Isis Sin Velo - [Tomo III]

Capítulo 71

EL NAZARENO REFORMADOR

Tan flagrante contradicción bastaría para desvanecer toda hipótesis respecto a la divina inspiración del Nuevo Testamento; pero todavía cabe pregunta: Si el bautismo simboliza regeneración en un sacramento instituido por Jesús, ¿cómo no bautizan hoy los cristianos en fuego y Espíritu Santo en vez de seguir el rito de los nazarenos? Las interpolaciones llevadas a cabo por Ireneo no tuvieron, según se ve, otro fin que presentar el sobrenombre de nazareno dado a Jesús como dimanante de su larga residencia en Nazareth, y no de su filiación en la secta de los nazarenos.

El fraude de Ireneo fue muy poco afortunado, porque desde tiempo inmemorial tronaron los profetas contra el bautismo de fuego que practicaban los países vecinos para comunicar el “don de profecías” o sea el Espíritu Santo. Pero Ireneo se vio en situación comprometida, pues a los cristianos les llamaban las gentes nazarenos e iesaenos, según dice Epifanio, y a Jesús se le tenía, en opinión general aun de sus mismos discípulos, por uno de tantos profetas y saludadores judíos. Por lo tanto, no había en esto fundamento apropiado para proclamar la divinidad de Jesucristo ni para estatuir una nueva jerarquía, y así hubo Ireneo de inventar los elementos que requería su intencionado propósito.

Las pruebas de que Jesús pertenecía a la secta de los nazarenos no hemos de buscarlas en las traducciones de los Evangelios, sino en los textos originales. Tischendorf traduce por Iesu Nazarene (58) el nombre griego que en el texto siriaco dice: Iasua el nazaria. De modo que, dada la incomprensible confusión d los cuatro Evangelios, según aparecen hoy después de revisados, fácilmente colegiremos que el genuino cristianismo predicado por Jesús está contenido en las llamadas herejías siriacas. Tal era el convencimiento de Pablo cuando el abogado Tértulo le acusó ante el gobernador Félix de “promover sediciones como jefe de la secta de los nazarenos” (59); a lo que el acusado replica:

... ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. Pero confieso... que según la secta que ellos dicen herejía, sirvo yo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que están escritas en la Ley y en los profetas (60).

Esta confesión demuestra concluyentemente:

1.º Que Pablo pertenecía a la secta de los nazarenos.

2.º Que adoraba al Dios de sus padres, no al Dios trino, cuyo concepto se dogmatizó después de su muerte.

Además, explica el motivo de que durante largo tiempo no fueran tenidos por canónicos los Hechos de los apóstoles ni el Apocalipsis de San Juan.

Tanto los neófitos como los hierofantes de Biblos estaban obligados a ayunar y permanecer en soledad durante algún tiempo después de la celebración de los Misterios. Iguales prácticas se requerían antes y después de los ritos báquicos, adonisíacos y eleusinos. Herodoto insinúa con temor y respeto algo referente al lago de Baco, donde “los sacerdotes efectuaban por la noche escenas de la vida y pasión de dios” (61). En los misterios de Mithra el neófito simulaba la escena de la muerte antes de “nacer de nuevo” por virtud del bautismo (62).

Los sacerdotes de los Misterios estaban circuncidados, y el neófito no podía recibir la iniciación sin haber asistido de antemano a los Misterios del Lago. Los nazarenos recibían el bautismo en el río Jordán y no en otras aguas; también estaban circuncidados y ayunaban antes y después de la ceremonia bautismal (63).

Download Newt

Take Isis Sin Velo - [Tomo III] with you