Capítulo 151
EL NOMBRE DE IAO
Iao es seguramente un título de la suprema Divinidad, y forma parte del inefable nombre; pero ni tuvo origen hebreo ni tampoco lo emplearon exclusivamente los hijos de Israel, pues aunque Moisés hubiese designado con dicho título al espíritu tutelar del “pueblo escogido”, no era esto razón suficiente para que los demás pueblos lo consideraran como el supremo Dios. Negamos en redondo esta suposición. Además, está demostrado que Iao o Yaho fue desde un principio nombre misterioso (... y ...), pues no empezó a pronunciarse hasta el reinado de David, ya que antes de esta época en rarísimos nombres propios entraba la letra iah o jah como elemento prosódico. Es muy verosímil que como David residió algún tiempo entre los sirios y los filisteos (22) aprendiera de estas gentes el nombre de Jehovah. Por otra parte, David confirió la dignidad de sumo sacerdote a Zadok, de quien derivó la escuela de los zadokitas o saduceos y fue proclamado rey en Hebrón (...) (23) donde se celebraban los ritos de los cuatro dioses misteriosos. Ni David ni Salomón siguieron estrictamente la ley de Moisés, pues desde un principio manifestaron su deseo de construir un templo dedicado a ..., por el estilo de los erigidos por Hiram en honor de Hércules y Venus, Adonis y Astarté.
Dice Fürst sobre el particular:
El antiquísimo nombre de Yâho que en griego se escribe ... parece haber sido el místico nombre con que los semitas designaron al supremo Dios, y sin duda alguna lo aprendió Moisés cuando su suegro Jethro, sacerdote cainita de Midian, le inició en la cueva de Hor-eb. La antigua religión caldea, cuyas huellas se descubren entre los neoplatónicos, llamaba ... (...) a la suprema Divinidad entronizada sobre los siete cielos, el espiritual principio de Luz denominado Nous (24) por los griegos, quienes también le consideraron como Demiurgo (25), y equivalía en concepto al misterioso e inefable Yâho de los hebreos, que sólo se comunicaba a los iniciados, los fenicios llamaban asimismo ... al Dios supremo, cuyo triliteral nombre mantenían secreto (26).
Otros investigadores van más allá de Fürst para indagar el origen de este divino nombre en pueblos de todavía mayor antigüedad, pues en idioma sánscrito tenemos las palabras Jah, Jaya, Jaa y Jaga, de donde bien pudiera derivarse el nombre de la carroza del festival de Jaga-nath, vulgarmente llamada Jaggernâth. Por otra parte, Javhe significa “el que es”, y el orientalista Spiegel (27) opina que el nombre persa Ahura nace de la raíz sánscrita ah, cuya fonética es as, de donde asu (exhalar), que con el tiempo llegó a significar espíritu (28).
Así como Rawlinson afirma resueltamente la influencia védica de los arios en la primitiva mitología caldea, según demuestra la ya probada identidad de Dag-on y Vishnú, de la misma manera cabe demostrar la filiación índica del nombre .... el más antiguo nombre latino de Dios es JU o JOVIS, que los romanos consideraban en sus dos aspectos, masculino y femenino. Cuando masculino era JU-piter (29) o sea Ju el padre, y cuando femenino era JU-no (30) o sea Ju el cohonortador (31).
Max Müller observa que si bien la palabra dyaus (cielo) no es del género masculino en sánscrito ordinario, aparece como tal en los Vedas, comprobándose de esta suerte la identidad de Zeus griego con el Dyaus védico (32).