Bhagavad Gita

COMENTARIOS AL DISCURSO XI

Comentarios al discurso XI: Yoga de la visión de la forma cósmica

COMENTARIOS AL DISCURSO XI

YOGA DE LA VISIÓN DE LA FORMA CÓSMICA

(vishva rūpa darshana yoga)

En el Discurso X ha sido explicado mucho de lo que concierne al conocimiento de adhyātma. Podría pensarse que con esto ha sido alcanzado todo, puesto que el Señor, cuando se manifestó como el poder divino, dijo:

Yo soy el principio, el medio y también el fin

(X, 30). Pero el Señor de la Gītā quiere que su instrucción sea completa y procura por ello que la conciencia de su discípulo se eleve hasta el grado último, aquel donde pueda contemplar la Forma propia del Señor, la Forma de Īshvara.

Forma significa manifestación, y lo que Arjuna pide es que el Señor le conceda la manifestación divina última y superior. Para eso, invoca al Señor Supremo,

el de ojos de loto

, a Vishnu, que lleva el Loto en su cuarto brazo; pero le reclama como Hari (XI, 9), epíteto aplicable a Krishna, o en otra ocasión le denomina Vāsudeva, que no es otro que Krishna, hijo y principal avatāra de Vāsudeva-Vishnu (XI, 50).

Hari hace posible que Arjuna contemple su Forma suprema de Īshvara, esa Forma cuya contemplación sólo es posible

cuando el sabio conoce que Hari es todos los seres

. Esto es lo que se afirma en el Vishnu-Purāna, y eso está fundado en que Hari es, según su nombre,

el que disipa la ignorancia

.

Todas las Formas que Arjuna va a ser llevado a contemplar durante el Discurso son la Gran Forma cósmica, la infinita manifestación universal del poder divino, no sólo como poder sino también como Forma. Tal contemplación, cuando es verdadera, va acompañada de una admiración y devoción inconmovible (XI, 54), sólo por la cual es posible

penetrar

en esas Formas que son el cosmos, sin que el que contempla sea por eso distinto de ellas.

Esta es la Cima de la ascención que el Señor de la Gītā reclama de la conciencia de todo hombre, y como signo de que con ella se culmina la escalada que el cumplimiento del dharma propio solicita de cada criatura, el autor elige una forma solemne de expresión. El sloka (la estrofa)

anustubh

que emplea el autor para el resto del poema se cambia ahora por la estrofa

tristubh

, mucho más espaciosa. El sloka anustubh es el metro épico formado por treinta y dos sílabas, que se distribuyen en dos versos de dos hemistiquios (partes, o pāda) de ocho sílabas cada uno. En cambio, el sloka tristubh está formado por cuarenta y cuatro sílabas que se dividen en cuatro versos de once sílabas. La majestuosidad rítmica del sloka tristubh posee tal poder de evocación poética que la pluma del traductor no ha podido sustraerse a su influjo; tal como ya hiciera algún otro traductor de la Gītā, ha preferido respetar el estilo épico de la versificación original (desde XI, 15 a XI, 49), único que a su juicio permitía conservar, aunque en pequeña medida, el alto aliento poético de la composición.

Este Discurso no necesita ningún otro Comentario, ni por muchos motivos parece posible hacer comentario alguno. Al final del Discurso XI la ascensión de la conciencia promovida por la Gītā ha terminado. Como dijo Shankarāchārya, los slokas XI, 54 y XI, 55 son la quintaesencia de la Gītā. Después de afirmar Hari que esta Forma cósmica no puede ser vista más que por Su gracia (XI, 47-48), añade:

Pero con una devoción inconmovible puede ser conocido y visto y hasta penetrado

(XI, 54).

En consecuencia, el Discurso XII, el último del gran periodo expositivo de la Gītā, habrá de versar sobre el Bhakti yoga, el yoga de devoción, como medio último y realmente supremo de culminar el dharma propio. Los seis Discursos siguientes (XIII-XVIII) exponen datos complementarios, aunque no por eso no esenciales, de la exposición completa.

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