Isis Sin Velo - [Tomo II]

Capítulo 115

CÓMPUTO ASTRONÓMICO

Aquí hallamos otra prueba de la doctrina de los ciclos. Las afirmaciones de Draper, respecto a los conocimientos astronómicos de los antiguos egipcios, están corroboradas por un dato que J. M. Peebles cita del discurso pronunciado en Filadelfia por el astrónomo O. M. Mitchell. Sobre el ataúd de una momia existente en el museo Británico se ve dibujado el zodíaco con las exactas posiciones de los planetas en el equinoccio de otoño del año 1722 antes de J. C. El astrónomo Mitchell calculó la posición exacta que los astros de nuestro sistema solar debieron tener en dicha época y, según dice el mismo Peebles, “dio el cómputo por resultado que el 7 de Octubre de 1722 antes de J. C. la posición celeste de la luna y los planetas era precisamente la señalada en el ataúd del Museo Británico” (8).

Al impugnar la obra de Draper titulada: Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa, arremete Fiske contra la doctrina de los ciclos, diciendo que “nunca hemos conocido ni el principio ni el fin de un ciclo histórico, por lo que no hay ninguna garantía para inferir que en la actualidad estemos pasando por un ciclo” (9). Además, atribuye origen egipcio a lo mejor de la cultura griega y encarama las civilizaciones europeas sobre las europeas. Pero opinamos nosotros que los más notables historiadores griegos corroboran el juicio de Draper; y bien podría Fiske leer de nuevo con mayor provecho a Herodoto para enterarse de que el padre de la historia reconoce repetidamente que Grecia lo debe todo a Egipto.

Respecto a la afirmación de Fiske de que los hombres no han conocido jamás ni el principio ni el fin de un ciclo histórico, basta para rebatirla echar una ojeada retrospectiva a las un tiempo gloriosas naciones que desaparecieron al llegar al término de su ciclo histórico. Comparemos el antiguo Egipto de refinada cultura artística, religiosa y científica, hermosas ciudades, magníficos monumentos y numerosos pobladores, con el actual Egipto donde los extranjeros predominan sobre una minoría de coptos que, entre ruinas guarecedoras de murciélagos y serpientes, son prueba superviviente de la pasada grandeza. Esta comparación demuestra axiomáticamente la teoría de los ciclos.

Sobre esta materia dice Gliddon (10).

Filólogos, astrónomos, químicos, pintores, arquitectos y médicos debieran ir a Egipto para hallar el origen del lenguaje y de la escritura; del calendario y del movimiento solar; del arte de tallar el granito con cinceles de cobre y templar espadas de este metal; de fabricar vidrios de colores; de transportar por vía terrestre o marítima, a cualquier distancia, bloques de sienita pulimentada de novecientas toneladas; de construir con dos mil años de anteriordad a la Cloaca Magna de Roma, arcos redondos y punteados cuya exactitud no han sobrepujado los modernos; de labrar columnas dóricas, mil años antes de que los dorios aparecieran en la historia; de pintar frescos inalterables; de conocer prácticamente la anatomía; y de construir pirámides que se burlan del tiempo.

Artífices y artesanos pueden descubrir en los monumentos egipcios el perfeccionamiento de su respectivo oficio cuatro mil años atrás. Los grabados de Rossellini nos representan al carretero construyendo un carro; al zapatero tirando del bramante; al curtidor que empuña una cuchilla de modelo tenido hoy por inmejorable; al tejedor que mueve nuestra misma lanzadera; al herrero junto a la misma fragua que los nuestros tienen por la más útil; al grabador que esculpía en jeroglíficos el nombre de Schooho hace 4.300 años. Todo ello son asombrosas pruebas de la supremacía egipcia (11).

Download Newt

Take Isis Sin Velo - [Tomo II] with you