El Origen del Hombre

III

III

Ciertas gesticulaciones que, por una parte, son completamente

inútiles para la satisfaccion de algun deseo, y, por otra, no dependen

en nada de la influencia del placer ó del dolor, no tienen otra razon de

ser, segun Darwin, que una disposicion primitiva á acompañar una

emocion con ademanes inversos de los que sirven para expresar la emocion

contraria. Esto constituye el principio que llama de antítesis.

Apóyase principalmente el naturalista inglés en las diferencias que

presentan en el modo de expresar los sentimientos cariñosos el perro y

el gato. Pareceria, en efecto, que siendo el afecto el mismo sentimiento

en todos los animales, debia tambien manifestarse en todos del mismo

modo. ¿Por qué, pues, mientras el perro prueba su cariño imprimiendo á

su cuerpo movimientos delicados y ondulantes, tendiéndose en el suelo,

agachando las orejas y bajando la cola; el gato, en las mismas

circunstancias, se endereza, se arquea sobre sus patas, levanta la cola y endereza las orejas? Ninguno de estos movimientos se explica directa ni

indirectamente por la utilidad; sólo, segun Darwin, puede considerarse

que se producen por ser inversos á los movimientos con que perro y gato

manifiestan los sentimientos opuestos al de cariño; todos los animales,

para expresar sus emociones de ira ú odio, ejecutan los actos con que se

preparan al ataque de un enemigo; en este caso la actitud que adopta el

perro es distinta por completo de la del gato, ya que aquel combate

principalmente con sus dientes, y este con sus uñas. La manera como el

perro demuestra su afecto consistiria, aceptando este principio, en las

actitudes opuestas á las que sirven para preparar un ataque con los

dientes.

Cuando el hombre expresa la resignacion á que le sujeta su

impotencia, levanta ligeramente los hombros, inclina la cabeza sobre el

pecho, y abre las manos; todas estas actitudes son contrarias á las que

ofrece cuando presiente una lucha, y fia en sus propias fuerzas.

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