Isis Sin Velo - [Tomo III]

Capítulo 155

IMÁGENES SIMBÓLICAS

Por otra parte, según ya dijimos, la imaginería de los templos antiguos nos suministra pruebas concluyentes. Una de ellas es que Vishnú está representado en su segundo avatar en figura de tortuga que sostiene una columna cilíndrica, sobre la cual está sentada la ilusoria imagen de Vishnú con todos sus atributos, que respectivamente lleva en las cuatro manos: una flor, una maza, una concha y un disco, sostenido este último sobre el índice levantado en la misma posición de la cifra I, de modo que el disco representa muy verosímilmente el cero. Igual aspecto ofrece la representación de Vishnú en su primer avatar, cuando sale de la boca del pez (44). También aparecen representados con el disco sobre el índice extendido hacia arriba el bengalés Durga de diez brazos, el gigante Ravana, de diez cabezas, y las imágenes de Indra. Dicho atributo simbólico es la figura plástica del “retoño de la primavera” (45).

Los templos dedicados a Jaggarnâth son los que los indos tienen en mayor veneración, pues todas las sectas adoran igualmente al dios Jagg-arnâth, y le sobrenombran “el Señor del mundo”. Es la divinidad de los Misterios y son de configuración piramidal todos sus templos, cuyo mayor número está en Bengala. No hay otro nombre deífico de tan variadas etimologías y tan distintas fonéticas como Iaho. Los rabinos posteriores a la cautividad hubieron de valerse de los puntos masotéricos para dar al nombre de Jehovah la interpretación de Adonai o Señor; y Filo Biblo lo silabea con las letras griegas ..... - ...... Teodoreto dice que los samaritanos lo pronunciaban Iabe (Yahva) y los judíos Iaho, equivalente a I-ah-O. Diodoro afirma que, según los judíos, Moisés daba a Dios el nombre de Iao. Esto nos mueve a repetir, apoyados en la autoridad de la misma Biblia, que Moisés ignoró el nombre secreto de Dios hasta que fue iniciado por su suegro Jethro, pues cuando el Señor se le aparece en la zarza ardiente e incombustible, le dice: “El Señor Dios de los hebreos nos ha llamado” (46), para distinguirse de los dioses ajenos. Si hemos de juzgar a Jehovah por lo que de él nos dice la historia de Israel, no es de presumir que la irascible deidad sinaítica acogiera favorablemente a Cristo en caso de venir al mundo en los días del éxodo hebreo. Además, el “Señor Dios de Israel” manda a Moisés que le llame Jehovah (47), lo cual contradice con mengua de la veracidad jehovaniana y de la revelación divina aquel otro pasaje según el que Abraham edificó un altar en honor de Jehovah-jireh (48).

Por lo tanto, conviene distinguir entre el Iao de los Misterios, venerado desde la más remota antigüedad por los iniciados de todos los países, y los fonéticos remedos del mismo nombre, tan desdeñados por los gnósticos.

Como los cristianos han cargado, a imitación del Azazel del desierto, con las culpas de la nación judía, repugnan confesar que el titulado “pùeblo escogido” no fue su predecesor en monoteísmo, sino tan idólatra como sus vecinos, hasta época muy posterior de su historia. Los sagaces talmudistas se resguardaron durante muchos siglos de toda acusación tras los puntos masotéricos; pero como la verdad ha de prevalecer al fin en todo, sabemos hoy que el nombre Ihoh (...) ha de leerse Iahoh o Iah y no Jehovah. El Iah de los hebreos es evidentemente el Iacchos (Baco) de los Misterios, de quien esperaban las almas su liberación, e indistintamente se le denominaba Dionysio, Iacchos, Iahoh y Iah (49).

Descargar Newt

Lleva Isis Sin Velo - [Tomo III] contigo