Isis Sin Velo - [Tomo III]

Capítulo 61

LOS TANAÍMES DEL TALMUD

El Talmud relata la leyenda de los cuatro tanaímes que entraron en el jardín de delicias (175). Dice así:

Según nos enseñan nuestros santos maestros, los cuatro que entraron en el jardín de delicias fueron: Ben Asai, Ben Zoma, Acher y el rabino Akiba.

Ben Asai miró y cegó.

Ben Zoma miró enloqueció.

Acher estropeó las plantaciones (176).

Pero Akiba que había entrado en paz, salió también en paz, porque el Santo, cuyo nombre sea bendito, dijo: "Este anciano es digno de servirme con gloria”.

Según apunta Franck en su Kábala, los rabinos de la sinagoga, eruditos comentadores del Talmud, interpretan el jardín de delicias como la misteriosa ciencia de tan abstrusa profundidad que debilita la mente con riesgo de llevar a la locura.

Nada ha de temer el puro corazón que emprende el estudio de esta ciencia con propósito de perfeccionarse y alcanzar más rápidamente la prometida inmortalidad. Quien ha de temblar es el que toma dicho estudio con el deseo puesto en logros mundanos. Este último nunca podrá resistir las cabalísticas invocaciones de la suprema iniciación.

De la propia manera que los comentadores tendenciosos vituperan las ceremonias de los Misterios antiguos, podrían vituperar las licenciosas ceremonias de las mil y una sectas del primitivo cristianismo. Pero no merecen los Misterios antiguos tal vituperio de los teólogos cristianos, si se tiene en cuenta que en España y Mediodía de Francia estuvieron siglos atrás muy en boga las representaciones teatrales de los misterios religiosos (177), entre ellos el de la Encarnación, cuyos personajes eran María, José y el arcángel Gabriel (178).

Download Newt

Take Isis Sin Velo - [Tomo III] with you