Isis Sin Velo - [Tomo II]

Capítulo 134

LA SERPIENTE DE BRONCE

Demuestra asimismo que si posteriormente no fue Moisés egipcio, se naturalizó como tal desde el momento en que le admitieron en la sodalía o colegio sacerdotal. El episodio de la “serpiente de bronce” (119) resulta lógico, pues, según Josefo, la princesa que salvó a Moisés de las aguas y le prohijó en el palacio real se llamaba Thermuthis, nombre que en opinión de Wilkinson es el del áspid consagrado a Isis (120); y por otra parte se dice que Moisés pertenecía a la tribu de Leví (121).

Si tanto empeño tenían Brasseur de Bourbourg y Des Mousseaux en demostrar la identidad de mexicanos y cananeos, bien pudieran haber hallado pruebas más convincentes que la de presentar a uno y otro pueblo en común descendencia del “maldito” Cam. Por ejemplo, hubieran podido aducir la semejanza entre Nargal, jefe (Rab-Mag) de los magos caldeos y asirios, y Nagal, jefe de los hechiceros mexicanos, pues ambos nombres derivan del de la divinidad asiria Nergal-Sarezer y ambos tienen a sus órdenes un demonio con el que se identifican por completo. El Nargal asirio-caldeo guarda su demonio dentro del templo bajo la forma de algún animal sagrado. El Nargal mexicano guarda su demonio en donde mejor le conviene, en el lago vecino, en el bosque o en la casa bajo la figura de un animal doméstico (122).

El periódico titulado: Mundo Católico se dolía amargamente en uno de sus últimos números de que no parece haber muerto aún el sentimiento pagano entre los indígenas de América, pues hasta las tribus influidas desde hace muchos años por misioneros cristianos practican secretamente las ceremonias paganas, de modo que el rito de Nagal está hoy tan floreciente como en los días de Moctezuma. A este propósito, el citado periódico dice que el nagualismo y el voodismo (como llama a estas dos extrañas sectas) son el culto directo del diablo. En corroboración de ello transcribe el informe presentado a las cortes de Cádiz de 1812 por don Pedro Bautista Pino, del que entresaca los siguientes párrafos:

En todas las poblaciones hay artufas o sean criptas de una sola puerta donde se congregan para celebrar sus fiestas y asambleas religiosas, sin que jamás hayan podido entrar en ellas los españoles.

A pesar del influjo de la religión cristiana, no han olvidado estos indígenas la que heredaron de sus antepasados y cuidan de transmitir a sus descendientes. De aquí el culto que tributan al sol, la luna y las estrellas, el respeto que les infunde el fuego, etc.

Los jefes parecen ser al propio tiempo sacerdotes, pues practican varios ritos sencillos por los cuales se reconoce el poder del sol y de Moctezuma, así como, según algunos relatos, el de la Gran Sierpe a quien por orden de Moctezuma, han de adorar durante toda su vida. También ofician en las ceremonias para impetrar lluvia. Hay representaciones pictóricas en que la Gran Serpiente aparece junto a la figura de un hombre deforme y pelirrojo que representa a Moctezuma. En el pueblo de Laguna había en 1845 una grosera efigie idolátrica del emperador, que representaba la cabeza de la divinidad (123).

La perfecta identidad entre los ritos, ceremonias, tradiciones y terminología religiosa de los mexicanos y los de Asiria y Egipto es prueba suficiente de que la América fue poblada por una colonia que misteriosamente encontró la ruta del Atlántico. Pero ¿en qué época? Aunque la historia calla en este punto, todos cuantos descubren un fondo de verdad en toda tradición santificada por los siglos recuerdan la leyenda de Atlantis. Esparcidos por el mundo hay un puñado de sabios y solitarios pensadores que pasan la vida dedicados al estudio de los arduos problemas de los universos físico y espiritual.

Download Newt

Take Isis Sin Velo - [Tomo II] with you