Isis Sin Velo - [Tomo III]

Capítulo 87

CAPÍTULO IV

Nada supera a estos Misterios, que de la grosería y rudeza

transportan nuestra conducta a la amabilidad, benevolencia

y ternura.-CICERÓN: De Legibus, II, 14.

Desciende, ¡oh Soma!, en aquella esplendorosa corriente

que eclipsó la luz del sol... ¡Oh Soma!, eres el océano de vida,

por todas partes difundido, que infundes potencia creadora

en los rayos del sol- Rig Veda, II, 143.

... Aparece la hermosa Virgen de abundosa cabellera con

dos espigas en la mano, y se sienta para amamantar

a su Niño – AVENAR.

Se atribuye el Pentateuco a Moisés, no obstante la circunstancia de que relata su propia muerte (1) y de que, por otra parte, el Génesis (2) llama Dan a una ciudad que, según el libro de los Jueces (3), se llamaba en un principio Laish, y no tomó el nombre de Dan hasta muy posteriormente. Bien pudo Josías rasgar sus vestiduras (4) al oír las palabras del Libro de la Ley, porque había en él de Moisés tanto como de Jesús en el Evangelio de San Juan.

Los teólogos están encerrados en la alternativa de confesar o que Moisés era un impostor o que los libros a él atribuidos son una compilación de textos escritos en diferentes épocas por distintos autores. En ambos casos pierde el Pentateuco todo derecho a que se le considere fruto de la revelación divina. Está, por lo tanto, sin resolver en la Biblia el problema de la palabra del Dios de verdad, pues, según el texto, dijo Dios a Moisés:

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