Hamlet

Escena XIII

Hamlet

Escena XIII

CÓMICO 1.º, CÓMICO 2.º, y dichos.

CÓMICO 1º

Ya treinta vueltas dio de Febo el carro a las ondas saladas de Nereo, y al globo de la tierra, y treinta veces con luz prestada han alumbrado el suelo doce lunas, en giros repetidos, después que el Dios de amor y el Himeneo nos enlazaron, para dicha nuestra, en nudo santo el corazón y el cuello.

Cómico 2º

Y, ¡oh! Quiera el Cielo que otros tantos giros a la luna y al sol, señor, contemos antes que el fuego de este amor se apague. Pero es mi pena inconsolable al veros doliente, triste, y tan diverso ahora de aquel que fuisteis... Tímida recelo... Mas toda mi aflicción nada os conturbe: que en pecho femenil llega al exceso el temor y el amor. Allí residen en igual proporción ambos afectos, o no existe ninguno, o se combinan este y aquel con el mayor extremo. Cuán grande es el amor que a vos me inclina, las pruebas lo dirán que dadas tengo; pues tal es mi temor. Si un fino amante, sin motivo tal vez, vive temiendo; la que al veros así toda es temores, muy puro amor abrigará en el pecho.

Cómico 1º

Si, yo debo dejarte, amada mía, inevitable es ya: cederán presto a la muerte mis fuerzas fatigadas; tú vivirás, gozando del obsequio y el amor de la tierra. Acaso entonces un digno esposo...

Cómico 2º

No, dad al silencio esos anuncios. ¿Yo? Pues ¿no serían traición culpable en mí tales afectos? ¿Yo un nuevo esposo? No, la que se entrega al segundo, señor, mató al primero.

Hamlet

Esto es zumo de ajenjos.

Cómico 2º

Motivos de interés tal vez inducen a renovar los nudos de Himeneo; no motivos de amor: yo causaría segunda muerte a mi difunto dueño cuando del nuevo esposo recibiera en tálamo nupcial amantes besos.

Cómico 1º

No dudaré que el corazón te dicta lo que aseguras hoy: fácil creemos cumplir lo prometido y fácilmente se quebranta y se olvida. Los deseos del hombre a la memoria están sumisos, que nace activa y desfallece presto. Así pende del ramo acerbo el fruto, y así maduro, sin impulso ajeno, se desprende después. Difícilmente nos acordamos de llevar a efecto promesas hechas a nosotros mismos, que al cesar la pasión cesa el empeño. Cuando de la aflicción y la alegría se moderan los ímpetus violentos, con ellos se disipan las ideas a que dieron lugar, y el más ligero acaso, los placeres en afanes muda tal vez, y en risa los lamentos. Amor, como la suerte, es inconstante: que en este mundo al fin nada hay eterno, y aun se ignora si él manda a la fortuna o si ésta del amor cede del imperio. Si el poderoso del lugar sublime se precipita, le abandonan luego cuantos gozaron su favor; si el pobre sube a prosperidad, los que le fueron más enemigos su amistad procuran (y el amor sigue a la fortuna en esto) que nunca al venturoso amigos faltan, ni al pobre desengaños y desprecios. Por diferente senda se encaminan los destinos del hombre y sus afectos, y sólo en él la voluntad es libre; mas no la ejecución, y así el suceso nuestros designios todos desvanece. Tú me prometes no rendir a nuevo yugo tu libertad... Esas ideas, ¡ay!, morirán cuando me vieres muerto.

Cómico 2º

Luces me niegue el sol, frutos la tierra, sin descanso y placer viva muriendo, desesperada y en prisión oscura su mesa envidie al eremita austero; cuantas penas el ánimo entristecen, todas turben al fin de mis deseos y los destruyan, ni quietud encuentre en parte alguna con afán eterno; si ya difunto mi primer esposo, segundas bodas pérfida celebro.

Hamlet

Si ella no cumpliese lo que promete...

Cómico 1º

Mucho juraste. Aquí gozar quisiera solitaria quietud, rendido siento al cansancio mi espíritu. Permite que alguna parte le conceda al sueño de las molestas horas.

Cómico 2º

Él te halague con tranquilo descanso y nunca el cielo en unión tan feliz pesares mezcle.

Hamlet

Y bien, señora, ¿qué tal os va pareciendo la pieza?

Gertrudis

Me parece que esa mujer promete demasiado.

Hamlet

Sí, pero lo cumplirá.

Claudio

¿Te has enterado bien del asunto? ¿Tiene algo que sea de mal ejemplo?

Hamlet

No, señor, no. Si todo ello es mera ficción, un veneno..., fingido; pero mal ejemplo, ¡qué! No señor.

Claudio

¿Cómo se intitula este Drama?

Hamlet

La Ratonera. Cierto que sí... es un título metafórico. En esta pieza se trata de un homicidio cometido en Viena... el Duque se llama Gonzago y su mujer Baptista... Ya, ya veréis presto... ¡Oh! ¡Es un enredo maldito! Y ¿qué importa? A Vuestra Majestad y a mí, que no tenemos culpado el ánimo, no nos puede incomodar: al rocín que esté lleno de mataduras le hará dar coces; pero, a bien que nosotros no tenemos desollado el lomo.

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