Capítulo 139
RELIGIÓN UNIVERSAL
La Historia verdadera de la conquista de Nueva España, por Bernal Díaz del Castillo, compañero de Cortés, nos da idea del extraordinario refinamiento y la vigorosa mentalidad de los aztecas; pero como las descripciones del historiador son demasiado extensas, diremos en extracto que los aztecas tenían algunos puntos de semejanza con los egipcios en punto a lo refinado de su civilización, pues ambos pueblos cultivaron superlativamente la magia. Si añadimos a esto que también la cultivó Grecia, considerada por los eruditos occidentales como cuna de las artes y de las ciencias y que todavía se cultiva en la India, cuna de las religiones, ¿quién se atreverá a negar la profundidad de esta ciencia ni a desconocer la digna importancia de su estudio?
Nunca hubo ni puede haber más que una religión universal, porque sólo una puede ser la verdad referente a Dios. Esta religión universal es a manera de inmensa cadena cuyo eslabón superior (alfa) emana de la inmanifestada Divinidad (in statu abscondito, como dicen las primitivas teología) y dilatándose por lasuperficie de la tierra, toca en todos sus puntos antes de que el último eslabón (omega) se enlace con el inicial en el punto de emanación. Esta divina cadena engarza todos los simbolismos exotéricos cuya variedad de formas en nada afecta a la substancia y sobre cuyos diversos conceptos del universo material y de sus vivificantes principios permanece inalterable la inmaterial imagen del esencial Espíritu.
Hace muchos siglos que se dijo cuanto cabe decir acerca de lo que a la mente humana le es posible alcanzar en la interpretación del universo espiritual con sus fuerzas y leyes. Podrá el metafísico simplificar las ideas de Platón para mejor comprenderlas, pero no podrá alterar ni remover su espíritu substancial sin menoscabo de la verdad indestructible y eterna, por más que los humanos cerebros se torturen durante miles de años; aunque la teología embrolle y mutile la fe con dogmas metafísicamente incomprensibles; y a pesar de que la ciencia fomente el escepticismo y apague los últimos y vacilantes destellos de la intuirción espiritual del género humano. La suprema expresión de la verdad en lenguaje hablado es el Logos persa, el Honover o viva y manifestada Palabra de Dios. El zoroastriano Enoch-Verhe es idéntico al hebreo Yo soy quien soy, y el Gran Espíritu del vulgo inculto de la India es el Brahmâ de los filósofos induistas.
El médico y filósofo indo Tcharaka, que, según referencias, floreció 5.000 años antes de J. C., dice en su tratado Usa sobre el origen de las cosas:
Nuestra tierra es, como todos los cuerpos luminosos, un átomo del inmenso todo del que daríamos ligera idea llamándole Infinito.