Bhagavad Gita

COMENTARIOS AL DISCURSO X

Comentarios al discurso X: Yoga de las manifestaciones del poder divino

COMENTARIOS AL DISCURSO X

YOGA DE LAS MANIFESTACIONES DEL PODER DIVINO

(rājavidyā rājaguhya yoga)

Introducción (1)

El ātman es el poder divino

que mora en los seres

(IX, 15), y quien alcanza la realización del ātman conoce en verdad la manifestación del poder divino. Si alcanza el tattva del ātman, realiza Su Yoga indestructible como Ciencia de las ciencias (X, 32) y conoce Sus manifestaciones gloriosas en todo.

En sus últimos Discursos ha explicado el Señor lo que se refiere a los moradores supremos. Adhibhūta, el tattva de las formas y adhidaiva, el tattva de los seres, fueron estudiados en el Discurso VIII. Después, adhiyajña, el Señor de los sacrificios, fue revelado en el Discurso IX.

Todos los moradores supremos son distintas maneras de presencia de gradual elevación del Uttama purusha, el hombre superior, ¡bendito sea!, que cada hombre puede y debe descubrir y adorar en sí mismo como su ser verdadero, puesto que es en efecto su ser verdadero. Pero ahora, como Arjuna parece bien dotado (mahābāhu) para entender esta difícil ciencia, el Discurso del Señor va a versar

una vez más

sobre el morador supremo, aunque esta vez en su acepción más elevada. Este supremo morador es adhyātma, de quien se dijo en una declaración que debe llenar a todos de gozo por la promesa gloriosa que encierra, que es

nuestro estado propio natural

(VIII, 3).

Lo que se va a explicar es que cualquiera que esté atento al Misterio soberano de la presencia de Brahman puede descubrir Su ātman —el que trae (a los seres) a la existencia (IX, 15)— en todo el universo, puesto que todo él revela en plenitud las manifestaciones de Su poder divino.

Si bien el ātman es invisible, sus manifestaciones llenas de gloria es posible percibirlas como obra que a todos compete, porque tal percepción discriminativa es por sí misma el comienzo del Yoga perfecto conforme al dharma.

Sección I. La fuente y el origen de todas las criaturas (2-6)

El Señor del Discurso es ahora adhyātma, el tattva del ātman, y hay que realizar interiormente un ascenso de la conciencia para saber la verdad de que es no-nacido, lo que significa que jamás interviene, porque no es agente o autor de nada. Cuando hay acción, el autor no es nunca el ātman sino el guna rajas de prakriti.

También es sin origen el tattva del ātman, es decir, está exento de toda causalidad, y con eso, cualquier idea de tiempo, espacio, o de proceso alguno, no le pertenece. Además hay que concebirlo como paramātman; si su Morada puede el hombre descubrirla en sí mismo, también puede encontrarla en el sí mismo de los demás, porque su Morada única es el universo (3).

Todo lo que el hombre cree ser, todo aquello que a veces indentifica como formas propias de ser, o modos de sí mismo, nace del Señor en cuanto adhyātma. Si el hombre conoce esos modos y se identifica con ellos es por herencia recibida de sus antepasados (4-5).

El manas de Brahman no es el sentido Uno, o sexto del hombre, una de las ocho divisiones de prakriti, sino el principio de Vida (o de Conciencia si se mira desde dentro) de prakriti superior (VII, 4-5). En la filosofía de los Purānas se conoce a este principio como Mahāt, o Mahābuddhi, nombres que son la expresión de distintos niveles de la Inteligencia absoluta universal. En sū perfección, estos niveles o modos de Inteligencia son uno con paramātman, y eso en el hombre es vijñāna, la conjunción en donde la Sabiduría Imperecedera resplandece (6).

Sección II. El Yoga indestructible del ātman: el buddhi-yoga (7-11)

No es el buddhi-yoga el Yoga indestructible del Señor, pero es el camino para llegar a ese Yoga por el que el poder divino del ātman se manifiesta. El camino del buddhi-yoga está hecho de conocimiento que cuando es sacrificado al Señor se convierte en Yoga indestructible.

Cuando se sabe que el Señor —adhyātma— es no-nacido, sin origen, pero que no obstante es origen de todo, es posible descubrirlo como manifestación de gloria, como poder divino, que permanece como Vida en todos los seres. De ahí viene una contemplación gozosa de la Vida invisible que anima a lo viviente que se ve. Tal contemplación es amor, la contemplación perfecta de los buddhā, de los sabios inmaculados que han realizado el buddhi-yoga, el yoga del conocimiento, y ven a Brahman en todo (8).

La felicidad de esa contemplación perfecta se llena cada vez más de adoración con amor, y cuanto más amor posee esa adoración es más perfecto el conocimiento que contempla. Por eso dice el Señor que los hombres con la conciencia fija en Él, contentos y safisfechos, se iluminan por sí mismos (9).

La contemplación del ātman, si es adoración con amor, conduce a la luz aunque venga de la ignorancia, porque es el Señor el que, entonces, enciende la lámpara del conocimiento. También se puede explicar esto así: quienes buscan constantemente a Brahman y permanecen en su contemplación en todas las cosas, experimentan la realización de mahābuddhi. Entonces destruyen la ignorancia y la aurora de la sabiduría se revela como una luz venida de una lámpara inexplicable (10-11).

Sección III. Las preguntas de Arjuna (12-18)

Las preguntas puestas en boca de Arjuna expresan no sólo la inquietud Suscitada en los seguidores de este Discurso, sino que son anticipo de las respuestas que el Señor de la Gītā tiene preparadas como final de su Discurso.

Según han confirmado todos los grandes rishis —dice Arjuna— el Uttama Purusha que existe en todos los objetos animados como el Señor de ellos, ¡bendito sea!, puede ser conocido y revelado (12-13).

Pero ¿qué hay que hacer para recibir la manifestación gloriosa del ātman divino, de adhyātma? (16).

¿Cómo hay que meditar o contemplar? ¿Hacia cuál de las muchas formas del Ser hay que dirigir la atención? (17).

¿En qué consiste ese Yoga de la manifestación del poder divino del ātman? (18)

Sección IV. Las manifestaciones gloriosas del poder divino (19-34)

La respuesta del Señor a las preguntas de Arjuna se propone despertar en todos el amor a la contemplación gozosa de la gloria del poder divino en todas y cada una de las formas del universo. La respuesta del Señor es extensa y es bueno contemplar y gozar su verdadero sentido en todo, pero puede sintetizarse en tres fundamentos:

1. Este universo está sostenido por Brahman, el cual penetra en el universo entero con sólo una fracción esplendorosa de sí mismo: el ātman de cada ser (41), que es uno solo y el mismo en todos: paramātman.

2. El ātman de Brahman (Brahman mismo) es la simiente de todos los seres: el ser y la existencia de cada ser (39).

3. Todas las manifestaciones del poder divino son manifestaciones del ātman, porque Brahman es el ātman que como sí mismo de cada ser se asienta en el corazón, en la raíz, de todos, de los cuales es Todo (principio, medio y fin) (20).

Cuando el estudioso de la Gītā puede contemplar la manifestación gloriosa del poder divino en cualquiera de las formas del universo, puede decirse que, en verdad, el sentido del Discurso X ha sido comprendido y realizado.

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