Hamlet

Escena X

Hamlet

Escena X

HAMLET, RICARDO, GUILLERMO, POLONIO y cuatro cómicos

Hamlet

Bienvenidos, señores; me alegro de veros a todos tan buenos. Bienvenidos... ¡Oh! ¡Oh camarada antiguo! Mucho se te ha arrugado la cara desde la última vez que te vi. ¿Vienes a Dinamarca a hacerme parecer viejo a mí también? Y tú, mi niña, ¡oiga!, ya eres una señorita; por la Virgen, que ya está vuesarced una cuarta más cerca del cielo, desde que no la he visto. Dios quiera que tu voz, semejante a una pieza de oro falso, no se descubra al echarla en el crisol. Señores, muy bienvenidos todos. Pero, amigos, yo voy en derechura al caso, y corro detrás del primer objeto que se me presenta, como halconero francés. Yo quiero al instante una relación. Sí, veamos alguna prueba de vuestra habilidad. Vaya un pasaje afectuoso.

Cómico 1º

¿Y cuál queréis, señor?

Hamlet

Me acuerdo de haberte oído en otro tiempo una relación que nunca se ha representado al público, o una sola vez cuando más... Sí, y me acuerdo también que no agradaba a la multitud; no era ciertamente manjar para el vulgo. Pero a mí me pareció entonces, y aun a otros, cuyo dictamen vale más que el mío, una excelente pieza, bien dispuesta la fábula y escrita con elegancia y decoro. No faltó, sin embargo, quien dijo que no había en los versos toda la sal necesaria para sazonar el asunto, y que lo insignificante del estilo anunciaba poca sensibilidad en el autor; bien que no dejaban de tenerla por obra escrita con método, instructiva y elegante, y más brillante que delicada. Particularmente me gustó mucho en ella una relación que Eneas hace a Dido, y sobre todo cuando habla de la muerte de Príamo. Si la tienes en la memoria... Empieza por aquel verso... Deja, deja, veré si me acuerdo.

Pirro feroz como la Hyrcana tigre...

No es éste, pero empieza con Pirro... ¡ah!...

Pirro feroz, con pavonadas armas,negras como su intento, reclinado

dentro en los senos del caballo enorme,

a la lóbrega noche parecía.

Ya su terrible, ennegrecido aspecto

mayor espanto da. Todo le tiñe

de la cabeza al pie caliente sangre

de ancianos y matronas, de robustos

mancebos y de vírgenes, que abrasa

el fuego de los inflamados edificios

en confuso montón; a cuya horrenda

luz que despiden, el caudillo insano

muerte y estrago esparce. Ardiendo en ira,

cubierto de cuajada sangre, vuelve

los ojos, al carbunclo semejantes,

y busca, instado de infernal venganza,

al viejo abuelo Príamo...

Prosigue tú.

Polonio

¡Muy bien declamado, a fe mía! Con buen acento y bella expresión.

Cómico 1º

Al momento le ve lidiando, ¡resistencia breve!

contra los Griegos; su temida espada

rebelde al brazo ya, le pesa inútil.

Pirro, de furias lleno, le provoca

a liza desigual; herirle intenta,

y el aire solo del funesto acero

postra al débil anciano. Y cual si fuese

a tanto golpe el Ilión sensible,

al suelo desplomó sus techos altos,

ardiendo en llamas y al rumor suspenso.

Pirro... ¿Le veis? La espada que venía

a herir del Teucro la nevada frente

se detiene en los aires, y él inmoble,

absorto y mudo y sin acción su enojo,

la imagen de un tirano representa

que figuró el pincel. Mas como suele

tal vez el cielo en tempestad oscura

parar su movimiento, de los aires

el ímpetu cesar, y en silenciosa

quietud de muerte reposar el orbe;

basta que el trueno, con horror zumbando,

rompe la alta región, así un instante

suspensa fue la cólera de Pirro

y así, dispuesto a la venganza, el duro

combate renovó. No más tremendo

golpe en las armas de Mavorte eternas

dieron jamás los Cíclopes tostados,

que sobre el triste anciano la cuchilla

sangrienta dio del sucesor de Aquiles.

¡Oh! ¡Fortuna falaz!.. Vos, poderosos

Dioses, quitadla su dominio injusto;

romped los rayos de su rueda y calces,

y el eje circular desde el Olimpo

caiga en pedazos del Abismo al centro.

Polonio

Es demasiado largo.

Hamlet

Lo mismo dirá de tus barbas el barbero. Prosigue. Éste sólo gusta de ver hablar o de oír cuentos de alcahuetas, o si no se duerme. Prosigue con aquello de Hécuba.

Cómico 1º

Pero quien viese, ¡oh! ¡Vista dolorosa! la mal ceñida Reina...

Hamlet

¡La mal ceñida Reina!

Polonio

Eso es bueno, mal ceñida Reina, ¡bueno!

Cómico 1º

Pero quien viese, ¡oh vista dolorosa!

La mal ceñida Reina, el pie desnudo,

girar de un lado al otro, amenazando

extinguir con sus lágrimas el fuego...

En vez de vestidura rozagante

cubierto el seno, harto fecundo un día,

con las ropas del lecho arrebatadas

(ni a más la dio lugar el susto horrible)

rasgado un velo en su cabeza, donde

antes resplandeció corona augusta...

¡Ay! Quien la viese, a los supremos hados

con lengua venenosa execraría.

Los Dioses mismos, si a piedad les mueve

el linaje mortal, dolor sintieran

de verla, cuando al implacable Pirro

halló esparciendo en trozos con su espada,

del muerto esposo los helados miembros.

Lo ve, y exclama con gemido triste,

bastante a conturbar allá en su altura

las deidades de Olimpo, y los brillantes

ojos del cielo humedecer en lloro.

Polonio

Ved como muda de color y se le han saltado las lágrimas. No, no prosigáis.

Hamlet

Basta ya; presto me dirás lo que falta. Señor mío, es menester hacer que estos cómicos se establezcan, ¿lo entiendes? Y agasajarlos bien. Ellos son, sin duda, el epítome histórico de los siglos, y más te valdrá tener después de muerto un mal epitafio, que una mala reputación entre ellos mientras vivas.

Polonio

Yo, señor, los trataré conforme a sus méritos.

Hamlet

¡Qué cabeza ésta! No señor, mucho mejor. Si a los hombres se les hubiese de tratar según merecen, ¿quién escaparía de ser azotado? Trátalos como corresponde a tu nobleza, y a tu propio honor; cuanto menor sea su mérito, mayor será tu bondad. Acompáñalos.

Polonio

Venid, señores.

Hamlet

Amigos id con él. Mañana habrá comedia. Oye aquí tú, amigo; dime ¿no pudierais representar La muerte de Gonzago?

Cómico 1º

Sí señor.

Hamlet

Pues mañana a la noche quiero que se haga. Y ¿no podrías, si fuese menester, aprender de memoria unos doce o dieciséis versos que quiero escribir e insertar en la pieza? ¿Podrás?

Cómico 1º

Sí señor.

Hamlet

Muy bien; pues vete con aquel caballero, y cuenta no hagáis burla de él. Amigos, hasta la noche. Pasadlo bien.

Ricardo

Señor.

Hamlet

Id con Dios.

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