Capítulo 93
TIPOS DUALÍSTICOS
También se encuentran en el sistema nazareno-ebionítico las alegorías del batallador dualismo entre el bien y el mal, el espíritu y la materia, cuyo origen se descubre en la India, de donde lo tomaron todas las cosmogonías. Los opuestos tipos dualísticos del sistema gnóstico son remedo y copia de otros antiquísimos en las primitivas concepciones míticas. Ofis y Ofiomorfos, Sofía y Achamoth, Kadmon y Adam, los genios y los eones, los ángeles, arcángeles, virtudes y potestades aparecen con otros nombres en los sistemas induísta, budista y mazdeísta, al paso que sirvieron de modelo a las personificaciones bíblicas. El “Zeroana” o “Tiempo sin límites” de los mazdeístas es el prototipo del “Abismo” y de la “Corona” de los gnósticos, así como del “En Soph” cabalístico. Los seis “Amshaspendas” creados por la “palabra” de Ormazd el “primogénito”, tienen sus copias reflejas en “Bythos” y sus emanaciones, así como el tipo dualístico Ormazd-Ahriman y sus devas ofrece analogía con Ilda-Baoth y sus seis genios planetarios, contaminados de materia.
Conmovida Achamoth por los males que no obstante su protección afligen a la humanidad, suplica a su celeste madre Sofía que recabe del desconocido Abismo el envío de Christos, hijo y emanación de la Virgen celeste, en auxilio de la decaída humanidad, pues Ilda-Baoth y sus seis hijos materiales desvían de ella la divina luz. Achamoth dice entonces a su hijo Ilda-Baoth que el reino de Christos sería tan sólo temporal, y fiado en ello manda Ilda-Baoth a su propio mensajero y protegido el profeta Juan el Bautista, de la estirpe de Seth; pero únicamente escucharon su palabra los nazarenos que adoraban a Iurbo-Adonai (73). Además, Achamoth indujo a Ilda-Baoth a que engendrase al hombre Jesús en la Virgen María para que fuese su reflejo en la tierra, pues la formación de una entidad física correspondía por naturaleza a Ilda-Baoth, por no estar en las funciones de una potestad más elevada. En cuanto nació Jesús, unióse el perfecto Christos a Sophía (sabiduría y espiritualidad) y fue descendiendo a través de las siete regiones planetarias, de cuya respectiva forma se iba revistiendo para encubrir su verdadera naturaleza a los genios de los planetas, al paso que absorbía de estos las chispas de divina luz que retenían en su esencia. Así pudo infundirse Christos en el cuerpo de Jesús en el momento del bautismo en el Jordán. Desde entonces operó Jesús milagros, pues hasta allí había estado del todo ignorante de su misión (74).
Al percatarse Ilda-Baoth de que Christos amenazaba derrocar el reinado de la materia, concitó en su contra a los judíos que le condenaron a muerte (75). Poco antes de morir Jesús en la cruz, abandonó su cuerpo la duada Christos-Sophía y se restituyó a su propia esfera. El cuerpo físico de Jesús quedó en la tierra, pero él siguió actuando en un cuerpo formado de éter (76).
Dice King acerca del particular:
Desde entonces sólo tuvo Jesús alma y espíritu, y por esto no le reconocieron sus discípulos cuando se les apareció después de resucitado. En cuerpo sutil permaneció en la tierra año y medio, y durante este tiempo recibió de Sophía la ciencia perfecta, la verdadera gnosis, que comunicó a los pocos discípulos capaces de recibirla y comprenderla.
Por fin ascendió Jesús al espacio intermedio donde se sienta a la diestra de Ilda-Baoth sin que éste lo advierta, y allí acoge a las almas purificadas por el conocimiento de Cristo. Cuando haya absorbido toda la luz espiritual retenida entre la materia del reino de Ilda-Baoth, quedará cumplida la obra de la redención y destituido el mundo. Tal es el significado de la reabsorción de toda luz espiritual en el pleroma de plenitud del que en un principio descendiera (77).