Isis Sin Velo - [Tomo III]

Capítulo 116

COTEJO DE SISTEMAS

Cotejemos ahora este sistema con el de los nazarenos y otras escuelas.

Según los nazarenos, Ish Amon, el Pleroma o ilimitado círculo donde están todas las formas, es la Mente divina que opera en el silencio. De pronto la luz brota de las tinieblas y aparece la segunda vida que a su vez engendra la tercera, el Padre de todo ser viviente, el creador que con su espíritu vivifica la materia inerte. Por esto se le llama el Anciano del mundo.

Análogamente, Abatur es el padre del primer Adán de quien procede el segundo Adán. Abatur abre la puerta y se encamina hacia las negras aguas (caos) en cuyo fondo se refleja su imagen y engendra el Hijo, el Logos o Demiurgo. El constructor del universo material, Fetahil, surge a la existencia. Según los gnósticos, Fetahil equivale al Metatron o arcángel Gabriel, mensajero de vida, que la alegoría bíblica llama Adam Kadmon, el Hijo que por virtud del espíritu del Padre engendra al Ungido o sea el Adam antes de la caída.

Las Escrituras induístas describen como sigue la manifestación de Swayambhuva, el Señor existente por Sí mismo:

Movido a emanar seres de su propia substancia divina, manifestó primeramente las aguas de cuyo seno brotó una simiente germinativa, brillante como el oro y refulgente como luminar de mil rayos. De aquella simiente nació el mismo Swayambhuva en forma de BRAHMA principio de todas las cosas (74).

Por lo que toca a la cosmogonía egipcia, Kneph o Chnuphis (Sabiduría divina) representado en figura de serpiente, tiene en la boca un huevo del que brota Phtha, equivalente en la simbología cosmogónica al Brahmâ induísta, símbolo del germen universal de todas las cosas (75).

El huevo simboliza la materia primordial o indiferenciada que sirvió de tegumento al universo visible y en él estaban contenidos (76) el hombre y la mujer, el espíritu de vida en cuya luz se resumen todas las demás luces o espíritus de vida. La manifestación primaria está representada por la serpiente simbólica de la sabiduría, en un principio divina, pero que se adultera cuando Phtha (equivalente al Adam Kadmon de los cabalistas y al Christos de los gnósticos) cae en la materia. Es el hombre celeste que, unido a Zoe (el Espíritu Santo de la teogonía egipcia), engendra los cinco elementos: aire, agua, fuego, tierra y éter (77).

También en la teogonía induísta Swayambhuva-Nara desenvuelve de sí mismo el elemento femenino contenido en su propia esencia divina. Este elemento femenino es Nari, la virgen inmortal, que cuando fecundada por el espíritu recibe el nombre de Tanmâtra, la madre de los cinco elementos: aire, agua, fuego, tierra y éter (78).

Knorr de Rosenroth, en sus estudios de interpretación de la Kábala, se expresa como sigue:

En el concepto de Sabiduría oculta puede considerarse la Divinidad infinita equivalente al Padre mencionado en el Nuevo Testamento. La Luz que del Infinito fluye sobre el Adán primario o Mesías, y en él se infunde, corresponde al Hijo de los cristianos. Y la influencia o efluvio del Hijo en el universo material equivale al Espíritu Santo (79).

Achamoth, el principio entre espiritual y material que vivifica la materia caótica es el Espíritu Santo de los gnósticos y el Spiritus de los nazarenos. Es Achamoth la hermana de Christos y ambos son hijos de Sophía (80), emanación de Bythos.

Dice Movers a este propósito:

El Hijo (Zeus-Belo o Sol-Mithra) es emanación de la Suprema Luz, imagen del Padre. Supónesele Creador (81).

Por otra parte tenemos el siguiente pasaje:

Dicen los filósofos que el aire primordial es el Anima mundi. Pero la vestidura (Shekinah) es superior al aire primordial, puesto que está íntimamente unida al ilimitado En Soph (82).

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