Metafísica

LIBRO OCTAVO (H)

<RESUMEN DEL LIBRO VII. LA MATERIA Y EL CAMBIO>[1]

Conviene recapitular a partir de lo dicho, y tras resumir lo más importante, alcanzar un resultado final.

Ha quedado dicho que se trata de investigar las causas, los principios 5y los elementos de las entidades. Por otra parte, hay entidades que son reconocidas unánimemente por todos, mientras que acerca de otras algunos propusieron opiniones particulares. Son unánimemente aceptadas las entidades naturales como el fuego, la tierra, el agua, el aire y el resto de los cuerpos simples; además, las plantas y sus partes, y los animales y las partes de los animales y, por último, el firmamento 10y las partes del firmamento.

Particularmente, algunos opinan que son entidades las Formas y las Realidades Matemáticas.[2]

Por otra parte, de los razonamientos propuestos se deduce que son entidades, en otro sentido, la esencia y el sujeto.[3] Además, y desde otro punto de vista, el género es entidad en mayor grado que las especies, y el universal en mayor grado que las cosas singulares. Por lo demás, las Ideas están muy cerca del universal y del género (en efecto, 15se consideran entidades por la misma razón).[4] Y puesto que la esencia es entidad y su enunciado es la definición, por eso hemos hecho precisiones acerca de la definición y acerca de lo que es por sí.[5] Y puesto que la definición es un enunciado, y el enunciado, a su vez, tiene partes, 20resultó necesario tratar también de las partes, cuáles son partes de la entidad y cuáles no, y si éstas son también partes del enunciado.[6] Además, ni el universal ni el género son entidad.[7] En cuanto a las Ideas y a las Realidades Matemáticas, las someteremos a investigación posteriormente,[8] puesto que algunos afirman de ellas que existen aparte de las entidades sensibles.

Pasemos ahora a las entidades aceptadas unánimemente. Éstas son 25las sensibles. Y las entidades sensibles tienen todas materia. Y entidad es el sujeto: en cierto sentido, la materia (y llamo materia a aquello que en acto no es algo determinado, pero en potencia es algo determinado); en otro sentido, la forma y la estructura que, siendo algo determinado, es separable en la definición;[9] en tercer lugar, en fin, 30el compuesto de ellas. Solamente de éste hay generación y corrupción, y sólo él es separado en sentido absoluto. En efecto, de las entidades entendidas como forma, unas son separadas[10] y otras no.

Por otra parte, es evidente que también la materia es entidad. Efectivamente, en todos los cambios opuestos hay algo que es sujeto de los cambios: así, en el cambio de lugar <el sujeto es> lo que ahora 35está aquí y luego allá; en el aumento, lo que ahora es de tal tamaño y luego mayor o menor, y en la alteración, lo que ahora está sano y 1042bdespués enfermo; y en el cambio entitativo, igualmente, lo que ahora se genera y posteriormente se destruye, y que ahora es sustrato en tanto que algo determinado y posteriormente en tanto que afectado por una privación. Y todos los otros cambios acompañan a éste, mientras que éste acompaña solamente a uno o dos de los otros. Pues 5si algo tiene materia para el movimiento local, no por ello la tiene necesariamente para la generación y la corrupción. Por lo demás, qué diferencia hay entre generación absoluta y no absoluta, está dicho en la Física.[11]

CAPÍTULO SEGUNDO

<LAS DIFERENCIAS Y LA FORMA COMO ACTO EN LAS REALIDADES SENSIBLES>[12]

Puesto que la entidad en el sentido de sujeto y de materia es unánimemente aceptada, y ésta es la que está en potencia, nos resta decir qué es la entidad de las cosas sensibles entendida como acto. Ciertamente, 10Demócrito parece haber opinado que hay tres diferencias (pues opina que el sustrato corpóreo, la materia, es uno y el mismo, pero se diferencia, o bien por la conformación, que es la figura, o bien por el giro, que es la posición, o bien por el contacto, que es el orden).[13] Sin embargo, parece que las diferencias son muchas: así, de algunas 15cosas se dice <que son esto o lo otro> por la composición de la materia, por ejemplo, las que resultan de una mezcla, como el aguamiel; otras, como un haz, porque se unen con ataduras; otras con cola, como un libro; otras con clavos, como un cofre, y otras con más de uno de estos tipos de unión. De otras <se dice que son esto o lo otro> por su posición, como el umbral y el dintel (éstos se diferencian, en efecto, por estar situados de cierto modo), otras por el tiempo, como la cena y el 20almuerzo, y otras por el lugar, como los vientos. Otras, en fin, por las afecciones propias de lo sensible como dureza y blandura, densidad y rareza, sequedad y humedad, y las hay que difieren en algunas de estas cualidades y otras en todas. Y, en general, difieren por exceso y por defecto de ellas.

De esto se deduce con claridad que también «es» se dice en otros 25tantos sentidos. En efecto, algo es umbral por estar puesto de tal modo, y «ser» significa en este caso «estar puesto de tal modo», y «ser hielo» significa «estar condensado de tal modo». El ser de algunas cosas se delimitará, incluso, por todas estas diferencias, porque las partes 30de la cosa están mezcladas, o bien fundidas, o bien atadas, o bien condensadas, o bien afectadas por otras diferencias, como ocurre con una mano o un pie.[14]

Así pues, han de captarse los géneros correspondientes a las diferencias (pues éstas son principios del ser), por ejemplo, las que se diferencian por el más y el menos, o bien por la densidad y la rareza, 35y por los demás opuestos de este tipo, puesto que todos éstos consisten en exceso y defecto. Y las diferencias en figura, lisura y rugosidad, todas ellas se reducen a rectitud y curvatura. Y en otros casos el «ser» 1043aconsistirá en estar mezclado y el no-ser consistirá en lo opuesto.

De esto se deduce con evidencia que, puesto que la entidad es causa del ser de cada cosa, ha de buscarse en estas diferencias cuál es la causa del ser de cada una de estas cosas. Ciertamente, ninguna de estas diferencias —ni siquiera en unión con el sustrato— es entidad, pero 5no es menos cierto que son, en cada caso, lo análogo <de la entidad>: así como en las entidades lo que se predica de la materia es el acto mismo, así también en las demás definiciones <las diferencias> lo son en mayor grado.[15]

Por ejemplo, para definir un umbral diríamos que es un leño o una piedra colocados de tal modo, y que una casa es un conjunto de ladrillos y maderas colocados de tal modo (o en algunos casos añadiríamos, 10además, aquello para lo cual), y que el hielo es agua solidificada o condensada de tal modo. Un acorde, a su vez, se definiría como tal mezcla de agudo y grave. Y del mismo modo en los demás casos.

De todo esto se deduce con evidencia que el acto y la forma son distintos cuando se trata de materias distintas. La actualización de unas materias es composición, la de otras es mezcla, y la de otras es alguna otra de las diferencias señaladas. Por eso, quienes definen qué 15es una casa diciendo que es piedras, ladrillos y maderas, definen la casa en potencia (pues estas cosas son materia), mientras que quienes dicen que es un refugio protector de bienes y cuerpos, o alguna otra cosa de este tipo, enuncian el acto; en fin, quienes juntan lo uno y lo otro definen la entidad en su tercera acepción, la que se compone de aquéllas (en efecto, la definición por diferencias parece corresponder a la forma y al acto, mientras que la definición por los componentes 20parece corresponder, más bien, a la materia).

Por lo demás, las definiciones que aceptaba Arquitas eran del mismo tipo.[16] Abarcan, en efecto, ambas cosas conjuntamente. Por ejemplo, ¿qué es el buen tiempo? Quietud en una masa de aire. ¿Qué es bonanza? Calma del mar. El sujeto en cuanto materia es, pues, el mar, 25y el acto y la forma es la calma.

Así pues, de lo dicho se deduce con evidencia qué es y cómo es la entidad sensible: la una como materia, la otra como forma y acto; la tercera, a su vez, la compuesta por éstas.

CAPÍTULO TERCERO

<LA FORMA NO ES UN ELEMENTO MATERIAL DEL COMPUESTO. LA UNIDAD DE LA FORMA COMO ACTO PERFECTO>[17]

Conviene no ignorar que a veces no resulta claro si el nombre significa la entidad compuesta, o bien el acto y la forma; por ejemplo, si «casa» es un 30signo que se refiere al conjunto «abrigo compuesto de ladrillos y piedras colocados de tal modo», o bien al acto y la forma «abrigo»; y si «línea» significa «díada en longitud», o bien «díada», y si «animal» significa «alma en un cuerpo» o «alma», ya que ésta es entidad y acto de cierto tipo de cuerpo. «Animal» podría referirse a lo uno y lo otro, en cuyo caso se diría 35no con un solo significado, sino por referencia a algo uno.[18] Ahora bien, esto tiene su importancia en relación con algún otro asunto,[19] pero no la tiene en relación con el estudio de la entidad sensible, ya que la esencia 1043bcorresponde a la forma y al acto. En efecto, el alma y aquello en que consiste ser-alma son lo mismo, pero no son lo mismo el hombre y aquello en que consiste ser-hombre, a no ser que se llame hombre al alma. Así pues, en cierto modo son lo mismo y en cierto modo no.

5Por otra parte, si se considera adecuadamente el asunto, no parece que la sílaba se componga de las letras y de su unión, ni que una casa sea los ladrillos y la unión de éstos.

Y con razón, pues la composición y la mezcla no son compuestos de aquellos elementos de los que hay composición y mezcla.[20] E igualmente tampoco en ninguno de los demás casos: así, si el dintel es tal por su posición, la posición no proviene del 10dintel, sino más bien éste de aquélla. Y tampoco el hombre es animal y bípedo, sino que ha de haber algo aparte de estas cosas (si estas cosas son materia), algo que ni es elemento ni deriva de elemento alguno, sino que es la entidad. Por prescindir de ella, hablan exclusivamente de la materia: en efecto, si aquello es causa del ser y se identifica con la entidad, no podrán hablar de la entidad misma. (Y ésta es, necesariamente, 15o bien eterna, o bien corruptible sin corromperse y generada sin proceso de generación. En otro lugar se ha demostrado y puesto de manifiesto[21] que nadie produce ni engendra la forma, sino que se produce esta cosa singular, y se genera el compuesto de materia y forma. Por lo demás, no está claro si las entidades de las cosas corruptibles son separables. Sólo está claro que ello no es posible en el caso de algunas, de todas aquellas que no pueden existir aparte de las cosas singulares, por ejemplo, una casa o un utensilio. Y, desde luego, 20con toda seguridad no son entidades ni estas cosas ni ninguna de las que no están constituidas naturalmente, puesto que cabría establecer que en el ámbito de las cosas corruptibles entidad es solamente la naturaleza.)

Así pues, la aporía que planteaban los seguidores de Antístenes y otros ignorantes del mismo tipo viene, en cierto modo, al caso: que el 25qué-es no puede definirse (pues la definición es un enunciado largo), si bien es posible mostrar a qué se parece una cosa: por ejemplo, de la plata no <se puede decir> qué es, pero sí que es parecida al estaño. Luego hay un tipo de entidad de la cual puede haber definición y enunciado: la compuesta, sea sensible o inteligible. No la hay, sin embargo, de 30sus elementos primeros, ya que el enunciado expresa «algo de algo», y lo primero ha de darse como materia y lo segundo como forma.[22]

Es también evidente que si las entidades son números en algún sentido, lo son de esta manera y no, según dicen algunos,[23] como un agregado de mónadas. La definición, en efecto, es un tipo de número, puesto que ella es también divisible en <elementos> indivisibles (desde 35luego, los enunciados no son ilimitados), y el número está constituido de esta misma manera. Y del mismo modo que si a un número se le quita o se le añade alguno de los elementos de que tal número se compone, ya no es el mismo número, sino otro, aunque se le quite o añada lo más mínimo, así tampoco la definición ni la esencia serán lo mismo 1044asi se les quita o añade algo. Y en cuanto al número, debe ser algo en virtud de lo cual es uno, algo que no son capaces de explicar, en virtud de qué es uno, si es que es uno realmente (pues o bien no es tal, sino que es como un montón, o, si lo es, ha de explicarse qué es lo que 5produce algo uno a partir de muchos). Y la definición es una, pero son igualmente incapaces de explicarlo, lo cual es lógico que les suceda, puesto que la razón es la misma, y la entidad es una de este modo y no como una mónada o un punto, tal como algunos pretenden, sino que cada entidad es acto perfecto y naturaleza determinada. Y así como el número no admite el más y el menos, así tampoco lo admite la entidad 10en tanto que forma, sino, si acaso, la unida a la materia.[24]

Así pues, con estas indicaciones quede precisado lo concerniente a la generación y corrupción de las llamadas entidades —en qué sentido pueden darse y en qué sentido son imposibles—, y también lo concerniente a su reducción a números.

CAPÍTULO CUARTO

<LAS CAUSAS EN LAS ENTIDADES Y ACONTECIMIENTOS SENSIBLES>[25]

15Acerca de la entidad material conviene no pasar por alto que, si bien todas las cosas proceden del mismo elemento primero, o de los mismos elementos primeros,[26] y si bien lo que se genera tiene la misma materia como principio, igualmente hay una materia propia de cada cosa, por ejemplo, de la flema <son materia primera> las cosas dulces y grasas, y de la bilis las amargas o algunas otras.

Pero seguramente 20una y otra proceden de lo mismo.

Resulta, en efecto, que hay muchas materias para lo mismo cuando una es materia de otra, por ejemplo, dado que lo graso proviene de lo dulce, la flema proviene de lo graso y de lo dulce, pero proviene también de la bilis, al descomponerse la bilis en la materia primera. Y es que algo procede de otra cosa de dos maneras, o bien directamente, o bien porque esta otra cosa se descompone convirtiéndose en principio <de que aquélla procede>.

Es posible que, siendo una la materia, se produzcan cosas distintas 25por obra de la causa que produce el movimiento, por ejemplo, de madera <se puede hacer> lo mismo un cofre que una cama. En algunos casos, sin embargo, la materia es necesariamente distinta para cosas que son distintas, por ejemplo, una sierra no se haría de madera, y ello no depende de la causa que produce el movimiento, pues ésta no haría una sierra de lana o de madera. Así pues, si puede hacerse lo mismo con materia distinta, entonces el arte —es decir, el principio que actúa 30produciendo el movimiento— es, evidentemente, el mismo. Y es que si fueran distintos tanto la materia como el agente que produce el movimiento, también <sería distinto> lo producido.

Cuando se trata de encontrar la causa, puesto que las causas se denominan tales en varios sentidos, hay que indicar todas las causas posibles. Por ejemplo, ¿cuál es la causa material del hombre? ¿Acaso los menstruos? 35Y ¿cuál es su causa productora del movimiento? ¿Acaso el esperma? Y ¿cuál es su causa en cuanto forma? La esencia. Y ¿cuál lo es en el sentido de aquello para lo cual? El fin. Por lo demás, seguramente estos dos últimos son lo mismo. [27] Y, por otra parte, han de indicarse las causas 1044bmás próximas. ¿Cuál es la materia? No fuego o tierra, sino la propia.

Para proceder correctamente respecto de las entidades naturales y sometidas a generación, ha de procederse de este modo, supuesto que son tales y tantas las causas, y supuesto que hay que conocer las causas. No obstante, el modo de discurrir respecto de las entidades naturales, 5pero eternas, es distinto, ya que seguramente algunas de ellas no tienen materia o, al menos, no la tienen de este tipo, sino solamente la correspondiente al movimiento local.

Aquellas cosas que son naturales, pero no son entidades, tampoco tienen materia, sino que su sujeto es la entidad. Por ejemplo, ¿cuál es la causa del eclipse, cuál es su materia? No la hay, más bien es la luna el 10sujeto afectado. ¿Y cuál es la causa en cuanto produce el movimiento y elimina la luz? La tierra. Aquello para lo cual, seguramente, no lo hay. Y, a su vez, la causa en cuanto forma es lo que expresa la definición de eclipse, si bien no quedará claro a no ser que la definición se acompañe de la causa. Por ejemplo, ¿qué es un eclipse? «Privación de luz». Pero si se añade «producida por la tierra al interponerse», ésta será la definición 15acompañada de la causa. Del sueño no está claro cuál es el sujeto primero afectado por él. ¿Acaso el animal? Desde luego, pero ¿en qué órgano, y cuál es el órgano primeramente afectado? El corazón o algún otro. Además, ¿quién produce la afección? Además, ¿cuál es la afección, la de aquel órgano y no la de todo el animal? ¿Tal tipo de inmovilidad? 20Sí, pero ¿por qué afección del órgano primero se produce ésta?

CAPÍTULO QUINTO

<LA MATERIA Y LOS CONTRARIOS. LA GENERACIÓN>[28]

Puesto que algunas cosas existen y no existen sin procesos de generación y de corrupción, como los puntos —si es que existen— y, en general, las formas[29] (pues no se genera lo blanco, sino la madera blanca, dado que 25todo lo que se genera procede de algo y llega a ser algo), no todos los contrarios pueden generarse unos a partir de otros, sino que el «hombre blanco» proviene del «hombre negro» de distinta manera que lo «blanco» proviene de lo «negro». Y tampoco tienen materia todas las cosas, sino aquellas que se generan y cambian las unas en las otras. Por el contrario, las que existen y no existen sin cambiar, ésas no tienen materia.

Por otra parte, se nos plantea el problema de en qué disposición se 30halla la materia de cada cosa respecto de los contrarios. Por ejemplo, si el cuerpo es en potencia sano, y lo contrario de la salud es la enfermedad, ¿es, acaso, en potencia lo uno y lo otro? Y el agua, ¿es en potencia vino y vinagre? O, más bien, ¿es materia de uno <de los contrarios> en cuanto que éste es un estado y una forma, y es materia del otro en cuanto que éste es privación y corrupción contraria a la naturaleza?[30] Es también un problema por qué el vino no es materia del vinagre, ni es vinagre en potencia (a pesar de que de él procede el vinagre), 35ni tampoco el viviente es cadáver en potencia. No es así, sino que las corrupciones son accidentales:[31] la materia misma del viviente, al 1045acorromperse éste, es materia y potencia del cadáver, y el agua lo es del vinagre. Éstos provienen, en efecto, de aquéllos como la noche del día. Y todas las cosas que cambian de este modo, las unas en las otras, han de convertirse en la materia:[32] así, si un viviente proviene de un cadáver, éste <ha de convertirse> primeramente en la materia y, de este modo, 5se generará a continuación el viviente. Y el vinagre <ha de convertirse> en agua y, de este modo, se generará a continuación el vino.

CAPÍTULO SEXTO

<LA UNIDAD DE LA DEFINICIÓN>[33]

Respecto del problema mencionado[34] sobre las definiciones y los números: ¿cuál es la causa de su unidad? En efecto, todas las cosas que tienen una pluralidad de partes cuyo conjunto no es como un montón, sino que el todo es distinto de las partes, tienen una causa <de su 10unidad>: en algunos cuerpos, la causa de su unidad es el contacto, en otros la pringosidad o cualquier otra afección de este tipo. Pero la definición constituye un enunciado que es uno, no porque las partes estén juntas como la Ilíada, sino porque es <definición> de algo que es uno. ¿Qué es, por tanto, lo que hace que el hombre sea uno, por 15qué es uno y no una pluralidad, por ejemplo, «animal» y «bípedo», y más aún si existen, como algunos dicen, un Animal Mismo y Bípedo Mismo? ¿Por qué, entonces, el Hombre no se identifica con aquellas «Realidades Mismas», sino que resulta que los hombres existen en tanto que participan, no del Hombre ni de una sola Idea, sino de dos, Animal y Bípedo, de modo que, en general, el Hombre no sería algo 20uno, sino una pluralidad: Animal y Bípedo?

Los que proceden así, con el modo en que acostumbran a definir y enunciar,[35] es evidente que no pueden responder y resolver esta dificultad. Pero si, como nosotros decimos, lo uno es materia y lo otro forma, y lo uno es en potencia y lo otro en acto, lo preguntado dejará 25de aparecer como un problema. De hecho, se trata de la misma aporía que si la definición de «vestido» fuera «bronce redondo», en cuyo caso aquella palabra significaría este enunciado y, por tanto, lo preguntado sería cuál es la causa de que lo redondo y el bronce sean algo uno. Ahora bien, esto no parece que sea en absoluto un problema: <son algo uno> porque aquello es materia y esto es forma. Pues, en el caso de las cosas que se generan, ¿qué causa hay, excepto la productora, de que 30lo que es en potencia sea en acto? No hay, desde luego, ninguna otra causa de que la esfera en potencia sea esfera en acto, sino que precisamente en eso consiste la esencia de la una y de la otra.[36]

Por lo demás, hay una materia inteligible y una materia sensible,[37] y en la definición siempre lo uno es materia y lo otro es acto, por 35ejemplo, el círculo es una «figura plana». Pero aquellas cosas que no tienen materia, ni inteligible ni sensible, cada una de ellas es inmediatamente algo que, ello mismo, es uno y también algo que, ello 1045bmismo, es: el esto, la cantidad, la cualidad, y por eso en las definiciones no se incluye ni «que es» ni «que es uno»; y la esencia es inmediatamente algo uno y algo que es, y por eso ninguna de tales cosas tiene una causa distinta por la cual es algo uno y es algo que es, lo cual no quiere decir ni que estén comprendidas en «lo que es» y lo 5«uno» como géneros, ni que éstos existan separados de las cosas particulares.[38]

A causa de este problema, unos hablan de «participación», y luego no encuentran solución al problema de cuál es la causa de la participación y qué es participar; otros hablan de «coexistencia» [del alma], como Licofrón,[39] que dice que la ciencia es la coexistencia del saber 10con el alma; otros dicen que vivir es la «composición» o «ligadura» del alma con el cuerpo. Ahora bien, este mismo modo de hablar habría de aplicarse a todas las cosas. Y es que también «sanar» sería la «coexistencia» o «composición» o «ligadura» de un alma y de la salud, y que el bronce sea un triángulo sería la «composición» de bronce 15y triángulo, y ser blanco, la «composición» de superficie y blancura. La causa de su error consiste en que buscan, a la vez, algo que una la potencia y el acto, y que marque la diferencia entre ellos. Pero, como se ha dicho, la materia última[40] y la forma son uno y lo mismo, aquello en potencia y esto en acto, y, por consiguiente, buscar cuál es la causa de que algo sea uno es lo mismo que buscar la causa de algo que es 20uno. Y es que cada cosa es algo uno, y lo que está en potencia y lo que está en acto son, en cierto modo, uno, de modo que no hay otra causa, excepto la que hace moverse de la potencia al acto. Por el contrario, las cosas que no tienen materia, todas ellas son algo uno, ello mismo, en sentido absoluto.

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