Capítulo 109
IDENTIDAD DE TODAS LAS RELIGIONES
Swayambhuva es para los brahmanes lo que En Soph para los cabalistas: la Esencia desconocida. Ni los induístas ni los cabalistas podían pronunciar el nombre inefable so pena de muerte. En las enseñanzas prevédicas de la India la primera emanación de la esencia primordial es Nara (16) o principio fecundante (17) del huevo mundanal, matriz del universo. Nara equivale, por lo tanto, a Sephira.
En los Libros de Hermes se lee:
En el principio del tiempo nada existía en el caos; pero a su tiempo surgió el Verbo del vacío, a manera de “humo incoloro”, y empezó a moverse sobre el principio húmedo (18).
Por su parte dice el Génesis:
Y la tierra estaba desnuda y vacía y las tinieblas estaban sobre el haz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas (19).
Según la Kábala, la primera emanación (Sephira) de la desconocida Esencia (En Soph) (20) se desdobla en dos elementos secundarios: Chochma (Sabiduría), activo masculino y Binah (Inteligencia), pasivo femenino. La tríada Sephira-Chochma-Binah constituye la entidad creadora del mundo abstracto (21).
Análogamente, en la teogonía induísta, Swayambhuva también se desdobla en dos elementos secundarios: Nara masculino y Nari femenino, que fecundaron el huevo mundanal de donde surgió Viradj en su aspecto de Creador.
Por otra parte dice Champollión:
El punto inicial de la mitología egipcia es la tríada Kneph-Neith-Phtah, a la que sigue la de Ammon (elemento masculino), Muth (elemento femenino) y Khon (el Hijo).
Los diez Sephirotes equivalen a los diez Prajapatis emanados de Viradj, y que, conocidos con el nombre de “Señores de todos los Seres” corresponden a los patriarcas bíblicos.
Justino Mártir explica, muy incompletamente por cierto, algunas herejías de su época; pero reconoce la identidad fundamental de todas las religiones, que invariablemente admiten como punto inicial la Divinidad desconocida e inactiva que emana de sí misma una Potestad virtualmente racional, llamada por unos Sabiduría, por otros el Hijo y por algunos Dios, Ángel, Señor y Logos (22). Esta última denominación la aplican ciertas religiones a la emanación primaria, pero otros sistemas consideran el Logos como entidad procedente de aquélla. Filo supone en la Sabiduría los aspectos masculino y femenino, y aunque procede por emanación del Padre a través del supremo Eon (23), es consubstancial con Él desde antes de todas las creaciones. Por esto Filo identifica a Adam Kadmon con la Mente (24) y dice: “Llamemos Adam a la Mente” (25).