Capítulo 177
LAS IDEAS DE JESÚS
1.ª Que todas las ideas de Jesús están expuestas en estilo pitagórico, cuando no con la misma terminología de esta escuela.
2.ª Que la moral cristiana es, en punto a su código ético, idéntica a la moral budista.
3.ª Que las costumbres y género de vida de Jesús eran idénticos a los de los esenios.
4.ª Que en sus parábolas y en la exposición de su doctrina se conducía como los iniciados de todo el mundo, pues los “perfectos” que “hablaban sabiduría” pertenecían a una misma escuela diversificada por todo el mundo.
No es digno de Dios encerrar su infinita grandeza en los cuatro Evangelios que, aparte de sus frecuentes contradicciones, son copia de la filosofía antigua en el estilo, narraciones, sentencias y máximas, pues para no poner en perplejidad a los humanos, mejor hubiera sido que el Todopoderoso les enviara, al descender por única vez a la tierra, una entidad más original que trazara la línea divisoria entre el Supremo Dios y la veintena de divinidades paganas que encarnaron en las entrañas de sus madres vírgenes y fueron salvadores y redentores de la humanidad, por la que murieron en sacrificio.
Bastante tiempo hemos sido esclavos del aspecto emotivo de la historia, y lo que el mundo necesita es un retrato más fiel de un personaje por cuya adoración la mitad de los cristianos han depuesto de su trono al Todopoderoso.
No contradecimos en Renan al erudito investigador de fama mundial, cuando en su Vida de Jesús aduce pruebas legítimamente históricas, sino que tan sólo impugnamos algunas de sus afirmaciones, dictadas por la vehemencia de la emoción sin otro fundamento que meras conjeturas. Sin embargo, en conjunto nos presenta Renan a Jesús bajo su aspecto verdaderamente grande de personaje histórico, con mucho más derecho a nuestro amor y veneración que cuando nos lo pintan como encarnación del Omnipotente.
No obstante las pocas obras que de los filósofos antiguos se conocen, no faltan ejemplos corroboradores de la identidad entre las máximas, consejos y preceptos pitagóricos e indos y los del Nuevo Testamento. Sobre este particular no faltan pruebas, sino que los cristianos quieran analizarlas con sinceridad y dar honradamente su veredicto. La mogigatería tuvo su época y produjo incalculables daños; pero hoy, como dice Müller, “no hemos de asustarnos si en la filosofía de otras naciones descubrimos verdades cristianas”.
Para demostrar que Jesús y Pablo hubieron de inspirarse en la moral pagana, compararemos sinópticamente las respectivas máximas. Dicen así:
MÁXIMAS PAGANAS
MÁXIMAS CRISTIANAS
Entresacadas del pitagórico Sexto, Confucio, Manú y otros paganos
Entresacadas del Nuevo Testamento
1. No poseas tesoros, sino aquellas cosas que nadie pueda robarte.
1. No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra donde orín y polilla los consumen y en donde ladrones los desentierran y roba (Mateo, VI, 19).
2. Mejor es cauterizar la parte inficionada que inficionar todo el cuerpo.
2. Y si tu mano te escandalizare, córtala; más te vale entrar manco en la vida que tener dos manos e ir al infierno (Marcos, IX, 42).
3. En vosotros mismos hay algo semejante a Dios. Portaos, por lo tanto, como el templo de Dios.
3. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (San Pablo, I Corintios, III 16).
4. La mayor honra que se puede tributar a Dios es conocer e imitar su perfección.
4. Para que seais hijos de vuestro Padre que está en los cielos... Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto. (Mateo, V, 45 y 48).
5. No he de hacer a los demás lo que no quisiera que hiciesen conmigo (Confucio).
5. Haced a los demás lo que quisierais que hiciesen con vosotros.
6. También brilla la luna sobre la casa del malvado (Manú).
6. ... hace nacer su sol sobre buenos y malos y llueve sobre justos y pecadores (Mateo, V, 45)
7. Quien da recibe; a quien no quiera dar se le quitará lo que tiene (Manú).
7. Porque al que tiene se le dará y tendrá más; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará (Mateo, XIII, 12).
8. Tan sólo los espíritus puros ven a Dios (Manú).
8. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (Mateo, V, 8).
Platón no ocultaba que había derivado de Pitágoras sus principales enseñanzas filosóficas para enlazarlas ordenadamente con intercalación de las suyas propias. Pero el mismo Pitágoras aprendió lo que sabía, primero en la escuela de Mochus, después entre los brahmanes, y por último fue iniciado en los Misterios egipcios, caldeos y persas. Así es que, paso a paso, nos remontamos en la historia hasta descubrir el origen de la doctrina cristiana en el Asia Central. Si eliminamos la personalidad de Jesús, tan sublime por lo sencilla, ¿qué nos queda del cristianismo? La historia y la teología comparada responden diciendo que tan sólo nos queda un ruinoso armatoste formado por mitos paganos.