Capítulo 180
SUBTERFUGIOS CLERICALES
Para cohonestar las analogías entre las ceremonias católicas y paganas, recurren los polemistas clericales a una serie de subterfugios y sofismas, que se resumen en la vetusta alegación de los Padres de la Iglesia, diciendo que los paganos remedaron las ceremonias del cristianismo, y que Platón y los académicos griegos tomaron sus ideas de la revelación cristiana. Añaden que Manú y los brahmanes copiaron a los misioneros jesuitas, y que el P. Calmet escribió el Bhagavad-Gita, transformando a Cristo y san Juan en Krishna y Arjuna, para la mejor comprensión de los indos. Poco les importa a los suplantadores que Buda y Platón fuesen muy anteriores a Jesús, y que el induísmo védico contara siglos de antigüedad al nacer Moisés. Lo mismo ocurre respecto de Apolonio de Tyana. A pesar de que el testimonio de las gentes, de los monarcas y sus cortes corrobora los prodigios operados por este taumaturgo, los clericales lo consideran despectivamente como el “mono de Cristo”, sin reparar en que los milagros del profeta nazareno no cuentan con tan notoria y valiosa atestiguación.
Si bien entre el clero de las iglesias romana, griega y protestante haya muchos que se muestran exclusivistas por ignorancia, o pobreza mental, no sucede así con los misioneros que, a pesar de haber residido en países no cristianos, achacan maliciosamente a los ascetas y lamas la práctica de la demonolatría. Su larga permanencia en China, Tartaria, Tíbet e Indostán les ha proporcionado numerosas pruebas de las calumnias levantadas contra los tan injustamente llamados idólatras. Los misioneros no pueden abroquelarse tras la fe sincera para extraviar a las gentes; y salvo raras excepciones, puede aplicárseles aquella frase del general Garibaldi: “El sacerdote sabe que es un impostor, a menos que padezca de idiotez o esté acostumbrado desde niño a la mentira”.
FIN DEL TOMO TERCERO
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Revisión y Edición Electrónica de Hernán.
Rosario - Argentina
10 de Julio 2003 – 00:57