Hamlet

Escena II

Hamlet

Escena II

HAMLET, HORACIO, SEPULTURERO 1.º

Sepulturero 1º

Yo amé en mis primeros años (195),

dulce cosa lo juzgué;

pero casarme, eso no,

que no me estuviera bien.

Hamlet

Qué poco (196) siente ese hombre lo que hace, que abre una sepultura y canta.

Horacio

La costumbre le ha hecho ya familiar esa ocupación.

Hamlet

Así es la verdad. La mano que menos trabaja, tiene más delicado el tacto.

Sepulturero 1º

La edad callada en la huesa (197)

me hundió con mano cruel,

y toda se destruyó

la existencia que gocé.

Hamlet

Aquella calavera tendría lengua en otro tiempo, y con ella podría también cantar... ¡Cómo la tira al suelo el pícaro! Como si fuese la quijada con que hizo Caín el primer homicidio. Y la que está maltratando ahora ese bruto, podría ser muy bien la cabeza de algún estadista, que acaso pretendió engañar al Cielo mismo. ¿No te parece?

Horacio

Bien puede ser.

Hamlet

O la de algún cortesano, que diría: felicísimos días, Señor Excelentísimo, ¿cómo va de salud, mi venerado Señor? Ésta puede ser la del caballero Fulano, que hacía grandes elogios del potro del caballero Zutano, para pedírsele prestado después. ¿No puede ser así?

Horacio

Sí, señor.

Hamlet

¡Oh! Sí por cierto, y ahora está en poder del señor gusano, estropeada y hecha pedazos con el azadón de un sepulturero... Grandes revoluciones se hacen aquí, si hubiera en nosotros, medios para observarlas... Pero, ¿costó acaso tan poco la formación de estos huesos a la naturaleza, que hayan de servir para que esa gente (198) se divierta en sus garitos con ellos?... ¡Eh! Los míos se estremecen al considerarlo.

Sepulturero 1º

Una piqueta (199)

con una azada,

un lienzo donde

revuelto vaya,

y un hoyo en tierra

que le preparan:

para tal huésped

eso le basta.

Hamlet

Y esa otra, ¿por qué no podría ser la calavera de un letrado? ¿Adónde se fueron sus equívocos y sutilezas, sus litigios, sus interpretaciones, sus embrollos? ¿Por qué sufre ahora que ese bribón, grosero, le golpee contra la pared, con el azadón lleno de barro?... ¡Y no dirá palabra acerca de un hecho tan criminal! Éste sería, quizás, mientras vivió, un gran comprador de tierras, con sus obligaciones y reconocimientos, transacciones, seguridades mutuas, pagos, recibos... Ve aquí el arriendo de sus arriendos, y el cobro de sus cobranzas; todo ha venido a parar en una calavera llena de lodo. Los títulos de los bienes que poseyó cabrían difícilmente en su ataúd. Y, no obstante eso, todas las fianzas y seguridades recíprocas de sus adquisiciones no le han podido asegurar otra posesión que la de un espacio pequeño, capaz de cubrirse con un par de sus escrituras... ¡Oh! ¡Y a su opulento sucesor tampoco le quedará más!

Horacio

Verdad es, señor.

Hamlet

¿No se hace el pergamino de piel de carnero?

Horacio

Sí señor, y de piel de ternera también.

Hamlet

Pues, dígote, que son más irracionales que las terneras y carneros, los que fundan su felicidad en la posesión de tales pergaminos. Voy a tramar conversación con este hombre. ¿De quién es esa sepultura, buena pieza? (200)

Sepulturero 1º

Mía, señor (201).

y un hoyo en tierra (202)

que le preparan:

para tal huésped

eso le basta.

Hamlet

Sí, yo creo que es tuya porque estás ahora dentro de ella... Pero la sepultura es para los muertos, no para los vivos: con que has mentido.

Sepulturero 1º

Ve ahí un mentís demasiado vivo; pero yo os le volveré.

Hamlet

¿Para qué muerto cavas esa sepultura?

Sepulturero 1º

No es hombre, señor.

Hamlet

Pues bien, ¿para qué mujer?

Sepulturero 1º

Tampoco es eso.

Hamlet

Pues ¿qué es lo que ha de enterrarse ahí?

Sepulturero 1º

Un cadáver que fue mujer; pero ya murió... Dios la perdone.

Hamlet

¡Qué taimado es! Hablémosle clara y sencillamente, porque si no, es capaz de confundirnos a equívocos. De tres años a esta parte he observado cuanto se va sutilizando la edad en que vivimos... Por vida mía, Horacio, que ya el villano sigue tan de cerca al caballero, que muy pronto le desollará el talón. ¿Cuánto tiempo ha que eres sepulturero?

Sepulturero 1º

Toda mi vida, se puede decir. Yo comencé el oficio, el día que nuestro último Rey Hamlet venció a Fortimbrás.

Hamlet

¿Y cuánto tiempo habrá?

Sepulturero 1º

¡Toma! ¿No lo sabéis? Pues hasta los chiquillos os lo dirán. Eso sucedió el mismo día en que nació el joven Hamlet, el que está loco y se ha ido a Inglaterra.

Hamlet

¡Oiga! ¿Y por qué se ha ido a Inglaterra?

Sepulturero 1º

Porque..., porque está loco, y allí cobrará su juicio; y si no le cobra a bien que poco importa.

Hamlet

¿Por qué?

Sepulturero 1º

Porque allí todos son tan locos como él, y no será reparado.

Hamlet

¿Y cómo ha sido volverse loco?

Sepulturero 1º

De un modo muy extraño, según dicen.

Hamlet

¿De qué modo?

Sepulturero 1º

Habiendo perdido el entendimiento.

Hamlet

Pero, ¿qué motivo dio lugar a eso? (203)

Sepulturero 1º

¿Qué lugar? Aquí en Dinamarca, donde soy enterrador, y lo he sido de chico y de grande, por espacio de treinta años.

Hamlet

¿Cuánto tiempo podrá estar enterrado un hombre sin corromperse?

Sepulturero 1º

De suerte que si él no corrompía ya en vida (como nos sucede todos los días con muchos cuerpos galicados, que no hay por donde asirlos), podrá durar cosa de ocho o nueve años. Un curtidor durará nueve años, seguramente.

Hamlet

¿Pues qué tiene él más que otro cualquiera?

Sepulturero 1º

Lo que tiene es un pellejo tan curtido ya, por mor de su ejercicio, que puede resistir mucho tiempo al agua; y el agua, señor mío, es la cosa que más pronto destruye a cualquier hideputa de muerto. Ve aquí una calavera que ha estado debajo de tierra veintitrés años.

Hamlet

¿De quién es?

Sepulturero 1º

Mayor hideputa, ¡loco! ¿De quién os parece que será?

Hamlet

¿Yo cómo he de saberlo?

Sepulturero 1º

¡Mala peste en él y en sus travesuras!... Una vez me echó un frasco de vino del Rhin por los cabezones... Pues, señor, esta calavera es la calavera de Yorick, el bufón del Rey (204).

Hamlet

¿Ésta?

Sepulturero 1º

La misma.

Hamlet

¡Ay! ¡Pobre Yorick! Yo le conocí, Horacio..., era un hombre sumamente gracioso de la más fecunda imaginación. Me acuerdo que siendo yo niño me llevó mil veces sobre sus hombros... y ahora su vista me llena de horror; y oprimido el pecho palpita... Aquí estuvieron aquellos labios donde yo di besos sin número. ¿Qué se hicieron tus burlas, tus brincos, tus cantares y aquellos chistes repentinos que de ordinario animaban la mesa con alegre estrépito? Ahora, falto ya enteramente de músculos, ni aún puedes reírte de tu propia deformidad... Ve al tocador de alguna de nuestras damas y dile, para excitar su risa, que porque se ponga una pulgada de afeite en el rostro; al fin habrá de experimentar esta misma transformación... (205) Dime una cosa, Horacio.

Horacio

¿Cuál es, señor?

Hamlet

¿Crees tú que Alejandro, metido debajo de tierra, tendría esa forma horrible?

Horacio

Cierto que sí.

Hamlet

Y exhalaría ese mismo hedor... ¡Uh!

Horacio

Sin diferencia alguna (206).

Hamlet

En qué abatimiento hemos de parar, ¡Horacio! Y ¿por qué no podría la imaginación seguir las ilustres cenizas de Alejandro, hasta encontrarla tapando la boca de algún barril?

Horacio

A fe que sería excesiva curiosidad ir a examinarlo.

Hamlet

No, no por cierto. No hay sino irle siguiendo hasta conducirle allí, con probabilidad y sin violencia alguna. Como si dijéramos: Alejandro murió, Alejandro fue sepultado, Alejandro se redujo a polvo, el polvo es tierra, de la tierra hacemos barro... ¿y por qué con este barro en que él está ya convertido, no habrán podido tapar un barril de cerveza? El emperador César, muerto y hecho tierra, puede tapar un agujero para estorbar que pase el aire... ¡Oh!... Y aquella tierra, que tuvo atemorizado el orbe, servirá tal vez de reparar las hendiduras de un tabique, contra las intemperies del invierno... Pero, callemos... hagámonos a un lado, que... sí... Aquí viene el Rey, la Reina, los Grandes... ¿A quién acompañan? ¡Qué ceremonial tan incompleto es éste! Todo ello me anuncia que el difunto que conducen, dio fin a su vida con desesperada mano... Sin duda era persona de calidad... Ocultémonos un poco, y observa.

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