó en Egipto antes de que el Zodíaco fuese pintado en el techo del templo de Dendera, y de esto hace más de 75 000 años! <<
[864] En el texto, «taponados» o «cerrados». <<
[865] Zohar, parte I, col. 177; De Mirville, ibíd. III, pág. 88. <<
[866] Génesis, VI, 4. <<
[867] Prœlectiones Theol. Cap. II; De Mirville, ibíd. III, pág. 84. <<
[868] Réflexions Critiques sur l’Origine des Anciens Peuples. <<
[869] Rabí Parcha. <<
[870] I, 6. <<
[871] Book of Ruth and Schadash, fol. 63, col. 3. Edición de Amsterdam. <<
[872] Zohar, parte II, col. 73; De Mirville, ibíd. Pág. 86. <<
[873] Ibíd. Pág. 87. <<
[874] More Nevochin, XXVI, 8. <<
[875] Sagra Scrittura. <<
[876] II, págs. 14, 29. <<
[877] Cap. VIII; trad. de Laurence, págs. 7 y 8. <<
[878] Job. I, 6. <<
[879] El Libro de los Números Caldeo. <<
[880] Archœlogy, XXV, 220, Londres. <<
[881] Die Phoinizier, 70. (Citado de Isis sin Velo, I, 554). <<
[882] Véase Sanchoniathon en Eusebio, Pr. Ev., 36; véase Génesis, XVI. <<
[883] Socíety of Antiquaries of London, XXV, 220. <<
[884] Cartas, 51; véase Isis sin Velo, I, 553 y siguientes. <<
[885] Tal es el nombre que se le da, y con el cual está incluido en la lista de los Dânavas, en el Vâyu Purâna; el Comentador del Bhâgavata Purâna, lo llama hijo de Danu, pero el nombre significa también «Espíritu de la Humanidad». <<
[886] Kashyapa es llamado el hijo de Brahmâ y él es el «Nacido por Sí mismo», a quien se atribuye una gran parte de la obra de la creación. Es él uno de los siete Rishis; exotéricamente, es el hijo de Marichi, el hijo de Brahmâ; al paso que el Atharva Veda dice: «El Kashyapa Nacido por Sí mismo surgió del Tiempo», y esotéricamente el Tiempo y el Espacio son formas de la Deidad Una incognoscible. Indra, como Âditya, es hijo de Kashyapa, como también el Manu Vaivasvata, nuestro Progenitor. En el ejemplo dado en el texto, es Kashyapa-Âditya, el Sol y el Sol-dios de quien nacen todos los Demonios «Cósmicos», Dragones (Nâgas), Serpientes o dioses Serpientes, y los Dânavas o Gigantes. El significado de las alegorías arriba expuestas es puramente astronómico y cósmico, pero servirá para probar la identidad de todos. <<
[887] Vishnu Purâna, trad. de Wilson, II, 72. <<
[888] Todas estas historias difieren en los textos exotéricos. En el Mahâbhârata, Kârtikeya, «el Marte de seis caras», es el hijo de Rudra o Shiva. Nacido por Sí mismo, sin una madre, de la semilla de Shiva arrojada al fuego. Pero Kârtikeya es llamado, generalmente, Agnibhû, «Nacido del Fuego». <<
[889] Hiranyâksha es el regente o rey de la quinta región del Pátála, un Dios serpiente. <<
[890] Los Elohim también temían el conocimiento del Bien y del Mal de Adán, por lo que se les muestra como expulsándole del Edén, o matándole espiritualmente. <<
[891] La historia que se cuenta es que Târaka (llamado también Kâlanâbha), debido a sus poderes yogas extraordinarios, había obtenido todo el conocimiento divino de Yoga-vidyâ y los poderes Ocultos de los Dioses, que conspiraban en contra suya. Aquí vemos a la Hueste «obediente» de Arcángeles o Dioses menores conspirando contra los (futuros) Ángeles Caídos, a quienes Enoch acusa del gran crimen de descubrir al mundo todas «las cosas secretas que se hacen en el cielo». Miguel, Gabriel, Rafael, Suryal y Uriel son los que denuncian al Señor Dios a aquellos de sus hermanos que se decía habían atisbado los misterios divinos y los habían enseñado a los hombres; y de este modo escaparon ellos mismos a un castigo parecido, Miguel fue encargado de luchar con el Dragón, como lo fue Kârtikeya, y bajo las mismas circunstancias. Ambos son «Jefes de la Hueste Celestial», ambos Vírgenes, ambos «Jefes de Santos», «Portadores de Lanza» (Shakti-dharas), etc. Kârtikeva es el original de Miguel y de San Jorge, tan seguramente como Indra es el prototipo de Kârtikeya. <<
[892] La «vida y la luz» del mundo material físico, el goce de los sentidos, no del alma. Apolo es especialmente el Dios humano, el Dios del ritualismo emocional, aficionado a la pompa teatral de la Iglesia, con luces y música. <<
[893] Véase Apocalipsis (XII), en donde se ve a la madre de Apolo perseguida por el Pitón, el Dragón rojo, el cual es también Porfirión, el Titán encarnado o rojo. <<
[894] Book of God, pág. 88. <<
[895] Ningún «Dios», ya se llame Bel o Jehová que maldiga su propia (supuesta) obra, por haberla hecho imperfecta, puede ser la Sabiduría Absoluta Infinita y Única. <<
[896] En la alegoría india de Târakâmaya, o sea la Guerra entre los Dioses y los Asuras con Soma (la Luna, el Rey de las Plantas) a la cabeza, Vishvakarmân, el artífice de los Dioses, es el que forja, como sucede con Vulcano (Tubal-Caín), las armas para ellos. <<
[897] Chaldean Account of Genesis, pág. 304. Hemos dicho en otra parte que la «mujer con el niño» del Apocalipsis, XII, 1, 2, era Aima, la Gran Madre, o Binah el tercer Sephira, «cuyo nombre es Jehová»; y el «Dragón» que trata de devorar al niño que viene a la existencia (el Universo) es el Dragón de la Sabiduría Absoluta: esa Sabiduría, que, reconociendo la no separatividad del Universo y todo lo que hay en él, del TODO Absoluto, no ve en él más que la Gran ilusión, Mahâmâyâ, y por tanto la causa de la miseria y del sufrimiento. <<
[898] Los «siete Karshvares de la Tierra», o sea las siete Esferas de nuestra Cadena Planetaria, los siete Mundos mencionados también en el Rig Veda, se explican por completo en otra parte. Hay seis Râjamsi (Mundos) sobre Prithivi, la Tierra, o «este» (idan), en oposición a lo que está más allá (los seis globos que están en los otros tres planos). (Véase Rig Veda, I, 34; III, 56; VII, 10411, y V, 60, 6). <<
[899] Trad. de Darmesteter, Sacred Books of the East, volumen IV, pág. 207. <<
[900] Ibíd. Pág. 217. <<
[901] Ibíd. Pág. 208. <<
[902] Libro de los Muertos, XVII, 62. Anubis es Horus, que se convierte «en aquel que no tiene ojos». <<
[903] Véase Du. Dragon de Metz, de Lenoir. <<
[904] Véase también Egyptian Pantheon, págs. 20–23. <<
[905] Libro de los Muertos, XVII, V, 54 y 49. <<
[906] Estos «Espíritus Malos» no pueden en modo alguno ser identificados con Satán o el Gran Dragón. Son los Elementales creados o nacidos de la ignorancia —las pasiones cósmicas y humanas— o el Caos. <<
[907] Assyrian Discoveries, pág. 403. <<
[908] Véase Números, XXI, 8–9. Dios ordena a Moisés que construya una Serpiente de bronce (Seraph), y el contemplarla, cura a los mordidos por las Serpientes de Fuego. Estas últimas eran los Serafines, cada uno de los cuales, según dice Isaías (VI, 2), «tenía seis alas; son los símbolos de Jehová y de todos los demás Demiurgos, que producen de sí mismos seis hijos o semejanzas; siete con su Creador. Así, pues, la Serpiente de Bronce es Jehová, el Jefe de las “Serpientes de Fuego”». Y, sin embargo, en el libro 2 de los Reyes (XVIII, 4) se demuestra que el rey Ezequías, quien, como su padre David, «hizo lo que era justo a los ojos del Señor», «rompió en pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho… y la llamó Nehushtan» o pedazo de bronce. <<
[909] «Y Satán hizo frente a Israel y provocó a David a que contase a Israel» (I, Crónicas, XXI, 1). «La cólera del Señor [Jehová] se encendió contra Israel, e impulsó a David… a decir: Ve, cuenta a Israel» (II, Samuel, XXIV, 1). Los dos son, pues, idénticos. <<
[910] II, 18–22. <<
[911] Muchos escritores, de los más eruditos, han escudriñado completamente los diversos significados del nombre de Jehová (con y sin los puntos masoréticos), y han mostrado sus multiformes aspectos. La mejor de estas obras es Source of Measures: the Hebrew Egyptiant Mystery, por J. Ralston Skinner, que tantas veces hemos mencionado ya. <<
[912] En la obra arriba mencionada (pág. 233), el versículo 26 del cap. IV del Génesis, está correctamente traducido: «los hombres principiaron a llamarse a sí mismos Jehová», pero menos bien explicado quizás, pues la última palabra debiera haberse escrito Jah (masculino) Hovah (femenino), para indicar que desde aquel tiempo principió en la especie la separación completa del hombre y la mujer. <<
[913] Para una explicación de esto, véanse las excelentes páginas del Apéndice VII de la misma obra. <<
[914] Ob. cit., pág. 293. <<
[915] Rabba Battra, 16 a <<
[916] En la Demonología, Satán es el Jefe de la oposición en el Infierno, cuyo monarca era Belcebú. Pertenece a la quinta especie o clase de Demonios (de las cuales hay nueve, según la Demonología de la Edad Media), y está a la cabeza de las brujas y hechiceros. Pero véase en otra parte el verdadero significado de Baphomet, el Satán con cabeza de chivo, que es igual a Azazel, el chivo de Israel. La Naturaleza es el Dios PAN. <<
[917] Véase Isis sin Velo, II, pág. 184 (edic. Ing). <<
[918] Véase Codex Nazarœus, III, 73. <<
[919] Es también Vulcano o Vulcain, el Dios más grande para los últimos egipcios, así como el Kabir más grande. El Dios del Tiempo era Chiun en Egipto, o Saturno, o Seth, y Chiun es lo mismo que Caín (Source of Measures, pág. 278). <<
[920] Véase Estrabón, que los compara con los Cíclopes, XIV, página 653 y sigs. Callim; in Del., 31. Stat. Silv. IV, 6, 47, etc. <<
[921] Mythologie de la Grèce Antique, pág. 271. <<
[922] Nada tan torpe e infantil, decimos, como esta infructuosa tentativa para separar las genealogías de Caín y de Seth, y ocultar la identidad de los nombres, escribiéndolos diversamente. Así, Caín tiene un Hijo Enoch, y Seth un Hijo Enoch (también Enos, Ch’anoch, Hanoch —puede hacerse lo que se quiere con los nombres hebreos sin vocales). En la línea cainita, Enoch engendra a Irad, Irad a Mehujael, este último a Methusael, y Methusael a Lamech. En la línea de Seth, Enoch engendra a Cainan, y éste a Mahalaleel (una variante de Mehujael), quien engendra a Jared (o Irad); Jared a Enoch (número 3), el cual produce a Methuselah (de Methusael), y finalmente Lamech cierra la lista. (Véase Génesis, IV, V). Ahora bien; todos éstos son (kabalísticamente) símbolos de años lunares y solares, de períodos astronómicos y de funciones fisiológicas (fálicas), lo mismo que en cualquiera otra creencia pagana simbólica. Esto ha sido probado por varios escritores. <<
[923] Véase Analysis of Ancient Mythology, II, 760. <<
[924] VI, 9. <<
[925] Véase New Encyclopœdia, por Abraham Rees, F. R. S. <<
[926] Véase Hebreos, V, 6; VII, 1 y sigs. <<
[927] El nombre eólico de Marte era Areus (), y el Ares griego () es un nombre sobre cuyo significado etimológico los eruditos filólogos e idianistas, griegos y sanscritistas han trabajado vanamente hasta hoy. Es muy extraño que Max Müller relacione los dos nombres de Marte y Ares con la raíz sánscrita mar, de donde los deriva, y de la cual, dice, viene el nombre de los Maruts o Dioses de la tempestad. WeIcker, sin embargo, presenta una etimología más exacta. (Véase Griech, Gótterlehre, I, 415). Sea como quiera, las etimologías de las raíces y palabras solamente, nunca pondrán por completo de manifiesto el sentido Esotérico, aunque pueden ayudar a hacer conjeturas útiles. <<
[928] Como el mismo autor dice: «El nombre mismo de Vulcain aparece en la lectura, pues en las primeras palabras (Gén. IV, 5) se encuentra V’elcain o V’ulcain, con arreglo al sonido hondo de la u de la letra vau. Aparte del texto puede leerse como y el dios Caín o Vulcain. Sin embargo, si algo faltase para confirmar la idea de Caín-Vulcain, Fuerst dice: Nyq Caín, la punta de hierro de una lanza, un forjador (herrero) inventor de herramientas cortantes y trabajos de herrería» (pág. 278). <<
[929] Ob. cit., pág. 186. <<
[930] Append. de Cabiris ap. Orig. Gent. Págs. 364, 376; y la última declaración en la pág. 357. Véase Cabiri, de Faber, I, 8. <<
[931] Algunos derivan la palabra de Paras, la cual produjo Pars, Pers, Persia; pero puede derivarse igualmente de Pitaras o Pitris, los progenitores indos de la Quinta raza —los Padres de la Sabiduría o los Hijos de la «Voluntad y de Yoga»—, que eran llamados Pitaras, como lo fueron los Pitris divinos de la Primera Raza. <<
[932] Para estas tradiciones véase la Collection of Persian Legends, en ruso, en georgiano, en armenio y en persa; la narración de Herbelot, Légendes Persanes, «Bibliothéque Orientale», págs. 298, 387, etc., y las Mémoires, de Danville. Nosotros presentamos en lenguaje condensado lo que está esparcido en cientos de volúmenes, en lenguas europeas y asiáticas, así como en tradiciones orales. <<
[933] Génesis, IV, 16 y sigs. <<
[934] El Continente principal pereció en los tiempos Miocenos, como ya se ha dicho. <<
[935] Desde Beda abajo, todos los cronologistas de la Iglesia han diferido entre sí y se han contradicho mutuamente. «La cronología del texto hebreo ha sido groseramente alterada, especialmente en el intervalo que sigue al Diluvio» —dice Whiston en su Old Testament, pág. 20. <<
[936] II, 170, 171. <<
[937] De aquí el rey Salomón, cuyo rastro no se encuentra en ninguna parte, excepto en la Biblia. La descripción de su magnífico palacio y ciudad concuerda con los cuentos persas, aunque fueron desconocidos de todos los viajeros paganos, y hasta de Herodoto. <<
[938] Herbelot, ob. cit. pág. 829. <<
[939] Orient. Trad. pág. 454. Véase también Lettres sur l’Atlantide, de Bailly. <<
[940] Véase Orient. Collect. II, 119. <<
[941] Ibíd. Téngase presente que los rabinos enseñan que ha de haber siete renovaciones sucesivas del Globo; que cada una durará 7000 años, siendo, pues, la duración total 49 000 años (Véase Wheel, del Rabí Parcha; y también Book of God, de Kenealy, pág. 176). Esto se refiere a siete Rondas, siete Razas-Raíces y subrazas, los verdaderos números Ocultos, aunque lastimosamente confundidos. <<
[942] Tales of Derbent. <<
[943] Mergaín, o Morgana, la bella hermana del Rey Arturo, se demuestra de este modo que es de descendencia oriental. <<
[944] En donde la encontramos, en efecto, en la Gran Bretaña, en el romance de los Caballeros de la Tabla Redonda. ¿De dónde provendría, si no, la identidad del nombre y el estado de hada, si ambas heroínas no simbolizasen el mismo suceso histórico que pasó a la leyenda? <<
[945] Herbelot, pág. 593; Armenian Tales, pág. 35. <<
[946] Hasta hoy día, los aborígenes del Cáucaso llaman a sus montañas Kap-kaz, usando la consonante p en lugar de la v usual (Kav-kaz o Cáucaso). Pero sus bardos dicen que un caballo veloz necesita siete meses para alcanzar el «país seco», más allá de Kaf, manteniéndose en dirección al Norte, sin desviarse nunca de su camino. <<
[947] Bailly creyó ver en este Caballo un barco de doce remos. La Doctrina Secreta enseña que la Tercera Raza primitiva construyó botes y flotillas, antes que casas. Pero el «Caballo», aunque un animal muy posterior, tiene, sin embargo, un sentido primitivo más oculto. El cocodrilo y el hipopótamo eran considerados sagrados y representaban símbolos divinos, tanto entre los antiguos egipcios como entre los mejicanos. Poseidón es, en Homero, el Dios del Caballo, y él mismo toma esa forma para agradar a Ceres. Arión, su progenie, es uno de los aspectos de ese «Caballo», el cual es un Ciclo. <<
[948] Las partes disgregadas deben de ser Noruega y otros países en la proximidad del Círculo Ártico. <<
[949] Cosmas Indicopleustes, en Collect. Novâ Patrum, tomo II, pág. 188; véase también Journal des Savants, sup. 1707, pág. 20. <<
[950] Los dos Polos son llamados el «extremo de la derecha y el extremo de la izquierda» de nuestro Globo —siendo el de la derecha el Polo Norte— o la cabeza y los pies de la Tierra. Toda acción benéfica (astral y cósmica) viene del Norte; toda influencia letal, del Polo Sur. Están muy relacionados con la magia de la «derecha» y de la «izquierda», en las que influyen. <<
[951] Cuando más se aproxima uno al Polo, menos rotación siente; en los Polos propiamente dichos, la revolución diurna está neutralizada, y de aquí la expresión de que la Esfera está «inmóvil». <<
[952] En Ocultismo se afirma que la tierra o isla que corona el Polo Norte como un casquete es la única que permanece inalterable durante todo el Manvantara de nuestra Ronda. Todos los continentes y tierras centrales surgirán del fondo de los mares, por turno muchas veces, pero esta tierra no cambiará nunca. <<
[953] Téngase presente que el nombre Védico y Avestaico de Fohat es Apâm-Napât. En el Avesta está entre los Yazatas del Fuego y los Yazatas del Agua. El significado literal es «Hijo de las Aguas»; pero estas «Aguas» no son las líquidas que conocemos, sino el Æther, las Aguas Ígneas del Espacio. Fohat es el «Hijo del Æther» en su aspecto más elevado; Âkâsha, el Padre-Madre de los Siete primitivos, y del Sonido o el Logos. Fohat es la Luz del Logos. <<
[954] Esta «Agua» es la sangre o fluido de la Vida que anima a la Tierra, comparada aquí a un cuerpo vivo. <<
[955] La enseñanza Oculta corrobora la tradición popular que asegura la existencia de una Fuente de la Vida en las entrañas de la Tierra y en el Polo Norte. Es la Sangre de la Tierra, la corriente electromagnética que circula por medio de todas las arterias, y la cual se dice se encuentra acumulada en el «ombligo» de la Tierra. <<
[956] El Ocultismo señala a la Cordillera de los Himalayas como siendo este «cinturón», y sostiene que ya sea bajo el agua o por encima, rodea el Globo. El ombligo se dice situado hacia el Sol poniente o al Oeste del Himavat, en donde están los cimientos del Meru, cuya montaña está al Norte de los Himalayas. El Meru no es «la montaña fabulosa en el ombligo o centro de la Tierra»; pero sus raíces o cimientos están en ese «ombligo», al paso que se halla en el lejano Norte mismo. Esto la relaciona con la comarca «Central» que «nunca perece»; la región en la cual «el día del mortal dura seis meses y la noche otros seis. —Según lo expresa el Vishnú Purâna—: Para el Norte del Meru existe, por tanto, siempre la noche, mientras es de día en otras regiones; pues el Meru está al Norte de todos los dvipas y varshas» (islas y países). El Meru, por tanto, no está en el Atlas como sugiere Wilford, ni tampoco como Wilson quiere indicar, «absolutamente en el Centro del globo», solo porque «lo está relativamente para los habitantes de las diversas partes, para quienes el Oriente es aquel lugar por donde el Sol aparece primero…» (vol. II, pág. 244). <<
[957] Hasta los Comentarios no se abstienen de la metáfora Oriental. El Globo se representa como el cuerpo de una mujer, la «Madre Tierra». Desde su cuello hacia abajo, significa desde el mar interior que se halla ahora más allá de la infranqueable barrera de hielo. La Tierra, según dice Parâshara, «es la madre y la nodriza, aumentada con todas las criaturas y sus cualidades, la comprensiva de todos los mundos». <<
[958] Pues las Estancias llaman a esta localidad por un nombre que en el Comentario está traducido como un lugar sin latitud (Niraksha), la Mansión de los Dioses. Como dice un escoliador en el Sûrya Siddhânta (XII, 42–44):
«Sobre ellas marcha el sol cuando está situado en los equinoccios; no tienen sombra equinoccial ni elevación del polo (akshonnati)».
«En ambas direcciones desde el Meru, hay dos estrellas polares (dhruvatârâ); fijas en medio del firmamento para los que están situados en lugares sin latitud (niraksha), las dos tienen su sitio en el horizonte».
«De aquí que no haya, en aquellas ciudades [en aquella tierra], elevación de los polos, por estar las dos estrellas polares situadas en su horizonte; pero sus grados de colatitud (lambaka) son noventa; en el Meru, los grados de latitud (aksha) son en el mismo número». (Véase Vishnu Purâna, trad. de Wilson, II, 208). <<
[959] Wilford comete muchos errores. Por ejemplo, identifica Shveta-dvîpa, la Isla Blanca, la «isla de la parte norte de Toyâmbhudi [Mar de las frescas aguas]», con Inglaterra, y luego trata de identificarla con Atala (una región inferior) y con la Atlántida. Ahora bien: Shveta-dvîpa es la morada de Vishnu (exotéricamente): y Atala es un infierno. También la coloca en el Mar Euxino o Ikshu (Mar Negro) y luego, en otro sitio, parece relacionarla con el África y el Atlas. <<
[960] Asiatic Researches, VIII, 280 [1808]. <<
[961] Ob. cit., ibíd. Pág. 200–1. <<
[962] Cada nombre de los Purânas tiene que ser examinado bajo dos aspectos por lo menos, geográfica y metafísicamente, en su aplicación alegórica; por ejemplo, a Nila, la montaña (azul), que es uno de los límites del norte del Meru, hay que buscarla también geográficamente en una cordillera de Orissa, y además en una montaña muy diferente de las otras, en el África Occidental. Jambu-dvîpa es el dominio de Vishnu, —el Mundo, limitado en los Purânas a nuestro Globo, la región que contiene solamente el Meru, y que también es dividida para contener la Bhârata-Varsha (India), la división mejor y más hermosa, dice Parâshara. Lo mismo sucede con Pushkara, y todas las demás. <<
[963] Ibíd. Pág. 202. <<
[964] Sûrya Siddhânta, trad. de Whitney, V, 5. <<
[965] Asiatic Researches, III, 300. <<
[966] Jambu, Plaksha, Shâlmali, Kusha, Krauncha, Shâka y Pushkara. <<
[967] Tales como Shâkaa y Pushkara, por ejemplo, que no existen todavía, pero en las cuales entrarán tierras como algunas partes de América, de África y del Asia Central, con la región del Gobi. Tengamos presente que Upadvîpas significa islas «fundamentales», o la tierra seca en general. <<
[968] Eran llamados Demonios, Asuras, Gigantes y monstruos, a causa de su maldad, y por esto su país fue comparado a Atala —un Infierno. <<
[969] Ciertamente no el río Nilo, sino cerca de las montañas Nîlâ de la cordillera del Atlas. <<
[970] Asiatic Researches, III, 325. <<
[971] Véase volúmenes VIII, X y XI de Asiatic Researches. <<
[972] Ob. cit., III, 326. <<
[973] Ibíd. <<
[974] Wilford dice lo siguiente de la división de la Atlántida y de la Bhârata o India, confundiendo los dos relatos, y a Priyavrata con Medhâtithi: «Esta división fue hecha por Priyavrata… Tenía diez hijos, y era su intención dividir entre ellos el mundo entero por igual… Del mismo modo dividió Neptuno la Atlántida entre sus diez hijos: uno de ellos tenía… la extremidad de la Atlántida» —la cual «es probablemente el antiguo continente, a cuyo extremo está Gades… Esta Atlántida fue inundada; y parece que por la Atlántida debemos entender la Tierra antediluviana, sobre la cual nacieron para reinar diez príncipes, según la mitología Occidental [y también del Oriente], pero solo siete de ellos se sentaron en el trono». (Ob. cit., VIII, 286). Algunos son también de opinión de que los siete Dvîpas, seis fueron destruidos por una inundación. Wilford cree que es «Gades, lo cual incluía España», pero era más bien la isla de Platón (Ob. cit. VIII, 375). <<
[975] América, el «nuevo mundo», es, pues, si no mucho más viejo, más viejo, sin embargo, que Europa, el «antiguo» mundo. <<
[976] Si la mansión de Div o Dev-sefid (la de Târadaitya) estaba en el séptimo grado, es porque él vino de Pushkara, el Pâtâla (antípodas) de la India, o de América. Esta última tocaba las paredes, por decirlo así, de la Atlántida, antes de que ésta se hundiese finalmente. Como la palabra Pâtâla significa a la vez los países antípodas y las regiones infernales, éstos se volvieron sinónimos en ideas y atributos lo mismo que en el nombre. <<
[977] Ni la Atlántida ni tampoco Shankha-dvîpa fueron llamados jamás la «Isla Blanca». Cuando la tradición dice que «la Isla Blanca se tornó negra a causa de los pecados de su gente», se refiere únicamente a los habitantes de la «Isla Blanca» o Siddhapura, o Shveta-dvîpa, que descendieron a la Atlántida de la Tercera y Cuarta Razas, para «informar a esta última, y quienes habiendo encarnado, se volvieron negros por el pecado» —una figura de lenguaje. Todos los Avatâras de Vishnu se dice que proceden originalmente de la Isla Blanca. Según la tradición tibetana, la Isla Blanca es la única localidad que escapa al destino de los otros Dvîpas; no puede ser destruida por el agua ni por el fuego, porque es la «Tierra Eterna». <<
[978] Asiatic Researches, XI, 26–8. <<
[979] Génesis, IX, 1. <<
[980] ¡Cuán sabias y grandes, cuán previsoras y moralmente beneficiosas son las leyes de Manu sobre la vida conyugal, comparadas con la licencia tácitamente permitida al hombre en los países civilizados! El que aquellas leyes hayan sido desatendidas en los dos últimos milenios no nos impide admirar su previsión. El Bramán era un Grihasta, un hombre de familia, hasta cierto período de su vida en que, después de engendrar un hijo, rompía con la vida matrimonial y se convertía en un casto Yogi. Su misma vida matrimonial era regulada por su astrólogo Brahmán, con arreglo a su naturaleza. Por tanto, en los países como el Punjab, por ejemplo, en donde la influencia letal de la licencia musulmana y más tarde de la europea, apenas ha tocado a las castas arias ortodoxas, se encuentran todavía los hombres más hermosos —en lo que respecta a la estatura y la fuerza física— de todo el Globo; mientras que los hombres poderosos de la antigüedad se han visto reemplazados en el Deccan, y especialmente en Bengala, por hombres cuya generación se vuelve con cada siglo, y casi con cada año, más pequeña y débil. <<
[981] Las enfermedades y el exceso de población son hechos que no pueden negarse. <<
[982] En el libro de Mrs. Anna Sivanwick, The Dramas of Æschylus, se dice de «Prometeo Encadenado» («Biblioteca Clásica de Bohn», pág. 334), que Prometeo aparece verdaderamente «como el bienhechor y campeón de la humanidad, cuyo estado… se describe como débil y miserable en extremo… Zeus, se dice, se propuso aniquilar a estos efímeros enfermizos, y poner otra raza en su lugar en la tierra». Vemos en las Estancias a los Señores del Ser haciendo lo mismo, y exterminando el primer producto de la Naturaleza y del Mar. «Prometeo se representa como habiendo frustrado este designio, siendo, en su consecuencia, sujeto a las torturas más desgarradoras, por el bien de los mortales, infligidas por la crueldad sin remordimiento de Zeus. Tenemos, pues, al Titán, el símbolo de la razón finita y del libre albedrío [de la humanidad intelectual, o el aspecto más elevado de Manas], descrito como el filántropo sublime, mientras que a Zeus, la Suprema Deidad de Hellas, se le representa como déspota cruel y terco, carácter especialmente repulsivo al sentimiento ateniense». La razón de esto se explica más adelante. La «Deidad Suprema» tiene en todos los Panteones antiguos, incluso el de los judíos, un carácter doble, compuesto de luz y sombra. <<
[983] El mundo animal, que solo tiene como guía el instinto, tiene sus épocas de procreación y durante el resto del año, los sexos se neutralizan. Por tanto, el animal libre solo conoce la enfermedad una vez en su vida: antes de morir. <<
[984] Introducción a «Prometeo Encadenado», pág. 340. <<
[985] De , «previsión». «El profesor Kuhn», se nos dice en los mencionados libros, The Dramas of Æschylus, «considera el nombre del Titán como derivado de la palabra sánscrita Pramantha, el instrumento usado para encender fuego. La raíz mand o manth, implica movimiento rotatorio, y la palabra manthâmi, usada para denotar el proceso de encender el fuego, adquiría el secundario significado de arrebatar; de aquí que encontremos otra palabra del mismo tronco, pramatha, que significa robo». Esto es muy ingenioso, pero quizá no del todo exacto; además, hay un elemento muy prosaico en ello. No hay duda que en la naturaleza física, las formas elevadas pueden desarrollarse de las inferiores, pero en el mundo del pensamiento no es lo mismo. Y como se nos dice que la palabra manthâmi pasó a la lengua griega y se convirtió en la palabra manthanô, aprender (esto es, adquirir conocimiento, y de aquí prometheia, conocimiento previo, previsión), podemos encontrar un origen más poético para el «portador del fuego», que el que deriva de su origen sánscrito. La Svástica, el signo sagrado, y el instrumento para encender el fuego sagrado, puede explicarlo mejor. «Prometeo, el portador del fuego, es el personificado Pramantha, —continúa el autor—, y encontramos su prototipo en el Mâtarishvan ario, un personaje… divino, estrechamente relacionado con Agni, el dios del fuego de los Vedas». Matih, en sánscrito, es «entendimiento» [intelecto] y sinónimo de MAHAT y de MANAS, y debe tener algo que ver en el origen del nombre; Pramatih [el que es inteligente] es el hijo de Fohat, y tiene también su historia. <<
[986] Cronos es el «Tiempo», y por esto la alegoría es muy sugestiva. <<
[987] Quéjase el autor de la versión y traductor de «Prometeo Encadenado» de que en este trazado de la marcha vagabunda de Io «no se pueda llegar a un acuerdo con nuestra propia geografía» (pág. 379). Puede que haya buenas razones para ello. En primer término, es el viaje y el vagar de un lugar a otro de la Raza de la cual tiene que salir el «décimo» o el llamado Kalki Avatâra. A ésta la llama la «raza de reyes nacida en Argos» (888). Pero Argos aquí no se refiere al Argos de Grecia. Viene de arg o arka, el poder femenino generador simbolizado por la Luna, el Argha en forma de nave de los Misterios, que significa la Reina del Cielo. Eustaquio muestra que, en el dialecto de los Arg-ianos, Io significaba la Luna; mientras que el Esoterismo lo explica como el Andrógino divino, o el Diez (10) místico; en hebreo 10 es el número perfecto o Jehová. Arghya, en sánscrito, es la copa de libación, el vaso en forma de nave o bote en el que se ofrecen flores y frutos a las Deidades. Arghyanâth es un título del Mahâ Chohan, que significa el «Señor de las Libaciones», y Arghyavarsha, la «Tierra de las Libaciones»; es el nombre misterioso de aquella región que se extiende desde la montaña Kailâsa hasta cerca del Desierto de Shamo, de dónde se espera el Kalki Avatâra. El Airyâna-Varsedya [¿Airyana Vaêjó?] de los mazdeístas, como lugar, es idéntico a aquélla. Ahora se dice que ha sido situada entre el Mar de Aral, Baltistán, y el Pequeño Tíbet; pero en los tiempos antiguos su área era mucho más extensa, por ser el país del nacimiento de la humanidad física, de la cual Io es la madre y símbolo. <<
[988] Ob. cit., pág. 385, nota. <<
[989] Vol. I, págs. 569–570. <<
[990] Alejandro, que conocía más Attock que la India, pues él nunca penetró propiamente en ésta, no debió dejar de oír que al Indus lo llamaban cerca de sus propias fuentes, Nîl y Nilâ. El error, si es que lo hay, se explica, pues, fácilmente. <<
[991] Que Io es idéntica alegóricamente a Isis y a la Lunae demuestra por tener ella «cuernos de vaca». Es innegable que la alegoría llegó a Grecia de la India, en donde Vâch, la «Vaca melodiosa» del Rig Veda, «de la cual se produjo la humanidad» (Bhâgavata Purâna), es presentada en el Aitareya Brâhmana como perseguida por su padre Brahmâ, impulsado por una pasión ilícita, y la cambió en Gamo. De aquí que, rehusando Io acceder a la pasión de Júpiter, fue revestida con «cuernos». La Vaca era en todos los países el símbolo del poder generador pasivo de la naturaleza. Isis, Vâch, Venus —la madre del prolífico Dios del Amor, Cupido; pero al mismo tiempo el del Logos, cuyo símbolo, entre los egipcios y los indios, fue el Toro, como lo atestiguan el Buey Apis y los Toros Indos de los templos más antiguos. En la Filosofía Esotérica, la Vaca es el símbolo de la Naturaleza Creadora, y el toro (Su ternera) el Espíritu que la vivifica o el «Espíritu Santo», como lo indica el Dr. Kenealy. De aquí el símbolo de los cuernos. Éstos eran también sagrados entre los judíos, quienes colocaban en el altar cuernos de madera de Setin, y los criminales que los cogían aseguraban su salvación. <<
[992] Tuscul. Quæst, I, II, 20. <<
[993] Strom. I, II; Oper. I, 467. Ed. de Potter. <<
[994] Herodoto y Pausanias suponían que la causa de la condena fue que Esquilo, adoptando la teogonía de los egipcios, hacía a Diana hija de Ceres y no de Latona. (Véase Ælian, Var. Hist. I, V, XVIII; I, 433, edición Gronov). Pero Esquilo estaba iniciado. <<
[995] La Sabasia era una festividad periódica, con Misterios establecidos en honor de algunos Dioses, una variante de los Misterios de Mithra. Toda la evolución de las Razas se ejecutaba en estos Misterios. <<
[996] Mrs. A. Swanwick, ob. cit. <<
[997] Véase la nota 985 página 450 referente a la etimología de o previsión. Prometeo la confiesa en el drama cuando dice:
Oh éter divino, voladores vientos…
Mirad lo que yo un dios, de otros dioses sufro.
—-------------------------------------------------------
Pero ¿qué digo? Claramente adivinaba
lo que tiene que suceder--------------------------
—-----------------------------Conviene ahora
esta suerte fatal sufrir constante
ya que la ley del Hado es invencible… (105)
El «Hado» representa aquí a KARMA, o NÉMESIS. <<
[998] La humanidad está claramente dividida en hombres animados por Dioses y criaturas humanas inferiores. La diferencia intelectual entre las naciones arias y otras civilizadas, y los salvajes como los isleños del Mar del Sur, es inexplicable de otro modo. Ninguna clase de cultura ni generaciones preparatorias en medio de la civilización podrían elevar tales ejemplares humanos como los bosquimanos, los veddhas de Ceilán y algunas tribus africanas al mismo nivel intelectual que los arios, los semitas y los llamados turanios. La «Chispa Sagrada» falta en ellos; y ellos son las únicas razas inferiores en el Globo que, por fortuna, se están ahora extinguiendo rápidamente, gracias al sabio ajustamiento de la Naturaleza, que trabaja siempre en esta dirección. En verdad, la especie humana es «de una sangre», pero no de la misma esencia. Nosotros somos las plantas de la Naturaleza de desarrollo artificialmente acelerado en invernaderos, y tenemos en nosotros una chispa que en ellos es latente. <<
[999] El punto de vista filosófico de las metafísicas indias coloca la Raíz del Mal en la diferenciación de lo Homogéneo en lo Heterogéneo, de la Unidad en la Pluralidad. <<
[1000] Sap. I, 13. <<
[1001] Gautama Buddha, llamado Shâkya Thüb-pa, es el veintisiete del último grupo, pues la mayor parte de estos Buddhas pertenecen a las Dinastías Divinas que instruyeron a la humanidad. <<
[1002] De estos Buddhas, o «Iluminados», los lejanísimos predecesores de Gautama, el Buddha, que representan, según se nos dice, hombres que vivieron en un tiempo, grandes Adeptos y Santos en quienes habían encarnado los «Hijos de la Sabiduría», y que, por tanto, eran Avatâras menores, por decirlo así, de los Seres Celestiales —solo once pertenecen a la Raza Atlante, y veinticuatro a la Quinta Raza, desde su principio. Son idénticos a los Tirthankaras de los Jainas. <<
[1003] Esto puede explicar la semejanza de los montículos artificiales de los Estados Unidos de América, y los túmulos de Noruega. Esta identidad es lo que ha hecho suponer a algunos arqueólogos americanos que los marinos noruegos habían descubierto América hace unos mil años. (Véase Traces de Bouddhisme en Norvège, de HoImboe, pág. 23). No hay duda que América es aquella lejanísima tierra a la que hombres piadosos y grandes tempestades habían llevado la «doctrina sagrada», según suponía un escritor chino en su descripción a Neumann. Pero ni el profesor Holmboe de Estocolmo ni los arqueólogos americanos han adivinado la verdadera edad de los montículos o de los túmulos. El hecho de que los noruegos puedan haber redescubierto la tierra que sus antepasados, largo tiempo olvidados, creyeron que había perecido en la sumersión general, no contradice el otro hecho de que la Doctrina Secreta de la tierra, que fue cuna del hombre físico y de la Quinta Raza, había hecho su camino en el llamado Nuevo Mundo, edades y edades antes que la «Doctrina Sagrada» del Buddhismo. <<
[1004] Véase Physiological Selection, por G. J. Romanes, F. R. S. <<
[1005] Esoteric Buddhism (8.ª edición, pág. 67). <<
[1006] [Sabhâ = asamblea; Maya-Sabhâ = la asamblea de aquellos versados en la ciencia enseñada por Maya, el arquitecto]. <<
[1007] (O Asuramaya). <<
[1008] Éxodo, XI, 1, 2. <<
[1009] El difunto Brahmachârî Bawa, un Yogi muy célebre y santo, escribió: «En épocas diversas fueron compiladas, en el lenguaje de los tiempos, obras extensas sobre “Ashtar Vidiâ” y otras ciencias semejantes, de los originales sánscritos. Pero se perdieron, juntamente con los originales, cuando el diluvio parcial de nuestro país. —(De The Theosophist, junio, 1880—. Algunas cosas que conocían los Arios»). Respecto del Agnyastra, véase Specimens of the Hindu Theatre, de Wilson, I, 297. <<
[1010] Unos animales maravillosos, construidos artificialmente, semejantes en cierto modo a la creación de Frankenstein, que hablaban y avisaban a sus amos de los próximos peligros. Sus amos eran «Magos Negros»; el animal mecánico estaba animado por un Djin, un Elemental, según los relatos. Solo la sangre de un hombre puro podía destruirlos. Véase el Vol. IV, Parte III, titulada: «La Ciencia y la Doctrina Secreta comparadas». <<
[1011] Los cuatro Dioses Kármicos, llamados los Cuatro Mahârâjahs en las Estancias. <<
[1012] Mysthical Monsters, pág, 19. <<
[1013] The Mahâtmâ Letters to A. P. Sinnett, pág. 152. <<
[1014] Vol. I, pág. 239 (ed. inglesa). <<
[1015] Ibíd. <<
[1016] Travels in Egypt, vol. II, cap. 17. <<
[1017] The Mythological Astronomy of the Ancients Demonstrated (pág. 30), por un simbologista y astrónomo singularmente intuitivo, una especie de Adepto por sí mismo de Noruega, que vivió en el primer cuarto del siglo XIX. <<
[1018] Véase Proctor, Knowledge, I, págs. 242, 400. <<
[1019] Herodotus, de Rawlinson, II, 345. <<
[1020] The Great Pyramid, págs. 36, 37. <<
[1021] Staniland Wake, ob. cit., págs. 6 y 7. <<
[1022] Ibíd. Pág. 6. <<
[1023] The Mythological Astronomy of the Ancients Demonstrated, págs. 30–1. <<
[1024] El término «Atlante» no debe inducir al lector en el error de considerar a éstos como una sola raza, ni como una nación. Es lo mismo que si dijéramos «asiáticos». Muchos, múltiples y diversos eran los Atlantes, que representaban varias «humanidades», y un número casi incontable de razas y naciones, más variadas verdaderamente que lo serían los «europeos» si este nombre se aplicase indistintamente a las cinco partes del Globo, como sucederá, al paso que lleva la colonización, quizás en menos de doscientos o trescientos años. Había Atlantes de color oscuro, amarillos, rojos, blancos y negros: gigantes y enanos, como sucede, relativamente, aún hoy, con algunas tribus africanas. <<
[1025] Un Maestro dice en el Esoteric Buddhism, 8.ª edic. Pág. 67: «En el período Eoceno, aun en su primera parte, el gran ciclo de los hombres de la Cuarta Raza, los [Lemuro–] Atlantes, habían alcanzado ya su más alto punto [de civilización], y el Gran Continente, el padre de casi todos los continentes actuales, mostraba los primeros síntomas de hundimiento». Y en la pág. 73 se dice que los Atlantes, como conjunto, perecieron durante el período Mioceno. Para mostrar cómo los continentes, razas, naciones y ciclos se enlazan, no hay más que considerar la Lemuria, cuyas últimas tierras perecieron unos 700 000 años antes del principio de la época Terciaria, y la última de la «Atlántida» solo hace 11 000 años; de modo que ambas pasaron por encima: una del período Atlante y la otra del Ario. <<
[1026] Véase Traité de l’Astronomie Indienne et Orientale, parte III. <<
[1027] Ceilán. <<
[1028] [Un dibujo zodiacal en Mythological Astronomy de Mackey]. <<
[1029] Esto no es así. Los antepasados de los brahmanes Arios tenían su Zodíaco y cálculos zodiacales procedentes de los nacidos por el poder de Kriyâshakti, los «Hijos de Yoga»; y los egipcios de los Atlantes de Ruta. <<
[1030] Los primeros, por tanto, pueden haber registrado un tiempo de siete u ocho millones de años, pero no así los egipcios. <<
[1031] Ob. cit., pág. 30. <<
[1032] Este asunto fue bastante debatido, y ampliamente discutido y contestado. Véase Five Years of Theosophy, art. «Mr. Sinnett’s Esoteric Buddhism, págs, 325–346». <<
[1033] Ruins of Empires, pág. 360. Volney dice que, como Aries, estaba en su grado 15, 1447 años antes de Cristo, se sigue de esto que el primer grado de Libra no ha podido coincidir con el Equinoccio Vernal posteriormente a 15 194 años antes de Cristo, a los cuales añadiendo 1790 después de Cristo, cuando Volney escribió esto, resulta que han transcurrido 16 984 años desde el origen (griego, o más bien helénico) del Zodíaco. <<
[1034] La palabra «históricos» se usa porque aunque los historiadores han empequeñecido, de un modo casi absurdo las fechas que separan ciertos sucesos de nuestros días, sin embargo, una vez que son conocidos y aceptados pertenecen a la historia. Así, la Guerra de Troya es un suceso histórico, al cual aunque se atribuye menos de 1000 años antes de Cristo, aconteció realmente más bien 6000 años que 5000 antes de Cristo. <<
[1035] Es un hecho histórico que Sanchoniathon compiló los anales completos de la religión fenicia en anales y documentos de estado existentes en los archivos de las ciudades fenicias más antiguas, y escribió en caracteres fenicios en 1250 años antes de Cristo. <<
[1036] Prof. Virchow, en el Apéndice I a Ilios, de Schliemann. Murray, 1880. <<
[1037] Gosse escribe de esta última: «La presentan como una completa hereje, a quien nada puede creerse; una fabricadora de insana historia natural, una inventora de falsos hechos científicos». (Romance of Natural History, segunda serie, pág. 227). <<
[1038] Págs. 9 y 10. <<
[1039] Popular Science Monthly, núm. 60, abril 1877. <<
[1040] El Pr. Cover escribe: «Ese famoso pájaro de Washington era un mito; o bien Audubon cometió un error, o bien, como algunos no vacilan en afirmar, mintió en esto». Mythical Monsters, pág. 10. <<
[1041] Ibíd. págs. 10 y 11. <<
[1042] Mythical Monsters, pág. 13, nota. <<
[1043] En julio 1888, cuando los manuscritos de esta obra no habían aún abandonado mi mesa de trabajo, y La Doctrina Secreta era absolutamente desconocida para el mundo, ya era denunciada como siendo no más que el producto de mi cerebro. He aquí los términos lisonjeros en que el Evening Telegraph (de América) se refirió a esta obra, aún no publicada entonces, en su edición de junio 30 de 1888: «Entre los libros fascinadores para leer en julio figura el nuevo libro de Mad. Blavatsky sobre Teosofía… (!) La Doctrina Secreta… Pero porque pueda ella remontarse al pasado de la ignorancia brahmínica… (¡!¿?) no es esto prueba de que todo lo que dice sea verdad». Y una vez dictado el preconcebido veredicto sobre la errónea noción de que mi libro estaba publicado, y que el revistero lo había leído —nada de lo cual era ni podía ser cierto—, ahora que realmente se ha publicado, la crítica tendrá que sostener su primera declaración, sea o no correcta, y saldrá probablemente del paso con una crítica más dura que nunca. <<
[1044] Science of Language, pág. 168. <<
[1045] The Human Species, pág. 274. <<
[1046] Véase el anterior diagrama del Árbol Genealógico de la Quinta Raza. <<