Hamlet

Escena III

Hamlet

Escena III

CLAUDIO, GERTRUDIS, HAMLET, LAERTES, HORACIO, UN CURA, DOS SEPULTUREROS. Acompañamiento de Damas, Caballeros y Criados. (207)

Laertes

¿Qué otra ceremonia falta? (208)

Hamlet

Mira, aquel es Laertes, joven muy ilustre.

Laertes

¿Qué ceremonia falta?

El cura

Ya se han celebrado sus exequias con toda la decencia posible. Su muerte da lugar a muchas dudas, y a no haberse interpuesto la suprema autoridad que modifica las leyes, hubiera sido colocada en lugar profano, allí estuviera hasta que sonase la trompeta final, y en vez de oraciones piadosas, hubieran caído sobre su cadáver guijarros, piedras y cascote. No obstante esto, se la han concedido las vestiduras y adornos virginales, el clamor de las campanas y la sepultura.

Laertes

¿Con que no se debe hacer más?

El cura

No más. Profanaríamos los honores sagrados de los difuntos cantando un réquiem para implorar el descanso de su alma, como se hace por aquellos que parten de esta vida con más cristiana disposición.

Laertes

Dadla tierra, pues (209). Sus hermosos e intactos miembros acaso producirán violetas suaves. Y a ti, clérigo zafio, te anuncio que mi hermana será un ángel del Señor, mientras tú estarás bramando en los abismos.

Hamlet

¡Qué! ¡La hermosa Ofelia!

Gertrudis

Dulces dones a mi dulce amiga (210). A Dios... Yo deseaba que hubieras sido esposa de mi Hamlet, graciosa doncella, y esperé cubrir de flores tu lecho nupcial..., pero no tu sepulcro.

Laertes

¡Oh! ¡Una y mil veces sea maldito, aquel cuya acción inhumana te privó a ti del más sublime entendimiento!... No... esperad un instante, no echéis la tierra todavía... No..., hasta que otra vez la estreche en mis brazos... (211) Echadla ahora sobre la muerta y el vivo, hasta que de este llano hagáis un monte que descuelle sobre el antiguo Pelión o sobre la azul extremidad del Olimpo que toca los cielos.

Hamlet

¿Quién es el que da a sus penas idioma tan enfático? (212) ¿El que así invoca en su aflicción a las estrellas errantes, haciéndolas detenerse admiradas a oírle?... Yo soy Hamlet, Príncipe de Dinamarca.

Laertes

El demonio lleve tu alma.

Hamlet

No es justo lo que pides... Quita esos (213) dedos de mi cuello, porque aunque no soy precipitado ni colérico; algún riesgo hay en ofenderme, y si eres prudente, debes evitarle. Quita de ahí esa mano.

Claudio

Separadlos.

Gertrudis

¡Hamlet! ¡Hamlet!

Todos

¡Señores!

Horacio

Moderaos, señor.

Hamlet

No, por causa tan justa lidiaré con él, hasta que cierre mis párpados la muerte.

Gertrudis

Qué causa puede haber, hijo mío...

Hamlet

Yo he querido a Ofelia y cuatro mil hermanos juntos no podrán, con todo su amor, exceder al mío... ¿Qué quieres hacer por ella? Di.

Claudio

Laertes, mira que está loco.

Gertrudis

Por Dios, Laertes, déjale.

Hamlet

Dime lo que intentas hacer (214). ¿Quieres llorar, combatir, negarte al sustento, hacerte pedazos, beber todo el Esil (215), devorar un caimán? Yo lo haré también... ¿Vienes aquí a lamentar su muerte, a insultarme precipitándote en su sepulcro, a ser enterrado vivo con ella?... Pues bien, eso quiero yo, y si hablas de montes, descarguen sobre nosotros yugadas de tierra innumerables, hasta que estos campos tuesten su frente en la tórrida zona, y el alto Ossa parezca en su comparación un terrón pequeño... Si me hablas con soberbia, yo usaré un lenguaje tan altanero como el tuyo.

Gertrudis

Todos son efectos de su frenesí, cuya violencia podrá agitarte por algún tiempo; pero después, semejante a la mansa paloma cuando siente animada las mellizas crías, le veréis sin movimiento y mudo.

Hamlet

Óyeme: ¿cuál es la razón de obrar así conmigo? Siempre te he querido bien... Pero nada importa. Aunque el mismo Hércules, con todo su poder, quiera estorbarlo, el gato maullará y el perro quedará vencedor (216).

Claudio

Horacio, ve, no le abandones... Laertes, nuestra plática de la noche anterior fortificará tu paciencia, mientras dispongo lo que importa en la ocasión presente... Amada Gertrudis, será bien que alguno se encargue de la guarda de tu hijo. Esta sepultura se adornará con un monumento durable. Espero que gozaremos brevemente horas más tranquilas; pero, entretanto, conviene sufrir.

Download Newt

Take Hamlet with you